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martes, 14 de febrero de 2017
Planta cara a la inseguridad: no la temas
Paula Martín de Bustamante es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid; Máster General Sanitario por la Universidad Pontificia de Comillas y experta en Neuropsicología por la UNED.
En el libro de Marta Robles, donde la autora expone una reflexión en primera persona sobre su inseguridad, Paula completó cada uno de los capítulos con la visión especializada del tema tratado.
EL IMPACTO DE LA INSEGURIDAD
Estas son las primeras palabras de Paula en el libro: “La inseguridad es una de las emociones más fuertes, más penetrantes y más invalidantes que existen. Está con nosotros desde el momento que nacemos, es una de las primeras en aparecer y nos acompaña hasta el final de la vida. La inseguridad es miedo. Miedo a que nos digan que no, a que nos digan que sí, a hacerlo mal, a quedar en ridículo, a no ser suficientemente buenos, a no ser merecedores de cariño, a no valer la pena como personas, a no ser dignos de amor y a un sinfín de circunstancias que abarcan todas las esferas de la vida personal, social y laboral”.
Y en la entrevista con EFEsalud, la psicóloga amplía un poco más este concepto: “Todas las personas presentan momentos de inseguridad en situaciones de su vida, el problema surge cuando la inseguridad se apodera del día a día”.
Paula, ¿cuáles son las causas de la inseguridad y qué consecuencias tiene?
Son múltiples, y pueden ir desde patrones de crianza, al temperamento de la persona o el fruto de experiencias personales. Se debe hablar de multicausalidad.
La inseguridad no tiene por qué ser siempre un obstáculo, puede hacernos más perfeccionistas en nuestra profesión o proporcionarnos relaciones muy consolidadas al haber sido cautos en ellas. Sin embargo, la otra cara de la inseguridad puede generar parálisis a la hora de actuar. Y generar también complicaciones a nivel relacional, ya que tiene un componente referencial (hacia uno mismo) que puede hacer que nos tomemos las cosas de manera muy personal.
¿Se cura la inseguridad?
La inseguridad no es una patología, no cumple los criterios de los manuales diagnósticos para ser una patología. Tampoco supone un trastorno, por tanto, hablar en términos de cura no tiene sentido. La inseguridad puede estar relacionada con algunos trastornos de la personalidad, como los dependientes, narcisistas… pero no está caracterizada como un síntoma de estos cuadros. No debemos caer en el error de patologizar lo normal en términos de salud. No todo es un trastorno y, por tanto, no todo “se cura”.
La inseguridad tampoco es una actitud, ya que sobre éstas tenemos un mayor control y dependen de nosotros; constituye un rasgo de personalidad, y fruto de ese rasgo, y en función de una situación concreta, se manifiesta una conducta.
¿Se puede aprender a gestionar, dominar y controlar la inseguridad?
Sí, sin duda, si no fuera así sería tremendamente incapacitante y limitaría el desarrollo personal y profesional.
¿Cómo se logra? ¿Hay técnicas?
Hay técnicas para reducir el estrés y la ansiedad en momentos determinados. La ansiedad no es un trastorno en sí, sino un conjunto de síntomas, como hiperventilación, temblores, sudoraciones o pensamientos negativos, que se pueden combatir con sistemas de respiración adecuados y pensamientos en sentido positivo.
¿Se puede aprovechar la inseguridad como motor de fortaleza?
Sí, siempre que esa inseguridad sea de algo concreto y no domine toda la esfera de la vida. Puede funcionar como un reto de superación y entonces sirve de aliciente.
¿Qué tipos de inseguridades hay?
Hay tantos tipos de inseguridades como personas, o casi. Aunque existen algunas más presentes que otras, como las inseguridades físicas. Son sin duda las más comunes y de las más discapacitantes. La presión por presentar una imagen perfecta somete a las personas, en especial a las mujeres, a niveles de ansiedad en ocasiones muy elevados.
Las inseguridades socioeconómicas provocan un gran malestar en las personas, ya que sienten rechazo de sus orígenes, los consideran ‘poco dignos’ e intentan aparentar pertenecer a una clase social más alta. El estatus social al que se pertenece es fruto de factores ajenos a uno mismo. Es algo que ha venido dado por sí solo, sin que podamos ejercer ningún control sobre ello y que tenemos que aceptar.
Existen también personas que creen poseer una inteligencia mediocre, poca capacidad de razonamiento o una cultura pobre. Encontramos que la inseguridad intelectual está estrechamente ligada a la inseguridad socioeconómica, y que aquellas personas de origen humilde suelen sentirse menos inteligentes que otras de origen acomodado.
Triple sistema de respuesta a la ansiedad
En el libro, Paula recoge el triple sistema de respuesta que Peter Lang estableció en 1968 para explicar cómo se manifiesta la ansiedad en las personas.
Nivel cognitivo: ideas y pensamientos que surgen en momentos de estrés; sentimientos de miedo, preocupación o amenaza. Si la ansiedad se convierte en patológica, aparecen pensamientos o imágenes muy concretas que se viven como anticipaciones catastróficas.
Nivel fisiológico: reacciones corporales asociadas a un incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo y del sistema nervioso somático, así como de la actividad neuroendocrina del sistema nervioso central; aumenta la tasa cardíaca, la actividad electrodérmica, la frecuencia respiratoria y el tono muscular.
Nivel de la conducta, nivel motor: debido a los aumentos en las respuestas fisiológicas y como resultado de las ideas catastróficas que aparecen a nivel cognitivo, se producen cambios con la presencia de tics, temblores, tartamudeo o gesticulaciones exageradas.
REFORZAR LA CONFIANZA
Para reforzar la confianza, la psicóloga presenta en el libro cuatro actuaciones:
• Indagar sobre los verdaderos motivos de nuestra inseguridad.
• Identificar las circunstancias generadoras de miedo.
• Pensar en positivo.
• Mantener expectativas realistas.
“Hay que salirse de la dicotomía éxito/aprobación y fracaso/rechazo, y valorar el hecho de que el éxito no nos garantiza la aprobación social ni el fracaso nos condena al olvido. Entre el éxito y el fracaso existen una infinidad de puntos intermedios de los cuales se puede aprender mucho y que pueden resultar muy gratificantes y enriquecedores”, señala Paula en el libro.
Para animar a quienes sienten ansiedad, conviene conocer los aspectos positivos que la experta enumera apoyándose en estudios científicos: más inteligencia no verbal, más empatía y mejora de la oratoria, al tiempo que valora como función adaptativa cierta dosis de ansiedad, que no debe preocuparnos, y que además desempeña el papel de anticipador de un posible daño futuro, a modo de alarma interna.
CINCO FRASES SOBRE LA INSEGURIDAD
El libro de Marta Robles “Haz lo que temas” recoge frases de escritores, actores, economistas o profesionales de la salud sobre la inseguridad. Aquí reproducimos cinco.
Fernando Marías (escritor): “La inseguridad no existe. Es un espejismo. Solo existe miedo a la inseguridad”.
Antonio Soler (escritor): “Yo diría que más que la prudencia lo que me acompañaba era la inseguridad. Y no piensen que lo digo como una flaqueza. La inseguridad fue y sigue siendo mi mejor aliada. La inseguridad es una garantía. Una forma de estar alerta…”.
Mabel Lozano (directora de documentales): “De la convivencia con mis inseguridades han crecido mis fortalezas”.
Geraldine Filippi (directora de Business France): “Es mejor arrepentirse de haber hecho algo que no haberlo intentado”.
Sofía Ruiz del Cueto (médica estética): “Lo mejor de todo es que somos dueños de nuestras inseguridades y podemos disiparlas. Eso no es lo difícil. Lo complicado es saber diferenciar la inseguridad de lo que realmente es imposible”.
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