sábado, 24 de noviembre de 2012

La temperatura de la punta de la nariz sube cuando se miente

La nariz de Pinocho, cuando alguien miente, existe: fue confirmada por la ciencia, según un estudio de la Universidad de Granada publicado ayer, que sostiene que la nariz no crece como en el cuento, pero que sí se pone roja.

Mentir cambia la temperatura de la punta de la nariz, así como la de la zona del músculo orbital, en la esquina interna del ojo. Así lo revela una investigación sobre termografía, técnica basada en la detección de las temperaturas de los cuerpos, llevada a cabo por Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López.

Estos científicos aplicaron por primera vez la técnica al ámbito de la psicología y concluyeron que los cambios locales de la temperatura no sólo se relacionan con el estado físico, sino con el estado mental y emocional.

Ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental como enfrentarse a tareas difíciles, ser evaluado o mentir sobre hechos, se producen cambios térmicos faciales.

Cuando mentimos sobre nuestros sentimientos estos cambios térmicos se producen en la nariz y se activa en el cerebro una estructura llamada “ínsula”, que forma parte del sistema de recompensa cerebral si hay sentimientos reales, pero no se activa cuando no los hay.

El deseo y la excitación sexual tanto masculina como femenina producen un aumento de la temperatura local en las zonas pectoral y genital. El estudio detectó que, a nivel fisiológico, hombres y mujeres se excitan por igual.

Los científicos también han obtenido huellas térmicas (patrones corporales de cambio de temperatura específicos) del ejercicio aeróbico y de distintos tipos de baile. “Cuando una persona baila flamenco desciende la temperatura de los glúteos y aumenta la de los antebrazos. Ésta es la huella térmica del flamenco, aunque cada tipo de danza tiene su propia huella”, señalan.

El estudio halló además asimetrías de temperatura entre ambos lados del cuerpo, así como el contagio emocional. Así, si alguien con una empatía muy alta ve a otra persona sufrir mediante descargas eléctricas en el antebrazo, se contagia y aumenta la temperatura de su antebrazo

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