Es necesario que te
enfrentes a esos detalles que te hacen sufrir, para que te sientas más confiado
(a) de TÍ mismo (a), en vez de sentirte víctima. Unos ejemplos claros:
Si al ir de compras te ofrecen un artículo que tiene el envase deteriorado,
respetuosamente pides que te den otro con el envase sano. Si el dependiente no
quiere o no te hace caso: pide hablar con el Jefe y le explicas; en un 99 % de
las veces te complacerá, de lo contrario puedes ir a comprarlo a otra parte.
Si en un restaurante te ofrecen una mesa al lado de la entrada, donde entra
mucho viento helado o te ubican al lado del baño y TU no deseas eso,
considérate con el Derecho de pedir (respetuosamente) que te cambien a un lugar
de TU agrado; verás cómo en el 99 % de las veces te complacen. De lo contrario
te vas a otra parte donde quedes con más comodidad.
Vale lo mismo para las ocasiones en que te tramiten demasiado. Si superas estos
detalles de TÍ, SE IRÁ ESE RESENTIMIENTO DE VÍCTIMA, junto con las respectivas
amarguras. Nunca más seas pasivo (a): ni por timidez, ni por cobardía, ni por
NO MOLESTAR. La vida es como un juego, pues JUÉGALA y a juégala A GANADOR.
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