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viernes, 16 de septiembre de 2016
Slow Life: Desacelera y sé feliz
“Una quinta parte de nosotros interrumpe el sexo con su pareja para leer un email o contestar una llamada de teléfono”, afirma el periodista premiado y escritor canadiense Carl Honoré, autor del libro Elogio de la lentitud, el best seller que le encumbró como gurú del movimiento slow. El experto asegura que nuestra sociedad se ha contagiado con el “virus de la prisa. No solamente en el despacho o en el trabajo, también cuando leen cuentos a sus hijos o hacen el amor con su pareja... Es algo que nos afecta a todos”.
El barómetro anual Bienestar y motivación de los empleados en Europa 2015, llevado a cabo por Ipsos y Edenred, confirma las palabras de Honoré: un 40% de los trabajadores piensa en abandonar su empresa y el 41% se muestra insatisfecho con el equilibrio de la vida profesional y personal. Es el llamado efecto ‘blurring’ o ausencia de separación entre la vida profesional y personal. Además, un 37% de los empleados asegura sentirse muy estresado en el trabajo. En 2003, el estrés sustituyó al dolor de espalda como la principal causa del absentismo laboral, cuenta en su libro Carl Honoré.
“Si estás súper estimulado, si nunca desconectas, no puedes vivir el presente”, asegura este conocido conferencista de TED Talks. Tampoco tienes tiempo de soñar o reflexionar sobre tu vida. “Somos adictos a la velocidad y superar esta adicción lleva su tiempo”, concluye Honoré.
¿Adictos a la rapidez?
No es fácil adoptar un estilo de vida más lento en una sociedad que parece premiar y apreciar la rapidez. La pregunta es: ¿Cuáles suelen ser los obstáculos más importantes que tenemos que sortear para bajar la velocidad y aumentar la calidad de nuestra vida?
“No es fácil ir más despacio. Hay un montón de razones por las que vamos rápidos. Una de ellas es que la velocidad es divertida, atractiva, es un subidón de adrenalina. Es como una droga y nos hemos convertido en adictos a ella. Otra razón por la que nos aceleramos es por codicia: el mundo es una gigante mezcla heterogénea de actividades que hacer, consumir, experimentar y lo queremos todo. El problema es que quererlo todo es como tener la receta para acelerar. Otra razón: nuestra propia mortalidad, queremos acumular tantas vivencias como sea posible antes de que se nos termine el tiempo aquí. Otra razón la encontramos en nuestros puestos de trabajo que ejercen presión sobre nosotros y nos conducen a trabajar más rápido y más tiempo. La tecnología nos acompaña: estamos rodeados de aparatos que permiten y nos animan a hacerlo todo más y más rápido. Y el miedo: correr de un lado a otro en un estado de distracción constante es una buena manera de evitar hacerse las preguntas profundas no resueltas que todos tenemos ocultas en el interior”, asegura Honoré.
Dadas las razones, claro está que es difícil ralentizar rápidamente. Sin emabrgo, aquí te damos las 20 claves de Carl Honoré para iniciarte en el movimiento slow.
CLAVE 1: Respira. Cuando sientas ansiedad, detente y haz unas respiraciones profundas. Tiene un efecto calmante instantáneo entre cuerpo y mente.
CLAVE 2: Controla la velocidad. Escoge algunos momentos a lo largo del día para parar y preguntarte si estás actuando de manera acelerada. Si es así, realiza unas respiraciones profundas y retoma la tarea más lentamente.
CLAVE 3: Come bien. No lo hagas en tu mesa de oficina. Incluso si sólo tienes 20 minutos, toma un sándwich en la cafetería o parque más cercano, y disfruta cada bocado.
CLAVE 4: Usa los espacios slow. Muchas empresas han creado espacios para relajarse: practicar yoga, meditación, rezar o incluso dormir la siesta. Si en tu oficina hay uno, úsalo. Si no, propón su creación y mientras, sal a caminar un rato.
CLAVE 5: Bloquea unas horas a la semana sin planes. Cuando llegue el momento, haz lo que te apetezca o disfruta de no hacer nada.
CLAVE 6: Medita. La meditación es una poderosa herramienta para disminuir la velocidad. Frena el estrés, promueve la calma y agudiza la concentración. Serás más feliz y creativa.
CLAVE 7: Arma rompecabezas. Existe gente adicta a armar puzles, y es que es una de las maneras más fáciles de desconectar. Extiende las piezas del rompecabezas y observa cómo se convierten en un oasis zen para todo el que pasa a tu lado.
CLAVE 8: Haz descansos. Por cada hora de trabajo, tómate un respiro. Si es necesario, ponte una alarma que te lo recuerde. Pero sé flexible, si estás en medio de una tarea o pensamiento importante, pospón el descanso hasta que estés listo.
CLAVE 9: Crea una lista ‘not to-do’. Todas tenemos nuestras ‘to-go lists’, es momento de crear la antítesis de ella. ¿Puedes cancelar la reunión? ¿Posponer la cena? Traslada estas tareas a tu listado ‘not to-do’ y continúa con el resto.
CLAVE 10: Delega. Algunas tareas pequeñas requieren más tiempo del que valen. Si puedes, delega la transcripción de esa entrevista o la organización de ese viaje de trabajo.
CLAVE 11: Tómate tu tiempo. Tendemos a condensar tanto la agenda que acabamos corriendo de un lado para otro. Si has calculado que, de una actividad a otra, tardas 10 min, concédete 15.
CLAVE 12: Desconecta. Reserva unas horas al día para conectarte o consultar el correo electrónico. Fuera de ese horario, apaga el teléfono o activa una respuesta automática.
CLAVE 13: Detente, observa, piensa. Antes de enviarle un correo electrónico a alguien que está sentado cerca de ti en la oficina, pregúntate si sería más eficiente levantarte y decírselo cara a cara. Si la respuesta es ‘sí’, ve para allá.
CLAVE 14: Elimina las notificaciones. Acaba con el aluvión de interrupciones desconectando las notificaciones para obligarte a comprobar manualmente si hay nuevos mensajes.
CLAVE 15: Levántate antes. Ponte el despertador 10 minutos antes de la hora a la que sueles despertarte. De esta forma tendrás algo más de tiempo para poder prepararte y empezar el día más relajado… Nada mejor que eso.
CLAVE 16: Aprende a decir no. Al menos una vez al día, responde ‘no’ a una invitación o a alguna actividad que puedas declinar.
CLAVE 17: Limita el acceso al mail. Si tienes que consultar el correo fuera de la oficina, establece un horario específico. Fuera de ese tiempo, guarda los dispositivos electrónicos de trabajo en un cajón y desconecta.
CLAVE 18: Encuentra tu ritual slow. Elige una actividad que te ayude a rebajarte y desacelerar, y prográmala en tu rutina diaria. Jardinería, lectura, yoga, cocina, tejer, escuchar música clásica…
CLAVE 19: Tu espacio para pensar. A lo largo del día busca tus momentos para estar solo y pensar. Hazlo en un lugar tranquilo y céntrate en tus pensamientos, reflexiona sobre algún problema o plantéate grandes cuestiones: ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿Soy feliz?
CLAVE 20: Vive el presente. Cuando actúas de forma acelerada o haces varias cosas a la vez, sólo rozas la superficie. La vida es lo que está ocurriendo aquí y ahora, así que disfruta el momento.
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