lunes, 14 de diciembre de 2015

Navidad sin “depre”



“¡Feliz Navidad!” es uno de los deseos más repetidos durante estos días. Sin embargo, algunas personas consideran que en su caso no se ha cumplido. Al contrario, pese al ambiente festivo que les rodea, se sienten tristes.

Ante las luces, la decoración navideña, el alboroto y la alegría generalizada, algunas personas no pueden evitar sentir una profunda tristeza. Una psicóloga nos ofrece varios consejos para sobrellevar estas fechas y poder disfrutar de ellas.

La psicóloga Rosa María Luna Arroyo explica que, a menudo, a través del cine y los medios de comunicación, nos creamos unas expectativas de lo que tienen que ser estas fechas en lo relativo a la familia, los regalos y la felicidad.

“Desde esta iluminación, vemos mucho más la oscuridad que hay en nuestras casas: lo que no tenemos, los regalos que no podemos hacer o las ausencias. Así, ante toda esta alegría que se supone que debemos tener resalta mucho más lo que nos falta, lo que nos gustaría que estuviera y no está”, precisa.

Buscar la buena relación
Del mismo modo, la Asociación Americana de Psicología indica que con las altas expectativas a la hora de hacer regalos, decorar, festejar y reunirse con la familia, el estrés y la tristeza no son raros.

“Pasar tiempo con miembros de la familia con los que no hay una buena relación, el duelo por la pérdida de un ser querido, la presión de regalar cuando las finanzas no están en su mejor momento o la soledad, pueden hacer que nos sintamos tristes, enfadados e incluso deprimidos”, apunta esta entidad.

Además, el periodo navideño también suele ser una época para evaluar los logros y los fracasos de todo el año.

“Es un momento en el que hacemos balance y recordamos lo que nos ha ido bien, pero igualmente lo que no nos ha ido tan bien. Aunque no solo miramos hacia atrás. Lo que queremos encarar durante el próximo año también puede generarnos cierta impotencia e inseguridad”, señala Rosa María Luna.

No obstante, la psicóloga afirma que otras personas ven los retos que se avecinan con ganas e ilusión.

Por otra parte, la especialista detalla que en las épocas de más frío aumenta la tristeza. “Esto no solo se ve con las estaciones, también se aprecia por países. Aquellos con menos luz tienen una tasa mayor de bajo estado de ánimo, de procesos de depresión”, aclara.

Asimismo, explica que cuando vienen el frío y la lluvia y se va el sol, llegan estos procesos de tristeza. Y añade que, al unir esto a las fiestas de Navidad, que representan un periodo especial de reencuentro con uno mismo y con los suyos, este sentimiento se evidencia mucho más.
La psicóloga afirma que el primer paso para afrontar la tristeza durante estas fechas es averiguar qué la produce.

“Detrás de la tristeza siempre va a haber necesidades por cubrir”, asegura. Por ello, indica, hay que “reflexionar e identificar qué es lo que me genera a mí esa tristeza, ver si echo en falta a alguien, si es algo personal relacionado con metas que quería alcanzar y que no he podido, etc.”.

Los que no están
Una vez que hemos determinado la causa de la tristeza, llega la hora de actuar. En este sentido, Rosa María Luna ofrece varias recomendaciones.
“Si echo en falta a alguien porque ya no está, puedo recordarlo con cariño, reuniéndome con los míos y hablando de esa persona”, señala.

“En cambio, si lo que ocurre es que echo de menos a alguien porque ha habido un desencuentro entre nosotros, puedo ver si existe la posibilidad de lograr un acercamiento”, comenta.

“No obstante, si la tristeza se debe a algo que no he conseguido y que quizás ya no puedo conseguir, tengo que ver en qué he fallado y qué aprendizaje he sacado de todo ello”, expone.

En este sentido, la experta recalca que “aunque haya una pérdida, en cada pérdida hay una ganancia”.

Durante las fiestas, otro foco importante de problemas son las comidas y cenas navideñas, en definitiva, las reuniones familiares. Algunas personas, en lugar de disfrutar de estos encuentros, los viven como una obligación de la que no pueden escapar.

A este respecto, la psicóloga precisa que el primer paso es valorar “si realmente tenemos que hacerlo, si en estas fechas tan delicadas es necesario reunirnos todos, cuando quizás en nuestra idea de familia no esté todo este grupo de personas”.

“Estas son unas fechas muy importantes y, si las hacemos nuestras, pueden ser preciosas, reuniéndonos con aquellos que son importantes para nosotros y haciéndolo con cariño”, recalca.

Pero si por obligación tenemos que ir a reuniones a las que por propia iniciativa nunca acudiríamos, Rosa María Luna aconseja centrarse en lo que nos enriquece y tratar de obviar lo que nos disgusta.

“Así, si hay una persona que me resulta especialmente incómoda, tengo que intentar limitar la interacción con ella y centrarme en aquellas con las que me siento a gusto, ya sea situándome cerca de ellas o buscando en ese entorno mi conversación”, apunta.

Además, recomienda pensar de antemano qué conversaciones pueden ser conflictivas para evitarlas y, si surgen, cambiar de tema o incluso marcharse de la habitación, por ejemplo, con la excusa de ir a la cocina a ayudar o de salir a tomar el fresco. De este modo, se pueden evitar situaciones desagradables.

La psicóloga expresa que con conversaciones simples se puede pasar un rato ameno hablando, entre otros temas, de estas fechas, de cosas que nos divierten o de aquellas que nos unen.

Aunque afirma que “quizás lo más importante en Navidad es desprendernos de la idea de que debemos juntarnos en estas fechas toda la familia. Al contrario, tenemos que reunirnos los que queremos”.

“Quizás lo más importante es desprendernos de la idea de que debemos juntarnos en estas fechas toda la familia. Al contrario, tenemos que reunirnos los que queremos", afirma Luna.

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