En el año 1476, dos
hombres conversan en el interior de una iglesia medieval. Se detienen durante
unos minutos delante de un cuadro que muestra dos ángeles, de la mano,
descendiendo en dirección a una ciudad.
- Estamos viviendo el
terror de la peste bubónica -comenta uno de ellos. -Muchas personas están
muriendo; no deseo ver imágenes de ángeles.
- Esta pintura tiene
que ver con la Peste -dice el otro. -Es una representación de la Leyenda Áurea.
El ángel vestido de rojo es Lucifer, el Maligno. Mira como sostiene, junto al
cinturón, una pequeña bolsa: allí dentro lleva la epidemia que está devastando
nuestras vidas y las vidas de nuestras familias.
El hombre mira la
pintura con cuidado. Realmente, Lucifer cargaba un pequeño saquito; sin
embargo, el ángel que lo conducía tenía una apariencia serena, pacífica,
iluminada.
- Si Lucifer trae la
Peste, quién es esto otro que lo lleva de la mano?
- Este es el ángel
del Señor, el mensajero del Bien. Sin su permiso, el Mal jamás podría
manifestarse.
- Pero ¿qué esta
haciendo, entonces?
- Muestra el lugar
donde los hombres deben ser purificados a través de una tragedia.
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