martes, 12 de abril de 2016

Fobias, más que un simple miedo

Las emociones y sus trastornos

Sorpresa, tristeza, alegría, ira, asco y miedo. Son las seis emociones básicas que experimentan todos los humanos, que nos preparan para interactuar con las personas, nos motivan, nos ayudan a orientar y dirigir nuestra conducta y facilitan la relación con el entorno social. No obstante, las emociones pueden dañarse y es cuando hablamos de los trastornos. Por ejemplo, de las afecciones de la tristeza y la alegría aparecen las diferentes formas de alteraciones del estado de ánimo (episodio depresivo mayor, trastorno bipolar, etc.) y de las alteraciones del miedo, los denominados trastornos de ansiedad (las fobias a animales, a volar, ataques de pánico, manía obsesivo compulsiva, etc).

En esos casos, las emociones dejan de ser funcionales y adaptativas para convertirse en un problema para la persona.

Las fobias son un tipo de trastorno emocional muy frecuente. El miedo es intenso e irracional; aparece siempre que se afronta la situación temida; por ejemplo: estar en un lugar cerrado, las alturas, un perro, hablar en público.

La persona que lo padece sabe que no tendría por qué temer esa situación, pero incluso así, siente un miedo incontrolable que no puede eliminar distrayéndose, hablando o leyendo.

Además, ese miedo no solo aparece cuando afronta lo temido; por ejemplo, si una persona tiene fobia a volar, también sentirá temor ante la presencia de situaciones, objetos, o pensamientos relacionados con el hecho de viajar en avión.

Síntomas de una fobia

BBC Mundo

Una persona que sufre una fobia tiene una necesidad abrumadora de evitar todo tipo de contacto con el objeto o situación.

Para estos individuos, incluso pensar en entrar en contacto con ese objeto o situación le produce ansiedad y pánico.

Hay dos tipos de fobias: las simples -como la fobia a las arañas (aracnofobia)- que son el miedo a objetos, animales o situaciones específicas; y las complejas -como el miedo a los lugares abiertos (agorafobia) o la fobia social- que tienden a ser más discapacitantes, porque a menudo están asociadas con una situación particular.

Si una persona sufre una fobia simple y no tiene contacto con la fuente de su miedo es poco probable que el trastorno afecte su vida diaria.

Sin embargo, cuando un individuo sufre una fobia compleja, como la agorafobia, es muy probable que el trastorno sea muy discapacitante y afecte su vida diaria.

Tal como explica a la BBC el doctor Robert Hicks, experto en medicina general y salud masculina, "la vida de una persona con una fobia se ve dominada por las cosas que tiene que hacer para evitar las situaciones que le producen ansiedad".

El miedo intenso o el sentimiento de ansiedad que surgen con una fobia pueden ser causados por algo aparentemente lógico, como el miedo a las alturas, o algo totalmente ilógico, como el miedo al color verde.

Los principales factores de origen

Aunque cada fobia tiene su propia fuente de ansiedad, las verdaderas causas subyacentes en todas ellas son más complejas y pueden involucrar varios factores tanto ambientales como psicológicos.

Por ejemplo, con la agorafobia, una de las fobias más comunes y de las más discapacitantes, los temores y la ansiedad se manifiestan con actividades como salir de la casa, viajar solo o entrar a lugares públicos.(...)

El grado de miedo y la forma como la gente se comporta para evitar estas situaciones varía entre una persona y otra.

Aunque muchos individuos con fobias logran mantener un empleo, otros no pueden salir de su casa.

MÁS EN LAS MUJERES

Las fobias o miedos suelen ser más comunes en mujeres y, por lo general, comienzan en los primeros años de la adultez.

"Una persona con una fobia tiende a evitar las situaciones u objetos que le producen ansiedad, pero esto a menudo provoca que la fobia empeore a medida que pasa el tiempo" afirma Robert Hicks.

"En lugar de crear situaciones para evitar la causa de nuestra fobia, es mejor enfrentar ese miedo y esto puede lograrse con la ayuda de un terapeuta entrenado”.

Los expertos afirman que es más probable que una fobia desaparezca si la causa fue un evento traumático.

Pero, incluso cuando la causa no tiene una lógica aparente, es posible ofrecer ayuda a la persona que sufre una fobia.

Los miedos más comunes

* A volar (aerofobia): está asociado a tener un accidente aéreo, a no tener el control de la situación y/o a padecer sensaciones físicas desagradables durante el vuelo.

* Lugares cerrados (claustrofobia): ocurre cuando la persona se halla en un lugar en el que teme quedarse sin aire para respirar o del que

no va a poder moverse, por ejemplo, en un ascensor, en el asiento trasero de un vehículo de tres puertas, entre otros.

* Hablar en público (fobia social): la ansiedad social se caracteriza por el miedo a ser evaluado negativamente por alguien de nuestro entorno. Es decir, la persona piensa que aquello que hace, dice, piensa, no va a ser entendido o aceptado por alguien.

* Agujas y sangre (hematofobia): en presencia de aquello que se teme (agujas, sangre, heridas) se produce palpitaciones, incremento de la frecuencia e intensidad de la respiración, tensión muscular, sudoración.

Posteriormente, aunque no siempre, se produce una respuesta inversa (síndrome vasovagal) que puede acabar con el desmayo de la persona.

* Alturas (acrofobia): es el miedo irracional y exagerado de llegar a caerse cuando una persona se encuentra a cierta altura.


No hay comentarios:

Publicar un comentario