Cuarto, en la duda, optad por ser sinceros. Estoy a resguardo con la
frase “en la duda”, así que no necesito debatir cuestiones de diplomacia. A
menudo, cuando dudamos no somos sinceros. Los clientes casi nunca lo son.
Juegan y adoptan poses. No aceptan con facilidad la sugerencia de ser sinceros.
Mirar dentro de uno mismo en busca de respuestas implica asumir
responsabilidad. Esto es en sí mismo un paso hacia la autorrealización. (...)
Este es uno de los grandes pasos. Cada vez que uno se responsabiliza hay una
realización del sí mismo.
Quinto, hasta ahora hemos hablado de vivenciar sin timidez, de elegir la
opción del crecimiento y no la del temor, de escuchar las voces del impulso, de
ser sinceros y de responsabilizarnos.
Todos esos son los pasos hacia la autorrealización, y todos garantizan mejores
opciones de vida. Quien haga cada una de estas pequeñas cosas cada vez que llega el punto de decisión,
descubrirá que configuran mejores opciones acerca de lo que está
constitucionalmente bien para él. Sabrá cual es su destino, quién será su
cónyuge, cuál será su misión en la vida. No se puede escoger sabiamente para
toda una vida a menos que uno se atreva a escucharse a sí mismo, a su propio sí
mismo (self), a cada instante de la vida, y a decir con alma: “No, esto y
aquello no me gustan”. (...) Expresar
algo sinceramente implica atreverse a ser diferente, impopular, inconformista.
Sexto, la autorrealización no es
únicamente un estado final, sino
también un proceso de actualización de las propias potencialidades, en
cualquier momento, en cualquier grado. Es, por ejemplo, cuestión de hacernos
más despiertos mediante el estudio, si somos inteligentes. No significa,
necesariamente, hacer algo fuera de lo común (...). Supone hacer bien aquello que uno quiere hacer. Convertirse en un
médico de segunda no es un buen camino hacia la autorrealización. Hay que ser de primera, o tan bueno como uno pueda
ser.
Séptimo, las experiencias cumbre son
momentos transitorios de autorrealización. Se trata de momentos de éxtasis que
no pueden compararse, garantizarse, ni siquiera buscarse. Debemos dejar, como
escribió C. S. Lewis, “que el gozo nos sorprenda”. Pero podemos establecer las
condiciones para que las experiencias cumbre sean más probables, o podemos
establecer perversamente las condiciones para que sean menos probables
(...).
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