jueves, 29 de diciembre de 2011

LOS TRECE MANDAMIENTOS

Tengo un amigo sacerdote quien me comentó que estaba preparando un sermón sobre los Diez Mandamientos, le dije, sin pensarlo mucho y porque me salió del alma: “¡Oye, pues agrega tres que hacen faltan en esa lista!”. Se asombró y le expliqué mi opinón: los Diez Mandamientos son unas reglas perfectas pero necesitan un poquito más de orientación para la vida diaria.

Estas normas como, “No matarás, no robarás, no cometerás adulterio”, etc. te orientan para vivir con orden, respeto y amor al prójimo pero no te orientan a como precaver que suceda una tragedia.

Muchos conflictos suceden por no seguir tres reglas adicionales que tienen la ventaja de ofrecer precauciones y soluciones a situaciones en las que nos vemos enredados constantemente. Y así, con toda modestia, le dije a mi amigo sacerdote los 3 mandamientos que considero complementan a los 10 mandamientos:

No tomarás nada personal… aun si fue dicho con esa intención —Hay palabras que podemos tomar ofensivamente, aunque no fueran dichas con esa intención. Digan lo que digan, no se trata de lo que tú eres, sino de lo que ellos son.

Si alguien te dice: “eres un ignorante”, no se refiere a ti, sino a su percepción de la vida. Si lo tomas personal, tal vez creas que eres un ignorante.

Quizás hasta te preguntes: “¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es obvio lo ignorante que soy?” Si te tomas las cosas personal, estarás de acuerdo con cualquier cosa que te digan, y al no tomarlo de esa manera, se quedarán con las ganas de ofenderte y tú con una preocupación menos en la cabeza.

No asumirás nada - Cuando supones estas imaginando o deduciendo que algo es cierto, sin tener ninguna prueba para comprobar que es real lo que imaginas.

La mayoría de las suposiciones son erróneas — y lo peor es que actuamos como si fueran verdad.

“Yo creo que Fulanito me odia”, y al pensar eso ya estás mirándolo atravesado. “Ese empleo no me lo van a dar” y ni siquiera has ido a solicitar. Las suposiciones en vez de ayudarte a razonar en la mayoría de los casos te ponen a maquinar.

No harás que otros adivinen tus pensamientos — Nadie es mago para saber tus sentimientos y pensamientos, y si no los expresas claramente, los demás jamás se enterarán.

Te equivocas si piensas, “Él debería saber que eso a mí no me gusta” o “ella debería saber que esto no es una relación seria”.

Habla —¡o al menos envía un mensaje de email! recuerda que cuentas claras, conservan amores, amistades y trabajos.

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