La
envidia, amarilla y amarga, es la yerba más frondosa del huerto humano.
Dicen que es la típica reacción
de los infantiles. Así será. Y si así lo es, habría que concluir que una buena
parte de la humanidad navega todavía en las etapas infantiles.
No rara vez hay brotes de
envidia entre los hermanos de un mismo hogar. En el trabajo, en la oficina, en
los grupos humanos, en las. comunidades, en la arena de las luchas políticas y
sindicales, en el mundo de los artistas, científicos y profesionales..., la
envidia saca su estilete a cada momento para atacar por la espalda.
¡Ay
del triunfador!, muy pronto las avispas caerán sobre él. Los encantadores, los
que brillan, los que se hacen querer, que se preparen para ser acribillados a
picotazos.
* * *
La envidia existe en las relaciones
humanas en dosis mucho más elevadas de lo que comúnmente se cree. ¿Por qué digo esto? Porque la envidia es —y
se sabe— tan fea que hace esfuerzos inauditos para camuflarse. Es como la
víbora que busca cualquier disfraz para ocultarse. Cuanto más fea es su cara,
tanto más bonitos son los disfraces que utiliza.
Con otras palabras: la envidia es
sumamente racionalizante, esto es, busca “razones” para disfrazarse. Por eso
toma aires razonables, poses objetivas. Dice la envidia: aquí les presento
cinco razones para demostrar que fulano es un fracasado. Pero las cinco razones
son pura fachada; la verdadera razón es la sexta: la envidia. Dice la envidia:
fulana no lo está haciendo tan bien como ustedes dicen: no se han fijado en que
a su rostro le falta brillo, exagera esto y lo otro, no hay vigor en su
entonación... Dice la envidia: fulano no sirve para ese cargo: su pedagogía no
está actualizada, su poder de persuasión es relativo, su capacidad de
comunicación, mediocre; hoy la sociedad necesita hombres con otras ideas, etc.,
etc.
Así se disfraza la envidia. Nunca
ataca al descubierto, siempre cobijada bajo el alero de las “razones”. Así, al
amparo de la racionalización, vegeta y engorda lanzando picotazos, minimizando
méritos, apagando todo brillo.
La gente sufre mucho a causa de la
envidia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario