miércoles, 14 de noviembre de 2012

Están asesinando al amor

Hace unos días al abrir las páginas de una revista, vi una foto muy cruel, pero significativa, un cupido angelical de bruces, con las alas marchitas y una flecha clavada en la espalda.
Tan fuerte fue la imagen, que no recuerdo el producto que anunciaba. Creo que era una incisiva denuncia: ¡Estamos asesinando al amor!
Cada año que pasa, nos queremos menos y cada día dejamos de querer a los demás. Necesitamos reconocerlo.
No hay salida. El aprecio por la dignidad humana parece ser menor y la falta de consideración hacia lo que nos rodea, se nota más, a pesar de los buenos deseos y los buenos propósitos.
La realidad no es pesimista. Los aburridos somos los que vivimos de ángulos egoístas, rastreros, cómodos y ambiciosos.
Nos están contagiando los virus mentales de la depresión, el desinterés, la fatiga y la inseguridad. A veces, perdemos la perspectiva de nuestra existencia al escuchar rumores fatales, susurros angustiosos o murmuraciones insidiosas. Antes, quizá oíamos las mismas quejas, pero las combatían nuestra fortaleza y nuestro optimismo.
Pero ahora... ¡Es tiempo de recuperar lo que somos por dentro, ese algo único que se ve desgastado por los crujientes pronósticos y el fatalismo que exhibe sin descanso la radio, la prensa, el cine o la televisión!
Es tiempo de decir: ¡Basta! desde el fondo de nuestro corazón, que tantas veces han traicionado y que no pierde su noble capacidad de creer. ¡No asesinemos el amor! ¡Ahora lo necesitamos más que nunca!

No hay comentarios:

Publicar un comentario