domingo, 22 de enero de 2017

Lecturas sutiles ¿Por qué ir al psi?

La psiquiatría es una ciencia que diagnóstica e interviene a través de la prevención y tratamiento de enfermedades mentales de carácter orgánico y no orgánico, haciendo énfasis en aspectos orgánicos para lo cual si es necesario se prescribe medicamentos (psicofármacos).

La psicología es una ciencia que estudia la personalidad del ser humano en tres dimensiones; en su saber (procesos mentales;

cognitivos), en su hacer (su comportamiento; conductas) y en su sentir (emoción). Algunos de los instrumentos con los que cuenta

este profesional, son los test.

El psicoanálisis no es una ciencia, es un método, una práctica a través de la palabra del sujeto, en la cual no se analiza la culpabilidad, sino la responsabilidad subjetiva.

¿Cuándo acudir a uno de estos profesionales?

Cuando pensamos una cosa y hacemos otra, experimentamos una sensación de tensión, malestar y/o incomodidad, a ello se denomina disonancia cognitiva, la cual genera síntomas, que pueden ser egosintónicos o egodistónicos. El concepto egosintónico hace referencia a malestares que son aceptables por la persona, es decir hay una incomodidad que no desgasta, lo contrario acontece cuando se presentan síntomas egodistónicos, donde esta contrariedad genera conflicto en relación a las necesidades y objetivos del sujeto. Esta inquietud, obviamente se presenta de manera inconsciente; sin darnos cuenta.

¿Malestares?

Algunos malestares psíquicos pueden ser: ansiedad, angustia, inhibición, repetición, estrés mental, tristeza, falta de sueño (insomnio), problemas con la pareja, familiares y/o con los amigos, culpa, duelo por la pérdida de algo, irritabilidad, depresión, cambios de ánimo, poca tolerancia a la frustración (agresividad, violencia), miedos (fobia), trastornos de alimentación, disminución de la actividad (deseo sexual), sentirse solo y otros. Pero también los malestares surgen cuando tenemos ideales, por ejemplo, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, la situación es otra; somos diferentes, las oportunidades uno las sondea a través de su deseo. Estos conflictos pueden somatizar al ser hablante con estrés físico (fatiga), hiperactividad, herpes labial, parálisis facial, cáncer y otros.

Los problemas psíquicos conllevan a enfermedades físicas (orgánicas). Desde mi experiencia y solo por citar algunos ejemplos, en varios pacientes con parálisis facial la causa de esta disfunción fue por conflictos con la pareja (violencia), con la familia (agresiones). Pacientes que asisten a Fisioterapia por estrés muscular debido al trabajo, según relato del sujeto, vuelven por el mismo problema. Cuando no existe mejoría en la evolución de un paciente, uno se cuestiona y replantea su abordaje de intervención. Durante las sesiones de terapia física, aparece el discurso del paciente, que si bien no es el momento ni el espacio para trabajar a través de la palabra, surgen algunos significantes que se pueden identificar con la escucha.

En un espacio adecuado, el cual construye el sujeto, se escucha sus demandas, su sufrimiento, su goce, su deseo y más. Sobre esto se toma en cuenta que a veces sufrimos en silencio y otras nos quejamos sin dolor.

En el caso por caso se encuentra la singularidad de cada uno, es decir respondemos de diferente manera muy particularmente ante cualquier situación, nuestra subjetividad se expresa a través de percepciones, argumentos y lenguaje basados en el punto de vista de uno mismo y estos están influenciados por los intereses y deseos particulares de cada persona.

¿Garantías?

La única garantía es estar en análisis, una experiencia donde florece el sujeto y sus malestares, para posteriormente regular la intervención hacia un saber hacer con sus síntomas.

Ir al psiquiatra, al psicólogo o al psicoanalista es decisión personal, mientras yo, seguiré en mi análisis ya que siempre hay algo de qué hablar.

NOTA: para cualquier sugerencia de tema o consulta contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo

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