La aspiración
es el primer acto de nuestra vida, y la expiración, el último. Podemos aguantar
varios días sin comer, pero no sin respirar. El oxígeno es el elemento esencial
de nuestras células. El corazón y el cerebro son los órganos que más oxígeno
consumen.
Una respiración insuficiente acumula
en el organismo muchos productos tóxicos. El estado de tensión, nerviosismo y
malhumor en que vive mucha gente es debido, en parte, a una deficiente
irrigación. Normalmente, las personas
que hacen su vida en oficinas, talleres, etc., tienen una respiración
deficiente.
* * *
Los estados anímicos influyen
decisivamente en la respiración. Cuando la persona está tranquila, su
respiración es apacible. Cuando está agitada psíquica o físicamente, su
respiración se torna irregular. Podemos afirmar, pues, que la respiración es el
espejo de los estados interiores. Por consiguiente, será también correcta la
conclusión inversa: si las tensiones interiores repercuten en la respiración,
controlando la respiración podemos influir y modificar los estados interiores.
El
pulmón es como el abanico que se pliega y despliega al ritmo de la
respiración. Pero si, debido a estados emotivos u otros factores, la
respiración es más corta, en ese caso el abanico se entreabre un tercio o un
cuarto de su capacidad normal; esto es, el pulmón se despliega tan sólo en su
parte inferior.
De
las funciones fisiológicas autónomas, la única sobre la que podemos ejercer el
control es la respiración: tenemos la
posibilidad de abrir al máximo los pliegues del abanico. En la aspiración normal
inhalamos medio litro de aire. En la aspiración profunda podemos inhalar más
de dos litros de aire.
* * *
La
respiración no debe ser forzada, sino calmada. Los que fuerzan la respiración
elevan los brazos y contraen el tórax, la mandíbula y el cuello. Esta suele
ser la respiración de los nerviosos: respirar con lo alto del pecho, dilatando
y contrayendo la caja torácica. Así se suele respirar después de un fuerte
esfuerzo físico. Pero los nerviosos lo hacen así en toda circunstancia.
Y lo
correcto es lo contrario: lo esencial es relajarse por completo y espirar a
fondo. Después, sin forzar nada, los pulmones, por sí mismos, se llenarán de
aire.
La
respiración tiene que ser nasal, sobre todo la aspiración porque es en la
nariz donde se filtra el aire y se calienta antes de llegar a los pulmones. La
espiración, no obstante, podría hacerse con la boca entreabierta. Cada persona debe comprobar si le va mejor de
una u otra manera.
La
nariz es como el embudo de un sistema de aireación. El aire es aspirado por la
cavidad faríngea, que actúa sobre el aire como una aspiradora.
Respiración
abdominal. En síntesis, se trata de lo siguiente: se hinchan el abdomen y los
pulmones simultáneamente. Se vacía los pulmones al mismo tiempo que se vacía el
abdomen.
Es la
respiración más relajada; trae sosiego y serenidad. Debe ser una respiración
lenta, suave, silenciosa, sumamente tranquila y nunca forzada.
El
movimiento se efectúa principalmente en la zona inferior a la caja torácica.
Por ese movimiento del aliento, el diafragma ejercita un masaje sobre el abdomen,
cuyos músculos se sueltan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario