Algunos adultos jóvenes que recurren constantemente a sus smartphones están ansiosos o deprimidos, sugiere una investigación preliminar de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos en marzo de este año. Otro estudio, en tanto, realizado por investigadores del Center for Research on Media, Technology and Health de la Universidad de Pittsburgh, detectó una relación entre depresión y mayor uso de redes sociales.
Se puede considerar a una persona dependiente de un celular a aquella que consulta su smartphone 80 veces al día, es decir, cada 12 minutos en 24 horas, según un estudio de psicólogos e informáticos de la Universidad de Bonn, en Alemania.
Entre tanto, la investigación de la Universidad de Illinois con más de 300 estudiantes universitarios encontró que un uso obsesivo de la tecnología se vinculaba con un riesgo más alto de ansiedad y depresión, sobre todo entre los que usaban los dispositivos como "objeto de seguridad", para evitar afrontar experiencias o sentimientos desagradables, informó HealthDay News.
Pero el riesgo no estaba elevado entre los jóvenes que usaban los smartphones simplemente para "escapar del aburrimiento" o para entretenerse, señalaron los investigadores. Tampoco se encontró que los dispositivos en sí causaran problemas de salud mental.
"Los dispositivos portátiles, con sus incontables aplicaciones y opciones de entretenimiento y su presencia constante al alcance de la mano, hacen que sea más fácil que nunca antes desconectarse de los problemas [y] estrés de la realidad, y evitar afrontarlos de forma activa", anotó la coautora del estudio, Tayana Panova.
"Pero con el tiempo, recurrir al dispositivo siempre que surja una situación o un sentimiento incómodo puede convertirse en un patrón de conducta escapista, y podría hacer a las personas más vulnerables a los factores estresantes debido a un ´ejercicio´ emocional insuficiente", advirtió.
Pero por ahora "el efecto de causalidad es desconocido", dijo Panova.
El trabajo sobre redes sociales, publicado en la revista Depression and Anxiety, evaluó a 1.787 adultos entre 19 y 32 años. Por un lado, los investigadores establecieron qué tanto usaban las 11 plataformas sociales más populares (Facebook, YouTube, Twitter, Google Plus, Instagram, Snapchat, Reddit, Tumblr, Pinterest, Vine, y LinkedIn). Por otro, evaluaron síntomas asociados a depresión.
En promedio, se encontró que los participantes invertían 61 minutos al día en redes sociales y visitaban varias de sus cuentas 30 veces por semana. Una cuarta parte de los encuestados se clasificó con “altos indicadores de depresión”, informó El Espectador.
Los investigadores hallaron una asociación significativa entre el uso de redes sociales y depresión. Aquellos individuos que más interactuaban con estas plataformas tenían 2.7 veces más riesgo de sufrir depresión que aquellos con menor tiempo de interacción.
Lui yi Lin, uno de los autores del estudio, explicó que el diseño del experimento no permite establecer una relación de causa y efecto, “es posible que personas que ya están deprimidas usen redes sociales para llenar un vacío”. Otra posibilidad que deberá aclararse con nuevos estudios, es si el uso exagerado de redes sociales produce depresión lo que a su vez aumenta el tiempo invertido en esta actividad.
Las opiniones y las críticas en el trabajo no deben afectar
¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?
Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello
determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.
“La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema”, explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro “Trátame bien”, según el portal ABC.
Al “categorizar” el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan, indica el experto.
Señala que en todos los tipos de críticos, no hay consejo en ningún caso. Por lo tanto, “hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo”. En cambio, “si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar”, agregó.
Males cardiacos
La soledad y una mala socialización pueden estar detrás de los ataques de corazón o los derrames cerebrales, según una reciente investigación, informó la agencia SINC.
Los autores del estudio publicado en Heart concluyen que los efectos del aislamiento social y afectivo incrementan hasta un 30 por ciento la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular o padecer una enfermedad coronaria. Este porcentaje es similar al derivado de otros aspectos psicosociales, como el estrés.
"Nuestro trabajo indica que el tratamiento de la soledad y el aislamiento social puede tener un papel importante en la prevención de dos de las principales causas de mortalidad en los países desarrollados", aseguran los autores del trabajo, de la Universidad Brigham Young de Utah (Estados Unidos).
El perfil es un varón, de 55 años, con hipertensión provocada por una situación personal complicada y malos hábitos en su estilo de vida.
Genes de la depresión
Investigadores mexicanos han detectado varios genes que pudieran estar asociados con la depresión y el riesgo de suicidio. Entre ellos, se encuentran genes del sistema serotoninérgico, por ejemplo los receptores 5HT1a y 5HT2a, así como la enzima limitante de la síntesis de la catecolaminas, la COMT, informó la Agencia Informativa Conacyt de México.
En el desarrollo de este proyecto, los investigadores liderados por el doctor Nicolini Sánchez utilizaron información genética de una muestra de pacientes de una zona en México con una tasa alta de suicidios.
“Hicimos la colecta con un grupo de pacientes que tienen depresión, pero que aparte los ha llevado a tener conductas suicidas ya sea en intento o consumado. Con ellos hicimos tamizaje de varios genes, pero seguimos trabajando en rutas nuevas, y el gen que nos han dado señal significativa ha sido la serotonina, un gen asociado con características de la personalidad”, explicó Sánchez.
Videojuegos violentos
El efecto de los videojuegos violentos en los niños ha generado debate desde su aparición. Y lo sigue haciendo. Por eso continúan siendo materia de estudio. Según una nueva investigación estadounidense, los juegos donde los personajes femeninos son víctimas de maltrato disminuyen el nivel de empatía con las mujeres en la vida real, informó Infobae.
El dato surge de un estudio realizado por Universidad Estatal de Ohio, publicado en la revista PLOS ONE. Para llegar a esta conclusión, se examinó la respuesta de 154 estudiantes de la escuela secundaria - hombres y mujeres - frente a tres distintos tipos de videojuegos: los que contenían violencia y sexismo como parte de los argumentos (Grand Theft Auto -GTA-), los que solo tenían violencia (Half Life 1 y 2) y los que no contenían ninguna referencia (Pinball 3D o Q.U.B.E. 2). Cada participante solo utilizó uno de los juegos, no los tres.
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