Una persona se amilana cuando, por causa de una situación amedrentadora, se acobarda y se llena de miedo, puede ser ante otra persona más imponente y que intimida con su sola presencia o bien como consecuencia de una situación complicada y fuera de control. El verbo "amilanar" reconoce su raíz en el "milano", un ave europea diurna de rapiña, de unos 70 centímetros de envergadura, agresiva y fiera, que se alimenta de roedores, insectos y carroña. Se asegura que otros pájaros de menores dimensiones se intimidan ante su presencia y prefieren alejarse; en otras palabras "se amilanan".
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martes, 16 de abril de 2013
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