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viernes, 12 de agosto de 2016
¿Te olvidas de TODO?
¿Alguien ha visto mis gafas? ¿Dónde deje las llaves? Pensé que parquee el auto aquí…. Pero, ¿cuándo habíamos quedado? Parece que cada día tenemos más despistes, más olvidos, y cada que pasa nos planteamos si será algo normal o si realmente tenemos problemas con nuestra memoria.
Lo importante es ser capaces de diferenciar una enfermedad de Alzheimer de otros procesos ligados al estrés, bajo ánimo, o exceso de responsabilidades que llevan a que dudemos del estado de nuestra memoria.
De hecho, parece que los problemas de memoria afectan cada vez a gente más joven. Así lo afirma el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor del libro Cuida tu cerebro y mejora tu vida. “Sabemos que debido al estrés y a la cantidad de tareas que gestionamos mentalmente, cada vez hay más personas jóvenes que experimentan dificultades en la memoria”, asegura. De hecho, la prueba de que no se trata tanto de un problema asociado a la edad, sino al estilo de vida, es que “afecta incluso a los niños, ya que cada vez hay más problemas de atención y la atención es la vía de entrada de los recuerdos”.
¿Qué afecta nuestra memoria?
Es importante tener en cuenta cuáles son los factores externos que pueden estar provocando esos olvidos. Y es que hay ciertos hábitos que afectan de manera negativa nuestra memoria y la experta Sagrario Manzano, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), enfatiza que los tóxicos como el tabaco, el exceso de alcohol, o los estilos de vida poco saludables que incluyan la dieta grasa, el sedentarismo, no ayudan a la salud de nuestra memoria.
Centrándonos un poco más en esa parte mental y social, la experta insiste en que también es importante tratar nuestro bajo ánimo o estados de depresión en caso de que pasemos una mala época, y que se evite el aislamiento social.
De forma contraria, hay factores favorecedores, como el trabajar nuestra estimulación cognitiva con juegos de mesa, tertulias, actividades de ocio estimulantes como la pintura o la informática y sobre todo mantener una buena red social, además de realizar ejercicio físico regular. Eso sí, no vale tachar solo una de las cosas de la lista, y es que según la SEN “es fundamental implementar todas las medidas en su conjunto, para poder realizar prevención (retrasar el momento clínico de la demencia)”.
¿Cuándo debo preocuparme?
Si bien podemos prevenir el problema, también es importante saber distinguir cuando estos despistes entran dentro de la normalidad, o cuando son una señal de alarma para actuar ya. Debemos tener en cuenta que los problemas de memoria relacionados con el envejecimiento o enfermedades neurológicas aparecen generalmente a partir de los 55-65 años de edad, y suelen caracterizarse por dificultades para encontrar palabras o para recordar cosas que hemos hecho hace unos pocos días. Sin embargo, “los problemas de memoria de la gente más joven suelen tener que ver con no recordar detalles del pasado y sobre todo, con no recordar cosas que tenemos que hacer en el futuro”.
La pregunta que surge es, ¿cómo diferenciamos una condición mental de un problema asociado a nuestro ritmo de vida?
La experta explica al diario El País que los despistes son, “más que un problema de memoria puro al realizar exploraciones neuropsicológicas extensas, suelen tener una alteración atencional y de la capacidad de concentración, que es la responsable de las dificultades a la hora de codificar la información”.
Los síntomas que realmente deben alertarnos son principalmente los cambios de carácter de forma significativa, la desorientación en entornos conocidos, o el abandono de actividades por evidenciar más dificultad, además de despistes “que vayan más lejos de no saber dónde he puesto las llaves, que nos puede pasar a todos alguna vez”, asegura Sagrario Manzano y agrega que es esencial tener en cuenta que la población hoy en día está más concienciada e informada por lo que los pacientes llegan a la consulta en fases muy precoces, por lo que la prevalencia e incidencia es mayor.
Ejercicios para la memoria
Uno de los mejores consejos para prevenir olvidos y fortalecer la memoria es llevar una agenda. Además existen ejercicios específicos que fortalecen nuestra memoria.
EJERCICIO 1: Caminar. Muchos estudios científicos demostraron que la memoria mejora sobre todo con ejercicio físico, porque ayuda a oxigenar el cerebro y esto es fundamental para una buena memoria y prevenir sus enfermedades. Caminar suele ayudar a despejar la mente y a ordenar nuestras ideas.
EJERCICIO 2: Un café entre amigas. La Sociedad Española de Neurología aconseja que compartir con gente y llevar una vida social activa ayuda a mejorar la capacidad de aprendizaje y el recuerdo. Así que, un café con buenas amigas o esos famosos pasanakus son más beneficiosos de lo que crees.
EJERCICIO 3: Escribir. Si nos centramos no tanto en ejercicios generales, sino en ideas concretas que desarrollen la memoria, lo más efectivo es escribir un diario o tener el Facebook al día. Ambos han demostrado que ayudan mucho a mejorar el recuerdo de las cosas que hacemos.
EJERCICIO 4: Recordar cada día. Cuando llegue la noche, cierra los ojos e intenta repasar todo lo que hemos hecho durante el día, otro de los consejos claves que los expertos en neurología aconsejan para mejorar la memoria. Y es que este pequeño gesto ayuda a fortalecer la capacidad de evocación, es decir traer a la mente los recuerdos que tenemos guardados.
EJERCICIO 5: Repetir números. En lugar de apuntar los números y simplemente guardarlos en el teléfono, sé capaz de repetir números de teléfono u otras cifras y darles la vuelta. Es un ejercicio muy completo y fortalece la capacidad de memorización.
EJERCICIO 6: Leer y hacer crucigramas. Si nos cansa pensar nuestras propias ideas, podemos aprovechar productos ya hechos, y que además son ideales para desconectar. Así, para no olvidar palabras y tenerlas accesibles lo mejor son los crucigramas y la lectura. Las personas que leen mucho conservan por más tiempo su riqueza de vocabulario.
EJERCICIO 7: Una dieta neurosaludable. Lo que comemos también es memoria. Y es que hay alimentos como el curry, por ejemplo, que han demostrado que pueden ayudar a retrasar la pérdida de memoria.
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