domingo, 18 de marzo de 2012

¿Víctima del mal humor?

¿SE ENFADA O IRRITA CON FACILIDAD SIN TENER MOTIVO? O MÁS BIEN ¿“ALGUIEN” O “CIERTOS HECHOS” LO LLEVAN RECURRENTEMENTE A ESTAR MALHUMORADO? | ENTÉRESE DE CIERTOS ASPECTOS DE ESTE RASGO Y SUS CONSECUENCIAS.


Disfrutaba de mi trabajo hasta que hace unos meses llegó mi nuevo jefe. Es un mal humorado sin remedio y esto afecta mi desempeño porque prefiero hacer cualquier cosa antes que consultarle algún tema por muy importante que sea”, cuenta María que trabaja desde hace once años en la misma empresa.

El caso de Carmen es distinto porque el “malhumorado” es su esposo.

“Desde que lo conocí noté que tenía mal temperamento pero con los años es cada vez peor. Lo ignoramos en casa cuando está de mal humor, pero ahora no se le puede decir nada porque cualquier cosa lo saca de sus casillas, entre ellas, el desorden”, cuenta Carmen, que ahora está más preocupada por su hijo de doce años que está empezando a mostrarse como una perfecta calca de su padre.

El mal humor, que ha existido desde siempre, recién desde hace un tiempo está tomando relevancia en el ámbito científico y en los consultorios, sobre todo de psicológicos. Es un rasgo que afecta al entorno y por supuesto a la misma persona, que es víctima de su mal temperamento.

Lamentablemente, los mal humorados suelen justificarse o resignarse y terminan por decir ¡Así soy yo y punto! o siempre “alguien” tiene la culpa de sus malas reacciones.

De hecho, suele suceder que a estas personas no les importa andar por la vida con la cara larga y que los que lo rodean no sepan con qué luna amaneció, pero sería bueno que se detengan a pensar si el mal humor ya no es circunstancial y por el contrario se ha instalado de forma permanente en su conducta.

La buena noticia es que este rasgo tiene grandes posibilidades de ser modificado.

¿EL POR QUÉ DEL MAL HUMOR?

Según Franz Siles, psiquiatra de la Clínica Los Olivos, el mal humor por lo general suele ser circunstancial. Es decir, una persona que está bajo mucha presión o estrés podría presentar mal temperamento, pero ello debería ser eventual. Otras circunstancias que suelen llevar a padecer este mal pueden ser dolores crónicos como de espalda, migrañas o el insomnio, que sin duda logran alterar la tranquilidad de cualquiera.

En el ámbito de la psicología o psiquiatría se sabe que el mal humor puede estar asociado a la depresión y en realidad no al mal carácter, aunque con ello no se quiere decir que todos los malhumorados padecen depresión.

“Si hablamos de condiciones, la única enfermedad más concreta asociada al mal humor es la depresión. El deprimido no necesariamente es la persona que está llorando o con inclinación suicida, sino que puede manifestarse sub clínicamente. La depresión también puede manifestarse mediante cambios de carácter, impaciencia, aburrimiento y enojo”, dice el especialista.

Existen también otros factores por condiciones externas como personas que están expuestas al monóxido de carbono o en ambientes donde hay menos oxígeno. Estos factores en definitiva pueden alterar el estado de ánimo.

Sentimientos asociados como la insatisfacción, la inseguridad y la baja tolerancia pueden ser también causantes de este rasgo.
Por otro lado, estudios sobre este tema, han demostrado que cuando existe una alteración en los neurotransmisores, sustancias químicas que regulan el estado de ánimo, pueden llevar a la persona a sentirse malhumorada, dice Siles.

OTRAS CAUSAS

Otra causa importante de los cambios de carácter es la biología, un ejemplo de ello es la pubertad, una etapa en la que se traviesa por cambios importantes. Las hormonas causan cambios físicos en el cuerpo pero en algunos casos éstas también son responsables de causar cambios emocionales, es decir, altibajos en el estado de ánimo.

“En las mujeres, en la etapa pre menstrual se pueden presentar cambios de carácter pero son temporales y debido a una circunstancias hormonal que es cíclica”, dice Siles.

Por otro lado, ciertos rasgos en la personalidad pueden hacernos más proclives a ser malhumorados, por ejemplo los perfeccionistas que tienen niveles altos de exigencia o los obsesivos por el orden, que se tornan violentos cuando algo no cubre sus expectativas o en el segundo caso cuando algo está fuera de lugar.

Otro factor puede deberse a un aprendizaje adquirido. El niño que crece en un ambiente hostil donde el mal humor es pan de cada día, puede adquirir ese rasgo como propio, dice Siles.

Así, el grupo de personas que podrían caer en las garras del malhumor se incrementa y es que hablar de las causas de este rasgo, según especialistas en el tema, ya no sólo se refiere a ciertos factores como el desempleo, el estrés, el tráfico o la falta de dinero, que son aspectos que sin duda alguna empeoran la armonía de las personas, sino que aseguran que existen otros motivos que deben estudiarse. También apuntan que si la persona presa de este rasgo decide buscar ayuda, con seguridad resolverá su problema.

LO NEGATIVO Y LO “POSITIVO”

Se debe entender que cuando este rasgo es recurrente, la persona suele responder según sus ganas y vive en un estado de frustración reaccionando por lo general agresivamente a diversas situaciones. Sin embargo, cualquiera que sea la razón, lo cierto es que convivir con un malhumorado es todo menos agradable y hasta puede convertirse en una pesadilla. Un malhumorado le arruina el día a cualquiera porque no solo la pasa mal él sino que parece encantarle complicarle la vida a los que lo rodean.

Otro aspecto en contra es que no son personas consecuentes porque nunca se sabe cómo van a reaccionar. Su temperamento se torna irascible. La pena y lo que posiblemente no sabe un malhumorado es que en la mayoría de los casos su entorno lo satiriza poniéndole apodos o sobrenombres.

Por otro lado, según Siles, un estudio en una universidad de Australia demuestra que un aspecto positivo de los malhumorados es que son personas más rápidas para tomar mejores decisiones en momentos críticos.

“Son efectivos en este sentido, pero se ha interpretado equívocamente este estudio como si convertirse en malhumorado lo llevaría a tomar mejores decisiones”, dice Siles.

EL TRATAMIENTO

La persona presa de esta condición, que no es voluntaria, suele resignarse y su entorno también, cuando es un problema más sencillo de resolver de lo que parece, por lo que si el mal humor intercede con la forma de disfrutar la vida o de relacionarse con otras personas, es un signo de que se debe hacer algo al respecto. Buscar un buen terapeuta es la solución.

“En la mayoría de los casos, con una buena psicoterapia y sin medicación, se ayuda a la persona a superar este problema; es así de sencillo pero se debe ser consecuente con la terapia. En el caso de un paciente con depresión o con alteraciones en los neurotransmisores, una vez que se diagnostica y se estabilicen los niveles que dependerá si el médico considere imprescindible utilizar medicación, desaparece definitivamente el mal humor”, asegura Siles.

Recuerde que esta información sólo sirve de guía. Cualquier duda acuda a un especialista.

" Un rasgo típico del malhumorado es que reacciona impulsivamente de mala manera con poco tacto y amabilidad "


Tips

Para mejorar

A continuación detallamos algunas de las cosas que pueden ayudar a manejar mejor esos momentos en los que se cae preso de este rasgo:

Contar hasta diez. Así es, cuando sienta que algo lo está sacando de sus casillas, cuente o tome un largo aliento. Esto lo tranquilizará un momento y podrá pensar si la situación amerita tanta irritabilidad.

Hablar. El malhumorado suele encerrarse y ser una persona de pocas palabras, aunque no es una regla. Recuerde que cuenta con al menos una persona para hablar, ya sea una amigo de confianza, algún familiar o una persona a la que respete.

Hacer ejercicio. La vida agitada actual es el enemigo número uno para practicar algún deporte o ejercicio, pero es importante que encuentre un tiempo para usted. Está comprobado que el ejercicio produce más beta-endorfina, la hormona que controla el estrés y mejora el estado de ánimo. Busque un tiempo para el deporte que más le guste.

Dormir bien. Descansar bien y lo suficiente es primordial. Recuerde que una causa del mal humor puede ser el insomnio, ya que el cansancio ocasiona irritabilidad. Si es crónico, busque ayuda, pero igualmente puede tratar de respirar y relajarse antes de dormir. Los mates naturales y la leche tibia ayudan a conciliar el sueño.

Hobbies. Si tiene algún hobbie que ha dejado de lado, trate de retomarlo. Hay personas que con ir de pesca o reuniéndose con amigos, logran dispersarse.

Si pese a todo se siente aún muy estresado y enojado la mayor parte del tiempo, no tenga vergüenza y busque ayuda, que es más bochornoso andar por la vida con la cara larga.

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