miércoles, 31 de mayo de 2017

Conoce el método infalible para detectar mentirosos

¿Cómo funciona?

Durante 69 capítulos, divididos en 12 temporadas, Peter Falk interpretó al detective Columbo en la serie homónima y logró traspasar la pantalla chica. A tal punto que el método predilecto del personaje, siempre sagaz y deductivo, pasó a formar parte de la realidad y hoy, algunas décadas después, se lo considera como el sistema más efectivo para desenmascarar mentirosos.

Un informe procedente del cuerpo psiquiátrico de la Escuela de Medicina de Harvard describe al método Columbo como el modo a seguir a la hora de detectar mentiras de sus pacientes. El doctor Scott Beach dijo que los pacientes mienten por diversas razones. Sobre cuánto alcohol beben o cuánto ejercitan, están aquellos que ocultan el dolor o los síntomas de una enfermedad mental por temor a que los etiqueten y están también quienes los exageran. En ellos reparó.

"Para los pacientes que se sospecha que están exagerando los síntomas, el método Columbo, llamado así por el detective de televisión, puede ser una estrategia particularmente útil", señaló Beach.
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La técnica consiste en repetir preguntas, en apariencia triviales, en medio de intervalos de tiempo mientras se finge confusión y olvido. Se trata de atraer al mentiroso a que revele o pase por alto un detalle antes mencionado y así descubrir el engaño. "Es un esfuerzo por detectar inconsistencias en la historia, así como una confrontación suave facilitada por el papel de entrevistador ingenuo", explicó el especialista.

El doctor Beach, en su escrito, brinda el ejemplo de un paciente que asocia su depresión a la muerte de su hermano. "Uno podría preguntar de una manera curiosa -dice-. Sólo quiero asegurarme de que estoy entendiendo correctamente. Parece que estás tremendamente triste por la reciente muerte de tu hermano, pero noto en los archivos que tu hermano también murió en 2006, 2008, 2011 y el año pasado. ¿Eran hermanos diferentes?". Al presentarla como una pregunta gentil, alineado al paciente, dispuesto ayudarlo, se puede reconocer el estrés ante la consulta y hacerlo caer en un furcio en su relato.
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Más allá de que es una táctica especialmente utilizada por médicos y detectives, bien se puede aplicar al día a día, para descubrir mentiras en quienes incurren en un engaño.

¿Cómo usar el método Columbo?

-Usar preguntas casuales para que la otra persona hable abiertamente.

-Ser confuso cuando uno habla, lo que sugerirá incompetencia.

-Siempre ser amable y acogedor a pesar de las potenciales amenazas.

-Utilizar la charla sin sentido para distraer a la persona que está hablando y llevarlo a una falsa sensación de seguridad.

-Cuando se logre el punto suficiente de relajación, repetir una pregunta para encontrar el furcio.

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martes, 30 de mayo de 2017

Salud y depresión


Un problema de salud cada vez más frecuente
Una de cada seis personas padece depresión clínica al menos una vez en su vida y un 7% de la población sufre esta enfermedad al cabo del año. La extensión de este problema psiquiátrico ha hecho que tenga un impacto sobre la salud pública similar al de enfermedades crónicas como la artritis o la diabetes. Sin embargo, a menudo se pasa por alto o se confunde con una simple y natural tristeza.

Consejo médico
Algunas personas parecen estar especialmente predispuestas a los estados depresivos, pero en otras ocasiones es un entorno poco saludable el que consigue modificar nuestro estado de ánimo hasta hacernos enfermar. Ya se trate de uno u otro caso, cada vez hay más soluciones para lograr vivir sin depresión.
La habilidad que tenga una persona para superar un trauma puede estar “escrita” en sus genes. Algunas investigaciones han demostrado que hay quien sí tiene esa capacidad y quienes tienen mucho más difícil conseguirlo por lo que finalmente se deprimen. Esto se debe a que los genes están preparados para ello y dan las órdenes para que el cerebro fabrique serotonina.
Los científicos vieron que, tras pasar varios momentos dolorosos en la vida, como la muerte de una persona allegada o la pérdida de trabajo, el cerebro se inflama, las neuronas cambian de forma y se conectan de manera diferente a la normal. Ese proceso, que pudiera ser una manera de enfrentarse al dolor, favorecería la depresión si se prolongara demasiado tiempo.
Últimamente se ha comprobado en un estudio realizado en Amsterdam que cuando las personas con depresión se someten a una luz brillante, mejoran.
Funciona sobre todo en aquellos casos en que se padece el llamado trastorno afectivo estacional.
Comer mal puede incrementar de manera alarmante el riesgo de padecer una depresión.

martes, 23 de mayo de 2017

Claves para manejar el estrés


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REACCIÓN | LA PSICÓLOGA SIJAM ISMAEL, QUIEN HACE POCO IMPARTIÓ UN TALLER PARA MANEJAR EL ESTRÉS, NOS DA ALGUNAS CLAVES PARA QUE ESTA CONDICIÓN NO DOMINE NUESTRAS EMOCIONES Y ESTADO DE SALUD.

La psicóloga Sijam Ismael, explica que el estrés es una condición más frecuente de lo que pensamos. Debido a la complejidad y velocidad de la vida moderna, cuya característica es la aceleración y cantidad de informaciones a la que estamos expuestos en el diario vivir, al constante cambio que enfrentamos en los avances de la tecnología, la necesidad de adaptarnos y responder adecuadamente hace que desarrollemos un estado que fue denominado “Estrés”. Los efectos son nocivos y costosos en la salud física, emocional y mental, nos afecta la calidad de vida. El propósito del seminario taller fue hacer conocer cómo se genera, los efectos y cómo podemos prevenirlo y manejarlo.

Según Ismael, en palabras sencillas, el estrés es una reacción de nuestro cuerpo cuando se presenta una situación que nos causa preocupación, inquietud o miedo.

“Ante un cambio, presión o tensión, todo nuestro sistema se pone en estado de alerta para tener mejores condiciones de manejar la situación. Se activan reacciones fisiológicas que hacen que aumente la presión sanguínea y el ritmo cardiaco, la sangre y fluidos del sistema gástrico van al sistema muscular, se dilatan las pupilas y se genera una condición donde circula mayor energía en el cuerpo para afrontar la situación. Tu cuerpo se prepara para enfrentar la situación, independientemente de tu voluntad. Una vez que percibimos que la situación ya no es una amenaza, el cuerpo vuelve a funcionar de forma normal”, dice la especialista.

En los tiempos actuales, no damos tiempo para que el cuerpo vuelva a desactivar su estado de alerta y revertir los efectos fisiológicos. Cuando este estado de alerta cuando se mantiene de forma constante, se genera el estrés, afirma.

Además, Ismael explica que todos necesitamos cierto grado de tensión para poder realizar tareas. Esta tensión permite mayor concentración, rapidez y rendimiento. Es el estrés positivo. Sin embargo, cuando la tensión es constante y prolongada, y no le damos ese espacio de relajamiento, el cuerpo entra en un estado de estrés crónico.



ESTRÉS POS TRAUMÁTICO

Es un tipo particular de estrés, consecuencia de la ocurrencia de eventos que producen dolor y sufrimiento como accidentes, malos tratos, violencia, etc. Se manifiesta con episodios de ansiedad, pánico, irritabilidad, depresión, trastornos del sueño, sobresaltos y pesadillas.

Siendo que el estrés se presenta de forma diferente en cada persona, dice Ismael, queda claro que no son las situaciones en sí que causan estrés, sino cómo se las percibe, cómo se reacciona y qué tipo de actitudes se toma.

“Aconsejo que cuando estés en una situación difícil, no te enfoques en la situación en sí, más bien busca caminos para solucionarla así también ocúpate de desarrollar actitudes que te ayudarán a prevenir el estrés, como la flexibilidad. Además, date cuenta de que no siempre puedes controlar todo. Termina las cosas, no dejes pendientes; aprende a delegar; ten claras tus prioridades; actúa, no solo te quedes pensando; cree en tus habilidades”, aconseja la psicóloga y recomienda aprender técnicas de manejo de conflictos, toma de decisiones, técnicas de relajación y control del estrés, buscar hacer actividades que gusten y relajen. También se aconseja comer sano, hacer ejercicios, distraerse, divertirse y compartir con amigos y familia.



CONSCIENCIA

Ismael afirma que al final, la situación está ahí y uno decides la vida que quiere tener. “Toma consciencia que el estrés tiene costo muy caro para la salud. Así como lo creamos, también podemos reducirlo y manejarlo. Escucha las señales que tu cuerpo manda y haz algo. Detecta qué factor o situación tienes que cambiar. Depende de ti. Si no puedes manejarlo, busca ayuda como la psicoterapia que te ayudará a ubicar las causas que te generan el estrés así como los recursos para encontrar el equilibrio y reducción del estrés”.

Tecnoestrés, el impacto negativo de las tecnologías en la salud



Ser o no ser un adicto a la tecnología puede derivar en un problema común: el tecnoestrés. El término se refiere a una "enfermedad de adaptación, el impacto negativo que tiene el uso de las tecnologías en una persona", aseguró Juana Patlán, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este trastorno se presenta en todas las personas que por su trabajo o actividades cotidianas están en contacto con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). "En realidad el uso de las TIC por sí mismo no genera tecnoestrés. Son muchos factores los que intervienen, pues hay personas que no tienen habilidades para manejarlas, no tienen buena capacitación y eso influye en su personalidad, autoestima y autoeficacia", explicó la especialista.

De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, alrededor del 52 % de los usuarios de Internet en el planeta padece algún tipo de conducta adictiva relacionada al uso de dispositivos tecnológicos o a los hábitos de uso de Internet y redes sociales. En México, la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM) estima que 2 % de la población entre 11 y 18 años es adicta a la tecnología.

"Es una cifra relativamente baja al compararla con otros países como Estados Unidos en donde la proporción puede llegar al 40 %, o Taiwán donde el 80 % de los jóvenes presenta esta adicción, pero aún así es un porcentaje que debe preocupar ya que hace apenas dos años era de 0.5 %", señaló Delia Hinojosa, presidenta de la APM.

Según datos publicados en mayo del 2016 en la Encuesta de Hábitos de los Usuarios de Internet en México realizada por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), 65 millones de mexicanos tienen acceso a Internet, lo que representa casi el 59 % de la población total. El 47 % de ellos aceptó que el uso de tecnología había cambiado sus hábitos y estilos de vida de manera significativa.

En promedio el usuario de tecnología en México se conecta a Internet 7 horas y 15 minutos al día, principalmente para usar redes sociales. Así, los efectos que el tecnoestrés puede generar en una persona son "ansiedad, dolores de cabeza, musculares, irritabilidad", dice Patlán.

La profesora universitaria explica que las personas que usan las tecnologías se pueden clasificar en cinco grupos: aquellas que las usan sólo lo necesario, las que las aceptan y adaptan a las necesidades, las que realmente disfrutan trabajar con ellas, las que han creado una dependencia con las TIC y aquellas que se resisten y las rechazan totalmente.

"Estos tres últimos grupos son los más afectados por el tecnoestrés", admitió la especialista. Del mismo modo, Patlán detalla que el ritmo laboral actual ha potenciado el tecnoestrés, "la carga de trabajo, la presión de tiempo, el control que se tiene a través de las TIC, detonan esta situación". Ante todo esto la especialista consideró necesario trabajar las habilidades de organización y administración del tiempo.

"El autocontrol también es importante para que una persona conozca sus habilidades en el manejo de las TIC y las emplee adecuadamente sin generar resistencias o adicciones", apuntó.

En tanto, las empresas deben capacitar adecuadamente a sus empleados en el manejo de estas tecnologías y aprovechar las habilidades de cada uno en el uso de las mismas; además, debe evitarse el trabajo rutinario y fomentarse la realización de actividades en equipo para evitar el aislamiento de los trabajadores, concluyó.

viernes, 19 de mayo de 2017

Cómo detectar cuando la persona tóxica soy yo


Has sentido que alguna vez te sientes incómodo por la presencia de una persona, sientes que las cosas no van y crecen las ganas de salir corriendo del lugar y buscamos evitar un próximo encuentro, pues si te pasa esto entonces te topaste con una persona tóxica.



Pese a que todos en algún momento podemos resultar tóxicos para otro, a grandes rasgos, podríamos hablar de un perfil base, donde primarían características como: una personalidad altamente insegura, con baja autoestima y tendencia al control, carencia de asertividad con predominio de actitudes en apariencia“sumisas” dado que en realidad, encubren un perfil pasivo/agresivo de la personalidad y/o conductas agresivas, en cuanto a uso de lenguaje se refiere.



Entre los principales mecanismos defensivos, encontramos la proyección de nuestras propias carencias afectivas y la negación de las mismas, convirtiendo al otro en el portador de nuestros males.



Perfiles de persona tóxica ¿te reconoces en alguno?



Según una publicación de Yahoo!, todas las características anteriormente mencionadas a veces se engloban dando lugar a perfiles diferenciados de personalidades tóxicas. Te contamos cuáles son y cómo no todos estos perfiles tienen el mismo grado de afectación de persona tóxica.



Perfil Tiránico: Se caracterizan por ser personas altamente dogmáticas y autoritarias. Bajo su supuesta fachada de seguridad se esconden carencias altamente afectivas.

Perfil Pesimista: Son personas muy negativas que contagian a los demás de sus malas vibraciones, bajo un rol en muchas ocasiones “victimario”, proyectan en el exterior todos sus males.

Perfil Envidioso: Baja su falsa creencia de considerar que jamás podrán lograr aquello que anhelan, buscan boicotear el éxito de los demás, con el fin de encontrar alivio a su malestar.

Perfil Manipulador: Utilizan sus dotes de seducción, para conseguir sus propósitos. Son un perfil muy sibilino y altamente tóxico.

Perfil Psicopático: Afortunadamente sólo afecta a un 1% población, es un perfil altamente letal. Buscan degradar al otro, carecen de escrúpulos, presentan ausencia total de empatía y resultan el peor pronóstico de todos. Siendo prácticamente imposible la mejoría clínica.

Signos para identificarlo y dejar de ser una persona tóxica

Si percibimos que otras personas evitan nuestra presencia, notamos que nos sentimos mal y para obtener ciertos beneficios manipulamos, estás actuando de forma tóxica. Para empezar a cambiar y dejar de serlo, será necesario que:

Tomes conciencia: Tomar conciencia del rol que estamos desempeñando será de vital relevancia para analizar posteriormente qué podemos cambiar en la relación con el otro y favorecer un vínculo saludable.

Adquieras compromiso de cambio contigo mismo: Es importante que adquieras un compromiso firme de cambio. Entender qué te ocurre es un paso, pero ahora, necesitamos acción y ello requiere de perseverancia.

Trabajo en empatía: Uno de los principales focos de trabajo será mejorar y que adquieras empatía para con los demás. Ser capaz de ponerte en el lugar del otro te dotará de mayor inteligencia social y favorecerá que tus relaciones sean más sanas e igualitarias.

Fomento de la inteligencia social: Este punto está muy relacionado con el anterior. El trabajo en habilidades sociales será muy importante para que aprendas a relacionarte con los demás desde un punto de vista de igualdad y respeto.

Trabajo en flexibilidad: Generalmente, las personalidades tóxicas muestran cierta rigidez en algunos esquemas básicos de pensamiento. Es importante trabajar sobre ello, la reestructuración cognitiva, que consiste en validar esos pensamientos y modificarlos por otros más saludables podía ser una de las técnicas a utilizar.

Ejercicio en autocrítica: Es importante que analices tus puntos flacos y busques estrategias de mejorar. Eso te hará crecer como persona y perfeccionarte.

No temas pedir ayuda: Enfrentarte a estos casos solo, a veces resulta complicado, por ello, no temas solicitar ayuda profesional si consideras que lo requieres.

jueves, 18 de mayo de 2017

Los Beneficios de estimular la memoria

En ocasiones se piensa equivocadamente que los olvidos esporádicos son algo pasajero y pasan desapercibidos, pero cuando éstos se hacen constantes en el adulto mayor, esto debe llamar la atención y recibir atención inmediata para evitar la pérdida de la memoria por falta de estimulación continua y oportuna.

“Me gusta el tema de la memoria, porque gracias a ella tenemos la capacidad de adquirir, almacenar y recuperar la información. Pero cuando comienzan los olvidos no solo en el caso de los abuelitos, sino en personas jóvenes con cosas tan simples como las llaves, celular o billetera en forma continua, debe llamarnos la atención y debemos comenzar a pensar en la formar de estimularla”, explica la psicóloga especializada en el adulto mayor, Cynthia Zeballos.

La profesional asegura que existen dos enfermedades que son frecuentes en la tercera edad: la demencia senil y el alzheimer que, previo diagnóstico médico, deben recibir un tratamiento oportuno con medicamentos y terapias que ayuden a estimular la memoria para evitar que el mal avance..

“En las personas con alzheimer son los olvidos de cosas muy básicas como el anudarse los guatos de los zapatos, problemas con el lenguaje, descuido en el aseo personal, entre otros

factores que se suman y que deben ser diagnosticados por un neurólogo, con diversos exámenes, pero comenzar con la estimulación de la memoria contribuye a evitar que este mal avance con rapidez”, dice Zeballos.

TIPOS

Existen dos tipos de memoria sensorial, de corto y largo plazo. Y primera es aquella que registra las sensaciones y permite reconocer las características físicas de los estímulos. La segunda guarda la información que necesitamos en el momento presente. Y la tercera es la que conserva nuestros conocimientos del mundo para utilizarlos posteriormente, es decir la base de datos permanente.

“En la estimulación de la memoria se trabaja la de largo plazo donde se comienza con conceptos básicos para luego pasar a lo más complejo. Se les brinda información que tal vez ya conocen, pero es una forma de recordar sus conocimientos y hacer sinapsis (unir neuronas que hacen la conexión cuando se recibe y retiene la información). Gracias a la cual se tiene información nueva, cotidiana y simple”, enfatiza la psicóloga.

EJERCICIOS

Existen diversos ejercicios para estimular la memoria de las personas, pero primero se debe tomar en cuenta la etapa de la enfermedad en la cual se encuentran. Y las actividades deben ser del agrado de las personas porque de lo contrario pueden generar ansiedad o frustración.

La psicóloga asegura que la memoria es mucho más frágil de lo que parece y los ejercicios para su estimulación permiten que se mantenga la sinapsis que se tenía como hace 30 años, pues mientras se la trabaje con ejercicios simples y a medida que la persona los va realizando se debe aumentar la complejidad de los mismos.

“Algunas formas de estimular la memoria de los abuelitos es realizar una lectura de media hora cada día de un periódico o libro de su preferencia, la realización de sopas de letras y actividades manuales como origami en el caso de los varones y puede ser tejido en el caso de las mujeres”, aconseja Zeballos.

También la profesional trabaja con la realización de fichas en el caso del olvido frecuente de llaves, celular o billetera. Les hace dibujar en una hoja las figuras de estos objetos y en el reverso escriben en qué lugar está cada cosa y lo pegan cerca del velador o en la parte de atrás de la puerta para que lo vean a diario.

“Las manualidades son actividades que por lo general el adulto mayor más le agrada ya sea hacer con palitos de helados algún adorno o el practicar caligrafía con lápiz para puedan borrar en caso de alguna equivocan en esta tarea. La idea es que los abuelitos se sientan útiles para sí mismos y la sociedad”, asegura Zeballos.

Otra de las actividades sugeridas por la psicóloga es que las personas más cercanas al abuelito puedan conversar con él todos los días y que les cuente de lo que hizo en su juventud e incluso que escriba en algún cuaderno como sus memorias, que puede luego convertirse en un libro de referencia para niños y jóvenes.

lunes, 15 de mayo de 2017

La felicidad en el trabajo, ¿ayuda a que el empleado sea más productivo?



Otra vez, la felicidad. Es como un virus que está recorriendo el mundo. Aparece en todos lados, como el artículo publicado por el diario inglés The Guardian, en diciembre pasado. Su autor es André Spicer y el título “El culto a la felicidad obligatoria está deteriorando nuestros trabajos”. Enumera experiencias, algunas conocidas.

Google instaló toboganes en sus oficinas para deslizarse entre los pisos, Zappos invita a disfrazarse como sus animales favoritos. Otras empresas a ser ninjas. Metegoles, videojuegos y patinetas son elementos habituales en las oficinas En Inventionland se incluyen barcos piratas, una casa en el árbol y un zapato gigante. Expedia, una agencia de viajes, tiene su local instalado como si fuera un bar nocturno, con barra y taburetes. Spicer llama esta tendencia, "el síndrome del bienestar". En su artículo concluye: "Pero pese a todos los esfuerzos, el trabajo sigue siendo un asco" (sic).

Toda esta corriente surge de un supuesto que lleva muchas décadas de vigencia. Se basa en que un empleado feliz, termina siendo más productivo. El acento, como siempre, está puesto en la productividad, ajeno a la pretensión de bienestar. Dicho de un modo más crudo, lo verdaderamente importante es que produzca más, no que sea feliz.

Lo interesante es que diversos estudios posteriores demostraron que aquella causalidad -a mayor felicidad, mayor producción- no era tan cierta. En algunos casos, cobra sentido. Por ejemplo, en quienes tienen que atender al público, pero no sucede lo mismo con los que deben enfrentar una negociación o si su estado de felicidad impide detectar un engaño.

En otro estudio que el autor cita, realizado en una cadena de supermercados del Reino Unido, los empleados menos satisfechos eran los más productivos y rentables. Estos datos abren un debate muy interesante, donde sería ilegítimo tomar posiciones previas.

Otro ejemplo que se expone es lo que sucedió con Nokia, otrora líder en el mercado de teléfonos celulares. Desarrolló un sistema operativo, Symbian, que no funcionaba adecuadamente, pero los mandos medios temían informar los datos negativos porque no estaba bien visto el pesimismo. Todo bien, todo mejor siempre. Pum para arriba, pero Nokia terminó retirándose del mercado, abatido por Apple y Samsung.

Primeras conclusiones

Spicer llega a una deducción: "Querer ser feliz en el trabajo está muy bien, pero estar obligado a ser feliz en el trabajo puede traer problemas". Todo lo cual lleva a reflexionar sobre esta tendencia juguetona que lo único que provoca es una presión diferente sobre los trabajadores, pero presión al fin. Sería necesario hacer un estudio serio sobre las distintas variantes de la felicidad en el trabajo porque, de hecho, existen.

Hay muchos que pueden ser felices trabajando, porque les gusta lo que hacen. Y no son enfermos. No son "workaholics", como se los llama a veces, confundiendo los gustos con adicciones, siempre dañinas por definición.

Tras bambalinas, se esconde el problema real, siempre presente, de la coerción. "Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan", dice el poema de Nicolás Guillén. Entonces, nuevamente localizamos que el problema está instalado en el liderazgo, ejercido con flexibilidad, respeto e imaginación. De poco sirve un escenario circense o infantil, lo que revela una extraña regresión solo explicable por los expertos en psicología.

En los ámbitos laborales, la coerción existe de forma explícita o solapada y los medios para facilitar el acceso a la felicidad solo pueden surgir del propio trabajo o la adecuación de este a las necesidades de cada persona. Menudo problema. No es fácil liderar.

No salir de casa en todo el fin de semana rebaja la ansiedad e ilumina la mente

“Nuestras vidas están tan ocupadas y el mundo a veces puede parecer tan espantoso por las preocupaciones económicas, políticas y ecológicas, que la casa se está volviendo un lugar donde realmente poder relajarnos, un antídoto. Y permanecerá así durante muchos años”. Quien habla es Lisa White, directora del departamento de Lifestyle & Interiors de la consultoría internacional WGSN, que ya en 2015 apuntó al housewarming (algo así como “calentarse en casa”), como una corriente de largo recorrido en la que los consumidores buscan redescubrir el arte de vivir el momento, de gozar de su espacio y de los seres que lo habitan o son bienvenidos a él. Fue el sector de la decoración el primero en clamar sobre esta tendencia sociológica, en la que la necesidad imperiosa de un refugio seguro en el mundo occidental, empuja a reivindicar el papel acogedor y reconfortante de la casa. Y a disfrutarlo, sea esta fija o temporal. Gemma Riberti, experta en adecuación de viviendas de la misma compañía, anunció con estas palabras una tendencia relacionada para 2017 en una conferencia anual del sector en Hong Kong, el grounded living (“estar conectado a la tierra”): “La gente quiere sentirse en casa allá donde esté. Ha dejado de ser un lugar, es un sentimiento. Y el objetivo de su diseño es crear un espacio calmo al que siempre guste volver”. Y cueste mucho abandonar.

Hacer bizcochos o trasplantar macetas te hará más feliz

En este contexto, la actitud FOMO (miedo a perderse cualquier ocasión social) está siendo sustituida por el JOMO (la alegría de perderse) y el FOGO (el temor a salir), un recogimiento que, fundamentalmente, contribuye a potenciar un organismo más saludable. “Somos una máquina biológica, pero a diferencia de las electrónicas o mecánicas, no disponemos de recambios para su reparación o renovación”, explica el doctor Vicente Saavedra, de la clínica Medicina Integral de Barcelona: “Nuestras células y órganos necesitan del descanso para repararse. Un cierto grado de diversión es necesario. Pero si se vuelve una forma de vida es absolutamente insano, física y mentalmente. Cada persona tiene su propio punto de equilibrio. Para encontrarlo es necesario el autoconocimiento, pero la sociedad actual (con valores cada vez más alienantes y materialistas, de consumismo y prisas), no nos encamina a desarrollar la propia responsabilidad sobre nuestra salud. Somos infelices y ansiosos”.

El nesting busca combatir esta dolorosa realidad, potenciando eso que los anglosajones llaman “Me time”: reservar momentos para uno y dedicarlos a la cotidianidad del hogar. La cocina ya es una herramienta terapéutica popular en países como EE UU o Reino Unido. De hecho, de todas las terapias ocupacionales para combatir la depresión, la repostería ha demostrado ser una de las más eficaces, según un estudio publicado en British Journal of Occupational Therapy. Por su parte, entregarse al placer de una buena novela reduce el riesgo de demencia, según BMJ. Pero si lo que le roba la paz es el estrés del día día, un estudio de Journal of Health Psychology se inclina por recomendar la jardinería en la terraza, que baja los niveles de cortisol (hormona que lo provoca) en mayor medida que la lectura. Cualquier cosa vale, incluso aburrirse, un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático, según una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Limerick (Irlanda). “Pararnos en medio de este mundo de locos, conectar con nosotros mismos, con nuestros sentimientos y pensamientos para poder ver hacia dónde vamos y orientar nuestra vida correctamente, es una absoluta necesidad humana para tener buenas relaciones, disfrutar las cosas sencillas y gratis que ofrece la vida (la mayoría), así como para cuidar de nosotros, de los nuestros y afrontar los problemas eficientemente con una buena actitud”, concluye el doctor Saavedra.

Una buena decoración ayuda

Esta querencia hogareña tiene en la actualidad otras vertientes más allá del autocuidado, porque posee, paralelamente, una dimensión decorativa potenciada por blogs y redes sociales, donde gurús del orden como Marie Kondo, o webs como Apartment Therapy o Gardenista, ayudan a redescubrir el placer de crear nidos prácticos y amables a través del embellecimiento y la organización. “Definitivamente, la crisis económica y los sitios web como el nuestro han contribuido a este creciente interés. Nosotros nos centramos en mostrar cómo vive realmente la gente, no hacemos un estilismo especial para nuestras fotos. Durante la última década a los ciudadanos no les incomoda compartir su estilo con el mundo a través de plataformas como Instagram o Pinterest. Y atestiguar los efectos positivos de transformar cualquier rincón en un lugar más agradable anima a otros a hacer lo mismo: el intercambio de inspiración a través de imágenes auténticas es clave”, opina Janel Laban, directora ejecutiva de Apartment Therapy, que anota estas ideas para lograr un oasis de serenidad: maximizar la luz, deshacernos de todo lo que no necesitamos, agregar autenticidad a través de objetos hermosos que evoquen buenos recuerdos y mantener un orden y limpieza regulares.

Muchas firmas globales abordan este nuevo concepto de mi casa es mi mundo, como la canadiense Stay at Home Club, cuyo lema es “El club que nunca se reúne” (porque no sale de casa) y que ha hecho del nesting su seña empresarial. Olive Mew, su creadora, confiesa que desde joven siempre prefirió parapetarse en su hogar antes que salir de marcha. “Descansar adecuadamente es vital para levantarse con energía”, comenta Beatriz Peralta, fundadora de Seda Sana, otra marca, en este caso española y ecológica y de ropa de cama. “Esto requiere un entorno adecuado con materiales libres de sustancias nocivas que permitan el proceso natural de regeneración. Una buena inversión en artículos del hogar de larga duración mejora la calidad de vida”, matiza. Ojo, esto incluye los calcetines de estar por casa, que traen consigo beneficios sobre las relaciones sexuales, que aumentan durante el nesting (más ventajas). “Cuando la temperatura de nuestros pies es lo suficientemente cálida y confortable, mantenemos la autorregulación de nuestro cuerpo y, de este modo, la sangre irriga de manera directa al clítoris y los genitales masculinos”, suscribe Cristina Callao, psicóloga especializada en Sexología Clínica y Salud Sexual. Es decir, orgasmos más potentes. Pues no todo va a ser ver de un tirón alguna temporada en Netflix.



Cualquier cosa vale, incluso aburrirse, un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático, según la Universidad de Limerick.

jueves, 11 de mayo de 2017

Ver documentales sobre la naturaleza nos hace más felices



Un estudio demostró que ver programas sobre el mundo natural potencia sensaciones como asombro, curiosidad y alegría y reduce el estrés, el cansancio y la angustia, publica Veoverde.

Uno mismo se da cuenta que una subida a la montaña, un paseo por el bosque o una simple caminata por el parque hace sentir un poco más alegre y mucho menos estresado o cansado. Es el poder de la naturaleza el que provoca todo eso, alejándote aunque sea por unos momentos del acelerado ritmo de la vida en las ciudades.

Ese exquisito poder también puede actuar de distintas maneras, a través de la pantalla del televisor o el monitor de nuestro computador.

Un estudio realizado por la Universidad de California afirma que ver documentales sobre la naturaleza nos hace un poco más felices.

El estudio se hizo a través de una encuesta online a más de 7.500 personas de Estados Unidos, India, Singapur, Reino Unido, Sudáfrica y Australia. Quienes participaron debían contar qué sentían luego de ver distintos géneros audivisuales: una telenovela, un noticiero, un programa emocionalmente neutro y un capítulo de la serie "Planeta Tierra" de la BBC.

Los resultados mostraron que las imágenes asociadas al mundo natural potenciaron sentimientos de asombro, curiosidad y alegría, mientras que otras sensaciones como ira, enojo, estrés cansancio y falta de energía se vieron reducidas.

"Los resultados también muestran que la gente joven de hoy en día está muy estresada, y que ver documentales sobre el mundo natural reduce su ansiedad. Esto sugiere que podríamos recurrir a nuevos tipos de contenidos en las redes sociales para tratar de encontrar la calma durante situaciones de alto estrés", explica Dacher Keltner, psicólogo del estudio.

sábado, 6 de mayo de 2017

Perfeccionismo, no permitirse ningún error



El psicólogo Sergio García ha abordado el perfeccionismo. Asegura que las personas que tienen esta característica suelen ser “idealistas para sí mismas” ya que, piensan que “la perfección existe y quieren alcanzarla a toda costa”.

“No se permiten lo que ellos consideran que es un error y eso les genera mucho sufrimiento. Tienen una imagen de qué es la perfección y quieren alcanzarla cueste lo que cueste. Esto hace que mantengan una autoexigencia y neuroticismo muy alto, porque su único fin es la perfección”, explica el psicólogo.

Sufrimiento, no puede haber errores

El perfeccionismo es un rasgo que no te permite vivir tranquilamente porque no admite equivocaciones. Son sujetos que están en continua “autoobservación” y no canalizan su energía al mundo, sino a ellos mismos.

El experto comenta que cuando uno se observa mucho, ve peculiaridades en su carácter que no le gustan y comienza el sufrimiento. Además añade: siempre debemos proyectar la energía en los demás “para poder tener una buenas relaciones sociales y personales“.

“Ellos piensan de una manera un poco peculiar porque todos avanzamos a través del error y en ocasiones forma parte de nuestra evolución como personas. Pensar en el error como si fuese una cuestión a erradicar totalmente, es un no dejarse vivir en paz“, aclara Sergio García.

Perfeccionismo como obsesión

Cuando la obsesión y la perfección se unen, de una u otra manera, puede dar lugar a algún tipo de trastorno como por ejemplo: el trastorno obsesivo compulsivo o la anorexia; ya que un gran rasgo es que son muy perfeccionistas.

No es malo tener cierto criterio sobre nosotros mismos, pero si vemos que ese rasgo afecta a nuestra vida, deberíamos contactar con un terapeuta. El especialista recomienda no dejarse llevar “por la inercia de la obsesión ni tampoco de la perfección”.

Cómo evitar este comportamiento

Lo primero que hay que saber es que tenemos “un ideal” frente a lo que nos obsesiona o por lo que queremos ser perfectos.

“Tenemos una imagen, ya sea de un artista, de alguien cercano como nuestra madre, padre o hermano, pero lo tenemos como figura de adoración. Ante esto hay que quitarse el velo de los ojos y ver que esa persona, que pensamos perfecta, también tiene atributos que no son tan buenos”, desarrolla el psicólogo.

Tras esto, debemos de darnos cuenta que ese perfeccionamiento “no nos va a dejar llevar a cabo proyectos que nos van a satisfacer” y tampoco nos va a permitir “llegar donde queremos, sino todo lo contrario”.

“Cuando uno va a conseguir algo de una manera tan radical, está perdiendo muchas cosas por el camino y eso es lo que le podría enriquecer la vida y lo que le hace seguir subiendo escalones”, razona Sergio García.

Niños perfeccionistas, cómo prevenirlo

Cuando un niño es muy perfeccionista es muy probable que lo haya “mamado” en casa. Los padres, sin darse cuenta, les han exacerbado una norma o les han dicho frases como: “Tienes que ser el mejor en clase”, “Debes ser el mejor en educación física”, No tienes que perder nunca”.

“Cuando este mensaje cambia y te sientas con tu hijo y le dices cosas como: ‘Eres uno más y no pasa nada si pierdes’. ‘No tienes por qué ser el mejor‘. Eso tranquiliza al niño, deja de ser tan autoexigente, tan auto observador consigo mismo y puede comenzar a funcionar mejor”, argumenta el especialista.

También aconseja que frente a los exámenes les digamos cosas como: “Lo importante es que estudies, que te concentres y que luego salga como tenga que salir”. “Si suspendes, aprobarás en la siguiente”. Todo tiene que ver con relativizar un poco los logros del día a día y no ser demasiado exigentes.



10 PREMISAS PARA LIBERARTE DEL PERFECCIONISMO

Walter Riso, terapeuta cognitivo y doctor en Psicología, explica a EFEsalud que con su nuevo ensayo, “Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz” (Ed. Planeta/Zenith), pretende alcanzar la “autoaceptación radical” y la “desobediencia emocional”, porque si nos deshacemos de mandatos irracionales, “podemos transformar nuestra vida sin perder nuestra esencia”.

El psicólogo italiano que actualmente vive en Barcelona ya es conocido por otros títulos como “Desapegarse sin anestesia”, “El derecho a decir no” o “¿Amar o depender?”, en los que planteaba como objetivo común crear estilos de vida saludables a través de la terapia cognitiva.

Este método, “es la punta de lanza de todas las terapias a nivel mundial”, con el que se estudia cómo se procesa la información, cómo se recupera en la memoria o cómo se solucionan los problemas.

Si te sientes identificado con alguna de las siguientes premisas que enumera Riso, probablemente te quites una gran carga de encima sabiendo que aunque seas “imperfecto, puedes ser escandalosamente feliz”.

1. Maltratarte porque no eres como “deberías ser” es acabar con tu potencial humano

En esta primera premisa, el psicólogo pretende que el lector vaya en contra de la cultura del sufrimiento. Para evitar “la autocrítica despiadada” que ha impuesto la sociedad hay que alcanzar un punto medio: “No te autocastigues, no te autoinsultes; trátate bien”.

2. No te compares con nadie: la principal referencia eres tú mismo

Cuando Riso estaba en secundaria su referente era John Lennon y cuando llegó a la universidad quería ser como el Che Guevara. Fruto de su experiencia personal y de lo aprendido en su trayectoria profesional ha llegado a la conclusión de que la comparación acaba corrompiendo las identidades. En la niñez y en la adolescencia es un buen método de aprendizaje pero después no. El mejor ejemplo para resumir esta premisa se puede concentrar en una cita que Riso toma prestada de una carta que Isaac Newton dirigió a Robert Hooke: “Si he visto más lejos, es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”.

3. Las personas normales dudan y se contradicen: Las “creencias inamovibles” son un invento de las mentes rígidas

Walter Riso señala que todos tenemos derecho a dudar y a cambiar de opinión. Además, hace referencia a la duda que te hace avanzar (la curiosidad) y a la duda que te frena (el miedo a equivocarte).

4. Desinhibirse es salud: No hagas de la represión emocional una forma de vida

“El autocontrol excesivo es muy malo”. Según el autor, suele desembocar en una enfermedad denominada “alexitimia” que te impide leer y decodificar las emociones.

Normalmente suelen padecerla las personas tímidas e introvertidas que tienen miedo a salirse de las normas sociales. Para solucionar esto, Riso suele recomendar una serie de ejercicios contra la vergüenza.

5. La realización personal no está en ser el “mejor”, sino en disfrutar plenamente lo que haces

No hay que “ser el mejor”, sino que hay que “ser mejor para poder avanzar”, matiza el docente. Él propone una pasión armoniosa que no desequilibre y para conseguirla hay que partir de lo que tenemos y sacar los aspectos positivos.

6. Reconoce tus cualidades sin vergüenza: menospreciarte no es virtud

Según Riso, la influencia de las religiones como, por ejemplo, la judeocristiana han convertido al orgullo en un pecado capital porque “no nos enseñan a premiarnos o a darnos gustos”. Desde su punto de vista, “un poquito de ego no le hace mal a nadie”. El orgullo tiene una modalidad positiva también.

Con esta premisa, Riso no se refiere a que vayamos pregonando nuestras buenas cualidades a todo el mundo sino que cuando estemos a solas delante de un espejo podemos decirnos… “¡Qué bien lo hice!”.

7. La culpa es una cadena que te ata al pasado: ¡córtala!

Cuando cometemos algún error o lastimamos a alguien de forma no intencionada solemos autocastigarnos echándonos la culpa. El psicólogo subraya que, de esta manera, acabamos encasillándonos en las categorías de “malos, miserables e incluso despreciables”, algo que acaba desembocando en la depresión.

8. No te obsesiones por el futuro: ocúpate de él, pero no dejes que te arrastre

El “chip” que tiene la sociedad en la actualidad está “en esa necesidad de tenerlo todo controlado”. Esta situación acaba creando máquinas de estrés y de ansiedad.

Para combatir este miedo al futuro, Riso propone la adopción de una actitud realista: “Ver las cosas como son y evitar el control y la competitividad”.

A modo anecdótico, el psicólogo explica que “el término incertidumbre le causa risa a los budistas mientras que nosotros nos crea úlceras”. Es normal, porque no estamos educados para manejar o evitar la incertidumbre.

9. Someterte al “qué dirán” es una forma de esclavitud socialmente aceptada

“Hagas lo que hagas, al 50% de las personas no les vas a gustar”, sentencia Riso. Hay que aprender a defenderse de las críticas porque sino…“pueden destruirte en tan sólo un segundo”.

La sociedad ha creado la necesidad continua de que los demás nos aprueben y esa dependencia hace que las personas pierdan su autenticidad.

Esa “corrupción psicológica” se soluciona acercándote a aquellos que te quieren y alejándote de las personas tóxicas.

10. Permítete estar triste de vez en cuando: la euforia perpetua no existe

Hay que cambiar el concepto de felicidad que hay actualmente y empezar a ser más realistas. Riso prefiere hablar de alegría porque la felicidad supone una “evaluación subjetiva de que toda tu vida está bien durante todo el tiempo”.

La euforia no es perpetua ni completa y está claro que en nuestra vida tendremos momentos alegres y tristes. Y sobre todo, diferenciar que la tristeza no es sinónimo de depresión.

El derrotismo

El animal intelectual, falsamente llamado hombre, tiene la idea fija de que la aniquilación total del ego, el dominio absoluto del sexo y la autorrealización íntima del Ser, es algo fantástico e imposible; mas no se da cuenta que este modo de pensar tan subjetivo es fruto de elementos psicológicos derrotistas, que manipulan la mente y el cuerpo de aquellos que no han despertado la conciencia.

La gente de esta época caduca y degenerada, carga en su interior un agregado psíquico, que es un gran estorbo en el camino de la aniquilación del ego, y este es: ¡el derrotismo!

Los pensamientos derrotistas incapacitan a las personas para elevar su vida mecanicista a estados superiores. La mayoría de las personas se consideran vencidas aún antes de iniciar la lucha o el trabajo esotérico gnóstico.

Hay que auto observarse y auto analizarse para descubrir dentro de sí mismos, aquí y ahora, esas facetas que constituyen eso que se llama derrotismo.

Sintetizando, diremos que existen tres comunes actitudes derrotistas:

1-Sentirse incapacitado por falta de educación intelectual.

2-No sentirse capaz para iniciar la Transformación Radical.

3-Andar con la canción psicológica: ¡Nunca tengo oportunidades para cambiar o triunfar!



Primera actitud:

Sobre el sentirse incapacitado por una falta de educación, tenemos que recordar que todos los grandes sabios como Hermes, Trimegisto, Paracelso, Platón, Sócrates, Jesús el Cristo, Homero, etc., nunca fueron a la Universidad; porque en realidad de verdad, cada persona tiene su propio Maestro, siendo éste el Ser, eso que está más allá de la mente y del falso racionalismo. No se confunda educación con sabiduría y conocimientos.

El conocimiento específico de los misterios de la vida, del Cosmos y de la Naturaleza, es una fuerza extraordinaria que nos permite lograr la Revolución Integral.



Segunda actitud:

Los robots programados por el Anticristo -ciencia materialista-, se sienten en desventaja porque no se sienten capaces, y esto debemos analizarlo. El animal intelectual, por influencia de una falsa educación académica que adultera los valores del Ser, ha hecho que en la mente sensual existan dos terribles yoes que se deben eliminar: la idea fija: ¡Voy a perder! y la pereza para practicar las técnicas gnósticas para adquirir los conocimientos que se necesitan para emanciparnos de toda mecanicidad, y salir, de una vez por todas, de la tendencia derrotista.



Tercera actitud:

El pensar del hombre máquina es: ¡Nunca se me proporcionan oportunidades!

Las escenas de la existencia pueden ser modificadas. Uno mismo es el que se crea sus propias circunstancias. Todo es el resultado de la Ley de acción y consecuencia, pero con la posibilidad de que una ley superior trascienda a una ley inferior.

Es urgente, es inaplazable, la eliminación del Yo del derrotismo. No es la cantidad de teorías la que cuenta, es la cantidad de súper-esfuerzos que se hagan en el trabajo de la Revolución de la Conciencia. ¡El auténtico hombre fabrica, en el instante que quiera, los momentos propicios para su adelanto espiritual o psicológico!

viernes, 5 de mayo de 2017

8 pasos para dejar atrás el pasado



“El perdón no nos viene fácil a la mayoría de nosotros y cada vez que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvido, es simplemente soltar la herida. No es algo que damos a otros, sino a nosotros mismos”, citó Christopher Barquero en su reportaje “7 razones por las cuales dejar el pasado atrás y perdonar” del Huffington Post. Sin duda esta cita es muy acertada y debería llevar a la reflexión. Muchas de las relaciones ya sean de amistad, familia o romance, no terminan bien, pero el mayor de los problemas es cuando se piensa demasiado en ello y no puedes perdonar y olvidar. Esto puede convertirse, incluso, en una enfermedad; de hecho, el doctor Edmund Bourne, autor del libro “The Anxiety and Phobia Workbook”, advierte que aferrarte a tus sentimientos produce ansiedad, depresión, dolor de cabeza y presión arterial alta.

Si la idea es dejar a la o las personas que te causaron daño y aunque a veces las mujeres encuentran la valentía para hacerlo, luego ciertas sombras parecen atormentar noche y día, entonces es cuando debes pensar que si están en el pasado es porque ahí corresponden y debes mirar adelante, sabiendo que vas hacia mejores situaciones y vivencias.

El problema es que es difícil dejar en el pasado a alguien que ha sido por mucho tiempo parte de tu vida y piensas casi automáticamente en esa persona y las vivencias que tuvieron, pero no queda otra: “move on” como se dice en inglés. En este artículo encontraras varios tips para romper sanamente con el pasado.



PASOS PARA ROMPER CON EL PASADO

Insider pro brinda en su artículo “Cómo dejar atrás el pasado”, ocho pasos muy acertados para dejar sanamente el pasado que te atormenta y no te deja avanzar.

Aprende del pasado, pero no te quedes ahí. Esas experiencias negativas que tuviste en el pasado pueden realmente servirte para para aprender y para tus experiencias futuras - no importa lo dolorosas que sean. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre la experiencia y busca la forma de sacarle provecho para tu futuro. Puedes aprender de tus experiencias reflexionando con la ayuda de estas sencillas preguntas: ¿Qué ocurrió realmente? Responde solo teniendo en cuenta los hechos. ¿Qué emociones siento?, puedes escribir lo que sientes, tal vez ello te ayude. ¿Cómo puedo utilizar esto para mejorarme a mí mismo y a mis sentimientos? Después de responder a estas preguntas, puedes reflexionar un poco sobre el pasado y está bien, pero vivir en él solo sirve para mantener esos pensamientos y sentimientos negativos cerca.

Exprésate. No dudes en expresar el dolor que sientes. Tanto si estás hablando con la persona que te ha herido (o a quien has herido), como si estás hablando con un amigo o escribiendo, expresar tus sentimientos te puede ayudar a descubrir qué es lo que tienes que hacer para seguir adelante. Más importante aún, es bueno para tu salud. La experta en dolor Gloria Horsley de OpentoHope dice: «Cuando llega la hora de expresar tus sentimientos, asegúrate de centrar los mensajes en tu persona. Describe tus emociones, y compártelos con alguien que vaya a escucharte y no a juzgarte. Esto te ayudará a expresar el dolor por el que estás pasando».

Deja de echar la culpa a los demás. Jugar el papel de víctima es fácil y a veces te hace sentir bien, sobre todo en comparación con la aceptación de la verdad. El problema es que culpar a los demás te impide seguir adelante. En la mayoría de las ocasiones, echar la culpa a alguien solo sirve para quejarte. La orientadora de vida Ruchika Batra añade en Pick the Brain que culpar a los demás da poder a la otra persona y nos hace pequeños. Batra también dice: «Cuando culpamos, entramos automáticamente en la zona negativa. Odiamos a otra persona o algún factor externo, ya que no hemos sido capaces de moldear la vida en nuestro propio beneficio».

Céntrate en el presente. Una de las formas más eficaces de dejar de lado el pasado es abrazar el presente. En vez de revivir el pasado y consumirte en la negatividad, mantente activa y disfruta del presente. Haz cosas que te gusten como meditar o hacer ejercicio, también otras cosas como conocer gente nueva, etc.

Psychology Today afirma que «las personas conscientes son más felices, más exuberantes, más empáticas, y más seguras». Para lograr un estado más consciente, presta atención a lo que estás pensando y sintiendo, reduce la auto-conciencia, busca nuevas experiencias y acepta tus sentimientos y situaciones negativas como una parte de la vida.

Desconéctate durante un tiempo. Tómate un tiempo para aclarar tus ideas. No tienes que irte de mochilera a otro país, bastará con alejarte de la situación distanciándote de las personas, lugares y cosas que te recuerdan el pasado. Desconectar durante un tiempo incluso de las redes sociales te brindará la oportunidad de experimentar algo positivo, que es aprender a disfrutar de tu propia compañía.

Piensa en las personas que te rodean. Haz un inventario de las personas que te rodean. ¿Quiénes son negativas y siempre te arrastran hacia abajo? ¿Cuáles son las personas asociadas con el pasado de las que estás intentando alejarte? Puede que tengas que alejarte de estas personas para encontrar personas más positivas. Hay muchas formas de conocer gente nueva, como ir a reuniones o conferencias locales. Ve y encuentra un nuevo grupo de amigos que puedan ayudarte a avanzar.

Perdona a las personas que te han fallado - incluida tú misma. Si alguien te ha herido, lo último que querrás hacer es perdonar a esta persona. Pero, tal y como dice el doctor Wayne Dyer: «Perdonar a los demás es esencial para el crecimiento espiritual». El doctor Dyer tiene 15 pasos para ayudarte a perdonar a alguien, comprometerte contigo mismo a hacer algo, no irte a la cama enfadada y ser amable y generosa. Mientras estás en ello, perdónate a ti misma. Nadie es perfecto y todos cometemos errores. En lugar de lamentarte por los errores del pasado, distánciate un poco y céntrate en las lecciones que has aprendido. Una vez que te desprendas de ese resentimiento y enfado, podrás seguir avanzando.

Crea nuevos recuerdos. Empieza a crear nuevos recuerdos positivos para sustituir a los recuerdos negativos del pasado. Pasa tiempo con las personas que te hacen feliz, las cosas que te dan alegría y en los lugares que te transmiten paz. Crear nuevos recuerdos es mejor que estar atrapado en el pasado. Ten en cuenta que si son parte de tu pasado es exactamente porque ahí pertenecen.



"El vidrio delantero de tu automóvil es más grande que el espejo retrovisor, porque siempre será más importante el camino que tienes frente a ti que el que dejaste atrás".

jueves, 4 de mayo de 2017

Cierra ciclos, mil puertas se abrirán



Te despidieron del trabajo?, ¿se acabó tu relación de años?, ¿tu amigo del alma te traicionó?, ¿debes dejar esa casa que tanto te costó? Esas son pérdidas que marcan tu vida, unas calan más y otras menos hondo, pero igual dejan heridas y, si no cierras esas etapas y haces el duelo que ello implica, no cicatrizará y será difícil tu avance por la vida.

No se trata de ser negativo, sino de asumir lo que pasó y dejarlo donde pertenece, al pasado, allá donde —como dice Louise Hay, escritora y oradora, considerada una de las figuras más representativas del movimiento del Nuevo Pensamiento y una precursora de los libros de autoayuda— no tienes poder.

Pero, cómo haces si solo sientes rabia, dolor, resentimientos y miedo, estás literalmente paralizada en esa etapa aunque la vida avance. “Puedes pasar mucho tiempo de tu presente ‘revolcándote’ en los porqués, en devolver el disco y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque tarde o temprano a todos toca cerrar ciclos, acabar historias, poner punto final a un capítulo, dar vuelta la hoja y seguir adelante”, dice Paulo Coelho, novelista, dramaturgo y letrista brasileño.

Para cerrar un ciclo se debe pasar por el duelo. El modelo de la psiquiatra Elizabeth Kubler Ross (1969), usado en Psicología hasta la actualidad, enlista los pasos que el duelo conlleva; este proceso requiere de tiempo y de experimentar sus cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Ahora, estás lista para seguir.

Desde la mirada de las Constelaciones Familiares Sistémicas, “el duelo es un proceso natural que posibilita la elaboración de los sentimientos y las emociones que se activan frente a una pérdida, ya sea de índole vincular, relacional, real, simbólica, de estatus, etc.”, describe la facilitadora en la técnica, María de la Luz Krebes.

En los ciclos de la vida se atraviesa situaciones de encuentros y desencuentros, de ilusiones y desilusiones, de apegos y pérdidas, de cambios y transformaciones. “Por ello es de vital importancia concluir los ciclos de esas experiencias, dándole lugar a las despedidas y a los cierres, lo que posibilita un proceso evolutivo de inclusión e integración”, dice el psicólogo y facilitador Patricio Asenjo.

La mente queda atrapada en momentos pasados que conforman etapas a las que ya no se pertenece, frenando el avance y truncando el presente. “Esto se llama apego, que es el vínculo afectivo que ata a la persona a cosas o a otras personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno”, explica la psicóloga Olimpya Villagrán en el portal Culturacolectiva.

Ese sentimiento no solo puede ser de afecto, sino también de odio. “Igual estás vinculado a una persona si tienes esas emociones, lo cual también genera dolor y esto no ayuda a cerrar ciclos”, dice Krebes.

Cerrar una etapa no es olvidar ni evadir, es descubrir la evolución dentro de uno mismo para avanzar pese a la pérdida sufrida, explica Villagrán. “Reconocer esa circunstancia o a esa persona, con lo bueno y lo difícil, permitirá el duelo, paso previo al cierre”, describe Asenjo.

“Cuando se da vuelta a la página se comienza a recordar sin dolor y en algunos casos hasta con cariño. Entonces se puede agradecer por lo que fue y no sufrir por lo que ya no es”, recalca Villagra. Cuando se cierra algo en paz, uno queda disponible, completo, para seguir adelante. No en vano el pedagogo y filósofo Bert Hellinger, creador de la técnica sistémica, dice: Cuando algo llega a su fin, hace lugar a lo siguiente. El fin es tan solo un último paso antes del próximo comienzo…

Psicoterapias

Se centran en ‘dejar ir’ para vivir el presente. Usan formas de despedidas y renuncias, y ayudan a ser realista.

Paso

Reconocer el evento o a la persona sin juicios. Solo como parte de la historia.

Clave

No más cargas emocionales en referencia al pasado, que es inmodificable; solo reconocible.

Clave

Cerrar ciclos de una manera amorosa y de reconciliación ayuda a ver a dónde quieres ir, a proyectar el futuro.

Responsabilidad

No culpes a alguien más de lo que sea que hayas vivido. Lo que viviste fue así y no se puede cambiar. No aceptar eso es negar y para avanzar se necesita asentir.

La sabiduría infinita

La naturaleza tiene su forma de expresarse a través de sus creaciones y de la abundancia que produce para que la vida prospere y suceda en este mundo.

Cuando aprendemos a tomar en cuenta cómo procede la sabiduría infinita, podemos aprender también a valorar y apreciar, tanto al hombre como a la mujer.

Son dos seres complementarios que pueden existir independientemente, pero, cuando tienen el privilegio de vivir juntos, todas las promesas y posibilidades se abren para ellos.

Existen unas leyes relacionales que yo me inventé para poder aplicarlas en mi familia, pero no son mi mérito, son simplemente conocimientos de simple sentido común que hoy vamos a compartir para que conozcamos las leyes relacionales y comunicativas, para que podamos tener éxito relacional con nuestra pareja y con nuestros hijos en caso de tenerlos.

Ley número uno: Deben crearse reuniones con la pareja para acordar revisar e implementar formas comunicativas positivas, inofensivas y completamente amorosas donde se elimine por completo el odio, la mala voluntad, los insultos y las mentiras.

Ley número dos: Deben aplicarse estos principios en un solo día y las personas involucradas deben abstenerse de injuriar, quejarse, reclamar y manifestar una comunicación de tiempo presente.

Ley número tres: Aplicar el valor llamado: “fidelidad a toda prueba”.

Ley número cuatro: Se debe utilizar la sinceridad como valor central de nuestra comunicación con nosotros mismos y con nuestra pareja.

Ley número cinco: Se deben corregir todas las injusticias o desequilibrios que hayan en nuestro hogar, primero en el mundo de la mente y de la imaginación, luego creando un plan para que eso suceda y finalmente, ejecutar fielmente dicho plan.

Existen más leyes relacionales y comunicativas para que la relación de pareja y con los hijos pueda ser exitosa, en futuros artículos iremos desarrollando las ideas necesarias

Nota: Si queda satisfecho con el día de prueba, puede extender a otros días más las lecciones y prácticas aprendidas.

martes, 2 de mayo de 2017

Significados ocultos de la impuntualidad

Los expertos aseguran que la impuntualidad tiene significados ocultos. En el portal lamenteesmaravillosa.com se explica que existen crónicos. Su falta de ajuste al tiempo social entraña otras particularidades. La tardanza crónica implica, a veces, que detrás de ella hay una personalidad excesivamente narcisista. Son personas que quieren poner al otro en una condición de necesidad, de falta o de vulnerabilidad. En últimas, utilizan su impuntualidad como un mecanismo de poder.

También se da el caso de las personas que llegan tarde a todos, porque arrastran una gran inseguridad. Temen de algún modo a la situación del encuentro y por eso intentan posponerlo al máximo. Lo hacen de manera inconsciente, no es que se lo propongan. Sencillamente no toman las medidas necesarias para ser puntuales y desconocen la razón. En el fondo, temen ser rechazados o menospreciados.

De la misma manera, hay quienes utilizan la impuntualidad para expresar una rebeldía no encausada. Se resisten a la situación que da lugar al encuentro. Sus llegadas tarde son una manera de hacer visible ese rechazo, pero al mismo tiempo una forma de plantear un desafío. Quizás haya algo que no está en su lugar y la impuntualidad se convierte en un vehículo para hacerlo visible.

Lo común en todos los casos es que existe una ambivalencia. En esos casos, hay dos realidades en juego. La explícita, que fija una hora y que sabotea ese acuerdo. Detrás de la falta de puntualidad crónica siempre hay un mensaje oculto que se debe desentrañar. No es el mal tráfico, ni el simple descuido el que da lugar a esta desconsiderada costumbre. Atesorar la costumbre de no llegar a la hora acordada es, en muchos casos, una forma disimulada y molesta de transmitir un mensaje.

La impuntualidad puede llegar a ser desesperante. Nada más molesto que quedar con alguien a determinada hora y luego ver que pasan los minutos sin que esa persona aparezca. Algunos ni siquiera llegan en los minutos siguientes, sino que pueden tomarse horas incluso o no llegar nunca. Lo peor es que casi siempre son reincidentes: nunca llegan a tiempo a ningún lado.

Si ya es la hora del encuentro y no han llegado, se los llama y dicen “voy en camino”. Los más atrevidos indican “Ya estoy saliendo”, cuando ya deberían haber llegado. Su impuntualidad es crónica. No hay poder humano que logre que actúen de otra manera.

La verdad es que el tiempo es una categoría completamente subjetiva. Los seres humanos hemos inventado diversas formas de medirlo. Aun así cada uno lo percibe y lo maneja de acuerdo a una serie de variables subjetivas. Para unos es una medida exacta a la que hay que ajustarse; para otros es un límite molesto que no les dice nada; y para todos es también una medida de su pulso emocional.

Cada uno percibe el tiempo de una manera diferente. Esto depende en primer lugar de la edad. Cuando se es pequeño, las horas parecen días y los días semanas. De ahí que los niños se impacienten con facilidad. Cuanta más edad se tiene, mayor parece la velocidad a la que corre el reloj. No se sabe a qué hora se acabó el día o el mes: solo sientes que fue demasiado veloz.

La medida del tiempo también depende de la cantidad de actividades que se realiza. Si son muchas, el tiempo parece correr más de prisa. Si son pocas, la percepción será de mayor lentitud. Obviamente, otro factor que influye es tu estado de ánimo. Los ratos felices pasan raudos, mientras que en las etapas de sufrimientos o problemas es como si las horas se detuvieran.

Esa manera de percibir el tiempo, lento o rápido, incide en cómo se planean los eventos. Muchos impuntuales son en realidad malos planificadores. No quieren hacerle un desaire a nadie. Simplemente no calculan bien. Se distraen fácilmente y no los asalta esa sensación de premura que sí invade a otros. En este caso la impuntualidad solo refleja despiste y falta de madurez.

Procrastinación: Cuando el miedo y la culpa toman el control

Estudiar un examen el día de antes, aplazar una cita importante en el trabajo o dejar un proyecto de final de carrera para el año siguiente son algunos ejemplos de lo que se conoce como procrastinación.

Esta palabra, cada vez más instaurada en nuestro lenguaje, hace referencia a la acción de aplazar una actividad urgente o necesaria para dedicarnos a otra más agradable, aunque menos relevante.

Cuando hablamos de procrastinar, hay que diferenciar entre aquellas personas que lo hacen de manera puntual, algo que es bastante común, y aquellas que se lo han planteado como un estilo de vida.

Al procrastinar, “tenemos miedo a enfrentarnos a una determinada cosa que puede ser muy abrumadora, difícil, compleja o aburridísima, pero sabemos que la tenemos que hacer porque es importante y nos evadimos con miles de actividades placenteras, dejando para mañana lo que podríamos hacer hoy”. Así define este término la psicóloga Silvia Arcas.

Miedo a tomar decisiones

Aunque se ha identificado con personas vagas, la procrastinación, tal y como explica Arcas, no es tanto una cuestión de pereza, como de miedo. “Es como una bola de nieve, cuanto más me evada, más crecerá el problema”, matiza.

No realizar una actividad importante que se está aplazando indefinidamente traerá consecuencias negativas para la persona y finalmente se hará en última instancia, deprisa y muchas veces mal.

Una vez completada esta actividad, el precio que se ha pagado de desazón, de culpa y de sentimiento de fracaso es realmente excesivo.

“Tenemos miedos muy focalizados a situaciones concretas. Hay personas con una capacidad de afrontamiento óptimo en situaciones como los estudios o la familia y, sin embargo, en el trabajo derogan indefinidamente”, explica Arcas.

Esto también se relaciona con los recursos que nosotros creemos que tenemos para hacer frente a los problemas porque, según señala esta psicóloga, nos estresamos cuando creemos que las demandas del ambiente son excesivas y pensamos que no tenemos recursos para hacerlas frente, aunque a veces esto es consecuencia de una baja autoestima.

La persona puede estar metida en un círculo de ansiedad tal que compulsivamente realiza tareas para distraerse, como puede ser el uso Internet o de Whatsapp, irse de compras o comer de forma compulsiva, por lo que, como consecuencia de ese temor a enfrentarse a la vida, se genera una adicción, de acuerdo con Silvia Arcas.

Alto nivel de exigencia y baja autoestima, claves de la procrastinación

La sociedad ejerce una importante presión en nuestra autoestima porque, en cierta manera, se espera que tengamos una vida llena de éxitos. Sin embargo, debemos asumir que las cosas llevan un esfuerzo y que solo las personas que se atreven a fracasar pueden alcanzar el éxito.

“Muchas veces nos asustamos porque vemos las tareas de una manera globalizada, pero debemos verlas como una sucesión de acontecimientos que finalmente nos conducen a un objetivo”, apunta Silvia Arcas.

Tampoco sabemos diferenciar siempre entre las cosas que son verdaderamente urgentes o imprescindibles, las que son simplemente importantes y aquellas que forman parte del ocio.

Evidentemente, debemos decantarnos prioritariamente por lo más urgente, resolverlo y, a continuación, dedicarnos a lo importante.

Hay mucha frustración, incluso en personas inteligentes y con recursos, porque aunque consiguen hacer en el último momento lo que se habían propuesto, queda un sentimiento de culpa y sensación de falta de voluntad.

“Hay personas que están enfrentadas a muchísimas demandas, a veces porque son muy perfeccionistas, y no tienen idea de dónde están sus verdaderos límites”, destaca Arcas.

“Otras veces -añade- nos importa tanto que nos quieran, nos aprueben, nos refuercen y nos consideren importantes que queremos dar gusto a todo el mundo y no siempre se puede”.



LAS 6 CLAVES DE HARVARD PARA DEJAR DE PROCRASTINAR

Procrastinar genera trabajos en condiciones ampliamente mejorables, tareas mal realizadas y trabajadores estresados sin ninguna necesidad. Por lo tanto, debe ser desterrada de la vida de estudiantes y profesionales cuanto antes. La Universidad de Harvard propone 6 claves para dejar de procrastinar:

Piensa en las consecuencias

Ser consciente de lo que pasa cuando dejas todo para último momento te ayudará a dejar de hacerlo. La posibilidad de perder un examen, reprobar una materia, disgustar a tu jefe o hacer que tu empresa pierda un cliente debería ser fundamento suficiente para que realmente aproveches todo el tiempo que tienes en realizar tus tareas de la mejor forma posible.

Cree que puedes empezar ahora mismo

Creer en ti y en tus propias capacidades es vital para que encares las tareas apenas las recibes en lugar de archivarlas por un tiempo. Debes pensar que cuanto más demores en iniciarlas peor te verás tanto ante tus compañeros como ante tus superiores. Si tú no crees en tus capacidades, ellos tampoco lo harán.

Descubre lo que te retrasa

Es una buena idea preguntarte qué es lo que te está retrasando para que decidas no iniciar la acción que te solicitan. Reconocer por qué te demoras podrá ayudarte a cambiar este hábito.

Une lo que no te gusta con lo que sí

¿No te agrada la idea de comenzar esta tarea? Puedes iniciarla acompañada de algo que te gusta, por ejemplo escuchar música o tomar un café. También puedes generar un ambiente que te resulte agradable para que la sensación de estar haciendo algo que no te agrada del todo disminuya y puedas centrarte en completar tu tarea.

Minimiza el problema

Si te parece que te enfrentas a una tarea demasiado compleja te costará más iniciarla, por eso, es necesario minimizar el problema. Con esto no queremos decir que debas subestimarlo, sino tomarlo por lo que es: una tarea que te asignaron porque creen que eres capaz de cumplirla, entonces, debes iniciar cuanto antes tus actividades para demostrar que puedes hacerlo.

Consigue un compañero

Está demostrado que los equipos se organizan de mejor modo a la hora de realizar tareas. Compartir tus tareas con otra persona te hará, por lo tanto, dejar de dilatar lo inevitable. Esto no quiere decir que busques a alguien que te ayude a hacer lo que te encargaron a ti, puedes simplemente encontrar un compañero a quien comentarle la tarea que tienes por delante y esperar que él comente las suyas, así, inevitablemente te sentirás más presionado a ponerte en marcha. Comparar es una gran herramienta para dejar de procrastinar, pues crea la idea de que otros avanzan en sus responsabilidades mientras nosotros nos estancamos.



ESPECIALISTA

Cristina Rubín de Celis E. Psicóloga de Psicoconsulting y docente de la Universidad Mayor de San Simón.

(cris449@hotmail.com)

La procrastinación es una conducta donde el sujeto suele postergar cierto tipo de acción o situación, tiene problemas con la autorregulación y con la organización del tiempo. Como presenta las mismas características en varios sujetos, varios autores la perciben como un síndrome donde el sujeto pospone la responsabilidad de realizar cierta acción sobreponiendo otras situaciones o actividades de menor importancia. Esta conducta es repetitiva, por lo que se convierte en costumbre y va necesitando agentes externos para enfocarlos como pretexto para evadir cierta responsabilidad.

Se ha tomado en cuenta a la procrastinación como resistencia a realizar actividades que movilizan el inconsciente del ser humano. No necesariamente esta conducta se presenta en personas depresivas o con baja autoestima o con déficit atencional, se podría decir que, procrastinamos en ciertas ocasiones que generan presión sobre nosotros para tomar decisiones importantes, o al realizar actividades donde involucramos tiempo y dedicación y de alguna manera se exige nuestra perfección, el miedo al fracaso o a no tener el éxito esperado es uno de los principales motivos.

De acuerdo a la clasificación de varios autores, existen dos tipos de sujetos que procastinan:

• Los Procrastinadores eventuales, cuya actitud evasiva o resistente no se repite habitualmente, solo en ocasiones de mucha presión.

• Los Procrastinadores crónicos, cuya conducta evasiva o resistente es constante y repetida en el tiempo, estos son los que generalmente involucran constantemente agentes externos, redes sociales, internet, celular, televisión, computadora, juegos en red o acumulan ( o programan) varias actividades o compromisos hasta último plazo o en el mismo día.

En esta última clasificación, están inmersos por ejemplo los estudiantes, que deben presentar trabajos, exámenes importantes; personas que deben ir a reuniones, presentar facturas, comprar regalos, o comprar algún objeto importante, incluso realizar trámites.

Para dejar de procrastinar, es importante lograr una adecuada organización del tiempo, incluso se podría utilizar una agenda de actividades, o colocar una alarma en el teléfono que ayude a organizar las actividades de mejor manera. Lo que recomiendo es que si son procrastinadores crónicos, asistan a consulta psicológica, para terapia cognitivo conductual donde se darán estrategias de autocontrol.