domingo, 10 de junio de 2012

Secreto de vida: Risa-optimismo

Si desea vivir mucho, acentúe lo positivo y ríase, aconsejan investigadores que hallaron que los centenarios con frecuencia son extrovertidos que aceptan al mundo con entusiasmo desde una perspectiva optimista y despreocupada.

Los hallazgos provienen del Proyecto de genes de la longevidad, iniciado por el Colegio de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York. Todos los participantes del último estudio tenían más de 95 años, y todos eran de ascendencia judía asquenazí (de Europa del Este).

"Realmente no estábamos seguros de qué les había permitido llegar a su edad avanzada", admitió el coautor del estudio, el Dr. Nir Barzilai, director del Instituto Einstein de Investigación sobre el Envejecimiento y presidente de su división de Investigación sobre el Envejecimiento. "¿Se debía a su personalidad o a algo de su genética?"

"Nuestros hallazgos de que estos centenarios comparten rasgos de personalidad tan positivos sugieren que podrían asociarse con la longevidad", dijo.

Sin embargo, Barzilai anotó que "el mensaje principal del estudio es que estos centenarios tienen una personalidad “divertida” ahora, no siempre fue así", lo que abre las puertas a la idea de que nunca es demasiado tarde para adoptar un espíritu "optimista".

El equipo señala que actualmente EEUU tiene unos 53 mil centenarios, que representan alrededor del 2 por ciento de la población. Pero no se sabe exactamente en qué forma la genética tiene que ver con la ecuación de la longevidad, al igual que la forma en que las predisposiciones genéticas podrían favorecer a ciertos rasgos de la personalidad que podrían afectar al proceso del envejecimiento. Para abordar esa segunda cuestión, los autores primero desarrollaron un cuestionario de 98 puntos diseñados para evaluar la evidencia de rasgos claves de la personalidad.

Entonces, se administró a 243 personas que tenían casi cien años. Tres cuartas partes eran mujeres, y todos compartían la misma etnia, lo que permitió al equipo realizar comparaciones de personalidad entre individuos genéticamente similares. El resultado: se halló que la mayoría de casi centenarios eran personas relajadas, amistosas, escrupulosas y optimistas sobre la vida. Los autores dijeron que algo importante es que se observó que una risa fácil y una vida social activa eran la norma del grupo, mientras que el neuroticismo era la excepción notable. Además, con más frecuencia compartían sus sentimientos según surgían, en lugar de reprimirlos o evitarlos.

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