Si no te aprobás a vos misma, ¿quién te va a aprobar?
Si no te interesás en lo que hacés, ¿a quién le vas a interesar?
Si no te inspiran respeto tus acciones, ¿a quién han de inspirarle?
Si no te disponés a perdonar las faltas ajenas, ¿con que derecho esperás que otros perdonen las tuyas?
Si no confiás en tus propias decisiones, ¿quién entonces habrá de confiar en ellas?
Si no tenés fe, ni soñás, ni te esforzás, ¿por qué acusar al mundo de ser árido, frío y sin bondad? Espero que esta reflexión te conduzca al camino del amor, siguiendo la oración que Jesús nos enseñó: “... perdónanos como nosotros perdonamos...”.
Pensamos
- Adicciones
- Autoestima
- Autorrealización
- Autoterapia
- Buenas Costumbres
- Consejos
- Depresion
- Derrota
- Emociones
- Espiritualidad
- Estado de Animo
- Estres
- Felicidad
- Fracasos
- Habitos de Vida
- La Universidad del Exito
- Mal Humor
- Mala Suerte
- Mentir
- Miedo
- Motivación
- Notas de Interes
- Pensamiento Positivo
- Reflexiones Diarias
- Relajate
- Soledad
- Sueños
- Timidez
- Tristeza
miércoles, 1 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario