Madurez

En términos generales, son maduras aquellas personas, sin importar la edad con las siguientes características:
Asumen responsabilidades por sus actos. Son capaces de prever las consecuencias de sus decisiones y por eso ponderan diversos modos de actuar. Pueden ponerse en el lugar de otros, en sentido emocional, es decir, saben conectar con el dolor, la ira, la vergüenza o el gozo de otros seres humanos, aunque no tengan directa relación con ellas.
También en sentido intelectual o racional saben ponerse en lugar de otros, es decir: son capaces de exponer con fidelidad el pensamiento de alguien, aunque no estén de acuerdo con las conclusiones que esa otra persona quiera lograr.
Saben aceptar su pasado personal, familiar y social, reconociendo y agradeciendo todo lo bueno. Tienen proyecto claro sobre su propio futuro y pueden ofrecer algunas razones de su elección. Han adquirido la capacidad de comunicarse y trabajar con personas de otro origen, forma de pensar o manera de ser; pueden hacer equipo con un número muy amplio de otras personas. Tienen un grado suficiente de tolerancia a la frustración y se muestran perseverantes ante los obstáculos.
Tienen un sano sentido del humor que incluye la capacidad de reírse de sí mismos, y de que otros hagan chiste de ellos.
Pueden dar opiniones razonablemente imparciales sobre personas que les son afectivamente muy cercanas, o por el contrario, sobre gente con la que la vida las ha distanciado notablemente; es decir: pueden reconocer el defecto del amigo y la virtud del enemigo.