Para la psicóloga norteamericana, Amy Cuddy, hay muchas diferencias en el comportamiento de las personas con poder versus las personas sin poder, uno de ellos es el fisiológico, “Lo que se ha visto es que los individuos masculinos más poderosos en jerarquías de primates, tienen alta la testosterona y bajo el cortisol, y los líderes poderosos y efectivos, también tienen alta la testosterona y bajo el cortisol. ¿Qué quiere decir esto? Si hablamos de poder, la gente pensaba solamente en la testosterona, por su relación con la dominación. Pero el poder también se relaciona con cómo reaccionamos al estrés”.
¿Y qué tiene que ver esto con la autoconfianza? Siguiendo el planteamiento de la psicóloga social, las mentes poderosas tienden a ser más optimistas y a tener más confianza. En parte por su manejo del estrés y su propensión a tomar riesgos. Así, en la medida en que más confianza tengas en ti misma, más poderosa y arriesgada será tu mente para manejar situaciones con un alto componente de estrés. /
Aprende a decir no
Que la pena no sea un impedimento para comprometerte a hacer algo de lo que no estás segura o para dejarte llevar por los deseos de otros. Cuando eres capaz de decir no es cuando más consciente y empoderada estás de tus acciones.
Sigue tu instinto
Escucha los consejos pero sobre todo escúchate a ti misma. Las corazonadas son más poderosas de lo que te imaginas y te ayudarán a encontrar tu propio camino. No quieras vivir la vida de otros, ni dejes que tus decisiones dependan de los demás. Enfrenta tus miedos y aprópiate de tus triunfos.
Descúbrete
Haz una lista honesta de tus habilidades, logros y fortalezas. Inicia un proceso de autodescubrimiento en el que tu único referente seas tú misma, evita las comparaciones y enfoca tus energías en todo lo positivo que tienes en tu vida. Concéntrate en lo que puedes y quieres hacer en lugar de lo que debiste o quisiste hacer en el pasado.
Arriésgate
A veces el miedo a recibir un no como respuesta nos impide seguir adelante, en estas ocasiones lo que debes preguntarte es ¿qué es lo peor que puede pasar? Aunque está bien poner en la balanza los pros y contras de una posible decisión, es importante tomar riesgos cuando lo único que tenemos que perder es no intentarlo.
Programa tu mente y tu cuerpo
Sé consciente de los términos que usas cada día y las posiciones de tu cuerpo. Si te paras frente a otra persona con una pose encorvada lo que haces es empequeñecerte mientras que cuando asumes una posición erguida proyectarás una mayor confianza. Lo mismo pasa con lo que conocemos como programación neurolingüística, es decir cuando permites que los pensamientos negativos y las inseguridades te bloqueen.
LAS CLAVES DE LA ACEPTACIÓN
Confianza
“Una vez confías, afuera todo está resuelto”. La confianza hace parte de creer en ti y en que puedes lograrlo. Parte de nuestra programación neurolingüística, si creemos que es difícil será difícil. Acepta la incertidumbre como parte del proceso de aprendizaje.
Pasión
“Solo hago lo que me hace feliz”. Al salir de la zona de confort encontrarás muchas voces que te dirán ‘no lo hagas’, pero ¿quién puede decirte que lo que buscas no te hará feliz?
Merecimiento
“Afuera hay dos tipos de emociones, una que es ruido y otra que es música”. Merecimiento es diferente a ego. Pregúntate qué mereces tú y no qué te dicen los demás que mereces.
Coherencia
Ser conscientes del aquí y del ahora. Cliché y todo pero una vez empiezas a pensar en el instante tus sentidos se agudizan y puedes apreciar mejor cada vivencia.
Perdón y desapego
“A ti nadie te hace algo que no permitas”. Aprender a poner límites es darte la importancia personal que mereces. Recuerda que no existe el ‘me toca’, sino el ‘yo elijo’.
Aceptación y amor propio
“Encontrar la felicidad es creer que está afuera y no en mí”. Para aceptarnos como somos hay que conciliar las barreras del ego, la culpa y la carencia. Evitar los juicios y aceptar que tu verdad no es la única.
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