La vida ofrece un conjunto de premios claros, coloridos, ricos y muy satisfactorios, visibles solo al espíritu vivo, despierto y deseoso de vivir. La vida es un don para los espíritus valientes y con un sueño en su interior; un sueño de mejora diaria e ilimitada, un sueño de llegar a ser una persona mejor, de crear una familia mejor, una patria mejor y en definitiva un mundo mejor.
Nada cambia si la mente no cambia; como sabemos, cada individuo es el producto de la educación que recibe y del estado en que se encuentre su conciencia, por lo tanto, una persona solo puede llegar a ser excelente, cuando decide hacerse cargo de su propia auto educación, mientras no se dé cuenta de este hecho, seguirá nadando dormido en las aguas de la mediocridad y de la apatía.
El dormir cuando uno debería estar aprendiendo o produciendo es signo inequívoco de mediocridad y miseria mental, los espíritus apáticos son negativos y tontos, creen que viven de la nada y no valoran el esfuerzo que hacen los progenitores para mantenerlos con vida; sin embargo, la vida tiene otros planes, quien no decide tomar la iniciativa para responsabilizarse de su autoeducación, educación y de su propia vida, acaba por convertirse en alguna forma de mendigo que tiene que beber a diario el resultado de sus malas actitudes y decisiones; por el contrario, quien decide despertar, interesarse, informarse, puede abrir las puertas de su inteligencia y buena voluntad hacia un mundo real, un mundo donde todo es posible y donde puede realizar hasta el más grande de sus deseos.
El mundo positivo es una realidad que se puede experimentar en lo profundo de la mente, ahí solo existe positividad, por eso es necesario, como primer paso para aprender esta actividad, aprender el acto de relajarse profundamente y experimentar por sí mismo esta verdad.
El uso de sustancias como el alcohol, el tabaco u otras drogas, son intentos estériles de obtener relajación y poder energético; hasta ahora no se ha visto a nadie triunfar en la vida con la práctica de vicios ocultos o encubiertos, los vicios destruyen a la persona y a su núcleo familiar y le producen el más infame de los fracasos, el fracaso de su ser espiritual.
Si usted quiere empezar a despertar de su letargo, puede comenzar pensando con el poder de la evocación repetitiva, un pensamiento básico y poderoso, piense y repita dicho pensamiento durante siete días y descubra lo que su pensamiento puede manifestar, el pensamiento es el siguiente: “Cada día estoy más despierto al poder de mis pensamientos pensados determinadamente”.
Como primer paso, lea la afirmación, una y otra vez, hasta memorizarla, hasta tener dominio total del pensamiento memorizado, recuerde la norma básica de un triunfador: “Un triunfador debe dominar por completo todo conocimiento que aprende”; si usted ha decidido convertirse en un triunfador, recuerde que su oficio, de hoy en adelante será triunfar, triunfar en todo campo en el que aplique su inteligencia y su voluntad, imagine qué sería de nuestra patria si todos fuéramos triunfadores y dése cuenta de que esta idea no es una imposibilidad, solo se requiere de esfuerzo personal, de sinceridad y de buena voluntad, pues por cada persona que conoce la positividad, la sociedad mejora en su conjunto.
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viernes, 24 de febrero de 2017
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