La salud mental debe constituirse en un asunto prioritario, pues de ello depende el bienestar de una sociedad. Sin embargo, muchos de los centros de salud no cuentan con este servicio y, peor aún, existe mucho desconocimiento y prejuicio respecto a este tema y de los alcances reales que tiene.
“El 8 de noviembre del 2014 se funda la Federación Boliviana de Discapacidad Psíquica con el objetivo de cubrir las necesidades de un sector de la población que no tenía representatividad. Conformando Asociaciones departamentales que impulsen una Ley de Salud Mental y promuevan el respeto por los derechos de las personas con discapacidad mental”, explicó Magali Pérez, presidenta de la institución.
Esta institución busca que la persona con discapacidad mental tenga ejercicio pleno de sus derechos y que se reconozcan todas sus capacidades incluyendo la jurídica. Que la sociedad rompa el estigma sobre el acudir a consulta psiquiátrica y que estas personas puedan realizar diferentes actividades diarias con un tratamiento específico.
En Bolivia no se considera la salud mental de su población como un asunto prioritario, muestra de ello es que solo se le asigna el 0,2 por ciento del presupuesto* que por lo general termina en los psiquiátricos grandes. Ni que de decir los centros médicos de primer nivel que no tienen el servicio y no atienden esta problemática.
“Muchas veces no sabemos por qué nos resfriamos tanto y nos duele la garganta. En ocasiones se cura la salud del cuerpo sin haber prestado atención a la salud mental primero. Si ocurriera esto en la atención primaria se harían detecciones tempranas de los trastornos mentales y no se convertirían en crónicos”, explicó Pérez.
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