Después de una
exhaustiva sesión matinal de oraciones en el monasterio de Piedra, el novicio
le preguntó al abate:
- ¿Todas estas
oraciones que usted nos enseña, hacen que Dios se acerque a nosotros?
- Te voy a responder
con otra pregunta -dijo el abad. -¿Todas estas oraciones que rezas harán que el
sol salga mañana?
- ¡Claro que no! ¡El
sol sale porque obedece a una ley universal!
- Entonces, ésta es
la respuesta a tu pregunta. Dios está cerca de nosotros, independientemente de
las oraciones que recemos.
El novicio se enojó:
- ¿Usted quiere decir
que nuestras oraciones son inútiles?
- Absolutamente. Si
tu no te despiertas temprano jamás podrás ver la salida del sol. Si tú no
rezas, aunque Dios esté siempre cerca, nunca conseguirás notar Su presencia.
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