Existen ciertos estados y ciertas actitudes mentales en las personas que temporalmente están en situaciones inmejorables y aparentemente eternas.
Cuando observamos con más detenimiento la historia de las personas, descubrimos esos ciclos que se van sucediendo de manera inevitable; tal vez algunos sean más largos que otros, pero lo que se siembra se tiene que cosechar y por esta razón, es bueno considerar esta posibilidad, la posibilidad de autorevisarse y determinar si estamos siendo arrogantes o soberbios.
Alguien decía que la soberbia es el principio del final y la arrogancia es el comienzo de la bajada y por esta razón, sería una buena idea que usted así como yo, podamos revisar nuestras actitudes para descubrir si estamos siendo arrogantes o soberbios de alguna manera, para poder hacer un giro de timón oportuno y no caer en el infortunio.
Usualmente, las personas que están en estado de arrogancia suelen tener los oídos tapados y me refiero a los oídos del corazón pues piensan que su buenaventura va a ser eterna y ojalá que así fuera.
Sin embargo, la vida tiene otros planes y esos planes llegan a prevalecer con el correr del tiempo; por lo tanto, decidamos hacer esa revisión de actitud y si descubrimos algún indicio de arrogancia.
Procedamos a pedir perdón internamente a todas las personas a las que estemos causando daño o que en el pasado lo hayamos hecho, de alguna manera podremos pedirnos perdón a nosotros mismos y retornar a nuestra actitud normal de equilibrio y sensatez, para damos cuenta de que somos simples mortales, completamente transitorios y que simplemente tenemos oportunidad de hacer algo bueno por los demás y por nosotros mismos.
Muchas son las personas que para llegar a ese estado de normalidad deben pasar por enormes adversidades o graves enfermedades y todo eso se puede evitar con un simple acto de conciencia que usted y yo podemos hacer en este preciso momento. Si conseguimos imaginar ese estado normal armonioso y positivo, seguramente, nuestra mente subconsciente nos va a llevar a ese estado y podremos generar mejores actitudes, mejores acciones y, sobre todo, mejores decisiones.
En el seno de nuestra familia, podrían aparecer personas arrogantes, tal vez los hijos, tal vez la pareja o algunos familiares o nosotros mismos y al observar dichos cuadros podremos convenir que las personas arrogantes tienen un problema interior; hay algo que están tratando de tapar y que no quieren admitir por ningún motivo, y lo que sí podemos ver es que no son felices, que no pueden gritarle al mundo entero: “Yo Soy feliz y todo está bien en mi vida”.
Para finalizar el presente artículo podré decir que lo importante es que hagamos el trabajo de autorevisión nosotros mismos y no nos fijemos tanto en la arrogancia de los demás, pues al cambiar nosotros mismos creamos la posibilidad de que puedan cambiar también los demás en su momento y en su debida oportunidad.
Afirmación del día: “Con gratitud aprecio yo valoro todo lo que tengo y todo lo que soy”.
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jueves, 3 de diciembre de 2015
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