viernes, 21 de julio de 2017

Prohibido quejarse en casa

Hay gente que se queja, que se lamenta y se refunfuña por todo, desde la hora que se levanta hasta la hora de dormir. La queja es una actitud que se aprende primero en el hogar, con padres que llegan a casa quejándose del trabajo, del tránsito… de que no pueden dormirse hasta más tarde, de la comida que a él o a ella le ha salido mal, de las tareas del hogar, de la falta de dinero… pero no hacen nada para mejorar las cosas a su alrededor. Una norma que debemos imponer en casa: Prohibido quejarse, si algo no te gusta, mejóralo.

CÓMO NACEN LAS QUEJAS

Hay gente que pierde mucho tiempo quejándose en lugar de buscar una solución. ¿Quién no ha convivido en el trabajo con alguna persona que refunfuña todo el tiempo? Tener a una persona así a tu lado, día a día, es una tortura, es como tener una piedra en el zapato. ¡Imagínate en casa! Seguro que alguien en tu familia se queja más que los demás. En mi casa, hemos puesto una regla hace tiempo: Prohibido quejarse. Si no te gusta, hazlo mejor. Claro que eso, no nos prohíbe no estar de acuerdo o no llevar la contraria. Claro que podemos protestar, discutir… pero la queja, en tono meramente negativo, sin soluciones... ¡nada de nada!

¿Cómo nace un quejica? Pues creo que nace especialmente del ejemplo que tenga a su lado, de su padre, de su madre, de su pareja, etc. Luego, creo que de la impotencia o el miedo. Es más fácil quejarse que encontrar una salida, que enfrentarse a una situación para la que crees no estar preparado o capacitado para realizarla. Y ¿por qué es conveniente acabar con las quejas? Pienso que la queja no lleva a ningún sitio, no soluciona nada. Es más, puede convertirnos en personas negativas, aburridas, desanimadas, egocéntricas, ingratas y demasiado exigentes. Y lo peor, en una persona siempre frustrada. Soy de la opinión que quien busca, encuentra. Si estás todo el tiempo buscando solo no que está mal, lo encontrarás. Sin embargo, mejor buscar lo bueno, ¿no?

CÓMO CONSEGUIR QUE TU HIJO NO SEA QUEJICA

¿Qué hacer para que la queja no sea un vicio en tu hogar? Existen muchas ideas para evitar que la queja o las reclamaciones sean un hábito en la familia. Sigue algunas:

1. Ser un ejemplo para los hijos. Si estás todo el rato quejándote de todo, primero cambia esa actitud. Sin eso, será difícil convencer a tus hijos a que no se quejen. El cambio empieza en ti. Hay que controlarse.

2. Involucra a tu hijo en las tareas domésticas, según la capacidad y la habilidad que tenga. Niños que se responsabilizan por ordenar los juguetes, organizar su habitación, por poner o recoger la mesa, doblar la ropa limpia, secar la vajilla, llevar la bolsa de la basura, comprar el pan, etc., darán mucho más valor a lo que hacen todos.

3. Enseña a tu hijo a reconocer y agradecer por lo que tiene, y no me refiero solo a las cosas materiales. El tener a una familia también se debe incluir en su gratitud.

4. Controla la actitud quejica (reclamación sin solución), de tus hijos, con un ‘juego’. Pon una alcancía en algún lugar de la casa y determina que cada vez que alguien haga una queja, sin buscar o presentar solución, debe poner una moneda en la alcancía. Antes, debes concertar la cantidad. Cuando la alcancía esté llena, el dinero puede ser donado a alguna institución de caridad.

5. Evita que tu hijo tenga mucho tiempo libre. El exceso de tiempo libre es peligroso, donde haya un vacío, el negativismo aparecerá para llenarlo. Eso no quiere decir que los niños tengan que estar siempre haciendo algo, pero es importante que ellos tengan conciencia del tiempo libre que tienen y llenarlo con actividades positivas.

6. Anima a tu hijo a que practique un deporte. El deporte es una actividad que le enseñará a competir, a superar, a trabajar en equipo, etc. Lo mismo ocurre con la música, el baile, son actividades que trabajan el emocional.

7. Enséñale que nadie quiere estar cerca a una persona que está siempre quejándose. Que es importante cuidarnos de lo que transmitimos a los demás. Que ganamos mucho más siendo positivos.

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