El sabio Saadi de
Xiras caminaba por una calle con su discípulo, cuando vió a un hombre tratando
de hacer que su asno se moviera.
Como el animal se
rehusaba a moverse de ese lugar, el hombre comenzó a insultarlo con las peores
palabras que conocía.
- No seas tonto -le
dijo Xiras. -El burro jamás entenderá tu lenguaje. Lo mejor será que te calmes
y aprendas el lenguaje de él.
Y apartándose, le
comentó a su discípulo:
- Para pelearse con
un burro, hay que ser tan burro como él.
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