martes, 27 de septiembre de 2016

La soledad podría ser hereditaria



Según investigaciones de la Universidad de California en San Diego, en un estudio basado en la participación de más de 10.000 personas, la soledad puede estar conectada con lo que los seres humanos heredan de sus progenitores.

Además, el análisis científico arrojó que la soledad además de estar relacionada con la mala salud física y mental, también tiene secuelas asociadas con el neuroticismo o inestabilidad emocional y síntomas depresivos.

"Entre dos personas que tengan el mismo número de amigos y familiares cercanos, puede haber una que sienta que su estructura social no es adecuada, mientras que la otra siente que sí. Y eso es lo que entendemos por ‘predisposición genética a la soledad', indicó el profesor de psiquiatría de la UCSD, Abraham Palmer.

De esta manera, el estudio estuvo dirigido a explicar por qué la sensación de querer estar solos tiene una influencia genética, comprobando que su relación consta entre un 14 y un 27 por ciento.

Incluso se determinó que la que la soledad puede vincularse, a largo plazo, con la esquizofrenia, el trastorno bipolar y depresivo, que es la producción de dopamina u oxitócica en el sistema nervioso, según el informe del estudio por la UCSD.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Comprendiendo la ira



En una sociedad en la que la agresividad y la violencia han ganado terreno en los ámbitos de desenvolvimiento de una persona, la calma, la serenidad y el temple parecen ser un mito. Vemos la ira como algo que caracteriza a la sociedad y dicta sin discriminación la estructuración de la personalidad de los seres humanos.

Lidiar con problemas de ira (propios o ajenos) es una lucha en la cual muchos pueden identificarse, pero ¿hasta qué punto es “normal”?, ¿es realmente un problema psicológico?, ¿pueden los padres evitar que los hijos manifiesten a futuro este comportamiento negativo?

El psicólogo Germán Burgoa comparte con los lectores de Más Salud lo básico que debe saber un individuo para comprender la ira y que esta no afecte su vida ni su entorno.

¿Qué es la ira?

Para definir la ira es importante discriminar términos que suelen ser confundidos: uno de ellos es la agresividad y el otro, la violencia.

Podemos definir la agresividad como un componente innato de nuestros mecanismos de defensa, que nos permite enfrentar situaciones que sin la misma no podrían ser solucionadas, es así que la agresividad es de alguna manera necesaria para la supervivencia del ser humano y aparece solamente frente a situaciones de defensa.

Por otro lado, la violencia es un comportamiento agresivo desbordado que cuenta con plena conciencia del acto, premeditación y alevosía y que busca causar daño con o sin motivo aparente.

La ira a su vez es un comportamiento de igual manera desbordado de emociones agresivas que el sujeto difícilmente puede controlar y que termina causando daño al mismo sujeto y a su entorno. La ira tiene elementos emocionales y a su vez neurológicos como la segregación de ciertas hormonas como la adrenalina y la noradrenalina.

¿Qué hace que nos enfademos?

El enojo o “enfado” es una reacción bastante común y de baja intensidad e impacto. Puede ser motivado por diversas circunstancias, imposibilidad de entender o lograr resolver ciertos conflictos, desacuerdos entre opiniones o visión sobre un mismo tema, inclinación a posiciones políticas divergentes, fracaso, impotencia y sobre todo, frustración. Muchas de estas situaciones pueden desencadenar en ira o violencia, muy fácilmente sobre todo cuando podemos identificar focos de instigación o posiciones divergentes extremas.

¿Por qué se enojan más unas personas que otras?

Todas las personas desarrollamos mecanismos de defensa que nos ayudan a adaptarnos y a resolver problemas de manera eficaz y/o eficiente. Estos mecanismos se pueden medir por su plasticidad (flexibilidad) y relación con las secuencias de hechos y el contexto y están determinados por la debilidad o fortaleza del Yo, que es la instancia de relación entre la persona y entorno. Las personas que tienen un YO débil son más propensas a presentar dificultades para el control de impulsos y tolerar la frustración, por lo cual pueden pasar más fácilmente a estados de enojo, estas características tienen que ver con los procesos de estructuración de la personalidad que empiezan en el momento mismo en que se es concebido.
Háblenos más sobre cómo influyen los rasgos de personalidad en la intensidad de la furia. ¿Se enojan más las personas extrovertidas?

La ira es un rasgo de personalidad que responde a una estructura débil e inestable, incapaz de interpretar adecuadamente la realidad y encontrar otras formas mucho más adaptadas para resolver sus problemas, siendo la conducta impositiva y violenta la que usan con mayor frecuencia. Sin embargo hay que recalcar que estas características no tienen nada que ver directa o indirectamente con ser extravertidas o no, sino más bien, como mencionamos anteriormente, con estructuras de personalidad inestables.

Los estados patológicos de la personalidad asociados a la ira y la violencia se encuentran enmarcados en el desarrollo de la primera infancia en la que los niños son sometidos a entornos conflictivos inestables y violentos, modelos con los cuales se identifican, o por el contrario, situaciones de exceso de mimo y sobre todo, sobreprotección. Estos modelos no ayudan a madurar a los niños, siendo estos incapaces de desarrollar empatía, respeto por el otro, tolerancia a la frustración y manteniendo por el contrario un carácter impositivo, inmediatista, egocéntrico y agresivo como la única forma de lograr sus objetivos.

¿Qué efectos generan en nuestro cuerpo y mente los constantes enfados?

Más que efectos podemos identificar síntomas y signos que aparecen como un proceso de deterioro mental hasta llegar a desencadenar ira, entre estos por ejemplo están:

• Enojo
• Irritación
• Incremento en la frecuencia cardiaca y la presión arterial
• Pérdida de conciencia de realidad
• Ofuscación
• Violencia

Estas conductas desencadenan de manera progresiva el deterioro de la persona en sus diferente esferas de relación, personal, social y biológico.

¿Es bueno dar rienda suelta a la ira?

La ira es un comportamiento destructivo que debe ser controlado. Muchos de los casos de feminicidio, infanticidio, violencia de masas, etc., situaciones muy frecuentes en nuestro país y que lamentablemente nuestro departamento Cochabamba lidera las estadísticas, están también asociados lamentablemente al consumo de alcohol y drogas, factores que contribuyen a bajar las defensas dejando al descubierto los impulsos violentos incontrolables.

Hay formas de canalizar la agresividad a través de actividades positivas tales como el deporte, el arte, las relaciones sociales sanas y constructivas y las relaciones afectivas sexuales, actividades que nos ayudan a estabilizar nuestro estado emocional.

La ira, ¿aporta algún beneficio a la salud mental?

Definitivamente ninguno, más para el contrario, sólo contribuye a la destrucción de la persona y su entorno. Sus efectos se pueden ver claramente en las situaciones de violencia intrafamiliar, violencia de género, violencia contra la mujer y violencia infantil.

¿Cómo sabe una persona si tiene problemas de ira?

Existen tres elementos a tomar en cuenta para determinar si existe un problema de ira:

a. Frecuencia.- es equivalente a la cantidad de veces que una persona reacciona de manera violenta

b. Intensidad.- se puede medir por el impacto que deja el acto agresivo en el ambiente (destructividad) y las personas (daño físico y/o emocional).

c. Topografía.- El contexto en que la situación violenta ocurre, tiene mucho que ver con la secuencia de hechos.

¿Cómo puede uno mismo controlar el enojo? ¿Cómo debe expresarlo?

La plasticidad en el carácter nos da la idea que para resolver un problema contamos con un aproximado de 10 opciones de solución. Optar siempre por la misma no nos ayuda de ninguna manera, es importante saber reconocer los síntomas o signos que preceden a un acto violento, empezando por sensaciones, emociones y sentimientos. Detenerse a analizar la situación unos segundos puede ser la diferencia entre cometer un acto violento o no.

Sin embargo, la mejor opción es detectar estas características en los primeros años de vida, la primera infancia para corregirlas de manera práctica y relativamente fácil, cambiando los modelos educativos y afectivos determinados por los padres y el sistema familiar.

Aquellos niños que presentan conductas de “berrinche” las cuales pueden tener características violentas como auto agresión, agresión a las personas o figuras de autoridad (insultos, golpes, escupitajos, etc.), descalificación, enfrentamiento, llanto inmotivado, etc. Es muy importante que los padres acudan a consulta psicológica, ya que las posibilidades de solución son enormes interviniendo solamente en los modelos educativos, las relaciones intrafamiliares y la estabilidad del sistema familiar, situaciones que son en sí misma la causantes de los problemas de ira.

¿Cómo debe actuar una persona que trata constantemente con alguien que tiene problemas de ira?

Es importante tomar en cuenta que al ser la ira un acto de alta destructividad, las personas que están en contacto con personas que padecen de este problema en principio deben detectarlo a tiempo en la infancia y buscar apoyo. En caso de aquellas personas que sufren este problema con sus hijos ya mayores y pareja, deben buscar de la misma manera ayuda psicológica o de lo contrario alejarse de estas personas cuando aún es tiempo.



DOCTOR

Germán J. Burgoa Costas es licenciado en Psicología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). Tiene una especialidad en Psicología infantil y sistémica y

25 años de práctica en tratamiento de trastornos de conducta, trastornos de aprendizaje, terapia sistémica y trastornos del espectro autista.

Es responsable de procesos de capacitación a maestros, personal de salud, padres de familia y alumnos en diferentes unidades educativas. Procesos dirigidos a la prevención, detección y tratamiento temprano de trastornos madurativos de la primera infancia, alteraciones de conducta en la adolescencia y prevención, detección y tratamiento de trastornos de aprendizaje escolar.


jueves, 22 de septiembre de 2016

La soledad crónica es más peligrosa que el alcoholismo o la obesidad

La soledad crónica es más peligrosa que el alcoholismo o la obesidad y puede incluso matar, asegura el neurocientífico argentino Facundo Manes, autor de "Usar el cerebro", un libro en el que propone conocer la mente para vivir mejor.

"Sentirse solo es un mecanismo biológico como tener hambre o sed, pero la diferencia está en que una persona puede comer o beber y se acaban sus problemas, pero no puede salir a la calle y gritar 'quiero tener amigos'" para llenar ese vacío, dice. Manes, graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), es presidente de la World Federation of Neurology Research Group on Aphasia, Dementia and Cognitive Disorders y fundador del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, ambos en Argentina. En el libro se explica con un lenguaje sencillo aspectos del "órgano más complejo" del ser humano como la conciencia, la inteligencia, la memoria, la toma de decisiones y las emociones. "Usar el cerebro" (Paidós), que escribió junto al periodista argentino Mateo Niro, no es el último libro de Manes, pero sí el que ha llegado a más lectores.

Después publicó "El cerebro argentino", por ahora sólo en su país. En su opinión, aunque los cerebros de argentinos, rusos, chinos o españoles son biológicamente similares, paradójicamente la ciencia ha demostrado que se puede hablar de un cerebro específico de un país, de una región, una ciudad o incluso un barrio. "Hoy sabemos que la cultura, las historias compartidas, las memorias colectivas y la gente que nos rodea crean esquemas mentales", dice para explicar el porqué de "Un cerebro argentino". La ciencia ha avanzado más en el conocimiento del cerebro en los últimos tiempos que en toda la historia anterior de la humanidad.



EL "COSTO" DEL ALZHEIMER

El Alzheimer es "una epidemia con un coste también político, económico y social impresionante", dice sobre esta enfermedad para la que todavía no hay cura. Si fuera un país estaría en el número 18 de la tabla por cantidad de "habitantes". Pero además de mantener bajos los niveles de colesterol y de la glucosa en la sangre y evitar la hipertensión, el tabaco, el estrés y el sobrepeso, hay que ser asiduos a las cosas que le hacen bien al cerebro como el ejercicio, la vida social, los desafíos intelectuales (aprender un idioma o tocar un instrumento musical) y procurar dormir bien, recomienda Facundo Manes, a sus amigos latinoamericanos.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Tomar sol durante 15 minutos puede mejorar el estado de ánimo


El sol es imprescindible para la vida y tiene efectos positivos para el organismo, como por ejemplo, facilitar el desarrollo de la vitamina D, que ayuda a absorber calcio por parte de los huesos, o mejorar el estado de ánimo.

Sin embargo, debemos evitar la exposición prolongada sobre todo a las horas que el sol es más fuerte que el resto del día. Tan solo 15 minutos de exposición solar al día son suficientes para obtener los beneficios que nos ofrece el sol.

De acuerdo, a la Dra. Morelyz Luna, dermotólogo y colaboradora de La Roche Posay, tomar sol en exceso puede provocar en la piel efectos nocivos tales como quemaduras solares, foto envejecimiento, cambios de la textura de la piel, foto sensibilidad, foto inmunosupresión (conocido como herpes labial), aceleración en el envejecimiento de la piel dado por la aparición de manchas y lo que es más importante foto carcinogénesis (cáncer de piel).

Esto se debe a que el sol emite radiación ultravioleta (rayos UV), que se dividen en tres tipos de rayos: UVB, UVA y UVC.

Estos rayos solares son absorbidos por las distintas capas de la atmósfera, llegando a la tierra solo la cantidad de radiación necesaria para facilitar la vida.

"Los rayos UVB, penetran en la capa superior de la piel provocando quemaduras y ampollas en la piel. La radiación UVB es la principal causante del cáncer de piel. Se considera que los rayos UVB son los más peligrosos para el organismo”, asegura la Dra. Morelyz Luna.

Recomendaciones

Para disminuir el riesgo de cambios cutáneos por los efectos del sol es necesario tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:

1) Aplicar protector solar diariamente cada 2 horas en áreas expuestas al sol.

2) Usar protector solar contra rayos ultravioleta tipo UVA y UVB.

3) Evitar exponerse de forma prolongada al sol en horas comprendidas entre 10 am y 4 pm.

4) Acudir al dermatólogo ante cualquier cambio de coloración en la piel.

Slow Life: Desacelera y sé feliz



“Una quinta parte de nosotros interrumpe el sexo con su pareja para leer un email o contestar una llamada de teléfono”, afirma el periodista premiado y escritor canadiense Carl Honoré, autor del libro Elogio de la lentitud, el best seller que le encumbró como gurú del movimiento slow. El experto asegura que nuestra sociedad se ha contagiado con el “virus de la prisa. No solamente en el despacho o en el trabajo, también cuando leen cuentos a sus hijos o hacen el amor con su pareja... Es algo que nos afecta a todos”.

El barómetro anual Bienestar y motivación de los empleados en Europa 2015, llevado a cabo por Ipsos y Edenred, confirma las palabras de Honoré: un 40% de los trabajadores piensa en abandonar su empresa y el 41% se muestra insatisfecho con el equilibrio de la vida profesional y personal. Es el llamado efecto ‘blurring’ o ausencia de separación entre la vida profesional y personal. Además, un 37% de los empleados asegura sentirse muy estresado en el trabajo. En 2003, el estrés sustituyó al dolor de espalda como la principal causa del absentismo laboral, cuenta en su libro Carl Honoré.

“Si estás súper estimulado, si nunca desconectas, no puedes vivir el presente”, asegura este conocido conferencista de TED Talks. Tampoco tienes tiempo de soñar o reflexionar sobre tu vida. “Somos adictos a la velocidad y superar esta adicción lleva su tiempo”, concluye Honoré.



¿Adictos a la rapidez?

No es fácil adoptar un estilo de vida más lento en una sociedad que parece premiar y apreciar la rapidez. La pregunta es: ¿Cuáles suelen ser los obstáculos más importantes que tenemos que sortear para bajar la velocidad y aumentar la calidad de nuestra vida?

“No es fácil ir más despacio. Hay un montón de razones por las que vamos rápidos. Una de ellas es que la velocidad es divertida, atractiva, es un subidón de adrenalina. Es como una droga y nos hemos convertido en adictos a ella. Otra razón por la que nos aceleramos es por codicia: el mundo es una gigante mezcla heterogénea de actividades que hacer, consumir, experimentar y lo queremos todo. El problema es que quererlo todo es como tener la receta para acelerar. Otra razón: nuestra propia mortalidad, queremos acumular tantas vivencias como sea posible antes de que se nos termine el tiempo aquí. Otra razón la encontramos en nuestros puestos de trabajo que ejercen presión sobre nosotros y nos conducen a trabajar más rápido y más tiempo. La tecnología nos acompaña: estamos rodeados de aparatos que permiten y nos animan a hacerlo todo más y más rápido. Y el miedo: correr de un lado a otro en un estado de distracción constante es una buena manera de evitar hacerse las preguntas profundas no resueltas que todos tenemos ocultas en el interior”, asegura Honoré.

Dadas las razones, claro está que es difícil ralentizar rápidamente. Sin emabrgo, aquí te damos las 20 claves de Carl Honoré para iniciarte en el movimiento slow.



CLAVE 1: Respira. Cuando sientas ansiedad, detente y haz unas respiraciones profundas. Tiene un efecto calmante instantáneo entre cuerpo y mente.



CLAVE 2: Controla la velocidad. Escoge algunos momentos a lo largo del día para parar y preguntarte si estás actuando de manera acelerada. Si es así, realiza unas respiraciones profundas y retoma la tarea más lentamente.



CLAVE 3: Come bien. No lo hagas en tu mesa de oficina. Incluso si sólo tienes 20 minutos, toma un sándwich en la cafetería o parque más cercano, y disfruta cada bocado.



CLAVE 4: Usa los espacios slow. Muchas empresas han creado espacios para relajarse: practicar yoga, meditación, rezar o incluso dormir la siesta. Si en tu oficina hay uno, úsalo. Si no, propón su creación y mientras, sal a caminar un rato.



CLAVE 5: Bloquea unas horas a la semana sin planes. Cuando llegue el momento, haz lo que te apetezca o disfruta de no hacer nada.



CLAVE 6: Medita. La meditación es una poderosa herramienta para disminuir la velocidad. Frena el estrés, promueve la calma y agudiza la concentración. Serás más feliz y creativa.



CLAVE 7: Arma rompecabezas. Existe gente adicta a armar puzles, y es que es una de las maneras más fáciles de desconectar. Extiende las piezas del rompecabezas y observa cómo se convierten en un oasis zen para todo el que pasa a tu lado.



CLAVE 8: Haz descansos. Por cada hora de trabajo, tómate un respiro. Si es necesario, ponte una alarma que te lo recuerde. Pero sé flexible, si estás en medio de una tarea o pensamiento importante, pospón el descanso hasta que estés listo.



CLAVE 9: Crea una lista ‘not to-do’. Todas tenemos nuestras ‘to-go lists’, es momento de crear la antítesis de ella. ¿Puedes cancelar la reunión? ¿Posponer la cena? Traslada estas tareas a tu listado ‘not to-do’ y continúa con el resto.



CLAVE 10: Delega. Algunas tareas pequeñas requieren más tiempo del que valen. Si puedes, delega la transcripción de esa entrevista o la organización de ese viaje de trabajo.



CLAVE 11: Tómate tu tiempo. Tendemos a condensar tanto la agenda que acabamos corriendo de un lado para otro. Si has calculado que, de una actividad a otra, tardas 10 min, concédete 15.



CLAVE 12: Desconecta. Reserva unas horas al día para conectarte o consultar el correo electrónico. Fuera de ese horario, apaga el teléfono o activa una respuesta automática.



CLAVE 13: Detente, observa, piensa. Antes de enviarle un correo electrónico a alguien que está sentado cerca de ti en la oficina, pregúntate si sería más eficiente levantarte y decírselo cara a cara. Si la respuesta es ‘sí’, ve para allá.



CLAVE 14: Elimina las notificaciones. Acaba con el aluvión de interrupciones desconectando las notificaciones para obligarte a comprobar manualmente si hay nuevos mensajes.



CLAVE 15: Levántate antes. Ponte el despertador 10 minutos antes de la hora a la que sueles despertarte. De esta forma tendrás algo más de tiempo para poder prepararte y empezar el día más relajado… Nada mejor que eso.



CLAVE 16: Aprende a decir no. Al menos una vez al día, responde ‘no’ a una invitación o a alguna actividad que puedas declinar.



CLAVE 17: Limita el acceso al mail. Si tienes que consultar el correo fuera de la oficina, establece un horario específico. Fuera de ese tiempo, guarda los dispositivos electrónicos de trabajo en un cajón y desconecta.



CLAVE 18: Encuentra tu ritual slow. Elige una actividad que te ayude a rebajarte y desacelerar, y prográmala en tu rutina diaria. Jardinería, lectura, yoga, cocina, tejer, escuchar música clásica…



CLAVE 19: Tu espacio para pensar. A lo largo del día busca tus momentos para estar solo y pensar. Hazlo en un lugar tranquilo y céntrate en tus pensamientos, reflexiona sobre algún problema o plantéate grandes cuestiones: ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿Soy feliz?



CLAVE 20: Vive el presente. Cuando actúas de forma acelerada o haces varias cosas a la vez, sólo rozas la superficie. La vida es lo que está ocurriendo aquí y ahora, así que disfruta el momento.


jueves, 15 de septiembre de 2016

10 cosas que debes dejar de hacer a los 20 para ser más feliz a tus 30

Algunas de nuestras acciones, aunque no seamos totalmente conscientes de ellas, no nos ayudan a ser felices

Para que no te arrepientas de las cosas que debías hacer, empieza por quitar de tu vida ciertos malos hábitos.

1. Planes por compromiso

Si no deseas ir a algún lugar y lo haces más de fuerza que de ganas, entonces cancela el plan, invierte tu tiempo en algo que de verdad desees.

2. Pensar en el qué dirán

Las críticas no importan, mientras tú te encuentres segura de lo que quieres hacer. Si te quieres pintar el cabello de verde, hacerte 10 tatuajes o lo que sea, es tu decisión y lo demás no interesa.

3. Criticar a los demás

Así como los demás no tienen derecho a hacerlo contigo, tú tampoco lo hagas. Cada quien es libre de sus decisiones.

4. Quejarse por todo

En vez de verles el lado negativo a todas las cosas, trata de enfocarte en revertir lo malo y convertirlo en algo bueno, así mejorarás tu día





5. Ser demasiado desordenado

Las cosas que son inmediatas, hazlas al momento. Lava tu plato, pon ese libro en su lugar, realiza tus apuntes en una agenda. Verás que todo se hará más práctico y sencillo.

6. Gastos innecesarios en cosas que realmente no necesitas.

Sí, es cierto que es difícil controlar esos impulsos, pero aprende a tener prioridades. Comienza a ahorrar para cosas que realmente deseas y notarás que la satisfacción es mucho mayor.

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7. Comer tanta comida chatarra

Por más que deliciosa que sea, debes cuidar tu salud. Empieza a cocinarte o busca opciones más saludables, tu cuerpo te lo agradecerá.

8. Poner mil excusas para no leer o ejercitarte

Lee por lo menos 20 minutos al día y empieza a ejercitarte un poco más. Usa las escaleras en lugar del ascensor, camina tramos pequeños, sal a montar bicicleta, etc. ¡Muévete!





9. Depender de los demás

Todos requerimos ayuda en ciertos momentos y está bien, pero aprende a hacer tus cosas sola. No hay nada mejor como pasar un tiempo a solas para disfrutar uno mismo.

10. Compararse con los demás

Cada persona tiene sus tiempos y no todos alcanzamos nuestras metas a la vez.

Concentrarse en la idea de bienestar mejora la salud

Aprender pensamientos positivos que afecten a nuestro cuerpo de manera constructiva para producir mejoras en nuestra salud es un verdadero arte y una disciplina muy personal que se puede aprender con un poco de constancia y con mucha fe.

Las palabras bienestar y malestar son dos claves que tenemos que conocer para dirigir la fuerza curativa de nuestro pensamiento.

Las enfermedades crónicas de origen psicosomático provienen de pensamientos negativos pensados constantemente y concentrados en nuestro malestar; ahora que se ha dado cuenta de esta verdad puede tomar la decisión de revertir esta situación y aprender a pensar conscientemente y de manera repetitiva un pensamiento opuesto para generar salud y para que esa salud lograda se vuelva perdurable.

Son muchos los modelos mentales con los que se puede producir un mejoramiento de la salud y lograr un fortalecimiento de las fuerzas internas del propio cuerpo y uno de esos modelos mentales es el siguiente: “Me concentro en mi bienestar corporal creciente”.

Este modelo mental produce una nueva dirección en el rayo de la atención y esta nueva dirección está orientada hacia el bienestar, hacia todas las formas de bienestar que tiene nuestro cuerpo y que tienen que ver con el incremento de fuerzas físicas, de auto-alimentación del cuerpo mental, pensamientos orientados y concentrados en el bienestar y ya no en el malestar.

El ejercicio mental para lograr un mejoramiento de la salud y un fortalecimiento del cuerpo físico consiste en “entrarse” en un estado de concentración mental con los ojos cerrados y el cuerpo relajado y en ese momento, repetirse a sí mismo el modelo mental que fortalece:” Me estoy concentrando en mi bienestar corporal creciente” y luego de memorizar dicho pensamiento, se lo debe repetir durante diez o veinte minutos con gran sentimiento y una vez concluida esa repetición salir de ese estado diciendo: “Cuando salga de este estado de concentración, notaré los efectos de bienestar que aumentan día a día en mi cuerpo físico y en mi mente”

Así que ya lo sabe, querido amigo o querida amiga, puede cambiar de vía a su pensar habitual en todo momento en que le sea posible repetir mentalmente para sí mismo o para sí misma el modelo mental siguiente: “Me concentro en el bienestar creciente de mi subconsciente” y como se dice que su subconsciente es su alma, el bienestar creciente lo experimentará su alma y en consecuencia, la parte mayoritaria de su ser experimentará un mejoramiento notable sin desdeñar las otras partes que también son importantes y definitivas, quien ataca a cualquiera de sus partes termina por destruirse a sí mismo.

Mi educación es mala para otros

Definitivamente saber comportarnos es importante en todo momento, sin embargo nuestro buen comportamiento y nuestros hábitos más exquisitos pueden ser muy bien vistos en algunos lugares o en algunas culturas, pero para otros es posible que se espere otra cosa para demostrar clase y educación, es por eso que es bueno leer bastante y mejor aún viajar mucho para conocer y disfrutar las costumbres de distintas culturas.

Sin embargo, muchas veces viajar puede resultar difícil por distintos aspectos, pero no es un pretexto para dejar de aprender y conocer el mundo, ya que ahora la tecnología nos permite hacerlo de manera virtual, por este medio también podemos conocer muchos lugares además que también podemos obtener mucha información.

Viajar es abrir los ojos del conocimiento. Si bien la etiqueta, las buenas maneras, las buenas costumbres y todo lo relacionado con las reglas de urbanidad, son el plus que se espera de una persona bien educada, debemos estar conscientes que esto puede variar de un país a otro, incluso en un mismo país pueden existir diferencias culturales entre una etnia y otra como sucede en algunos países africanos.

Sostener una vasija con las manos, llevarla a la boca y sorber produciendo ruido al consumir su contenido, es mal visto en algunos países, sin embargo para otros, es lo que realmente se espera, sobre todo en una persona educada.

Cosa similar ocurre con la sopa; en ciertas latitudes lo recomendable es terminar toda la sopa para que no se interprete como un desaire al anfitrión o bien para expresar a través del lenguaje mudo que la sopa estuvo exquisita y hemos quedado satisfechos, sin embargo es realmente necesario degustarla toda para demostrar lo mucho que nos ha gustado? Pues parecería lo más lógico, sin embargo, en ciertas culturas lo correcto es dejar una pequeña porción y nuevamente a través del lenguaje mudo se expresa el agradecimiento al anfitrión que nos ofreció más de lo que nuestro estómago necesita.

Yo siempre he recomendado que para comer con delicadeza, no es necesario llegar hasta la última gota o grano de arroz, como si fuera la última vez que vamos a comer, incluso existen casos en los que parecería que el comensal está raspando el plato… que desagradable verdad? Sin embargo, esto puede ser bien visto en otras culturas.

A continuación, veremos unos cuantos ejemplos de las costumbres en ciertos países, en algunos casos son bastante celosos con la manera de consumir sus alimentos.

EN ITALIA

El “cappuccino” va por la mañana y nunca después de comer (para eso se inventó el “expreso”).

Si come pasta, no la acompañe con pan (a los Italianos les resulta ridículo).

El spaguetti jamás se corta y tampoco se debe enrollar con la cuchara.

El punto de cocción siempre al dente.

EN RUSIA

Cuando vas de visita, el anfitrión te recibe con pan y sal, entonces debemos cortar el pan, echarle un poco de sal y comerlo. “Es una tradición sagrada”, las tribus eslavas pensaban que quienes compartían el pan se hacían amigos para siempre y la sal en Rusia siempre ha sido cara y escasa, por eso ofrecerla es un agasajo. Esto se ve mucho más cuando personalidades de otros países realizan visitas oficiales.

EN LA INDIA

Comer con la mano es la manera correcta y debe ser la derecha y no es que se tenga nada contra la otra mano, obviamente ambas manos deben estar perfectamente limpias como en cualquier lugar del mundo, y por qué con la mano? Consideran que la comida es divina y es necesario disfrutar de ella no solo con los sentidos del gusto, sino también con los del olfato, la vista y el tacto. Comer con las manos es una técnica considerada higiénica y limpia cuando se hace de manera correcta.

En Japón

Una de sus delicias culinarias es la sopa Shoyu Ramen (fideos, algas, jengibre, cerdo, etc.) y la manera adecuada es tomar el cuenco, inclinarse sobre él y con la ayuda de los palillos sorber ruidosamente los fideos, y no es hacer ruido porque sí, es porque lo que se trata de hacer es que junto con los fideos suba el líquido también.

El sushi se come de un solo bocado (más que nada para que no se destruya).

EN ESTADOS UNIDOS

Es norma dejar propina y debe ser sí o sí el 20% de la cuenta y mínimo un 10% si el servicio no le ha parecido bueno a diferencia de lo que sucede en Japón, no dejar propina en Estados Unidos, puede ser interpretado como mala educación, sin embargo en Japón, dejar propina puede ofender.

A los estadounidenses les encanta comer y todo lo que puede comerse sin cubiertos se come con las manos: pizza, alitas de pollo, hamburguesas… ¿Informalidad tal vez?

Los modales en la mesa varían de una cultura a otra y es bueno saberlo, aunque parezcan chocantes, aberrantes o simplemente irrisorios, nos definirán como personas educadas y de mundo.

No es “donde fueres haz lo que vieres” o “hacer lo que vieres donde estuvieres”, sencillamente es saber hacer lo correcto donde te encuentres y es una razón más para incentivar de alguna manera a nuestros niños y jóvenes para que sea un hábito la lectura!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Por qué y cómo nos reímos y otras criaturas también ríen

Reírse es raro. Y aún así todos lo hacemos mucho.

Un estudio arrojó que por cada 10 minutos de conversación, una persona se ríe siete veces.

No lo hacemos cuando creemos. Si le preguntas a la gente qué les hace reír, te hablarán de bromas y humor, pero la verdad es que reímos con mayor frecuencia cuando estamos con otra gente. Y rara vez por bromas.

La risa es una emoción que usamos para mantener lazos sociales.

Una emoción que nos hace producir ruidos bastante extraños: de jadeos y chillidos hasta ahogos o ronquidos. Cada uno de ellos simplemente refleja qué músculo del pecho se está apretando y haciendo presión en la caja torácica para que salga aire. Mi risa es muy aguda, muy por sobre el sonido que logro cuando trato de cantar, por ejemplo.

La risa es una forma primitiva de sonido.

Imágenes de resonancia magnética muestran que cuando alguien ríe, no existe un movimiento real de la lengua, mandíbula, paladar o labios. Toda la acción pasa en la caja torácica.

Las expresiones faciales de emoción son imitadas más allá de la especie.

La risa es una expresión emocional no verbal y estos sonidos, que típicamente usamos para enganchar emociones fuertes, son más parecidos a llamados animales que a nuestro discurso habitual.

Estas expresiones no verbales frecuentemente se asocian a expresiones de emoción. Específicamente a las denominadas emociones "básicas", las cuales se pueden reconocer en todos los grupos humanos e incluso pueden encontrarse en otros mamíferos.

Esto explica por qué algunas emociones parecen similares en distintas especies. Piensen en la cara de un humano enojado y de un lobo enojado.

La gente reconoce la risa como risa incluso si es producida por alguien de una cultura completamente ajena. Mis colaboradores Disa Sauter y Frank Eisner hicieron varios viajes a Namibia para trabajar con gente de la etnia Himba. El único sonido hecho pro un inglés que ellos reconocían era la risa.

Otras emociones muy positivas, como el triunfo, que también tiene un significado en todas las culturas, son expresadas de forma muy distinta a través de ellas y no son expresiones básicas.

Por ejemplo, en Reino Unido no es raro que la gente vitoree en señal de victoria, mientras los himbas producen un sonido estilo "ay-ay-ay" cuando celebran.

No somos los únicos animales que reímos. La risa ha sido descrita en otros primates como los chimpancés, orangutanes y gorilas, capaces de reír en reacción, por ejemplo, a cosquillas.

DE HUMANOS A RATAS La risa también ha sido descrita en estudios de ratas, por lo que es bastante posible que hayan más mamíferos risueños en el reino animal.

Donde sea que encontremos risa, su origen será en cosquillas o en una actitud de juego, de humanos a ratas.

Todos los mamíferos juegan durante su juventud. Y algunos como los humanos o los perros, lo hacen durante toda su vida.

Quizá la risa evolucionó hacia ser un importante signo de juego: una señal de que lo estamos pasando bien, que nadie nos hará daño y que todo es parte de un juego.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Dependencia emocional

S UN TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD | SE CARACTERIZA POR LA CREENCIA DE NO VALER LO SUFICIENTE Y DE BUSCAR SEGURIDAD EN LOS OTROS Y EN FACTORES EXTERNOS.

La Organización Mundial de la Salud, en 1980, definió la dependencia como “la restricción o ausencia de la capacidad de realizar alguna actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal”.

En 1998 el Consejo de Europa describió la dependencia como el estado en que se encuentran ciertas personas que “por razones ligadas a la falta o la pérdida de capacidad física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia o ayudas importantes para realizar las actividades de la vida diaria”.



CAUSAS

“La dependencia es un fenómeno que se encuentra relacionado con la historia personal del individuo. Es por ello que las primeras experiencias relacionales afectivas de la persona dependiente pudieran ser carentes de apoyo, frustrantes, insatisfactorias, frías o distantes. Es decir, nos encontraríamos ante seres que no se han sentido adecuadamente queridos, apoyados y valorados por su entorno o por las personas para ellos significativas”, dice Pilar Gamboa Afcha, psicóloga y Master en PNL y neuropsicología Clínica.

Estas primeras experiencias tempranas de la persona contribuyen a establecer, en la edad adulta, unas formas confluentes de relación, determinando al mismo tiempo una búsqueda desesperada de las necesidades emocionales insatisfechas, en el otro, al que tienden a idealizar. La necesidad emocional está basada en un anhelo irresistible de ser querido, escuchado, apoyado o atendido y que se le proporcione al individuo el ansiado afecto, explica Gamboa.

Debido a esta confluencia o simbiósis establecida en las relaciones, queda excluida la posibilidad de experimentar la afectividad como un intercambio igualitario y recíproco, convirtiéndose en una sumisión (salvador-salvado, cuidador-cuidado, controlador-controlado) con el fin de evitar el miedo al abandono y a la soledad que siente la persona dependiente. Este es el miedo que induce, en las relaciones en las que se sufre violencia de género, a permanecer la víctima secuestrada en las mismas por su incapacidad para abandonar la relación tóxica.

Los esquemas de relación adquiridos se perpetúan o alimentan a sí mismos y se mantienen por las respuestas o reacciones complementarias de las personas con las que interactúan.



TRASTORNOS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

Los trastornos de la dependencia emocional son numerosos y generan mucho sufrimiento en quienes lo padecen. Entre los trastornos más frecuentes de la dependencia emocional se encuentran los siguientes:



• Baja autoestima

• Miedo a la soledad

• Miedo a ser uno mismo

• Miedo a la libertad

• Sumisión en sus relaciones

• Aceptación del abuso y el maltrato como algo normal

• Adicción a parejas

• Dificultad en la toma de decisiones

• Angustia

• Ira

• Depresión

• Culpa

• Necesidad excesiva de aprobación

• Incapacidad para tomar las riendas de su vida

• Negación de la realidad

• Complejos

• Sentimiento de insatisfacción permanente



“No es fácil ser feliz cuando se presentan estos síntomas, sobre todo porque incapacitan a la persona a crearse vínculos sanos y significativos con otras personas. Es frecuente que las personas que padecen dependencia emocional recreen una y otra vez “guiones” en los que representar el mismo papel, el papel de víctima, el papel de sufridor, guiones en los que eligen como pareja una persona que les haga sufrir o que no pueda corresponder su amor. Es lo que Freud denomina “coacción a repetir”, un camino perverso de traición hacia uno mismo”, explica.



CÓMO VENCERLA

Es fundamental cuidar la autoestima y cuestionar las creencias irracionales y actitudes erróneas que pueden estar generando el problema.



Es importante tomar en cuenta:

• En toda relación interpersonal es fundamental definir y respetar el lugar que ocupa cada uno.

• Para el dependiente no es suficiente sentirse amado: tiene que sentirse también necesitado.

• La razón subyacente no es la posesión o el dominio, sino la excesiva necesidad afectiva.

• Las actitudes dependientes de carácter patológico conllevan un malestar para la persona que sufre esta problemática y para quienes le rodean.

• En caso de necesitar ayuda, consulte con un profesional.



“No debemos olvidar que nuestra felicidad no depende de otra persona sino de nosotros mismos. A las mujeres se las ha educado para ser dependientes y a tener miedo de su propia independencia. Para paliar este miedo muchas se meten en un papel de “madre protectora” en sus relaciones, con la esperanza de que, al ser necesitadas por alguien, ese alguien les proporcionará seguridad”, asegura Gamboa.



SIGNOS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

1. Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa. El dependiente emocional pone su relación por encima de cualquier ámbito, su vida en función de la del compañero, y deja de lado la rutina que mantenía antes de conocerlo.



2. Deseo de acceso constante. Necesidad de estar en contacto permanente y excesivo con la persona amada, de hacerlo todo juntos. Se niegan los espacios individuales y no se fomenta la individualidad del otro ni la propia.



3. Idealización. Se refiere a la acción de sobredimensionar las cualidades y aptitudes de la pareja sin un ápice de objetividad o racionalidad. En un grado más alto, está la distorsión, es decir, magnificar y trastocar todo lo relacionado con los méritos y capacidades de la persona amada hasta hacer de él algo parecido a un Dios.



4. Sumisión. La consecuencia lógica de priorizar e idealizar a la pareja se traduce en una subordinación en el trato hacia ella. Se ponen por delante sus prioridades y necesidades a las propias.



5. Pánico ante el abandono. En este caso, no se aplica la frase “más vale solo que mal acompañado”. Sin importar lo tóxica que pueda llegar a ser la relación, lo desestabilizante y enfermiza, el dependiente emocional es incapaz de pensar en romper con su pareja.



6. Síndrome de abstinencia tras la ruptura. El golpe psicológico cuando esto sucede es tan devastador que el dependiente sufre de ansiedad, de falta de concentración y en una tristeza demoledora. Prevalece el deseo de retomar la relación a toda costa y de contactar con la otra persona a como dé lugar para no tener esas sensaciones negativas.



7. Baja autoestima. La norma es que los dependientes sueles ser personas que no se tienen demasiada estima sobre sí mismos, por lo que tratan de suplir esa falta de autoestima con el amor de la pareja.



8. Miedo a la soledad. La soledad les provoca incomodidad, malestar e incluso ansiedad, y la idea más o menos intensa de que no son importantes para nadie, de que nadie les quiere y están abandonados.



9. Necesidad de agradar. Hay una necesidad extrema de tener la aprobación de los demás, en general, y de la pareja en particular. Los demás los describen como buenas personas que intentan favorecer siempre y que se desviven por ayudar. Su valor depende del que les avala la pareja, no del que se dan ellos mismos.



TRATAMIENTO

“La dependencia emocional tiene las mismas características que cualquier otra adicción, como las que pueda tener la dependencia a substancias psicotrópicas. Se comienza con un enorme placer en la compañía del otro, que, enseguida crea tolerancia, lo que provoca que cada vez se pueda estar menos tiempo sin la otra persona y síndrome de abstinencia, que puede ser desgarrador cuando sigue al abandono definitivo de la pareja o al alejamiento forzado de la misma. La mayoría de los dependientes que acuden a consulta lo hacen en la fase de pánico inmediatamente anterior a ser abandonados o cuando el abandono ya ha sido consumado. Es importante buscar ayuda profesional”, asegura Pilar Gamboa.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Consejos para manejar el estrés laboral

Ha llegado septiembre , te da la impresión de que todo el año se te viene encima y tienes demasiadas cosas que hacer…Las responsabilidades desbordan tu agenda y apenas te queda tiempo para respirar: estás realmente estresado -y no es la primera vez que te sientes de esta manera. Esta situación no puede seguir así: es hora de tomar medidas y de realizar algunos cambios para manejar el estrés laboral.

Lo mejor de ti

Si el estrés se convierte en crónico puede llegar a aplastar la autoconfianza, disminuir la concentración y atentar contra el bienestar general. Por eso, es importante controlarlo. Debes tener en cuenta que el estrés surge cuando sientes que las cosas se escapan de tu control. Por esta razón, es importante identificar qué puedes controlar -tus acciones, tus respuestas- y qué no.

Luego de que lo hayas hecho, concéntrate en las primeras y haz tu máximo para desprenderte de las segundas. De esta manera, estarás dando lo mejor de ti misma.

Respira profundamente

Si te sientes abrumado, tenso y necesitas despejar tu cabeza: respira profundamente. Esta práctica te ayudará a recuperar tu equilibrio interior. Inhala durante 5 segundos, mantén el aire y exhala en la misma cantidad de tiempo. Te sorprenderá constatar los grandes beneficios que tiene esta técnica de respiración para reducir el estrés.

Elimina las interrupciones

Cuando estamos trabajando, mails, llamadas urgentes y mensajes de texto nos bombardean constantemente. Esto atenta tanto contra nuestra concentración, como contra la calidad de nuestro trabajo. Por eso, intenta controlar cómo reaccionas ante estas distracciones: evita todas las que puedas y crea estrategias para que no incidan en tu trabajo. Puedes, por ejemplo, fijarte horarios para consultar tu celular y tu correo.

Date pausas

En general, solemos pensar que cuanto más trabajo acumulemos, más productivos seremos. Esto no es cierto: sucede exactamente lo contrario. Así, a medida que transcurren las horas nuestro nivel de concentración va disminuyendo. Por eso, para maximizar nuestra productividad es imprescindible tener intérvalos de descanso. Cada 90 minutos, tómate 10 de descanso; aprovecha, por ejemplo, para estirar tus músculos contracturados. De esta manera, aliviarás el estrés y recuperarás energías.

Identifica al estrés autoimpuesto

Solemos estar constantemente buscando la aprobación de los demás; esto no es sano. Deja de enfocarte en las cambiantes percepciones de quienes te rodean y concéntrate en fortalecer la confianza en ti mismo. Lo cierto es que, paradójicamente, ni bien dejes de preocuparte por la imagen que los demás tienen de ti, ésta mejorará y será más plausible que impresiones a quienes te rodean. Recuerda: la estima que los demás te tienen es equivalente a tu autoestima.


jueves, 8 de septiembre de 2016

Cristales y piedras poderosos

Todas en algún momento hemos sentido los altibajos de la vida. Situaciones que nos afectan emocionalmente o físicamente. En momentos que no encontramos respuestas, las piedras y cristales podrían darnos una salida.

Equilibrio. Estos elementos son herramientas que ayudan a equilibrar el cuerpo, la mente y las emociones de forma integral, explica Daniel Pacheco, experto en terapias con piedras y cristales. “Se podría decir que nos conectan un poquito más con nuestro centro interior para encontrar respuestas y abrir una nueva etapa”, revela.

Mueven la energía. Hay que aclarar que las piedras en sí “no curan”, explica, sino más bien ayudan a mover la energía o desbloquear, dependiendo el tipo de piedra o cristal. Si el paciente está en procesos de cambios esa energía se va a mover y el proceso de “curación” se hará más profundo.

Herramientas para la salud. Danitza Baianova, terapeuta del centro 5 Elementos, explica que la terapia se la conoce como “gemoterapia” y es una técnica basada en el uso de piedras o gemas que trata el mantenimiento y recuperación de la salud mediante la utilización de estos elementos.

Proceso de equilibrio. Durante la sesión que la terapeuta hace, se comienza con una limpieza y armonización del campo magnético energético a través de los cristales y reiki. Posterior se sigue una armonización del campo mental y emocional con los cristales. Luego se prosigue con una evaluación, limpieza, activación y armonización de los chakras a través de los cristales.

Deben estar limpios. Para activar los cristales es importante limpiarlos, cargarlos y programarlos. Además, asegurarse que son reales y no resinas, es decir que sean cristales originales de la familia de los cuarzos o gemas, resalta Baianova.

Dependen de las necesidades. Las sesiones para el tratamiento pueden ser tres o cinco, para sentir un trabajo más profundo, menciona Pacheco. Sin embargo, esto dependerá de las personas. "Hay quienes hacen 10 sesiones, que necesitan un trabajo más profundo. Pero también hay pacientes que les basta con una", dice.
Ximena Illanes

Lecciones que nos da la vida


Todos estamos obligados en cierta manera a aprender las lecciones que nos da la vida; podemos vivir en estado de resistencia, podemos vivir en estado de falsedad o podemos vivir como nos dé la gana, pero, tarde o temprano, la manifestación de todo lo que hemos pensado y hecho o no hecho, llegará.

Aprender a pensar con sinceridad, aprender a buscar la verdad por sobre todo, aprender a seguir las lecciones de sentido común, aprender a revisar nuestras actitudes dañinas o negativas, aprender a evaluar los resultados que estamos obteniendo en la vida, aprender a orientarnos para saber si nuestra vida es correcta o no, realizar un examen real del estado actual de nuestra vida para poder hacer un dictamen honesto y sincero para saber qué

o quiénes somos en la vida es algo que debemos considerar como una parte de las lecciones que la vida nos da y nos imparte con amor, o con dolor si continuamos negándonos a aprender las lecciones que a la larga tendremos nomás que aprender.

Todo ser humano llega a este mundo con un propósito que tiene que ir descubriendo en su propia conciencia y con su propio pensamiento; cuando se consigue tener éxito en esta búsqueda y se responde con sinceridad, el rompecabezas de la vida se va componiendo; de lo contrario, se irá complicando cada vez más.

Cuando nuestra visión de la vida es negativa y no queremos analizar dicha visión ni efectuar cambio alguno, lo que conseguimos es el bloqueo de nuestra mente subconsciente y nos condenamos a vivir nuestra visión con todas sus consecuencias negativas; por el contrario, cuando decidimos probar con honestidad si la visión que nos enseñaron en el pasado es

correcta, productiva o actual y respondemos con total honestidad, podremos descubrir si esa visión es valedera por los resultados que nos produjo en nuestra vida hasta la fecha y al analizar los resultados que obtuvimos, podremos conocer la verdad, nuestra verdad y decidir si aceptamos reconocer las lecciones que nos da la vida y si decidimos aprenderlas con el corazón.

Las lecciones que nos da la vida provienen de la inteligencia infinita y tienen que ver con el amor, con los valores positivos, con el desarrollo personal, con la responsabilidad y con la capacidad de oír y de oír con total honestidad; cuando una persona se pone dispuesta a oír es cuando el universo de la verdad, del poder interior y de lo correcto se vuelve visible y la paz y la armonía vuelven a entrar en nuestro hogar.

Primera lección de la vida: “Aprendo a perdonar con la imaginación y a reconciliarme con mis padres en el tiempo presente” (Repetir en voz alta leyendo la oración hasta memorizarla por completo y los resultados le sorprenderán).

Etiqueta en el lenguaje

El hablar con propiedad debe ser algo natural y espontáneo, poniendo en cada expresión nuestros sentimientos.

El arte de hablar es una gracia que Dios nos dio, para poder comunicarnos entre seres humanos, y de esta manera poder compartir nuestra vida con otras personas, expresando correctamente con claridad y sinceridad nuestro sentir.

Sin embargo, además de las reglas gramaticales que aprendemos en colegio, existen reglas que no son menos importantes, y el modo de como manejemos esas reglas pueden conducirnos al éxito o al fracaso en la forma de comunicarnos con las personas que nos rodean.

Si nos referimos a las reglas gramaticales, debemos tomar muy en cuenta el uso apropiado de los verbos, los artículos, los signos de puntuación, etc.

Un ejemplo muy clásico es el siguiente:

Expresión Incorrecta:

“La calor aumentará en las próximas horas”

Expresión correcta:

“El calor aumentará en las próximas horas”

Calor es una palabra de género masculino por lo tanto debe llevar el artículo masculino necesariamente.

También se utilizan locuciones erradas en frases cotidianas, de las que muchas veces no nos damos cuenta por la costumbre de oírlas o leerlas.

Las palabras escritas o verbales quedan en la memoria de las personas y si estas expresiones no son correctas y corregidas a tiempo, se expande el mal uso de la lengua española. Por lo tanto, es imprescindible enseñar a las personas desde su niñez a expresarse con propiedad.

Doña María José Torner Morales nos ilustra al respecto con algunos ejemplos muy claros de frases mal expresadas.

Los grandes oradores son personas que además de tener facilidad de palabra, cuentan con otros recursos importantes, mucha cultura, buena memoria, seguridad en sí mismas, dominio de la gramática española, tienen la habilidad de resumir en pocas palabras un tema extenso sin perder la atención del público que los escucha.

Cuando otras personas se dirigen a nosotros, nos agrada escuchar expresiones gentiles, amables, sin agresiones, con palabras sencillas y comprensibles. Debemos suponer entonces, que a las personas que nos escuchan, les agrada y esperan lo mismo.

Las personas educadas pensarán detenidamente antes de verter expresiones y frases mal dichas. Nunca es tarde para corregir antiguos errores gramaticales.

El propósito de este artículo es demostrar que el arte de hablar y expresarse, va estrechamente ligado a la Etiqueta. El expresarse con claridad, sencillez, sin palabras rebuscadas, de manera correcta y apropiada es realmente un arte.

Actualmente, es lamentable encontrar el uso mal empleado de frases y palabras en las RRSS (Redes Sociales), se ha vuelto muy común e incluso me animo a decir que muchas veces leer lastima la vista, además de ser incomprensible por la poca coherencia. Constantemente se ve que las palabras sufren un cambio arbitrario en la manera de escribir, destruyen la gramática y ortografía con el pretexto de que existe un lenguaje “nuevo” para escribir por estos medios (whatsapp, Facebook para citar solo algunos ejemplos).

En lugar de escribir: ¿Qué haces?, con la idea de escribir más rápido y hacerlo más fácil se lee muchas veces K ases... es muy lamentable.

Debemos recordar que no podemos escudarnos en que el lenguaje ha evolucionado y por tal razón la forma y ortografía ha sufrido un cambio, no hay cosa más absurda, el que sabe escribir y expresarse correctamente, lo hará así siempre y si por último si se desea abreviar alguna palabra, pues existe la manera correcta y permitida de hacerlo sin necesidad de matar nuestro idioma.

Otro error común es la mala ortografía en las RRSS, escribimos tan mal que al final ya no le damos importancia y decimos: “fue por escribir rápido”… considero que una forma de mostrarnos es a través de la manera de escribir, entonces no está de más pensar antes de enviar textos mal escritos, la misma tecnología nos brinda la posibilidad de revisar la ortografía.

martes, 6 de septiembre de 2016

¿Quiénes son los fracasados?

Muy a menudo, la gente confunde el éxito con el fracaso. Si uno triunfa en la carrera a que había aspirado, y luego se le ve pobre, eso basta para que se le crea “caído”, entretanto que se rinden honores a las medianías que han conseguido hacer capital.

No confundamos fracaso con pobreza. A veces, el rico es un desgraciado; y el pobre, el que verdaderamente ha triunfado en la vida.

Triunfar, es conseguir lo que más se desea. Y, si uno no aspira a enriquecerse, sino que tiene otros ideales más elevados que juntar riquezas materiales; cuando los realiza, ha conseguido un triunfo.

Esa confusión entre las personas comunes, hace que, en muchos casos, se tome por victoria lo que, en realidad, no es más que una derrota.

El mundo entero creyó a Alemania victoriosa en 1871; y no sabía que ella estaba echando en suelo fecundo las semillas de la gran derrota de 1918.

El orgullo de aquella victoria del 71, la llevó a entregarse a la casta militar, que no sólo la oprimió por muchos años, sino que la condujo al desastre.

A Milton, un ciego, se le tuvo en sus días por un fracasado. No obstante eso, él dictó, para que sus hijas lo escribieran, “El Paraíso Perdido”, obra que le inmortalizó.

Ciego y todo, alcanzó que su nombre pasara a la posteridad; lo que tantos han deseado, sin conseguirlo.

Las muchedumbres de entonces despreciaban al ciego, mientras que adulaban a insignificantes personajes, que, tan pronto murieron, fueron olvidados por completo.

Milton no aspiró a riquezas materiales, sino al éxito artístico; y lo alcanzó.

También a Cervantes, en un tiempo, se le tuvo por un fracasado. ¡Un infeliz, manco y pobre! ¿Quién se fijaría en él? No obstante eso, la posteridad le ha consagrado.

En todas las carreras de la vida, hay su-puestos fracasados, que no son más que grandes victoriosos; pues muchas derrotas encierran hermosas victorias.

Cristo, expirando en una cruz, venció al mundo. No importa que aquéllos que le contemplaban crucificado, le creyesen “caído”. El triunfaba, por haber dado la vida por un ideal.

¿Quién se atrevería hoy, a comparar a algún general romano, por más victorias que hubiese conquistado, con el humilde Nazareno?

Los grandes guerreros, lo mismo los romanos que los de otros pueblos, tienden a ser olvidados; mientras que los hombres que han servido a un ideal, o han realizado una gran obra, siempre serán recordados.

¿Dónde está la gloria de Alejandro? Los siglos la han borrado. En cambio, Homero tiene un nombre universal.

La espada de Alejandro se está oxidan-do; mientras que la lira del cantor de Troya, adquiere mayores esplendores.

Al correr de los siglos, la gallarda figura del guerrero se empequeñece, y casi se va borrando por completo del horizonte de la Historia; entretanto que las murallas de Troya parece que se alzan cada día a ma-yor altura, para que el mundo entero admire las glorias del poeta.

Por lo tanto, creemos que cuando una persona consigue obtener lo que más de-sea, ha triunfado en esta vida, aunque lo obtenido parezca a los demás cosa de po-co valor.

Tomado de Almanaque Ilustrado HISPANO-AMERICANO.

lunes, 5 de septiembre de 2016

7 Consejos para encontrar la felicidad

Todos, sin excepción, queremos ser felices. Nos pasamos la vida buscando la felicidad por todos lados, sin encontrarla, pensando que es un lugar a dónde ir o una meta que alcanzar. Por eso, el día de hoy, quiero hablarte de la felicidad y de cómo encontrarla. Ser felices es un derecho de nacimiento. Cuando finalices la lectura, sabrás exactamente qué tienes que hacer para encontrar la felicidad.

¿Qué es la felicidad?

La felicidad es el sentimiento de sentirse a gusto y alegre con uno mismo/a. Es sentirse satisfecho con lo que haces y con el lugar donde te encuentras en cada momento de tu vida. La felicidad es lograr el equilibrio entre lo que se es, lo que se tiene y a lo que se aspira, para obtener como resultado el bienestar y la satisfacción personal.

Siete Caminos Para Encontrar La Felicidad

1. Haz ejercicio: puede ser yoga, natación, caminar, correr, trotar, montar en bicicleta o ir al gimnasio. Los expertos aseguran que la actividad física ayuda a eliminar la depresión, y es la manera más rápida de estimular la liberación de endorfinas, que son conocidas como las hormonas de la felicidad y de la alegría.

Así que recuerda, cuando te sientas triste, deprimido/a, estresado/a, puedes sustituir inmediatamente ese estado de ánimo por el sentimiento de la felicidad practicando tres minutos de tu ejercicio preferido.

2. Practica la gratitud: cada día al levantarte, dedica un par de minutos a dar gracias por tener la oportunidad de respirar y ver el sol un día más. Agradece a la vida todo lo que te hace feliz. Esto te ayudará a empezar la jornada con una actitud positiva y, por consiguiente, experimentando felicidad.

3. Sonríe y ríe a carcajadas. Con una ligera sonrisa, nuestro cuerpo comienza a segregar la hormona de la felicidad. La risa libera tensiones y mejora la respiración. Por eso, es la mejor fuente de endorfinas, y en consecuencia, de la felicidad.

4. Valora las pequeñas cosas: observa, vive y disfruta de la felicidad que puedes encontrar en las cosas sencillas. Tener la oportunidad de vivir un día más, el café calentito que tomas, prepararle el desayuno a tu familia, el silencio de la mañana, tu buena salud o, sencillamente, tener el dinero para pagar las cuentas. Pequeñas cosas que deberían motivar una sonrisa.

5. Conecta con tus recuerdos felices: busca imágenes o fotos de las remembranzas bonitas, alegres y dichosas de tu pasado. Posteriormente, pega esos recuerdos por todos lados, ya sea en el refrigerador, la computadora, el escritorio, la sala o en tu cuarto. De esta forma, cada vez que los veas, te conectarás con ese sentimiento positivo, y volverás a revivir la felicidad.

6. Compra experiencias que te hagan feliz: invierte tu dinero en experiencias y no en cosas. Un estudio reveló que el 75% de las personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en viajes, cursos y clases; mientras que sólo el 34% afirmaba sentirse más feliz cuando compraba cosas.

7. Escucha música: se ha comprobado que la música ayuda a crear una sensación de bienestar. Así que cuando sientas frustración, pon tu canción preferida, escúchala y déjate llevar por su ritmo para cantar o bailar. Te ayudará a recuperar la alegría.

Ya tienes en tus manos siete caminos para encontrar la felicidad. Así que te invito a que desde hoy apliques diariamente alguno de estos siete consejos, para que conscientemente vivas la felicidad, y por ende, empieces a construir una vida más satisfactoria, más alegre y con mayor bienestar.

Ten siempre presente que has nacido para reírte y ser plenamente dichoso. Por tanto, libérate del pasado y empieza a vivir tu presente con alegría y felicidad. ¡Te lo mereces!

Nuevos estudios El estres puede encoger su cerebro

El hipocampo, el centro de operaciones de la memoria, es el más afectado por el estrés. No recordar dónde hemos puesto las llaves o qué comimos el día anterior es producto de este nivel de estrés al que estamos sometidos en la actualidad: ya sea a nivel laboral (presiones o preocupaciones), académico (exámenes) o personal (enfermedades propias o familiares, problemas sentimentales...).

Cuando esta situación continúa a lo largo del tiempo, el estrés puede provocar que nuestro cerebro se encoja.

Así lo ha determinado una nueva investigación llevada a cabo por científicos del Centro Nacional de Ciencias Biológicas de Bangalore (India) y el laboratorio de Shane O’Mara en el Trinity College en Dublín (Irlanda), que sometieron a un grupo de roedores -que reaccionan de forma similar a los humanos- a diversas situaciones de estrés durante 120 minutos a lo largo de 10 días.

Antes, durante y después del experimento, examinaron sus cerebros mediante pruebas de resonancia magnética y pruebas de memoria, descubriendo que tan solo tres días después de estar sometidos a estrés el hipocampo de las ratas se había reducido en comparación con el grupo de control.

Al final de la prueba, el hipocampo de los ratones estresados se había reducido aún más, detectando significativas diferencias en las pruebas de memoria entre las ratas estresadas y las que no lo estaban.

Así pues, la estructura del cerebro cambia con el estrés y este cambio también es la antesala de la pérdida de memoria. Teniendo en cuenta que unos días de estrés prolongado no se consideran estrés crónico, los resultados de este estudio son cuanto menos sorprendentes pues nos revela lo vulnerable que se vuelve nuestro codificador oficial de recuerdos ante el estrés.

estrategias bajar el estrÉs

* Meditación: los individuos que practican meditación tenían menos niveles de cortisol y de presión arterial.

* Música: esta puede calmar al cerebro y reducir los niveles de estrés generados por cualquier circunstancia.

* Dormir lo suficiente: Descansar ocho horas diarias puede significar un 50 por ciento más de cortisol en el organismo.

* Té negro: las personas que tomaban té negro después de una tarea estresante reducían en un 47 por ciento los niveles de cortisol.

* Amistades: el simple hecho de salir con un amigo puede moderar la respuesta hormonal del estrés con solo reírse un lapso de tiempo.

* Goma de mascar: masticar chicle reduce la tensión y los niveles de cortisol salival en alrededor de un 12 por ciento . ante el estrés.

Infoxicados, ¿qué hacer?



“Estar ‘bien’ alimentados no es lo mismo que estar ‘muy’ alimentados. Una dosis de alimentos adecuadamente seleccionados es positiva, pero una dosis excesiva de alimentos no organizados bajo el paraguas de un propósito concreto puede ser no solo negativa, sino absolutamente nociva para la salud. En el tema de la información es exactamente igual”, dice la psicóloga Isabel La Fuente.

Siempre se dice que el tiempo no alcanza para nada. Bueno, si a ese pensamiento, que se asemeja mucho a la realidad, le añadimos la “nueva” costumbre de estar a informados por múltiples vías, casi todas digitales, tenemos como resultado a una persona saturada, además de por sus actividades habituales, por una necesidad de estar hiperconectada la mayor parte del tiempo.

La ‘infoxicación’, una palabra que arroja cerca de 400.000 resultados en el buscador Google, es definida por la psicóloga Isabel La Fuente Taborga como una “intoxicación informativa”. Es, según su criterio profesional, “un exceso de alguna manera patológico (porque intoxica) de información, que de ninguna manera ayuda sino más bien perjudica, ralentiza, obstaculiza el proceso de toma de decisiones, y limita el proceso ‘normal’ de informarse y decidir sobre determinadas situaciones”. Para algunos, la denominada “infoxicación” es la enfermedad de la sociedad digital de este siglo... ¿La conocemos?

Para sustentar su razonamiento —el vínculo entre la rebose de información y el exceso—, la psicóloga cruceña consultada por ECOS introduce a continuación un término que puede ser considerado un sinónimo de aquel otro: ‘infobesidad’.

“En ese sentido”, agrega ella, “no podemos pensar en la infoxicación como algo saludable, lo cual de alguna manera es complejo ya que solemos pensar que ‘estar bien informados’ sobre un tema es algo positivo”.

Una complejidad
Efectivamente, la complejidad (y la relativa novedad) de este tema entraña una incipiente disquisición intelectual, lo que significa que está en plena elaboración. Tanto que mucha gente no acaba de digerirlo. ¿Qué tan mala será la infoxicación? ¿O puede, quizá, ser buena?

Las miradas al respecto pueden venir de la mano de distintas ciencias, profesiones u oficios. Pero una tiene relación directa con el asunto.

La periodista Mery Vaca, directora informativa de la Agencia de Noticias Fides (ANF) y docente en la Universidad Católica de La Paz, maneja una gran cantidad de información todos los días. Ella está pendiente de la red Internet desde muy temprano en la mañana y, sin descuidar sus actividades personales (tiene una hija de tres años), se “desconecta” del mundo poco tiempo antes de dormirse. Casada con un periodista, el suyo es un hogar en el que, sí o sí, impera la comunicación.

Según Vaca, si le dieran a elegir entre la ‘infoxicación’ y la ‘desinformación’, sin dudas que optaría por la primera. Pero también recuerda que “ningún extremo es bueno” y que, ante la magnitud de la información que recibimos a diario por los medios digitales, “podríamos caer en la confusión o, lo que es peor, en un colapso nervioso que deteriore nuestra salud” (VER RECUADRO DE LA PÁG. 16).

El límite: entre “bien” y “muy”
Para la psicóloga La Fuente, el límite está en la palabra “bien”, que no es lo mismo que “muy” o que “excesivamente”. Y luego compara nuestro tema con el hecho de ingerir alimentos, “pues de alguna manera ‘ingerimos’ información”.

Entonces, explica lo siguiente: “Estar ‘bien’ alimentados no es lo mismo que estar ‘muy’ alimentados. Una dosis de alimentos adecuadamente seleccionados es positiva, pero una dosis excesiva de alimentos no organizados bajo el paraguas de un propósito concreto puede ser no solo negativa, sino absolutamente nociva para la salud. En el tema de la información es exactamente igual”.

Remarca que estar “bien” informados significa seleccionar la información que consumiremos (ingeriremos) de acuerdo a la calidad de la información, la validez de las fuentes y el propósito para el que queremos consumirla. Esto no solo por un criterio de utilización adecuada del tiempo, ya que no hay forma humana posible de consumir “toda” la información generada sobre un tema.

Infonomía: “con propósito”
En economía se maneja un concepto que (también) tiene una corta vida: ‘infonomía’. Significa “gestión inteligente de la información” y un ‘infonomista’ es, entonces, un “gestor de información”. ¿Será posible que alguien ‘infoxicado’ sea capaz de convertirse en ‘infonomista’, es decir, que pueda gestionar inteligentemente la abundante información que maneja?

La Fuente dice a ECOS que, ante la copiosa información que circula por Internet, “tenemos que aprender a ‘perder’ y elegir solo los documentos que realmente aporten a lo que queremos saber y al propósito de porqué queremos saberlo. De ahí que un factor clave para consumir información sea el qué, el por qué y el para qué. Y eso guarda relación directa con un autoanálisis y autoconocimiento”.

Después apunta un problema derivado: “…cuando no tenemos claros nuestros propósitos y/o no sabemos seleccionar adecuadamente la validez de las fuentes, somos propensos a consumir más información de la que necesitamos. Igual que con los alimentos”.

Y cierra la idea señalando que “muchas veces eso se debe a que o no somos lo suficientemente maduros para saber elegir lo que queremos, o no tenemos las bases para hacerlo, o quizás no sabemos perder y por lo mismo no queremos ‘soltar’ información; o como en el caso de la comida, estamos atravesando procesos personales de angustia y estrés que hace que nos demos ‘atracones’ informativos. Cualquiera sea el caso, la consecuencia puede ser la infoxicación, vale decir, la intoxicación por sobredosis de información”.

Por último, la psicóloga considera que “lo ideal es aprender a gestionar la información que recibimos, y esa es la principal característica de la infonomía, es decir, economizar o gestionar la información”. Por eso mismo, aconseja administrar de forma óptima tanto nuestro tiempo como nuestros intereses: saber qué queremos saber, por qué y para qué.

“Proceso de procrastinación”
Como la idea del consumo de información es no afectar el normal desempeño personal, laboral y social, la psicóloga Lafuente indica que debemos trabajar también en el “proceso de procrastinación”, que es el que muchas veces lleva a la infoxicación. ‘Procrastinar’ significa “diferir, aplazar”. La psicóloga consultada por esta

revista explica que “a veces entramos a Facebook, o a Google, y en lugar de ver lo que necesitamos, saltamos de una página a otra, de un perfil a otro, de una información a otra, sin estructura ni planificación, y en lugar de estar 15 minutos navegando se nos pasan ocho, diez horas sin siquiera ser conscientes de ello”.

Ante esta situación muy frecuente en los usuarios de Internet, “debemos organizar nuestro día a día, de tal forma que no solo gestionemos adecuadamente nuestro tiempo, y establezcamos propósitos y metas de nuestro día, nuestro trabajo, nuestros quehaceres, sino que además esas acciones permitan protegernos de la infoxicación y sus consecuencias”.

El tratamiento
Según La Fuente, “muy pocas personas acuden a terapia por el problema mismo de infoxicación. Generalmente llegan por las consecuencias colaterales de la misma, por los síntomas (VER RECUADRO DE LA PÁG. 15), y en la mayoría de los casos no saben o no asocian los síntomas a los hechos, por lo que la tarea del psicólogo es determinar más bien si el cuadro tiene relación con una sobrecarga de información”.

En general, se aborda la infoxicación como con cualquier tipo de afectación psicocognitiva, aunque atendiendo “el nivel de afectación y de limitaciones que genera en la vida del paciente, ya sea depresión, insomnio, ansiedad, etcétera”.

Pero, “para el caso de la intoxicación informativa en sí misma, se trabaja con técnicas cognitivo-conductuales, se le da una suerte de ‘tareas’ al paciente que le permiten autoconocerse y descubrir sobre qué, por qué y para qué quiere informarse. Se le ayuda a encontrar estrategias para limitar, escoger y filtrar la información, de forma que no vuelva al proceso que generó el malestar, y estrategias para paliar los síntomas y mejorar las condiciones de salud mental y salud en general para restablecer su equilibrio psicofísico”.

Síntomas y adicción
No necesariamente hablando de infoxicación, la psicóloga cuenta que “en mi labor terapéutica he visto y tratado muchos de esos síntomas y en un número importante estaban asociados con conductas que llamamos ‘adictivas’, en relación con Facebook, redes sociales, juegos en red, y en general adicciones a Internet.

He atendido a personas que han sentido síntomas de infoxicación por haber estado permanentemente expuestas y revisando información sobre una noticia en particular, como en el caso del 11 de enero, o hechos de magnitud similar”.

¿Estás infoxicado/a? Estos son los síntomas
Según la psicóloga cruceña Isabel La Fuente, las consecuencias de estar infoxicado son de gran consideración y requieren atención psicológica. Dice que, como en todas las intoxicaciones, principalmente de orden cognitivo, los síntomas son parecidos. Pueden ser algunos de estos:
- Sensación de agobio
- Sensación de sobrecarga
- Cansancio mental
- Sensación de pérdida de tiempo
- Mal manejo del tiempo
- Fatiga crónica
- Muchas veces, insomnio (el cerebro ha estado permanentemente estimulado, ha consumido mucha información y le cuesta entrar en reposo)
- Otras, episodios depresivos, ansiedad, angustia
- A veces, ataques de pánico
- Dificultad para memorizar
- Desconcierto
- Bloqueo cognitivo
- Dificultad para concentrarse
- Parálisis en la toma de decisiones
- Embotamiento e incapacidad de reaccionar a las situaciones de manera efectiva
- Incapacidad para proyectar y avanzar
- Dificultades para alcanzar resultados
- En general, un descenso de la productividad a todo nivel
- Esto último deriva en irritabilidad y cambios de humor constantes
Fuente: Isabel La Fuente Taborga

“Soy adicta”
Cecilia De Marchi (Poeta y editora)
- Soy adicta. Eso es lo primero que tengo que decir. Mi vida (o al menos gran parte de ella) se desarrolla en línea: trabajo para una pequeña página web, hago traducciones de noticias sensacionalistas online, mis clientes de las correcciones se encuentran cuando menos en otra ciudad, y en algunas ocasiones en otro continente. Casi todos mis amigos, los que tengo cerca, están tras sus pantallas en lugares tan cercanos como Sucre, tan lejanos como Palestina.
- Cada día, igual que muchas otras personas, me conecto para saber novedades. Una de las consecuencias indiscutibles de la vida en línea es la sensación de que si no estás conectado, si no actualizas tu navegador cada cierto tiempo, podrías perderte algo muy importante, una noticia que tenga trascendencia, una razón para sentirte con la última novedad.
- La lucha contra esta necesidad de actualización es dura, difícil y urgente; pero no imposible. En lo personal, casi siempre me mantengo desconectada del chat, tengo ocultas varias cuentas de “amigos” que ponen contenido que no me interesa y suelo siempre cotejar las fuentes de noticias con varios medios tradicionales antes de compartir información.
- Pero quizá mi mayor vicio en la web ha sido el descubrimiento de las posibilidades de formación. Hay tantos cursos virtuales, tantos libros online, tantos documentales e información, que puede dar cierto vértigo. Hay varias plataformas que ofrecen cursos de las universidades más prestigiosas del mundo. Hay cursos gratuitos de idiomas. Talleres de escritura de códigos informáticos. Tutoriales para cocina vegana...
- La cuestión es seleccionar el área de interés. Yo elegí literatura y lingüística, y me enfoco en ver cada día uno o dos documentales breves, y tomar un curso a la vez, de los ofertados por las plataformas edx, Coursera y FutureLearn, para ir profundizando mis conocimientos del área. Cuando tengo mucho trabajo, me los salto para dar prioridad a lo urgente: generar los recursos suficientes para pagarme el wifi y la vida. En ese orden.
- Eso sí: me resulta casi imposible no salir de la “dieta bit” y perderme navegando. La distancia entre buscar un término de una traducción sobre restauración de marcos coloniales con pan de oro y la página de los posibles usos de los magnetrones en la vida cotidiana, es de solo ocho clics.

Mejor ‘infoxicados’ que desinformados
Mery Vaca (Periodista)
La infoxicación es, en pocas palabras, una intoxicación por la sobrecarga informativa que impide al ser humano discernir lo que realmente le sirve de aquello que le estorba. Se podría decir que en estos tiempos somos más propensos a la infoxicación, porque estamos conectados las 24 horas del día y recibimos información de diversas fuentes y de herramientas digitales de lo más diversas.
Pertenecemos a varios grupos de WhatsApp y tenemos decenas de conversaciones simultáneas por medio de esa aplicación. Y, como nos parece que eso no es suficiente, también nos actualizamos por el Facebook, chateamos por Messenger, nos informamos por Twitter, miramos fotos por Instagram, chequeamos por Snapchat, clickeamos en Youtube. Y, eso sin citar a los medios “antiguos” como el correo electrónico que rebalsa cada vez con más frecuencia, la televisión que pone a disposición más de 100 canales, las decenas de periódicos impresos y digitales, la lista interminable de libros, la radio, la publicidad…
La lista de herramientas, medios y canales por donde nos llega la información podría ser interminable, como también es interminable la cantidad de información que recibimos. Así las cosas, es difícil distinguir el trigo de la paja y, en medio de tanta información, podríamos caer en la confusión o, lo que es peor, en un colapso nervioso que deteriore nuestra salud.
El otro extremo es la desinformación. En este caso, es el desconocimiento y la ignorancia los que provocan la confusión. En este caso, estamos ante la violación del derecho del ciudadano a estar debidamente informado. Por lo general, la desinformación es producto de alguna manipulación que impide que la información fluya libremente.
Ningún extremo es bueno, pero si hay que elegir, sin dudarlo un minuto, escojo la infoxicación frente a la desinformación. Es como elegir la libertad frente a la esclavitud. Y, ahí no hay dónde perderse: elijo ser libre, elijo recibir toda la información que el mundo produce, elijo ser yo quien discrimine lo bueno de lo malo que me llega al celular.
Y lo digo en momentos en que el presidente Evo Morales se da el lujo de afirmar que en Bolivia existe exceso de libertad de expresión o, lo que es lo mismo, existe un exceso de información. Como si los derechos se podrían limitar o se podrían medir por metros, litros o kilos.
Es cierto que los ciudadanos corremos el riesgo de “infoxicarnos” con tanta información, pero, lo que queda es apelar al buen juicio de cada uno para no dar por cierta la información falsa, para no perder la perspectiva de la información que sirve y de aquella que no sirve, para no tragarnos píldoras cuadradas ni sapos dorados.
Pero, en última instancia, reivindico el derecho ciudadano de recibir mucha información, frente a los intentos por acallar, restringir y cortar el libre flujo de ideas.

“El receptor discrimina esa avalancha de información”
Carlos Coca Marín (Comunicador social)
La infoxicación o la infonomía son comportamientos y nuevos códigos y variantes que utilizan las nuevas generaciones merced a las TICs (tecnologías de la información y la comunicación). No olvidemos que esta ola informativa deviene de estos nuevos canales de información.
Es importante tomar en cuenta la disponibilidad de tiempo, prioridad y la readaptación de las personas ante esta lluvia informativa; también el factor generacional, porque los más jóvenes no leen periódicos, no ven informativos, no asisten al cine sino que prefieren bajar la película de Internet, o la canción de moda; tampoco se compran música en CD.
Mientras que los que trabajamos en medios ya no tenemos tiempo para leer páginas, blogs, agencias de noticias; en lugar de esto damos un vistazo a sus titulares en Twitter.
Por otro lado, los varones ya no ven el deportivo: solo los resúmenes. Ven los resultados en tiempo real y, si se puede, ven un partido en TV cable.
El receptor está discriminando esa avalancha de información y adecuando ese flujo. Y las redes sociales juegan, hoy, un rol integral para los medios tradicionales. Allí ubicamos una noticia, un video, un audio, un viral, un link...
También hay generaciones anteriores que, ante este flujo informativo y ante la accesibilidad, aprenden nuevas capacidades.