A medida que nuestra sociedad va creciendo y las distancias cada vez son más largas, muchas veces resulta más cómodo acudir a un restaurante a medio día después de la oficina, principalmente para evitar el tráfico y así optimizar nuestro tiempo o sea por la razón que sea, cuando decidimos comer fuera de casa, debemos saber que también en un restaurante existen algunas pautas de comportamiento para mostrar respeto y consideración por las personas que nos atienden.
Si es un restaurante al que acudimos con frecuencia, es posible que el personal ya conozca nuestros gustos, una de las razones principales que nos inducen a elegir un restaurante es definitivamente la comida, sin embargo si vamos acompañados, es bueno saber la opinión de quien está con nosotros para acudir o no a un determinado lugar.
Ya en el restaurante, muchas veces podemos encontrarnos con gente conocida o amigos, en ese caso será suficiente hacer un simple ademán para saludar ya que es posible que la persona esté comiendo y resulte un poco incómodo interrumpir, si vemos que no está comiendo, podemos acercarnos a saludar de manera breve, incluso podríamos acercarnos si está en compañía de amigos comunes, pero nunca si está acompañado de personas que no conocemos, salvo que esta persona nos haga algún ademan o señal para que nos acerquemos.
Para dirigirnos al personal de servicio, debemos hacerlo con cortesía, mostrando nuestra buena educación y es una muestra de respeto tratarlo de usted y hablarle sin gestos y utilizando un tono de voz adecuado.
Si tenemos alguna queja, no es necesario hacer un escándalo para que todo el mundo se entere, será suficiente pedir hablar con el encargado de lugar si es necesario, no olvidemos que si hemos tenido un mal día, no hay por qué descargarlo en el personal del restaurante, es mejor ser educados y tomar las cosas con calma.
Cuando vamos a servirnos los alimentos, las normas de etiqueta siempre son las mismas que cuando comemos en casa o en algún otro sitio, debemos saber comportarnos igual en todo momento, es por ello que siempre recomiendo que debe hacerse habitual el buen uso de la etiqueta en la mesa, no por estar en casa vamos a relajarnos y hacer las cosas mal. No está de más recordar que jamás se debe hablar con la boca llena o beber cuando aún tenemos comida en la boca, limpiarnos las comisuras de los labios antes de beber, hay que usar la servilleta en el regazo, estar siempre erguido, no sorber la sopa, consomé o bebidas, utilizar los cubiertos de manera adecuada y únicamente para tomar los alimentos, seguir un ritmo adecuado, vale decir que no debemos comer tan rápido como si fuera la primera vez o muy lento, si estamos acompañados debemos seguir el ritmo del acompañante. Para empezar a comer, debemos esperar a que todos estén servidos, no apoyar los codos en la mesa, etc.
En la mesa solo deben estar los elementos propios que una mesa debe tener, actualmente parece que el celular se ha convertido en parte integrante pero no es así, la agenda, el celular, el pinta labios, las llaves del auto, lentes y tantos otros objetos no deben estar nunca en la mesa.
El momento de pagar la cuenta muchas veces resulta algo incómodo para quienes no tienen presente lo siguiente:
Si vamos solos no hay problema, sabemos que somos nosotros mismos quienes debemos pagar por supuesto, si vamos acompañados, debe pagar quien invita, pero si se acordó previamente, también se puede ´pagar a escote´, vale decir en partes proporcionales al número de comensales.
Es de muy mal gusto hacer cuentas y ver cuánto toca a cada uno, no es nada elegante por lo que es preferible que una persona pague el total y luego se hagan las cuentas con los demás comensales.
Generalmente cuando nos retiramos de un restaurante, solemos dejar una propina que va de acuerdo con la valoración que puede hacerse a la atención recibida, sin embargo en algunos países existe un porcentaje de acuerdo con lo consumido y en algunos establecimientos tal vez un poco más audaces ya lo incluyen en la factura.
Para demostrar gratitud por el buen servicio también se puede expresar de forma verbal, agradeciendo la atención recibida, por la exquisita comida, etc. y claro, es posible que muchas veces la propina sea lo que más beneficie a la persona que nos atendió.
Debemos recordar que nuestra educación y el buen manejo de las normas de buenas costumbres deben estar presentes en cada acto de nuestras vidas, por lo que debemos inculcar esta práctica a nuestros niños en el hogar.
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