domingo, 21 de abril de 2013

Donde se inicia el camino hacia el éxito - I

CONOZCA A LA PERSONA VIVIENTE MÁS IMPORTANTE ¡Conozca a la persona viviente más importante! En algún lugar de este libro, usted la conocerá... de repente, en forma asombrosa y con una sensación de reconocimiento que cambiará toda su vida. Cuando la conozca encontrará su secreto. Descubrirá que lleva un talismán invisible con las iniciales AMP (Actitud Mental Positiva) grabadas en una cara y las iniciales AMN (Actitud Mental Negativa) en la otra. Este talismán invisible posee dos poderes sorprendentes: tiene la facultad de atraer la riqueza, el éxito, la felicidad y la salud; y tiene también la facultad de repeler estas cosas, privándole de todo aquello que hace que la vida merezca ser vivida. Es la primera de estas facultades, es decir, la AMP, la que permite que algunos hombres se eleven hasta la cumbre y permanezcan allí. Y la segunda es la que hace que otros hombres se queden en el fondo durante toda su vida; y es también la AMN la que desplaza a algunos hombres de la cima cuando ya la habían alcanzado. Tal vez la historia de S. B. Fuller le ilustre su funcionamiento. «SOMOS POBRES... NO POR CULPA DE DIOS.» S. B. Fuller era uno de los siete hijos de un aparcero negro de Luisiana. Empezó a trabajar a la edad de cinco años. A los nueve ya arreaba mulos. Eso no tenía nada de insólito: los hijos de casi todos los aparceros empezaban a trabajar a edad muy temprana. Aquellas fa- milias aceptaban la pobreza como su destino y no pedían más. El joven Fuller era distinto a sus compañeros en un sentido: tenía una madre extraordinaria, una mujer que se negaba a aceptar esta precaria existencia para sus hijos, pese a que ella no había conocido otra cosa. Sabía que algo fallaba por el hecho de que su familia apenas pudiera subsistir en un mundo de gozo y abundancia. Y solía hablar con su hijo acerca de sus sueños.
«No tendríamos que ser pobres, S. B. -solía decir-, Y que nunca te oiga yo decir que somos pobres por voluntad de Dios. Somos pobres... no por culpa de Dios. Somos pobres porque tu padre jamás tuvo el deseo de ser rico. Nadie en nuestra familia ha tenido jamás el deseo de ser otra cosa.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario