Pensamos
- Adicciones
- Autoestima
- Autorrealización
- Autoterapia
- Buenas Costumbres
- Consejos
- Depresion
- Derrota
- Emociones
- Espiritualidad
- Estado de Animo
- Estres
- Felicidad
- Fracasos
- Habitos de Vida
- La Universidad del Exito
- Mal Humor
- Mala Suerte
- Mentir
- Miedo
- Motivación
- Notas de Interes
- Pensamiento Positivo
- Reflexiones Diarias
- Relajate
- Soledad
- Sueños
- Timidez
- Tristeza
lunes, 7 de noviembre de 2016
Claves contra la “depre”
El tratamiento integral entre la psiquiatría y la psicología, junto con la fuerza de voluntad del paciente, son la clave para superar la depresión, que es considerada uno de los grandes males de este siglo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 350 millones de personas sufren esta enfermedad y los expertos advierten que de no ser tratada a tiempo, puede convertirse en un serio problema, causando gran sufrimiento y alterando las actividades laborales, escolares y familiares de los afectados. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio.
Depresión y tristeza
La psiquiatra Rocío Luján aclara a ECOS, en primer lugar, que la depresión es una enfermedad mental. Luego, dice que muchas personas piensan, equivocadamente, que las palabras ‘depresión’ y ‘tristeza’ son sinónimas.
En realidad, la tristeza es una reacción fisiológica que cualquier ser humano experimenta ante una situación de pérdida, una sensación pasajera. La depresión, en cambio, es un estado de tristeza crónico que se conserva durante mucho tiempo.
“Para diagnosticar una depresión tiene que haber un criterio de temporalidad, donde ese síntoma persista mínimamente por dos semanas. Antes, no se puede diagnosticar depresión porque sería muy precoz”, explica Luján.
En este tema, el psicólogo y neuropsicólogo Elías Alaka Robles, responsable del Gabinete de Neuropsicología, define a la depresión como el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Los afectados por circunstancias vitales adversas como el desempleo, luto o traumatismos psicológicos, tienen más probabilidades de sufrir depresión. Esto, a su vez, puede generar más estrés, disfunción y empeorar la situación de la persona aquejada.
Estadísticas
En Bolivia no existen datos actuales sobre el número de casos de depresión atendidos por los profesionales de la salud mental.
El Informe sobre el Sistema de Salud Mental en Bolivia 2008 reporta que los principales trastornos atendidos en consulta ambulatoria son los del humor que representan, un 17 por ciento.
“Nuestra situación, sin embargo, no escapa a la situación mundial en el tema de salud mental. En países como el nuestro, a pesar de la prevalencia y la carga de los trastornos mentales, una gran proporción de personas que sufre estos problemas no recibe tratamiento ni atención”, dice Alaka.
Causas
Las causas de la depresión no siempre se hacen visibles de inmediato, por lo que este trastorno requiere de una evaluación y diagnóstico cuidadoso realizado por un profesional de la salud mental.
“En algunos casos las personas no tienen control sobre las circunstancias implicadas en la depresión, en otros esta se produce cuando no pueden ver que tienen opciones y pueden hacer cambios en sus vidas”, alerta el profesional consultado por ECOS.
Síntomas
Luján explica que la depresión se caracteriza por tener una serie de síntomas afectivos, motivacionales, cognitivos, físicos e interpersonales. Entre los afectivos están la sensación de tristeza crónica (durante gran parte del día), vacío, infelicidad, abatimiento y pesadumbre.
Los síntomas motivacionales se manifiestan con apatía y desgano; las personas despiertan cansadas pese a haber “descansado”. Los cognitivos se denotan con trastorno de memoria, fácil olvido de los recuerdos nuevos, alteraciones de concentración, atención y disturbios del pensamiento.
Los síntomas físicos se reflejan con trastornos del sueño, insomnio, fatiga, cansancio, disminución de la psicomotricidad, trastornos del apetito, que puede presentarse con falta de ganas de comer o con episodios de voracidad.
Mientras que los síntomas interpersonales se muestran con aislamiento: a la persona le irrita estar rodeada de otras, ya no le interesa cuidarse y descuida su aseo y autoimagen.
La manera de pensar del depresivo es muy peculiar y para los que están sanos resulta fácil criticarlo, incluso pueden identificar el problema generador de la enfermedad y encontrar múltiples soluciones, pero quien padece de depresión no ve soluciones por la distorsión cognitiva que le afecta. Suele tener pensamientos sobre generalizadores, catastróficos y se siente culpable de todo lo que pasa a su alrededor. “La depresión es una enfermedad muy discapacitante, uno ‘vive muerto’”, resume la especialista.
Desencadenantes y efectos
Los sentimientos de tristeza o desánimo son normales cuando una persona atraviesa determinadas experiencias penosas en la vida, como una enfermedad grave, la pérdida de un empleo, la muerte de un familiar o un divorcio. Sentimientos de dolor que tienden a ser menos intensos con el paso del tiempo.
La depresión se produce cuando esos sentimientos de profunda tristeza o desesperación persisten después de dos semanas o más, e interfieren con las acciones cotidianas de la vida como trabajar, comer o dormir.
De esta forma, la depresión puede convertirse en un serio problema de salud cuando se prolonga por mucho tiempo y tiene una intensidad que va de moderada a grave, causando sufrimiento y alterando las actividades laborales, escolares y familiares.
Así, las personas deprimidas tienden a sentirse indefensas, sin esperanzas y, no solo eso: también se culpan por tener estos sentimientos. Incluso pueden sentirse abrumadas y agotadas y dejar de participar en ciertas prácticas cotidianas, retrayéndose de familiares y amigos. En el peor de los casos, deriva en el suicidio.
Cada año se suicidan más de 800 mil personas en el mundo y esta es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
Tratamiento
Los sentimientos y preocupaciones que no se expresan, acompañados por una sensación de→ →aislamiento, pueden empeorar la depresión.
Lo cierto es que los deprimidos no reaccionan ni se sienten mejor espontáneamente, y si no buscan ayuda, sufren innecesariamente. Por eso es importante acudir a la atención médica profesional. Aunque, para tomar esta decisión, deben tener fuerza de voluntad, explica Elías Alaka.
Los tratamientos contra la depresión pueden ser muy eficaces cuando se recibe atención competente. Pero la realidad demuestra que más de la mitad de los afectados en todo el mundo no reciben tratamiento por falta de recursos económicos, de personal sanitario capacitado y por la estigmatización de los trastornos mentales.
“Existe todavía determinado estigma o renuencia asociado con buscar ayuda para los problemas emocionales y mentales, incluyendo la depresión. Lamentablemente, los sentimientos de depresión suelen considerarse como un signo de debilidad antes que una señal de algo que no está equilibrado”, comenta el profesional de la psicología y de la neuropsicología.
Según la psiquiatra Rocío Luján, el tratamiento contra la depresión tiene que ser integral: en la parte médica psiquiátrica, a través de la psicofarmacología, para que pueda regular el sistema neurotransmisor que se encuentra alterado, y en la parte terapéutica, que actúa sobre el manejo cognitivo y el control de las emociones.
En general, un tratamiento que solo toma en cuenta la parte terapéutica, es decir un psicólogo, tiene un alto riesgo de no ser resuelto. De igual forma, un depresivo tratado solo con medicamentos tiene altas probabilidades de terminar sin resultados favorables. “Es fundamental entender que esta enfermedad tiene una base biológica; si no se entiende la patología, se volverá crónica”, alerta Luján.
Comenta que en nuestro medio continúa la estigmatización del que acude al psiquiatra. La gente piensa: “yo no voy al psiquiatra porque no estoy loco”, sin darse cuenta de que se acude a esta especialidad para manejar los trastornos mentales.
El tratamiento de la depresión debe tener una duración mínima de un año. Bien tolerado por el deprimido y manejado por un especialista, no tiene mayores complicaciones, asegura la psiquiatra.
Casi todos los pacientes esperan una solución inmediata, pero deben aceptar que los medicamentos se consumen por bastante tiempo y, además, su efecto demora por lo menos 15 días. •
El deprimido y su entorno
La familia y amigos pueden alentar al ser deprimido a seguir el tratamiento y a poner en práctica las técnicas de afrontamiento y tácticas para la resolución de problemas que aprenderá mediante la psicoterapia.
Vivir con una persona deprimida suele ser muy difícil y estresante para los familiares y amigos. Ver su sufrimiento puede provocar sentimientos de indefensión y pérdida.
La terapia familiar o de pareja resulta beneficiosa para reunir a las personas afectadas por la depresión y ayudarlas a aprender formas eficaces de sobrellevarla juntos.
Medicación contra la depresión
Las medicinas son útiles para reducir los síntomas en los casos de depresión con una intensidad de moderada a grave.
Los médicos que tratan la depresión generalmente sugieren la combinación de psicoterapia y medicación.
Dados los efectos colaterales, el uso de medicación requiere un control atento por parte del médico.
Algunos deprimidos pueden necesitar psicoterapia antes que medicación, especialmente si su enfermedad no es grave.
Con una evaluación exhaustiva, un profesional de la salud mental puede recomendar un curso eficaz de tratamiento para la depresión del paciente.
Las perspectivas de una recuperación a largo plazo son muy buenas para quienes buscan ayuda profesional.
¿Hay formas de prevenirla?
PROGRAMAS. Está demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenirla están los programas escolares que promueven un modelo de pensamiento positivo entre niños y adolescentes.
PADRES. Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos.
EJERCICIO. Los programas de ejercicio para las personas mayores también pueden ser eficaces para prevenir la depresión.
Fuente: OMS
Mitos y verdades sobre la depresión
La tecnología y las nuevas investigaciones demuestran que la depresión es una enfermedad como cualquier otra. Pocas personas la superan por su cuenta, la mayoría necesitan tratamiento para volver a su rutina laboral y doméstica.
Mito. Los niños no pueden tener depresión.
Verdad. La depresión puede desarrollarse en cualquier grupo etario, étnico, económico y sexo.
Mito. La depresión solo ocurre cuando sucede algo malo, como un divorcio o la pérdida de un ser querido.
Verdad. Es evidente, pero también pueden desencadenarla otras cosas como, por ejemplo, los medicamentos, problemas hormonales, el parto, el uso de alcohol y drogas.
Mito. Si no puedes salir de la depresión, eres débil.
Verdad. La depresión es una enfermedad, un problema con la química del cerebro. Uno no puede superarla así, sin más. Esto sería como proponerse hacer desaparecer el asma o un ataque al corazón de un día para el otro.
Mito. Solo las personas muy deprimidas o las que piensan en suicidarse necesitan medicamentos.
Verdad. La mayoría de las personas con depresión necesitan medicamentos, ya que ellas pueden mejorar o eliminar los síntomas de la depresión.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario