miércoles, 30 de marzo de 2016

Walter Riso: Las 10 claves que te ayudarán a ser feliz

Walter Riso es doctor en Psicología especializado en terapia cognitiva. Durante sus 30 años de profesión ha compaginado su trabajo con la escritura de libros para vacunar a la sociedad contra el sufrimiento humano proponiendo estilos de vida saludables en distintos órdenes de la vida. En su último libro, “Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz” explica las 10 premisas liberadoras que pueden transformar la vida de forma radical.

¿Por qué hay gente que se siente infeliz teniendo cubiertas todas sus necesidades básicas y no teniendo motivos aparentes para ello?

Estamos todos engullidos en una ambición desmedida y está demostrado que la riqueza, el dinero, las propiedades, etc., no dan felicidad.

A partir de las condiciones básicas para vivir, lo que suele hacer que las personas logren la felicidad son tres circunstancias.

En primer lugar, tener una vida hedonista, que la persona esté rodeada de un ambiente motivacional, que haga aquello que le guste y produce placer (ir a ver una película, tomar un aperitivo cuando le apetezca...). Sin embargo, no sucede esto porque vivimos en una cultura donde dar a entender que hacemos lo que nos gusta y sentimos placer es negativo y, además, porque nos encanta la cultura del sufrimiento. Somos tacaños con nosotros mismos.

En segundo lugar, es necesario sentir que se tiene una vida realizada vinculada con la vocación de cada uno y el desarrollo de los talentos naturales para sentirse gratificado.

Éstos son aquellos que pagarías por poderlos hacer, aquellos que surgen sin necesidad de aprenderlos en la universidad, con los que se pierde

la noción del tiempo cuando estás haciéndolos.

El tercer aspecto es tener una vida con significado más allá de lo que eres tú, que se puede interpretar como tu pertenencia al cosmos, si no eres muy religioso, o por una vida muy trascendente si lo eres. Lo importante es que la vida tenga un sentido. Lo curioso es que cuando preguntas a las personas sobre el sentido de su vida, no saben qué responder.

El sentido de la vida se encuentra explorando en uno mismo, buscando con autoconsciencia y estando tranquilo con el arte de la serenidad, el sosiego. Se puede descubrir a cualquier edad y no hace falta escaparse a un monasterio ni subir a la cima

de una montaña para averiguarlo. Hay gente que encuentra su realización en un pequeño bar de su barrio.

¿No cree que estamos muy condicionados por lo que nos dicen los demás, por las comparaciones?

La envidia y la comparación es mala siempre. Se ha escrito poco sobre este tema. Cuando uno se compara siempre busca el más y el menos respecto a los demás. Es una tasación personal y las personas no tienen precio, no se pueden medir.

Si a un niño de pequeño le dicen que tiene que copiar a los grandes y exitosos porque le marcarán el camino, puede caer en algo terrible que es la imitación, y eso es una forma de corrupción psicológica porque destruye la propia identidad.

Los modelos sirven, pero para inspirarse, no para imitarlos. Esa comparación habría que eliminarla siendo auténtico y aceptándose a uno mismo. Se habla mucho de la perfección física, pero la psicológica no existe. Alguien puede decir que ha llegado a ser el mejor en su género y que no tiene defectos, pero eso no es real.

El problema es que estigmatizamos el error. Los drogodependientes muchas veces dicen “no quiero una copa,

es que fui alcohólico”, y no lo esconden, muestran sus imperfecciones, pero porque las están superando. Es extraordinario. Lo maravilloso no

está en no tener defectos (está muy bien no tomar alcohol), sino en tener algún defecto y ser capaz de mostrarlo. Y, al que no le guste... que no mire.

En la sociedad actual, cada vez más exigente, es muy difícil conseguirlo, ¿no?

Sí, pero porque no se intenta.

¿Cómo se consigue esa valentía?

Esa valentía no solo requiere intención, necesita esfuerzo y auto aceptación.

¿Pero la gente busca cada vez más la perfección?

Sí, y eso agobia mucho y les hace

vivir bajo una presión continua por querer ser los mejores. Yo no quiero ser el mejor, quiero ser mejor.

El artículo “el” en estas frases cambia completamente la perspectiva

de vida. Es increíble.

¿Nos estamos examinando continuamente?

Sí, es un ejercicio agotador y si uno no se acepta es muy estresante. Cada persona debe aprender a quererse a sí misma. El crecimiento personal está no solo en aprender, sino en desaprender. Hay que quitarse muchas ideas estúpidas que nos han metido en la cabeza, que nos condicionan

y no sirven para nada, solo para martirizarnos y hacernos más infelices. Si nos despojamos de ellas veremos el mundo de otra manera. La gente puede vencer esta situación.

Para evitar la inseguridad, la sociedad nos ha llevado a que nos creamos el otro extremo; es decir, que las personas seguras de sí mismas nunca dudan y siempre saben lo que quieren. Eso es mentira. Si tú no dudas eres un zombi, un idiota. Siempre hay una duda que te frena por el miedo a equivocarte, pero hay otra cuestionante que te impulsa a investigar, a explorar. Uno es como es y la gente debe aceptarlo. Uno ama lo que la otra persona es, pero si a la pareja hay que ponerle los ojos verdes, tacones y operarla el pecho, yo ya no la quiero, quiero otra cosa.

Hay que tomar conciencia de las premisas que ayudan a encontrar la felicidad siendo imperfectos. Hay que hacer campañas, igual que se hacen contra el cigarrillo, pero a favor de la salud mental, para tener una calidad de vida mejor.

¿Qué más se puede hacer para lograr hijos más felices siendo imperfectos?

Los niños madrugan demasiado, se pasan mucho tiempo en el autobús camino al colegio donde permanecen muchas horas sentados, llegan a casa casi muertos de hambre, hacen deberes y luego se acuestan. ¿Todo eso para qué? ¿Para que

vayan bien en matemáticas? Pero, ¿para qué les sirve saber la fórmula del volumen de la esfera? Yo no digo que no haya que estudiar, pero hay que hacerlo de materias que nos sirvan más para la vida.

A los niños hay que enseñarles la responsabilidad, a no tratarse mal

a sí mismos, a que no se insulten,

a que no tomen un error como

un fracaso, a levantarse y volver

a intentarlo, que cuando se critiquen lo hagan sobre su conducta, no sobre su totalidad o esencia.

También a que se feliciten y se cuelguen medallas cuando hacen las cosas bien.

Cuando tocan el timbre del colegio para el recreo gritan de la felicidad porque se escapan del aula. No entiendo por qué las políticas educativas no se percatan de esto. Es un acto sospechoso que los niños salgan corriendo del aula”.

Un niño no puede estar tantas horas sentado en una clase para insertarse en la sociedad. Dejemos que aprendan y realicen otras cosas que les hagan felices. No digo que se les quiten las clases de matemáticas o física, sino que hay que dar buena psicología, creatividad, historia (...), dice.

LAS 10 PREMISAS LIBERADORAS

1. Maltratarte porque no eres como “deberías ser” es acabar con tu potencial humano.

2. No te compares con nadie: la principal referencia eres tú mismo.

3. Las personas normales dudan

y se contradicen: las creencias

inamovibles son un invento de las mentes rígidas.

4. Desinhibirse es salud: no hagas

de la represión emocional una forma de vida.

5. La realización personal no está

en ser el mejor, sino en disfrutar plenamente lo que haces.

6. Reconoce tus cualidades sin vergüenza: menospreciarte no es una virtud.

7. La culpa es una cadena que te ata al pasado: ¡córtala!

8. No te obsesiones por el futuro: ocúpate de él, pero no dejes que te arrastre.

9. Someterte al qué dirán es una forma de esclavitud socialmente aceptada.

10. Permítete estar triste de vez en cuando: la euforia perpetua no existe.

sábado, 26 de marzo de 2016

Disfruta de la soledad

Cada vez hay más personas en el mundo que viven solas: de 153 millones en 1996 se pasó a 277 millones en 2011. En España, el 24,8% por ciento de los hogares están compuestos por una única persona, mientras que en Estados Unidos, alrededor de 31 millones de habitantes viven sin compañía alguna. Sin embargo, aunque la soledad es un fenómeno social que no para de crecer, todavía existe una creencia irracional muy extendida que dice que “estar solo” es algo malo, y son aún muchas, las personas que todavía la evitan.

Los seres humanos necesitamos unos de otros: somos criaturas sociales a las que nos gusta vivir en comunidad y compartir experiencias con los demás, por lo que socializar y conversar con otros son herramientas imprescindibles para forjar amistades y crecer como personas. Sin embargo, no podemos estar todo el tiempo en contacto con nuestros semejantes: necesitamos retirarnos para asimilar lo que hemos vivido a través de los demás para así lograr un buen equilibrio. El problema es que no estamos acostumbrados a gestionar la soledad como algo positivo. Tenemos miedo de enfrentarnos a nuestros pensamientos, temores, dudas y frustraciones. No queremos indagar en nosotros mismos por miedo a lo que podamos encontrar en nuestro interior.

Por eso, es muy importante desarrollar la capacidad de estar solo. Aprender a estar con nosotros mismos, sin más compañía que la de nuestros pensamientos puede convertirse en una experiencia muy agradable y enriquecedora. La soledad es un estado necesario para restablecer un nuevo orden. Nos ayuda a calmar la mente y a identificar las propias sensaciones, sentimientos y necesidades. En soledad nos reconectamos con nuestras emociones, ponemos en perspectiva nuestros miedos y apegos, y descubrimos recursos que creíamos no poseer.

Además, tampoco es cierto que la soledad sea sinónimo de aislamiento. Podemos pasar mucho tiempo solos y, sin embargo, no estar aislados. Hacer actividades en solitario no implica que tengamos que quedarnos encerrados en casa y abstenernos de hacer cosas que nos hagan disfrutar. Ir solos a ver un museo, al cine o a comer a un restaurante no tiene por qué ser menos entretenido que cuando lo hacemos acompañados.

Un estudio publicado en the Journal of Consumer Research ha comprobado que las personas disfrutan de ciertas actividades en solitario tanto o más como si las hiciesen en grupo. Además, el mismo estudio halló que el miedo que tienen las personas, de ser juzgadas y etiquetadas de forma negativa por los demás si son vistas disfrutando de tiempo libre a solas, es únicamente, un temor infundado, fruto de la tendencia que tenemos a creer que somos más observadas de lo que en realidad ocurre.

Por eso, es hora de deshacernos del estigma de la soledad y de encontrar el sentido y el placer de estar con nosotros mismos. Es imprescindible buscar un espacio donde poder parar y tomar un descanso de la interacción constante. Un espacio al que podamos recurrir para quitarnos el peso del día a día, recargar fuerzas y recuperar nuestro poder personal.

El arte de conversar

El éxito de las relaciones sociales, depende de la educación que se muestre frente a otras personas y de la manera de tratar y hablar con quienes interactuamos.

El arte de conversar no consiste únicamente en expresarse, sino también en saber escuchar.

Por lo general, las palabras que se dicen al iniciar una conversación, son suficientes para causar una primera impresión, que puede ser buena o mala y dependerá de ello para que la relación sea exitosa. Un ejemplo de ello es cuando tenemos una entrevista de trabajo.

Uno de los factores que hace que las relaciones sociales no siempre sean buenas, es el uso y abuso de la mal llamada “sinceridad”, pues bajo este argumento, se justifica lo bien o mal que se expresa de una determinada persona que por lo general no está presente para defenderse.

Por lo tanto, la supuesta “sinceridad” no es otra cosa que una forma de mala educación, disfrazada de sentimientos elevados.

El modo de hablar es algo tan delicado, que solo basta oír a una persona para conocer el nivel de educación que tiene.

Lo recomendable es tener un justo término medio, vale decir; no hablar tanto que nos hagamos pesados y nos tomen por vanidosos o charlatanes al demostrar que tenemos una exagerada impaciencia por tomar y mantener la palabra, pero tampoco es bueno enmudecer, pues también corremos el riesgo de parecer personas poco comunicativas, tímidas e incluso antisociales.

Decir cosas desagradables no es bueno, aunque éstas sean verdad o estén justificadas e incluso fundamentadas, es mucho mejor encontrar los términos adecuados, dosificarlos de alguna manera para suavizar nuestras opiniones antes de hablar, “vale más detener a tiempo una mala opinión que perder una buena amistad”.

Una conversación amena es aquella donde pueden intervenir todos los interlocutores, aquella donde no hay alguien que trata de sobresalir acaparando la conversación sin dejar hablar a los demás.

La conversación debe ser siempre general, hacer apartes en la mesa o en la sala o simplemente hablar en secreto con otra persona, solo demuestra una pésima educación.

Aunque podamos ostentar una cultura excepcional, debemos evitar hablar tanto de lo que conocemos, poniendo de manifiesto la inferioridad cultural de los demás, hacerlo resultaría una pedantería imperdonable, a las personas se las conoce por sus hechos y estos se demuestran con el tiempo y no con una conversación que puede resultar banal e incluso aburrida.

También es mala educación hablar con una persona sin mirarla de frente, siempre debemos mostrar que toda nuestra atención está en ella, por otra parte, al hacerlo transmitimos respeto y, sobre todo, franqueza.

Sin embargo hay que tener cuidado en colocar a nuestro interlocutor demasiado cerca ya que también se puede ofender con el aliento.

Tampoco está bien mirar a una persona de arriba hacia abajo, puede resultar muy incómodo e incluso ofensivo.

Se debe evitar hablar de uno mismo, a menos que nos pregunten, contestando con discreción y brevemente. Lo mejor es instar a las personas a que nos hablen de sus cosas, interesarnos por ellas pero sin exagerar hasta el extremo de mostrar una curiosidad impertinente, todo tiene un límite.

No se debe interrumpir a la persona que está hablando, ni aun en el caso de que se haya equivocado en un dato, una fecha, o que haya olvidado una determinada palabra, hasta que ella misma solicite ayuda.

Para despedirse, se debe esperar a que la persona termine de hablar, interrumpir una charla suele calificarse como falta de educación.

Desde luego, estos son solo algunos de los muchos consejos que se pueden dar, pero nuestra inteligencia e intuición nos guiarán para no equivocarnos y siempre anteponer nuestra buena educación ante cualquier eventualidad.

sábado, 19 de marzo de 2016

¿Cómo liberarse de los pensamientos negativos?

Todas las personas atravesamos diferentes situaciones en nuestras vidas, las cuales han sido procesadas por nuestro sistema cognitivo en forma de creencias o esquemas de pensamiento; es decir, hemos almacenado en nuestro aparato psicológico una serie de información que nos permite interpretar la realidad de una determinada manera.

Sabemos también que nuestra mente va a tener la tendencia a perpetuar las creencias instaladas o almacenadas en nuestro sistema cognitivo, pues esto representa menos gasto de energía para el mismo.

Desde el enfoque cognitivo conductual, una de las estrategias que utiliza nuestro aparato psicológico para perpetuar ciertas creencias se denomina evitación experiencial; esto en el fondo va a representar una contradicción para nuestra misma psicología, puesto que por un lado, todos queremos de manera consciente dejar de sufrir o cambiar las creencias irracionales causantes de nuestro sufrimiento, pero por otro lado, de manera no consciente emitimos ciertas conductas que solo fortalecen esas creencias irracionales evitando cualquier situación que cuestione las mismas y pueda hacerlas modificar.

Estas conductas van a representar también la evitación de vivencias internas no deseables como son ciertos pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas y recuerdos que podríamos experimentar si nos enfrentamos con algo nuevo, especialmente si creemos que nos puede causar sufrimiento.

Así podemos ver en la vida diaria que muchas personas están inmersas en una situación de evitación experiencial, de manera no consciente, como mencionamos anteriormente. Por ejemplo, hay casos donde tanto hombres como mujeres tienen la creencia: “no podré sobrevivir solo/a”, que en el fondo es una idea de “abandono” y frente a la misma, emiten conductas donde buscan estar siempre en compañía, no importa qué tipo, pudiendo ser ésta en algunos casos muy negativa.

Pero ésto no importa, pues deben cumplir el mandato de la creencia evitando situaciones o experiencias de soledad, pues el solo hecho de pensar cómo sería estar solo/a representa mucho dolor y estas personas harán todo por evitarlo; perdiendo así la oportunidad de redescubrirse en la soledad aguardando encontrar a la persona adecuada. En otros casos, frente a la creencia de “fracaso” o “temor a equivocarse”, muchas personas huirán de las situaciones u oportunidades que tal vez puedan representar un crecimiento individual, laboral y social.

Entonces, el hecho de evitar aquello que se teme solo va a incrementar el miedo y ansiedad a largo plazo, quitándonos la posibilidad de crecer, pudiendo afectar de algún modo nuestra salud mental.

De esta manera, será importante abrirse a la experiencia del cambio o darnos la oportunidad de hacer las cosas de diferente manera afrontando situaciones nuevas de la vida real; tal vez al principio sea incómodo, pues todo cambio asusta, pero con seguridad habremos aprendido mucho y nuestros principales temores habrán desaparecido.

NOTA: para cualquier consulta o comentario sobre la columna, contactarse con Claudia Méndez Del Carpio al correo claudiamen@hotmail.com

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viernes, 18 de marzo de 2016

¿Por qué lloramos? La pregunta que ha llevado a los científicos a un punto muerto

Los humanos son los únicos seres que lloran debido a sus sentimientos, pero hasta el momento los científicos no tienen una explicación definitiva de este fenómeno.

De acuerdo con una teoría, el llanto sería una de las pocas señales de sentimientos que pueden ser observadas por otras personas, de manera que los investigadores sugieren que son necesarias para activar la compasión. Al menos así lo sugiere un estudio publicado en febrero en la revista ‘Motivation and Emo-tion’.

Según la publicación, un grupo de investigadores llevó a cabo un experimento que consistió en mostrar a los participantes fotos de personas que lloran y luego las mismas imágenes pero con las lágrimas eliminadas, y se constató que las primeras despertaban más compasión.

“En algún momento en el proceso de la evolución el llanto se convirtió en algo que despierta la piedad y la compasión del otro. Ser capaz de llorar de emoción y ser capaz de responder a eso es una parte muy importante del ser humano”, opina el profesor Michael Trimble, del University College de Londres.

Hay otras posibles razones que explican por qué lloramos. Algunos investigadores creen que las lágrimas sirven para manipular a otras personas. Al mismo tiempo, un estudio publicado en la revista ‘Science’ sugiere que las lágrimas de las mujeres contienen una sustancia especial que afecta a la excitación sexual de los hombres.

Pese a que existen muchas teorías que intentan explicar el llanto, por el momento el mundo científico carece de una visión clara y única de cómo y para que se desarrolla este proceso, pero los investigadores esperan encontrarla en el futuro.

jueves, 10 de marzo de 2016

Bienestar Espalda erguida mejora tu actitud

De acuerdo con la experta de yoga, Ana Paula Domínguez, tener la espalda erguida mejora nuestra actitud, ya que muchas personas que están tristes o tienen periodos constantes de depresión, suelen tener una postura encorvada y presentan de manera regular dolor en las vértebras lumbares y en articulaciones.

Domínguez te recomienda 3 ejercicios para superar las dolencias musculares que provocan la tensión, el dolor o el estrés.

1. Sé consciente de tu respiración. Cuando inhales, infla tu estómago y al exhalar saca todo el aire, hasta sentir tus costillas. Hazlo 5 veces, como mínimo al día.

2. Mejora tu postura. Coloca los hombros, justo sobre la cadera y en realizar ciertas posturas simples para alargar tu columna y generar más espacio entre las vértebras.

3. Sana tus articulaciones. Para lograrlo necesitas hacer ejercicios de flexibilidad, como estirar tu columna, tocar tus pies y relajar todos los músculos de tu cuello y brazos.

Para la experta en yoga, la postura física que tenemos refleja nuestro estado emocional. Por ejemplo, una persona que está con los brazos y piernas cruzadas, mientras platica con alguien, refleja que no está abierta a escuchar a los demás.

“Cuando tenemos una postura adecuada y la columna vertebral erguida, podemos encontrar espacios de silencios y de relajación, para ser capaces de enfrentar cualquier cosa ante la vida”.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Tus dolencias delatan lo que necesitas perdonar



¡Tu cuerpo es un semáforo, un detector de problemas! ¿Sabías que además de indicarnos dolencias físicas, también te alerta sobre tus emociones?

"Cada parte del cuerpo almacena emociones, pensamientos, recuerdos, energía y experiencias específicas con base en la función de esa parte del cuerpo. Por ejemplo, si te duele el ojo, cuya función es ver, probablemente tenga relación con algo que no quieres ver en tu vida", explica Inna Segal en su libro "El lenguaje secreto del cuerpo", el mismo que el portal esmas.com cita en un artículo títulado, "Dime qué te duele y te diré por qué".

Las dolencias físicas que no conseguimos sanar pueden tener una causa más profunda como sentimientos que necesitas soltar o perdonar a alguien para recuperar tu salud. Para lo anterior, debemos primeramente saber en qué parte del cuerpo tenemos el problema, derecho o izquierdo.

El lado izquierdo, según menciona el sitio Barcelona Alternativa, nos conecta con lo maternal, el aspecto femenino y receptivo. Por el lado contrario el lado derecho del cuerpo con el aspecto masculino, el padre, con el exterior.

El artículo en cuestión menciona que; por ejemplo, una acumulación de volumen en las caderas podría deberse a la necesidad de protección frente al miedo a agresiones sexuales, sentimientos de culpa o hasta vergüenza. Así como también, problemas en el lado izquierdo podría mostrarnos nuestros miedos, angustias, sentimientos de dolor hacia nuestra madre o nuestra propia maternidad.

Veamos más en detalle:

Por otro lado, según el portal Paradigma Terrestre de acuerdo a la parte del cuerpo donde se presenta el signo, habrá una explicación emocional para el mismo.

Una gripe: representa lágrimas no lloradas o reprimidas y éstas buscan salir por donde sea; mientras que si te duele la garganta, es porque tienes cosas pendientes de decir, no eres capaz de comunicar tus aflicciones.

El cuello: representa tu flexibilidad como persona.

El dolor en los tobillos: el avance o la resistencia que tienes ante la vida.

Los problemas estomacales: hablan de la convivencia y además la habilidad para digerir las situaciones.

La espalda: según los expertos, las molestias en la espalda baja usualmente reflejan preocupaciones económicas o sensación de falta de apoyo, la espalda alta cuando presenta molestias nos dice que estamos cargando cosas que no nos corresponden.

Los muslos: son relacionado con lo que los demás esperan de ti o lo que crees que esperan los otros de ti.

Las pantorrillas: está vinculado a lo que yo espero de mí mismo.

Las rodillas: tiene que ver con cómo articulo las expectativas externas y las internas, se dice también que es cuando tu orgullo no se doblega.

Los tobillos: la situación es cómo vinculo mis expectativas con la realidad.

Los pies: habla del apoyo, soporte y equilíbrio.

Si te duele la frente, es relacionado con la manera en la que enfrentas el mundo.

Los problemas del corazón: son relacionados con problemas emocionales básicos, de afectos primarios. Y, depende de la manera en la que asimiles el mundo, sufrirás de problemas con los dientes y encías.

El dolor de cabeza: deprime cuando las dudas aumentan.

Las uñas:se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
Los dos principios de la Bionergética

Los dos principios de la Bionergética

De acuerdo al abordaje en Bioenergética, también se explican los síntomas que se manifiestan en los seres humanos de acuerdo al Primer principio es el de la lateralidad. En el lado izquierdo del cuerpo se reflejan las relaciones familiares significativas: padre, madre, hermanos, hijos. En el caso del lado derecho, se muestran las sociales: vecinos, pareja, amigos, trabajo. Esto quiere decir, que dependiendo del lado donde se presenta el síntoma, hay que revisar una vinculación familiar o una social.

Existe un modelo de relación entre las emociones y los síntomas físicos desarrollado por el hipnoterapeuta John Kappas que nos puede decir también de lo que puede estar sucediendo en el plano emocional cuando desarrollamos ciertos síntomas en áreas específicas del cuerpo.

Por ejemplo, el especialista menciona el síndrome del llanto, que involucra el plexo solar hacia arriba, el pecho, la cabeza y la nuca y está relacionado con la incapacidad de tomar una decisión con respecto al acto de otra persona o por un condicionamiento anterior que dificulta la toma de decisiones. Su característica más común es el dolor de cabeza. A causa de la frustración generada por la indecisión, el cerebro ordena al cuero cabelludo tensarse lo que produce dolor. A veces la tensión es tan severa que comprime las venas y produce migraña.

Cuando las áreas afectadas son los hombros, la parte superior de la espalda y de la columna, se ubican dentro del síndrome de la responsabilidad. Esto ocurre cuando los motivos psicológicos son excesiva responsabilidad, temor al peso de la responsabilidad o negligencia, no aceptación o no asunción de responsabilidad.

El especialista señala el síndrome de lucha o alcance, en el cual, las áreas afectadas son los brazos, las manos y los dedos. Las causas psicológicas son la necesidad de expresar, con la correspondiente negación o supresión de esa necesidad, la incapacidad de alcanzar lo que uno desea por falta de autoestima y un importante sentimiento de profundo rechazo por querer alcanzar metas inalcanzables. Los síntomas son verrugas o pequeñas ampollas.

El segundo principio es el de verticalidad, según el cual en cada zona del cuerpo se reflejan diferentes aspectos. En la cabeza, se mira lo abstracto, las ideas, lo fantástico. En esta parte del cuerpo tengo mi identidad, mi ego, mi imagen. Los síntomas entre cuello y cintura, pueden estar vinculados a la vitalidad y a los afectos. “Allí tengo los órganos que necesito para estar vivo, como el corazón y los pulmones”. Entre la cintura al vientre (parte baja del tracto digestivo), se manifiestan los temas que tienen que ver con los desechos, eso que no sirve o no es nutritivo, eso que debe permanecer poco tiempo en el cuerpo.

Los temas de identidad sexual, pasión, capacidad de trascender, miedos y profundos sentimientos se manifiestan en la zona de los genitales. Las piernas hablan del soporte, el contacto con la realidad y con lo concreto. Mientras que los brazos son los que le permiten a las personas proyectarse al futuro, sin perturbar si equilibrio. Con ellos, se puede colocar distancia o acortarla.

De acuerdo al especialista desde el abordaje de la Bioenergética, es necesario construir la historia de vida con el paciente y revisar desde allí y desde la observación, cuáles son los bloqueos energéticos que tiene la persona, para poder trabajarlos y desbloquearlos con ejercicios terapéuticos.