jueves, 7 de enero de 2016

¡Alerta! La depresión también afecta a los niños



Si creías que los niños no se deprimen, estás en un error. Estudios y expertos dicen que sí. Cambios en los hábitos de alimentación, irritabilidad, pérdida de interés por los juegos, expresiones de tristeza, inseguridad, hiperactividad, problemas de sueño, agresividad, conductas de cólera e impulsividad son algunos de los síntomas de alerta que permiten detectar esta perturbación.

Pero, ojo, esas señales deben presentarse por lo menos durante dos semanas continuas, explica la psicóloga Alhona Alfaro. En caso de haber sospechas, busca inmediatamente ayuda profesional, pues este tipo de casos pueden derivar en situaciones extremas como la autoagresión o el intento de suicidio.

La depresión infantil, igual que la adulta, es un trastorno del estado de ánimo, en el que la persona presenta un elevado malestar. La falta de madurez emocional de los pequeños y la ausencia de recursos para manejar sus propias emociones los hacen más vulnerables respecto a los adultos. Y es que hasta los siete años, el menor no ha desarrollado un autocontrol, autorregulación y el aprendizaje psicosocial, es decir, normas y reglas, explica la psicóloga Rita Montaño.

Para un diagnóstico correcto, Alfaro recomienda hacer un seguimiento al infante para ver cambios de comportamiento. Montaño menciona que la escuela, las guarderías o los jardines son los mejores medios para detectar este tipo de situaciones.

Ambas profesionales coinciden en que las causas son diversas; las biológicas (diabetes, epilepsia, trastorno de déficit de atención e hiperactividad) son una, pero sobre todo está relacionada con el entorno familiar, por ejemplo que los padres se hayan separado o que dentro del hogar haya agresión verbal psicológica, física o económica.

Montaño recomienda un tratamiento a partir de la familia, en terapias individuales o familiares. “Generalmente lo que se aplica y que mayormente funciona es la psicología cognitiva comportamental, que trabaja mente y conducta a través de la interacción con un medio, que es la familia”.

Alfaro sugiere que se realice una cura multidisciplinaria “porque son afecciones que tienen que ver con la parte biológica”. Deben intervenir psiquiatras, psicólogos, entre otros.

¿Qué debo hacer si creo que mi hijo está deprimido?

Habla sobre sus sentimientos y sobre las cosas que suceden en el hogar y la escuela que le pueden estar molestando.
Comunícate con su pediatra. Algunos problemas médicos pueden derivar en una depresión.
Toma en cuenta si expresa cualquier pensamiento relacionado con la muerte, puede ser una señal de alerta.
Los conceptos básicos para una buena salud mental incluyen una dieta saludable, dormir lo suficiente, ejercicio y relaciones positivas con otros en el hogar y en la escuela.
Limita el tiempo que pasa frente a la pantalla (televisor, computador) y fomenta la actividad física para ayudar a que establezca relaciones positivas con los demás.

Señales de alerta

El niño cambia sus hábitos, se torna irritable, inseguro, triste, no duerme bien, es agresivo, tiene conductas coléricas.

El diagnóstico

Debe estar a cargo de un especialista. Los niños menores de siete años aún no se expresan muy bien, por ello se les debe hacer seguimiento y observar su conducta habitual.

Un tratamiento multidisciplinario

Interviene un psiquiatra para medicar al menor y un psicólogo para motivarlo con alguna recompensa. Se debe tomar contacto con su entorno, es decir con la familia y escuela.

Sugerencia para los padres A pesar de la rutina, los papás deben estar pendientes de sus hijos y no solo del trabajo. La atención temprana es fundamental.
Pasa tiempo a solas con tu niño, es muy importante pues este vínculo le da seguridad y sensación de protección.
Habla sobre el tema del hostigamiento o abuso escolar. Ser la víctima es una de las causas de los problemas de los niños.

Fuente: Rita Montaño, Alhona Alfaro (psicólogas).


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