viernes, 29 de diciembre de 2017

Año nuevo, vida nueva

Empieza un nuevo año muchas personas tienen la intención de alcanzar muchas metas, tanto a nivel personal como profesional.

Esta frase es muy habitual escucharla “Año nuevo, vida nueva...”, ese es el propósito que pocas veces cumplimos. Alguna vez seguro que has sentido ese deseo profundo de mejorar o de cambiar ¿Y por qué no plantearnos cómo dar un cambio real a nuestra vida? Cambiar de trabajo, de forma de trabajar, de relaciones personales y de pareja, de ciudad, de enfoque de nuestra vida...de formas de relacionarnos con el mundo.

Asimismo, estamos con diferentes preocupaciones que siempre nos persiguen y que ahora que cambia el nuevo año. “Dejaré de fumar, haré más deporte, fomentaré mis relaciones sociales, buscaré un trabajo que me guste de verdad, adelgazaré 5 kilos, procuraré ser más tolerante, entre otras.”

Los excesos y los extremos no son buenos, se debe cambiar los hábitos de pensamiento, los mecanismos de “defensa” frente a las frustraciones y encontrar la llave para encender tu motor interior.

¿CÓMO AFRONTAR LOS CAMBIOS?

La pregunta es cómo debemos afrontar los cambios para que éstos se realicen de verdad. La calidad de nuestros pensamientos determina la calidad de nuestras vidas. De esta manera, el control mental sobre los pensamientos puede ayudarnos a afrontar la vida con optimismo y tranquilidad. Pero tampoco podemos esperar que el Año Nuevo haga desaparecer los problemas y facilite la consecución de los objetivos. No siempre el mundo es el responsable de nuestra situación. Somos los responsables de nuestros actos y nuestros sentimientos, y sólo nosotros podemos influir sobre ellos para cambiarlos. He aquí algunas sugerencias que podría hacer:

- Haz balance del año pasado. La costumbre de hacer balance del año no solo es positiva, sino necesaria y saludable. La revisión debe ser real, en cuanto a considerar aspectos positivos y negativos, siempre mirando causas tanto de unos como otros.

- Analiza tus de temas pendientes. Completa tus tareas analiza tus proyectos, grandes y pequeños, para prepararte y poder enfrentar a lo nuevo de una forma más clara. Empieza por donde sea, no hay prioridades, sólo cosas que se deben hacer cuanto antes y cosas que pueden esperar.

- Conoce tus compromisos. Aceptar nuevas tareas y analízalas, muchas de ellas no deberían ser parte de tu vida, ya que no están alineadas con tus objetivos y te impiden avanzar tus nuevos proyectos. Aunque suene contradictorio, es necesario poner ciertos límites para poder experimentar la libertad. Si sabes qué tienes que hacer, también sabes qué no debes hacer.

- Reconoce dónde te encuentras. No puedes moverte hacia el futuro si no sabes exactamente cuál es tu realidad actual. ¿Cuáles son tus tareas, proyectos, áreas de responsabilidad, objetivos y visión de la vida? Es necesario que revises y definas tu situación con perspectiva.

- Identifica la causa de tu infelicidad. Siempre hay una causa para tu frustración, miedo, tristeza o enojo. Es lo primero que debes hacer. No siempre es fácil, pero enfócate en encontrar la verdadera causa de tu frustración, lo que te paraliza y no te permite llegar a tu objetivo, aprende a enfrentarla.

- Libera tu mente. Van a surgir cosas que ahora mismo no ves, que te brindarán nuevas oportunidades y te abrirán nuevos caminos. Tienes que estar preparado para lo que sea y aprender a responder con eficacia y eficiencia a cualquier cosa que atraiga tu atención. Para ello tienes que recopilar (escribir) todo lo que esté en tu cabeza y procesar (aclarar) todo lo que esté indefinido.

- Identifica las cosas buenas que tienes en tu vida. Uno de los elementos que más te ayudarán a mantener una actitud positiva es agradecer lo bueno. Enumerar todo lo que consideres adecuado: bienes materiales, personas, oportunidades, experiencias, entre otras. Al tiempo que identificas lo bueno, también encontrarás cosas y personas que te dañan. Es importante que pienses por qué están en tu vida y si de verdad te hacen daño, lo mejor será terminar con ello.

- Mantén una actitud positiva. Puede que llegues al final del año cansado y con poca energía vital. Pero lo más importante es que comiences esta etapa manteniendo una actitud positiva.

- Confía en ti. El secreto del éxito no está fuera, sino en tu interior. Todo se trata de ser consciente de quién eres y de tu gran capacidad. Solo así podrás conseguir todo cuanto te propongas.

- Permítete equivocarte y no te desanimes. Somos seres humanos y como tal cometemos errores, así que lo más importante es que seas capaz de caer y levantarte más fuerte. El final del camino está cerca.

El Año Nuevo es una oportunidad de mejorar la vida, para cumplir estos buenos propósitos no basta con desearlos: El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de tu vida. Predica que éste es tu mejor año, que lo puedes lograr, solo dependerá de ti.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Cómo mejorar cualquier estado de ánimo

Todo estado de ánimo se puede mejorar, pues cada estado interior tiene estructura y cuando se la conoce se puede modificar. Al realizar esta acción cambia nuestro estado de ánimo.El estado de ánimo proviene de la contemplación de una imagen interna y de las palabras que resuenan en nuestro interior; también influye nuestra fisiología que es el estado de nuestro organismo físico y de nuestra posición corporal.

Querido amigo o amiga puedes comprobar en este mismo instante cómo afecta tu postura corporal a tu estado de ánimo. A modo de ejercicio, dirige la vista hacia abajo, deja caer los hombros hacia adelante, afloja tu cuerpo y toma conciencia del estado en que te encuentres; ahora, yergue tu cuerpo, inhala profundamente la energía invisible del aire, dirige la vista hacia arriba y nota la diferencia. Para mejorar las cosas, visualízate logrando tu máximo éxito en la vida y dime ahora cómo te sientes, diferente ¿verdad?

Cuando aprendes a tomar conciencia de tu estado actual, en caso de que no te agrade, puedes mejorarlo cambiando o mejorando la imagen interna que estás contemplando con los ojos de tu mente, también puedes cambiar tu voz interior y hacerla alegre y amena y notar cómo ese cambio de tono interior, cambia y mejora también tu estado interior.

Tú puedes cambiar cualquier imagen interna, y si aprendes esa habilidad, podrás cambiar cualquier estado de ánimo que esté lastimándote el alma.

Como todo en la vida se puede mejorar, puedes mejorar cualquier situación o condición de tu mente o de tu vida. El arte de mejorar nuestros estados de ánimo viene a ser como un regalo maravilloso gracias al cual podemos liberarnos de la influencia de las personas negativas a las que les encanta hacernos sentir mal o simplemente hacernos sufrir.

Un entrenamiento personal nos puede enseñar a cambiar de estado con más eficacia, aparte de que aprender con un instructor o mentor es siempre más agradable y produce efectos más eficaces y perdurables.

A modo de resumen: Se puede mejorar nuestro estado de ánimo haciendo modificaciones en las variables que acabamos de aprender y de este modo, podemos elegir siempre la felicidad y la libertad interior.

Eduardo Kucharsky Asport *

viernes, 10 de noviembre de 2017

¿Qué pasa en el cerebro cuando algo nos asusta?



Los payasos siniestros, los vampiros y los zombies volvieron en pasados días con el festejo por Halloween y, con ellos, nuevas películas de terror y de catástrofes: razones suficientes para echarse a temblar. Pero ¿qué ocurre exactamente en el cerebro cuando nos asustamos?

Las personas reaccionan de forma instintiva ante potenciales amenazas como un grito estremecedor o el lanzamiento de una piedra, escondiéndose o protegiéndose la cabeza con los brazos.

En esa reacción interviene la amígdala cerebral, compuesta por dos núcleos de neuronas en forma de almendra y que constituye el centro del miedo justo encima del tronco cerebral. Inmediatamente después de que los estímulos sensoriales pasen por el tálamo llegan a la amígdala y, desde allí, son distribuidos al cuerpo.

Según el neurocientífico Joseph LeDoux, el miedo en el ser humano es algo más que la detección de una amenaza. "El miedo es un concepto, no 'algo' en el cerebro", afirma.

La expectativa de que nos pueda ocurrir algo malo desencadena una cascada química. Entonces la médula suprarrenal produce grandes cantidades de adrenalina –la hormona del estrés–, el nivel de azúcar en sangre aumenta, el corazón se acelera y las palmas de las manos empiezan a sudar.

En el caso de que la amenaza desaparezca, la hormona tranquilizante endorfina se libera y recorre el cuerpo. Este cóctel de hormonas es la razón por la que a tanta gente le gusta sentir de vez en cuando miedo, y cuentan con la ventaja de que puede activarse simplemente escuchando una historia de terror ante la chimenea.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Alexitimia: falta de expresión emocional

Casi nadie conoce la alexitimia, enfermedad psicológica que dificulta procesar las emociones, y la causa está en su entorno o problemas genéticos. A la persona que padece este mal, le cuesta poner nombre a lo que siente.

La información viene de la revista Cienciaday, que señala que una persona que no expresa sus emociones, no es capaz de nombrarlas o hablar sobre ellas o tiene problemas para relacionarse con sus sentimientos, padece de este mal, y podría estar entre el 10% de la población sana con dificultades para procesar las emociones que experimentan, una condición psicológica conocida como alexitimia. Fue en 1972 cuando el psiquiatra Peter Sifneos introdujo este término.

Un individuo alexitímico tiene dificultades, en mayor o menor grado, para relacionarse con las sensaciones que constituyen nuestra experiencia con el entorno, y van desde la alegría hasta el miedo, o desde el disgusto a la ira.

Se ha sugerido y parece claro, que los factores genéticos tienen un impacto notable en todas las facetas de la alexitimia, si bien existe una influencia moderada de factores ambientales.

COMPORTAMIENTO TÍPICO

Las personas que padecen de esta enfermedad tienen baja capacidad de introspección y de fantasías, con una vida interior muy baja; les falta empatía y capacidad de ponerse en el lugar de los otros; posee un carácter serio y aparentemente aburrido. O son poco habladores; son excesivamente prácticos y racionales; también tiene dificultad de establecer y mantener vínculos efectivos.

Pero también desarrollan relaciones sociales inadecuadas, caracterizadas por la dependencia emocional o el aislamiento social; tiene ausencia de deseo sexual; también es impulsivo a la hora de reaccionar a emociones que no saben identificar.

DIFICULTADES

El artículo de Cienciaday señala que la persona que tiene esta enfermedad tiene dificultad en las relaciones interpersonales, al parecer son personas frías y demasiado pragmáticas. El entorno suele reaccionar de forma negativa a este comportamiento.

Asimismo, el comportamiento genera un sufrimiento emocional que el paciente no sabe definir, lo que le dificulta enormemente la tarea de autorregular su emoción.

viernes, 13 de octubre de 2017

Neuroeducacion Diana Brito: “La memoria se potencia si la combinamos con las emociones”


Diana Brito, una licenciada en Sicología Educativa y doctorada en Ciencias de la Conducta, proveniente de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), estuvo en Santa Cruz dando la conferencia Neuroeducación: estrategias para potenciar el aprendizaje, organizada por el Departamento de Educación Continua y Posgrado de la UDI y el Centro de Aprendizaje Integral Vivir Feliz.

La neuroeducación de la que ella vino a hablar hace una conexión entre lo emocional y el aprendizaje como fórmula del éxito, entre otras cosas.

¿Qué es neuroeducación?
Es aterrizar los hallazgos que se tienen de la neurociencia que se puedan aplicar a la educación. Lo interesante es que los descubrimientos sobre cómo trabaja el cerebro no se están quedando en artículos científicos de revistas especializadas ni en tesis de la universidad ni en laboratorios, hay esfuerzos por bajar esos hallazgos y decirle al profesor de qué le sirve lo que se ha descubierto.
La idea es que lo poco que ya sabemos del cerebro esté al servicio de los niños, de los profesores y de los padres. Pero ojo, que todo lo que lleva el prefijo ‘neuro’ se ha puesto de moda, pero puede haber enfoques que no sean completamente serios. Hay que distinguir lo que puede ser simple marketing y lo que es serio basado en hallazgos científicos.

¿Y qué se ha descubierto que sea de utilidad en las aulas?
Un ejemplo, la memoria es un proceso fundamental en el aprendizaje y cuando nos quejamos de nuestros chicos y decimos: “Es que no memoriza, no aprende...”, conviene preguntarse ¿está entrando bien la información?, ¿está guardando bien la información? ¿está recurriendo bien a la información guardada?, y en cada uno de esos pasos puede estar la falla. Puede ser sutil el daño o la dificultad.

Lo que se ha descubierto es que la memoria se potencia si la combinamos con las emociones. Si me preguntas qué almorcé hace diez días no me acuerdo, pero si me preguntas qué comí el día de mi cumpleaños sí me acuerdo perfectamente, ¿por qué lo que pasó hace diez días no lo recuerdo tan bien como lo que pasó hace un año? Porque hay un componente emocional. La emoción está ahí, reforzando y desencadenando procesos en el cerebro que hacen una huella de memoria.
¿Qué pasa si eso lo llevamos al salón? ¿Qué tal si el profesor llega y los impresiona a sus alumnos, les pone un componente emocional que los enganche y les despierte la curiosidad? Lo que pasará es que el contenido que les imparta se va a quedar grabado en la memoria. Yo siempre les digo a los profesores ¿qué queremos? ¿nada más cumplir con el programa y decir esto ya lo saben mis alumnos y que pasen el examen? La educación es mucho más que eso. Entonces este tipo de estrategias neuroeducativas es importante.

¿Qué hay de la atención?, ¿qué puede hacer por ella la neuroeducación?
Es bueno saber que los niños pequeños tienen una curva de atención muy pequeña y las maestras de kínder tienen que estar cambiando el foco en todo momento. A medida que van creciendo, la curva se va haciendo más grande y más voluntaria. Al principio cualquier cosa los distrae, eso es normal, pero a medida que se va avanzando, la atención se va haciendo más voluntaria.
Otro aspecto importante son las funciones ejecutivas que han revolucionado la manera en que pensamos acerca de la inteligencia.

¿A qué se refiere con funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas son las que maneja el lóbulo frontal, y es lo que nos hace ser seres humanos pensantes y razonables, es ahí donde se lleva a cabo la planeación, la inhibición, la anticipación. Pero esta parte prefrontal es la que más tarda en madurar. Hay quienes postulan que hasta los 27, 30 años termina de madurar. Entonces si comprendemos eso, podemos acompañar mejor el desarrollo intelectual de nuestros hijos.

Por ejemplo, la inhibición es la capacidad de frenar comportamientos o respuestas, es decir, quedarme callado cuando estoy pensando algo pero no debería decirlo, mi frontal me dice: “No lo digas, no tiene caso, no tiene sentido”. O si nos enojamos y queremos matar a la otra persona, nuestro frontal nos dice:
“Frénate”. Eso es inhibición, los niños no tienen eso, si piensan: “Mamá estás muy fea”, solo lo dicen. Eso es porque su prefrontal todavía no está maduro. Nosotros al manejar un poquito de estos datos neurocientíficos podríamos concluir que como padres somos los lóbulos provisionales de nuestros hijos y que tendríamos que entrenar ese cerebro para que eventualmente el niño vaya adquiriendo esas habilidades.

De neuroeducación no solo deberían saber los profesores, sino también los papás...

A veces tenemos exigencias con los niños que son descabelladas, que no corresponden con el desarrollo de su cerebro. El cerebro es un órgano maravilloso, pero por sí solo tampoco es que logre todas las maravillas posibles. El medioambiente es fundamental, un medioambiente rico va a generar conexiones diversas y fuertes. El medioambiente modifica el desarrollo del cerebro.

Los padres tienen un tesoro en sus manos, tienen un cerebro (el de su hijo) al que van a poder dotar de habilidades, es una tarea muy importante y el no estar conscientes de que existe ese cerebro y que lo pueden favorecer o desfavorecer en su desarrollo es una gran limitante. Los padres tienen que saber que hay un cerebro y que se moldea. Ellos pueden interferir en el desarrollo de la inteligencia de sus hijos. El cerebro es plástico y tiene la posibilidad de irse amoldando.

jueves, 12 de octubre de 2017

Saludo ¿Beso, abrazo o apretón de manos?



El saludo es la primera muestra de amabilidad o de afecto, es señal de educación que debe ofrecerse al ingresar a algún lugar, al ser presentado o al despedirse. Un saludo es culturalmente diverso, puede ser con breves palabras, con abrazo, beso o con un apretón de manos. En cualquier caso, con o sin contacto físico, el saludo es el inicio de una interacción que da pie al diálogo. Cada saludo tiene su propia interpretación, no es lo mismo saludar a un familiar o a un amigo que a un colega o un jefe; tampoco a un miembro de gobierno, al Dalai Lama, al Santo Padre o a un conocido.

El inicio de un saludo

La idea de saludar es hacer que la otra persona se sienta bienvenida, además de causar buena impresión en ella y en el grupo. Dependiendo del sitio en que uno se encuentra, el que ingresa es quien saluda. Por ejemplo, si se entra a un edificio, se saluda al portero, a la recepcionista, al ascensorista, etc. En reuniones sociales, los varones se ponen siempre de pie para saludar, las damas lo harán ante personas mayores, aunque también pueden hacerlo ante señoras de su edad como una cortesía.

El saludo con beso

Esta opción depende de la situación, el ambiente, la edad, los antecedentes y la profesión, pero principalmente la relación entre los involucrados. Naturalmente que si alguien no desea que le saluden con un beso, debe asegurarse de estrechar la mano anticipadamente para no llegar a la cercanía y acción.

El apretón de manos

Es una forma de comunicación que revela los rasgos internos como la personalidad y los sentimientos. Debe ofrecérselo con firmeza extendiendo la mano con los pulgares hacia arriba y juntar la palma con la otra persona. El apretón no debe ser suave ni largo, y el sacudón... con un par de veces es suficiente.

Las presentaciones

Presentarse es un deber y es fundamental para iniciar cualquier relación social o comercial. Presentarse a uno mismo es muestra de cortesía, y debe hacérselo con confianza y autoridad: “Permítanme presentarme”, seguido por el saludo. En situaciones sociales, la persona más joven es presentada a la persona mayor o de mayor autoridad. Cuando exista una diferencia en edad, debe mencionarse el título, profesor (a); Dr. (a); Excmo. (a)., incluido el apellido. Si no tiene un título, se utiliza el Sr. (a) o señorita.

El saludo en los negocios

El saludo es la introducción a una relación estrictamente comercial, no es una forma de dominación o de muestra de afecto, es una forma de conexión. Una buena postura, un firme apretón de manos y el contacto visual instantáneamente crean confianza. El saludo en negocios se basa en jerarquía y no en género. Es recomendable averiguar los rangos y posiciones antes de una presentación teniendo en cuenta que las personas de posición más baja son presentadas a las de posición más alta o de mayor autoridad.

Errores en las presentaciones

Ignorar un saludo cuando alguien tiene la mano extendida.
Interrumpir durante una presentación.
Evitar el saludo si no se reconoce a alguien.
Saludar con gafas de sol.
Saludar con la mano ocupada.
No importa si es beso, abrazo o apretón de manos, saluda con una amplia sonrisa y palabras amables.

PILAR RICHARDSON ESCRIBE LA COLUMNA SEÑORA ETIQUETA, DONDE COMPARTE SUS CONOCIMIENTOS SOBRE ETIQUETA Y PROTOCOLO, NORMAS PARA UNA GRATA INTERACCIÓN SOCIAL.

Video Como desarrollar la inteligencia Emocional

lunes, 9 de octubre de 2017

¡CLASES PARA SER FELIZ!

Si algo deberíamos aprender bien en esta vida, es ser feliz. Pero, ¿acaso alguien te puede enseñar esto? ¡Por supuesto! La prestigiosa Universidad de Harvard ofrece ahora un curso para aprender a ser feliz y estuve averiguando cómo enseñan el maravilloso arte de la felicidad. Descubrí que el curso está basado en algunos de los siguientes siete puntos:



• Paga por experiencias placenteras y no por cosas materiales: un estudio demostró que las personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en vivencias, como viajes, ricas cenas, cursos y no, cuando compraban artículos como joyas, ropa o un auto deportivo.



• Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Se comprobó que “soltar la lengua” eleva tu autoestima, mientras que aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza.



• Ejercítate 30 minutos al día: (puede ser una simple caminata) y verás que moviéndote se sube el ánimo, se va la tristeza y te liberas del estrés.



• ¡Siéntete bella o atractivo!: lo dicen los estudios: 41% de las personas que piensan que se ven bien, son más felices.



• Usa zapatos cómodos que te ayuden a dar pasos seguros: “pies apretados, desánimo asegurado”, esto dice el renombrado Dr. Keinth Wapner, presidente de la Asociación Americana de Ortopedia.



• No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy: mientras más postergas lo que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe una lista de tareas a cumplir y empieza a ejecutarlas ya.



• Deja de quejarte y haz una lista de las cosas que tienes que agradecer y que te dan felicidad: ¡Saber que tienes mucho más de lo que a veces crees te dará una alegría interna que no se cambia por nada!



Te motivo a que pongas en práctica estos consejitos, nunca está de más adquirir conocimientos, especialmente si se trata de aprender a ser feliz. Puedes ser un científico galardonado con un Premio Nobel, un actor famoso ganador de un Oscar o un poderoso empresario flotando en dinero… pero si no sabes cómo disfrutar de la vida de nada te sirve lo demás. Exprímele a cada día gotitas de felicidad.



Visita a María Marín en su casa todos los miércoles 6:00 pm EST/3:00pm PST y no te pierdas su nuevo reality show “María Marín Live” transmitido por Facebook Live, enciende tus notificaciones de “video en vivo”.

¡No más golpes bajos!

Imagina que alguien te insulta: “¡qué gorda estás!”,“¡te ves vieja!”, “¡eres una tonta!” “!nunca haces nada bien!”. ¿Cómo reaccionarías? Seguramente te ofenderías y no aguantarías que nadie te hable así, ya que estas palabras son un golpe fuerte para tu autoestima. Sin embargo, muchas veces tú misma te lanzas golpes.

Por ejemplo, cuando olvidas el celular en la casa o cuando tienes prisa para llegar a un lugar y te pierdes o cuando derramas la salsa de tomate en tu camisa nueva, inmediatamente te golpeas: “¡qué estúpida soy, no sirvo para nada!”.

¿Sabías que cada vez que te insultas, lastimas tu autoestima? Aunque no lo hagas con esa intención, sin darte cuenta estás destruyendo tu fuerza interior. Es como cuando regañas a un niño y le dices: “no sirves para nada”, aplastas su autoestima y lo perjudicas de por vida.

Evita lacerar tu interior y más bien eleva tu autoestima; el amor propio se manifiesta en el diálogo interno que entablas contigo. Con mejorarlo un poquito, logras resolver muchos conflictos y garantizarte una vida exitosa y feliz.

No permitas que tus palabras te golpeen. Utiliza el mismo vocabulario que usas cuando le hablas a un ser que amas. A continuación, te describo tres tipos de palabras que aumentan el amor propio:

Palabras motivadoras: úsalas cuando sientas miedo, inseguridades o estés a punto de tirar la toalla. Di en voz alta: “yo puedo”, “no me rindo”, “creo en mí”.

Palabras consoladoras: en momentos de tristeza, frustración o desconsuelo, reconfórtate: “no me voy preocupar”, “la próxima vez será mejor”, “no es culpa mía”, “todo va a estar bien”.

Palabras halagadoras: Con mucho amor y una gran sonrisa, exprésate: “soy muy bonita”, “tengo mucho talento”, “soy lo máximo”, “me quiero mucho”.

Utiliza contigo el mismo lenguaje de amor que usarías hacia un ser amado. Cuando te hables, utiliza palabras para inspirarte, motivarte y alentarte a ser mejor.

Sintoniza todos los miércoles “María Marín Live” por Facebook Live 6:00pm EST (3:00pm PST) enciende tus notificaciones de “video en vivo”.

Libere la mente para concentrarse



¿CÓMO RECUPERAR LA CONCENTRACIÓN? | UN PSICÓLOGO DA PAUTAS PARA SALIR DE LA HIPERCONECTIVIDAD.

Para conseguir concentración y cultivar la atención es necesario liberarnos del alboroto mental constante provocado por “agentes secuestradores” como las prisas, nuestros pensamientos y distracciones, el estrés, el ruido, los problemas y la hiperconectividad que nos hacen vivir como autómatas.

Así lo considera el psicólogo José Manuel Calvo, autor del libro “Mindfulness: el arte de controlar tu mente”, quien asegura: “La vertiginosa rutina nos va envolviendo hasta que nos vemos sumidos en un estado casi hipnótico que nos lleva a actuar como autómatas, abstraídos. Nuestra consciencia paulatinamente se va sumergiendo en un estado somnoliento, que se asemeja a una especie de secuestro velado”.

“El tráfico, la televisión, los mensajes publicitarios, la hiperconectividad… Nadie puede escapar a todo este ruido externo, a este alboroto constante y a la interferencia que produce en la comunicación con los demás y nosotros mismos”, apunta.

El especialista considera que nuestra mente “también está secuestrada y desconectada de nuestra esencia por las prisas, nuestros pensamientos y distracciones, el estrés, los problemas del día a día y un largo etcétera”.

“Lo único -añade- que puede ayudarnos a liberarnos de este estado es la atención, ya que lo que capta nuestra atención es lo que controla nuestra vida”.

Según este psicólogo, podemos entrenar nuestra mente para vivir la vida de forma más atenta y consciente y liberarnos de los agentes secuestradores con el “mindfulness”, una habilidad por medio de la cual observamos la experiencia que acontece en el momento presente, con una actitud serena y neutral.

“Al igual que ocurre cuando queremos poner en forma nuestro cuerpo, este entrenamiento de la atención y de la mente requiere una actitud adecuada, esfuerzo y constancia en la práctica, para poder activar y consolidar los circuitos cerebrales asociados al bienestar”, señala Calvo.

“Aun así, en determinadas situaciones de nuestra vida cotidiana que secuestran nuestra atención, podemos poner en juego algunas estrategias para responder conscientemente y de una forma más saludable, que la que supondría nuestra tendencia a reaccionar automáticamente”, argumenta.



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La hiperconectividad
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¿QUÉ AMENAZA NUESTRA MENTE?

El ruido externo

Imagine que va caminando por la ciudad en verano inmerso en el ruido del tráfico y las obras en construcción.

Consejo “mindfulness”: Conéctese con su respiración “Si la situación no nos permite distanciarnos físicamente del ruido, que eleva los niveles de estrés y sentimientos de ira, podemos hacerlo mentalmente para compensar sus efectos nocivos”, según Calvo.

“Podemos realizar unas respiraciones profundas, llevando toda nuestra atención a las sensaciones que se producen en nuestro cuerpo al respirar, observando por ejemplo cómo se mueve nuestro abdomen de forma acompasada con el ritmo respiratorio”, señala.



Las prisas

Imagine que todo el día va corriendo de un lado a otro y no tiene tiempo para nada.

Consejo “mindfulness”: Regálese tiempo. “Hacer de la prisa un estilo de vida nos convierte en autómatas con la misión de ir eliminando tareas pendientes de una lista, sin prestar demasiada atención a lo que ocurre mientras las realizamos”, explica el psicólogo.

“Para comenzar a reeducarnos necesitamos darnos permiso para invertir un espacio de tiempo diario para estar plenamente presentes en cualquier actividad gratificante para nosotros: un paseo, una conversación con un amigo, tiempo con la pareja o los hijos, deporte, meditación…”, sugiere el experto.



La hiperconectividad

Imagine que necesita pulsar la pantalla del móvil a cada instante para escribir mensajes y moverse por las redes sociales.

Consejo “mindfulness”: Redefina la situación. “El primer paso para evitar una tendencia compulsiva de comportamiento es `dar un paso atrás´ y redefinir conscientemente lo que está ocurriendo”, de acuerdo a Calvo.

“Podemos preguntarnos ¿Para qué voy a hacerlo? ¿Cómo me siento antes, durante y después de realizarlo? Y, una vez reconocida la no utilidad de esta actitud, podremos desviar la atención intencionadamente hacia conductas más saludables”, asevera.



Los pensamientos y las distracciones

Imagine que le da vueltas a un asunto que le martillea la cabeza pero sin encontrar una solución.

Consejo “mindfulness”: Observe su pensamiento. “Es normal reflexionar sobre las preocupaciones cotidianas, pero a veces entramos en un círculo vicioso de ideas negativas y angustia que no nos dirigen a ninguna solución”, según Calvo.

En estas ocasiones, este psicólogo recomienda no resistirnos a estos pensamientos, aceptar que están ahí y observarlos como un testigo imparcial, a lo cual puede ayudarnos escribir o dibujar la situación.

“Desde esa posición de mayor entendimiento podremos enfocarnos más fácilmente en la solución y no en el malestar que nos provoca el problema”, enfatiza.



El estrés

Imagine que tiene la sensación de que no puede con todo y de que está constantemente irascible.

Consejo “mindfulness”: Responda en vez de reaccionar. “El estrés es un mecanismo reactivo que se produce ante una situación de amenaza para nuestro bienestar, y la mejor opción es identificar cuál es la causa que lo está generando y actuar sobre ella”, señala Calvo a Efe.

“Si no podemos o no queremos actuar sobre la causa, lo recomendable es practicar actividades saludables que nos ayuden a apaciguar el malestar emocional que se produce en el proceso, como la actividad física o la meditación, y así evitar conductas automáticas e inapropiadas, que persigan una satisfacción inmediata a toda costa”, sugiere este psicólogo.



Los problemas cotidianos

Imagine que su vida se ha convertido en una lucha constante en la que no dejan de surgir problemas.

Consejo “mindfulness”: Elija su actitud. Según Calvo, todos tenemos un ‘guerrero interior’ que, pese a la adversidad, decide no dejarse arrastrar por las circunstancias y opta por mantenerse erguido y elegir conscientemente la manera de relacionarse con ellas.

“La mejor manera de apelar a este guerrero es no olvidarnos de su existencia, lo cual no es fácil, pero cuando estemos inmersos en nuestros problemas cotidianos podemos recordar la pregunta ¿Quién elijo ser?, a continuación elegir ser ese guerrero interior, y por supuesto, actuar en consecuencia”, concluye el experto.


Ismael Cala “Felicidad no es ausencia de problemas”



Ismael Cala, el carismático periodista, escritor de best sellers y ahora empresario, el que conocimos como un seguro presentador de CNN en español, no siempre fue así. Confiesa haber tenido áreas oscuras en su vida, que fue celoso, un inmaduro emocional, y que se aferraba a creencias limitantes.

Este “gladiador de la mente”, como se autodefine, lidió con la depresión y con una dura historia familiar encontrando técnicas que le ayudaron a transformarse interiormente.

Cala viaja por el mundo para ayudar a las personas a convertirse en la mejor versión de sí mismas. Con esa misma intención estuvo en Sucre, donde bajo el auspicio de la Cámara de Industria y Comercio de Chuquisaca (CAINCO) dictó la conferencia “Despierta con Cala”.

ECOS. ¿Cuáles fueron sus experiencias de dolor que afectaron negativamente a su personalidad y de las que pudo salir?

Ismael Cala (IC). La gran historia de mi vida es haberme liberado del miedo de perder el control de mi mente por una herencia de suicidios en la familia, esquizofrenia, enfermedades mentales; está ahí como parte de la genética que nos puede tocar. Todo esto, si uno lo trabaja con estas herramientas de conciencia, si tú dejas de convertirte en esclavo de tu cerebro y de la predestinación de una historia familiar, tú rompes con eso.

El romper con esas historias ‘karmáticas’, que tienen incluso que ver con la epigenética [más allá de la genética], reprogramación mental y espiritual, necesita autoexploración para que te empoderes y dejes de sentirte víctima de tu pasado, tus memorias, tu entorno y presente. Es la única manera a través de la que un ser humano puede salir adelante. No a través de los fármacos, que ayudan pero no reprograman una mente.

Yo tomé fármacos y antidepresivos a los 15 años porque sufría ataques de pánico, delirio de persecución y pesadillas. Sin embargo, lo pude dejar en el momento que entendí que a mí me tocaba mucho por hacer y no solo meterme una pastilla todos los días. Vivimos dependiendo de que todo nos lo resuelva algo externo. Las herramientas que presento son para que la gente entienda que le toca un trabajo que hacer y tomar el control hasta de su cerebro.

ECOS. ¿Qué busca transmitir en su conferencia “Despierta con Cala”?

IC. “Despierta con Cala” es también el nombre de mi nuevo libro y pretende sembrar una semilla sobre tres grandes preguntas: ¿Por qué los seres humanos vivimos en situaciones tan diferentes si somos tan similares? ¿Por qué estamos en conflicto permanente si contamos con la creatividad como la más poderosa fuerza transformadora? ¿Por qué conformarnos con una vida ordinaria si podemos edificar una obra maestra? En síntesis, la gira busca ayudar a las personas a alcanzar la excelencia, el alto rendimiento personal y profesional y el despertar de conciencia.

ECOS. ¿Qué es la felicidad?

IC. Es ser uno mismo, encontrar nuestro camino y saber gestionar todos los momentos de la vida, incluyendo los malos.

ECOS. ¿La felicidad es una utopía o una realidad alcanzable?

IC. Por supuesto que podemos alcanzarla. Pero la felicidad no es “un lugar”, al que llegamos y nos quedamos ahí, sino un camino.

ECOS. Parece imposible estar felices todo el tiempo y menos cuando las circunstancias son adversas. ¿Cómo mantener una actitud que permita conservar un bienestar interior?

IC. Por eso incluyo todos los momentos de la vida, también los malos. Es iluso pensar que podemos evitar todos los problemas, sí podemos gestionarlos mejor. Felicidad no es ausencia de problemas, sino un estado de bienestar integral. Para ese bienestar hay que invertir en uno mismo, empezar a sustituir las “pertenencias” por las “experiencias”, que son, en definitiva, las que dejan huella en nosotros.

Por eso me gusta llamar a mis conferencias y eventos “experiencias”, porque buscan un cambio hacia el interior del ser humano.

ECOS. ¿Qué es la “felicidad corporativa”?

IC. Esto tiene que ver con el modo en que trabajamos en las empresas, sean grandes o pequeñas; con el ambiente laboral y con las posibilidades de aumentar la productividad y el crecimiento exponencial, sobre la base de un mejor clima. Este tipo de conferencias las hago todo el año en empresas de Estados Unidos y América Latina, es muy interesante ver cómo se produce el cambio.

ECOS. Se dice que “el pasado, pasado es” y no se debe traer al presente. ¿Por qué revisar el pasado es tan importante desde su perspectiva?

IC. No podemos ir al pasado a pelear, sino solo a aprender. Quien siga atado al pasado, llevará siempre una pesada mochila sobre sus espaldas que no le dejará avanzar adecuadamente. No se trata de olvidar, sino de saber para qué nos sirve el pasado. Y solo nos sirve como experiencia.

ECOS. ¿Qué es una “zona de confort”? ¿Una zona de confort es, realmente, confortable?

IC. La zona de confort es aquella en la que uno se siente cómodo, porque el cerebro se ha adaptado a una rutina determinada. El confort no es que sea malo, pero sí deberíamos cada cierto tiempo salir de la zona de confort, retar al cerebro y reinventarnos. De lo contrario, corremos el riesgo de quedarnos estancados e ir perdiendo la creatividad.

ECOS. ¿En qué consiste el “coaching” del que usted habla?, ¿se puede entrenar a alguien para que aprenda a vivir feliz?

IC. Claro que podemos entrenarnos para ser felices; es lo que hago siempre en mis eventos y conferencias. Intento demostrar el proceso de domesticación al que hemos estado expuestos los seres humanos, los dogmas a los que nos enfrentamos y el egoísmo que vive el mundo, que son factores opuestos a la felicidad. Si entendemos esto, encontraremos caminos para gestionar una vida más feliz. No es “humo”, como piensan algunos, sino investigación, ciencia, psicología, fusión de técnicas orientales y occidentales, estudio y autoconocimiento.

ECOS. ¿Cree que alguien, por sus propios medios, puede crear abundancia en su interior y dársela a los demás?

IC. La primera abundancia que hay que crear es la interior, aunque es imprescindible tener resueltos los problemas materiales básicos para entonces dedicarnos a la exploración de la conciencia. La abundancia interior también se manifestará en riqueza material, pero solo será completa si se comparte. La base de la abundancia es crear, compartir y agradecer. •

Cala, en pocas palabras

Estratega de vida y desarrollo humano, autor best-sellers y conferencista internacional, Ismael Cala durante más de cinco años presentó el show “CALA” en el prime time de CNN en español.

Actualmente es considerado uno de los comunicadores más importantes del continente y su mensaje de emprendimiento social, mindfulness y bienestar es referencia para millones de personas que siguen su obra en libros, seminarios, talleres y conferencias.

Cala ha recorrido más de 25 países y el miércoles pasado estuvo en Sucre.

“El poder de escuchar”, “Sé como el bambú”, “La piñata”, “El secreto del bambú”, “La vida es una piñata”, “Un buen hijo de p… (fábula)”, “El analfabeto emocional”, “Escala a otro nivel”, “Despierta con Cala”, son los títulos de algunos de sus libros.

Ismael Cala nació en Cuba en 1969. Estudió Historia del Arte, se graduó como periodista de la Universidad de York de Toronto y ostenta un diploma de Seneca en Producción de Televisión. Trabajó con grandes maestros como Deepak Chopra y John C. Maxwell y se formó junto a coaches como Tony Robbins y Miguel Ruiz. Cala pertenece al claustro de profesores colaboradores de Atlantis University y NextUniversity. Es Presidente de Cala Enterprises Corporation.


sábado, 7 de octubre de 2017

6 frases que pueden cambiar tu vida

El poder de las palabras es inestimable. Gracias a ellas puedes experimentar emociones, anhelos y un sinfín de sentimientos. Son capaces de hacerte reír a carcajadas y llorar amargamente. Forman frases que pueden cambiar tu vida, dándole un sentido hasta entonces incierto.

Hay frases que ponen fin a guerras; otras, que las empiezan. Muchas de ellas determinan el destino de una persona, hundiéndola en el fango o animándola a dar lo mejor de ella. Estas últimas son las que se convierten en el motor del mundo.

Las frases que pueden cambiar tu vida son aquellas que promueven el valor, la honestidad y la nobleza. Te animan a dar lo mejor de ti mismo, a no olvidar quién eres ni lo que quieres. Pueden parecer banales en un principio, pero contienen valores fundamentales para el desarrollo del ser humano.

6 frases que pueden cambiar tu vida

1. Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento

Esta irónica y acertada frase pertenece a la política y escritora estadounidense Eleanor Roosevelt. Como ella misma dijo, nadie tiene el poder de hacerte sentir inferior, a no ser que tú se lo des.

No te dejes pisotear por nadie. Ninguna persona tiene derecho a humillar a los demás y quien lo hace demuestra muy poca educación y respeto por el prójimo. Si no permites que los comentarios hirientes te afecten, estos perderán todo su poder malintencionado.

2. Lo peor en la vida no es acabar solo, sino acabar con alguien que te hace sentir solo

Robin Williams es el artífice de esta triste apreciación. Actualmente vivimos en una sociedad en la que se nos vende que no tener una pareja ideal es sinónimo de fracaso. Se nos hace creer que necesitamos estar con otra persona, aunque nos haga infelices, porque si no, no estamos completos. Pero es completamente falso.

Es necesario aprender a estar solos, porque así podremos evitar la dependencia emocional y las consecuentes relaciones nocivas. Estar con alguien debe ser cuestión de elección, nunca de necesidad.

3. Equivocarse es aprender

Muchas personas son incapaces de aceptar sus errores. Creen que equivocarse es de débiles, cuando realmente es de sabios. Los niños pequeños necesitan caerse una y otra vez hasta que aprenden a andar. Lo mismo pasa con los adultos. Un error también es una oportunidad.

Si no te equivocas es que no lo has intentado. Para avanzar es necesario aprender a caer y a aceptar las derrotas.

4. Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna

Quiérete. Quiérete como querrías al amor de tu vida, porque a fin de cuentas…eres tú. Óscar Wilde promulgaba que es necesario tratarse con respeto y comprensión. Cuida tu cuerpo y tu alma, y no permitas que nadie te diga que no vales.

Amarse a uno mismo significa también eliminar de tu vida esos hábitos y personas que solo te hacen daño. Piensa que tienes que velar por tu bienestar y lo que no sea bueno, tíralo a la basura.

5. Encuentra lo que amas y deja que te mate

Esta frase del escritor Charles Bukowski es un canto a la motivación. Encuentra algo que te apasione, que te haga sentirte enamorado de la vida. Sumérgete en ello y da lo mejor de ti mismo. Trabaja duro en ello y enamórate de lo que estés haciendo.

No olvides que tampoco es bueno obsesionarse. Sentirte motivado por algo es muy beneficioso, pero existen otras facetas de tu vida que también requieren de tu atención, no las ignores.

6. Si no tienes enemigos significa que nunca has luchado por nada

Winston Churchill sabía que ciertas decisiones podrían granjearle muchas enemistades. Aun así, eligió actuar conforme a sus principios, pues consideraba que era lo correcto.

Lucha por aquello que consideres necesario. Habrá personas que te animarán y otras que no estarán de acuerdo contigo. Respeta a estas últimas, pero no permitas que infieran en tus propósitos si consideras que estos son nobles.

La autoestima es el valor fundamental que promueven estas frases que pueden cambiar tu vida. Ámate y respétate, lucha por aquello que te haga feliz y no permitas que otros decidan tu vida por ti. La lucha por la felicidad no está exenta de fracasos, pero lo importante es seguir caminando.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Cimienta su autoestima



Cada vez que tu niño tiene un desafío es un manojo de nervios? Esta situación es normal para todos, pero si excede los límites hasta llegar a la frustración o se enferma, piensa qué pasa con su autoestima.

La autoestima es una suma de creencias, sentimientos y percepciones hacia uno mismo. Ese resultado influye en motivaciones, actitudes, comportamientos y en respuestas emocionales de cada persona. Es, entonces, importante para el ser humano y se la edifica en la infancia. De ahí que la persona, desde temprana edad, “va a poder afrontar la vida con el respaldo y la seguridad que necesite de sí misma”, dice la psicóloga Tatiana Jáuregui.

Ése sería el beneficio más grande para el menor y el mayor trabajo de los mayores, quienes están llamados a inculcar, fomentar y desarrollar la autovaloración en sus hijos para que sean independientes y “tomen sus determinaciones según sus principios de un constructo ético y una autoestima solvente”, recalca la especialista.

Además de ser una persona segura de sí, se sentirá a gusto con su entorno. “El niño tratará con amor y respeto a familiares, compañeros y amigos e incluso a animales y plantas; conseguirá logros en su vida afectiva o de pareja cuando sea adulto. También poseerá la capacidad de resolver problemas y tendrá una fácil adaptación a conflictos de la vida como el buen manejo de pérdidas y duelos, ya sea por muertes o por rupturas amorosas”, explica el también psicólogo Juan José Vargas.

En este sentido, si no se siembra el amor propio correctamente, podrían ser adultos “inseguros, con recursos precarios para confrontar y superar problemas, además de tener un sistema de creencias y pensamientos irracionales con los que interpretará la vida inadecuadamente”, advierte Jáuregui.

Eso los hace vulnerables frente a los problemas psicológicos y los trastornos como la depresión o ansiedad, violencia y consumo de sustancias, incluso suicidio.

Todo por no saber adaptarse y no tener la capacidad de tolerancia a los conflictos. Por otra parte, los complica en sus vínculos ya que no es extraño que de grandes sean dependientes emocionales, particularmente de gente negativa, afirma Vargas.

Mirando los efectos, pero sobre todo conociendo los beneficios de una alta autoestima, es recomendable que la construyas en tu hijo.

La pregunta es ¿cómo? Aunque no hay una receta —como indica Jáuregui— lo mejor es que los padres se enmarquen en la congruencia, la consistencia y la constancia dentro de lo que desean inculcar a sus niños; una parte será el ejemplo y la otra, lo que aprendan y cosechen en el transcurso de la vida o el tiempo que tengan que acompañarlos.

Para Vargas, además de darles un buen modelo, los adultos deben cuidar cada palabra: nada de insultos, tampoco humillaciones ni juicios críticos o destructivos. Sí hay que llamarles la atención o castigarlos, pero con amor. Por ejemplo decir: ‘Te has portado mal, esto no es correcto’.

Tampoco sirve limitarlos en cada acción con un “no hagas” o “no digas”. Es bueno dejar que se equivoquen, pero a la vez darles un patrón de conducta.

También es recomendable tener un discurso constructivo, un lenguaje cuidado de cómo se habla del niño, de uno, de los pares, del mundo... Fuentes: tatiana jáuregui (psicóloga / tatjaur@hotmail.com), juan josé vargas (psicólogo /jota2psycho@gmail.com)

viernes, 8 de septiembre de 2017

Vencer el miedo a hablar en público

En su mayor parte, las viejas y estrictas normas de escritura han ingresado en desuso; realidad que genera como consecuencia una mayor libertad de expresión y de palabra, empero, esta libertad de expresión y de palabra no debe precipitar a un libertinaje con la gramática, que es el sustrato imprescindible para el intelecto de todo humano. Lo precitado se apoya en la impotencia, penurias y dificultades, a veces insolubles, de las personas que quieren aprender un idioma extranjero sin conocer, por lo menos, lo básico de la gramática en su idioma de origen, entonces, ese colectivo social nunca aprenderá correctamente un idioma extranjero, menos lo entenderá o escribirá.

Frases sin verbo, infinitivos sueltos son cada vez práctica frecuente que puede ofender a los oídos que cultivan la belleza del lenguaje, aunque lo toleran y lo perdonan. A muchos les preocupa esta índole de cuestiones gramaticales y, un consejo sabio es, descubrirlas, con alguien que domine impecablemente las normas gramaticales. Cuando una persona debe hablar en público conviene, con vehemencia de cumplimiento, evitar los juramentos y las palabras obscenas, incluso cuando el auditorio sea eventualmente compuesto sólo de hombres, aun así, siempre será una ofensa. Ello no significa que, si el vocabulario de la persona no es amplio en alternativas, no puedan emplearse vulgarismos o quizás el lenguaje coloquial y expresiones modernas.

Es importante que todo expositor reconozca sus limitaciones y cuando no esté seguro del significado exacto de una palabra, debe evitarla o, mejor, consulte al esclarecedor diccionario, pues muchos reproducen palabras que han escuchado o leído y les ha impresionado sin conocer su semántica, lo cual es altamente riesgoso pues se exponen a que alguien del auditorio les corrija, situación que no es deseable.

Cuando se está frente a un auditorio para exponer un tema surgirá la duda de elegir entre dos palabras, una larga y la otra corta; lo mejor es elegir la corta pues la concisión será siempre más efectiva para la sensibilidad del que escucha, asimismo, las frases cortas se comprenden mejor por el público que cuando se utilizan frases demasiado extensas que también pueden ser perjudiciales para el orador ya que pueden hacerle perder el hilo y la cadencia de su propio discurso. Nunca decir "Por dnde iba", que es una confesión irrefragable de la propia torpeza del orador.

Otro eventual error que se comete, no infrecuentemente, es la utilización de estadísticas, pues alguien del auditorio podría rebatir los datos y situar al expositor en un trance incomodo; por ello, es más eficaz el efecto de una exposición comprensible que la enumeración tediosa e interminable de cifras.

Muchos creen pertinente el empleo de un lenguaje lleno de sonoridad y energía pero carente de significado, entonces, cuando más alta sea la posición intelectual, en una administración u organización, más frecuentes serán las oportunidades que se deberá utilizar este tipo de expresión, sin embargo, el lenguaje directo es mejor que el sesgado, la voz activa resulta más adecuada que la pasiva y la franqueza, sin duda, más eficaz que la insinuación.



Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas - Abogado, posgrado en Educación Superior e Interculturalidad docente universitario, doctor honoris causa, escritor.

La paciencia, el arte de saber esperar

La paciencia no es precisamente uno de los cultivos que más cuide esta sociedad. Sin embargo, ser impacientes nos trae sufrimiento e insatisfacciones, ya que no nos permite disfrutar porque estamos siempre pensando en el futuro y, cuando éste llega, rara vez es suficiente, porque seguimos pensando en el siguiente futuro.

La paciencia es una actitud necesaria para vivir en el aquí y ahora, disfrutando del momento presente, viviéndolo, sintiéndolo y siendo conscientes del mismo. Para ello, es necesario potenciar las actitudes que nos centran en cada momento que vivimos.

"El tiempo es oro", es un lema que nos indica que no hay tiempo que perder. Parece que hemos sido programados para hacer y hacer, sin permitirnos parar, porque perdemos tiempo, y quizás dinero. Esto nos hace vivir a ritmo frenético, sobrepasando los límites de la salud.

Esta dinámica se está convirtiendo en algo que nos está destruyendo, ya que, no podemos acelerar el ritmo de la vida y sus tiempos. Aunque queramos ir más deprisa, todo tiene su ritmo y, por ello, viviremos frustrados y sufriendo por lo que aún no hemos conseguido, en vez de disfrutar de lo que sí está a nuestro alcance.

No sabemos esperar, nos han enseñado a correr, a vivir con estrés y con los plazos de fechas límites en nuestros talones. Por eso, no tenemos tiempo para esperar a meditar una decisión, ni un resultado, queremos que todo sea rápido, aunque eso signifique perder una gran oportunidad para nuestra vida o equivocarnos.

Hemos convertido nuestra sociedad en el mundo del "Ya". No podemos esperar a mañana, ni a llegar a casa, ni a ver a una persona…Todo nos va indicando que tenemos que resolverlo ahora y acabamos haciendo cosas "Ya", de forma poco premeditada, como una manera de liberarnos de la ansiedad.

Hablamos o enviamos mensajes cuando caminamos, conducimos o incluso cuando estamos tomando un café con alguien, porque no nos han enseñado a esperar y la tecnología nos facilita que sea "Ya". En todo momento estamos comunicados, localizados, sin tiempos en los que simplemente no estamos para el mundo y sí para nosotros. Creemos que podemos adelantarnos al mañana, y lo que ocurre es que perdemos el presente.

La sociedad cultiva la impaciencia, el ritmo frenético, el estrés y nos dejamos llevar, sin plantearnos las consecuencias de esto, hasta que llega. Piensa que En algún momento, nos inundará el sentimiento de no haber vivido para nosotros, porque quizás lo hemos hecho para "otros", para el "sistema" o la "empresa".

Además, viviremos las consecuencias físicas y mentales, de no saber esperar. Aparecerán la enfermedad y los conflictos personales e interpersonales, ya que no todo es como queremos y los demás, no podrán facilitarnos siempre las cosas "Ya".

Sin embargo, podemos vivir desde la paciencia, sabiendo esperar a que las cosas ocurran de forma natural, sin forzarlas, sin presiones, y en muchas ocasiones, sin buscarlas. Cada día va a amanecer, para ello no tenemos nada que hacer, salvo disfrutar de ese momento y, mientras esperamos que ocurra, disfrutaremos del resto de cosas que ya encargamos y de las que nos hemos olvidado rápido en post del siguiente deseo.

Para cultivar la paciencia, es necesario, bajar el ritmo, centrarnos en el presente y vivirlo conscientemente. Manteniendo la seguridad y tranquilidad, de que habrá un futuro, siempre que lo acompañemos de buenas prácticas saludables y buenas actitudes.

La paciencia nos permite vivir la vida desde la actividad paciente. Nos ponemos en marcha, seguimos avanzando, y acompañamos la vida, ajustándonos al momento, y al ritmo de la misma. Se trata de no pretender que sea de otra manera, sino de saber esperar y mantener la calma, para que las cosas ocurran cuando tengan que ocurrir.

Dejar que las cosas fluyan, no significa, "sentarse a ver pasar la vida". Fluir con la vida significa que hacemos elecciones y con ellas renuncias, nos marcamos un rumbo como el que marca en el mapa una dirección para caminar. Y vamos caminando al ritmo saludable que necesitamos, es decir, desde la calma, sin pretender llegar en tan solo un día. Se trata de no quedamos parados, sino caminar a un paso pausado.

Ser paciente, es saber esperar a que lleguen las oportunidades. También es saber aprovecharlas, desde el momento presente en el que ocurren, ni antes, ni después. Ser paciente es observar la vida y aprender de ella, al ritmo que nos marcan los ritmos naturales.

Cuando la pasión por algo se convierte en obsesión

Dresde, (dpa).- Alfred D. Apenas pue-de moverse en su departamento. Gangas compradas en el mercado o pedidas por correo llenan las piezas, se abre paso a duras penas entre la cama y la cocina en medio de un mar de cajas, envases y papeles por doquier.

Ni siquiera puede dormir. Sobre la cama se amontona la ropa, porque el ropero está lleno de cajas con libros, todos sin leer. Alfred tiene 57 años y vive solo en un departamento en la ciudad de Dresde. Su pasión por acumular cosas es una obsesión.

Se estima que más de un millón de alemanes padecen de este trastorno del comportamiento. “Obesos los ha habido desde hace siglos en to-das las culturas”, dice Eni Becker, psicoterapeuta de la cátedra de psicología y psicoterapia de la Universidad Técnica de Dresden.

En todo el mundo, entre uno y dos por ciento de la población es un obeso. Las formas de este trastorno son múltiples. Las más comunes, explica Becker, son las de la limpieza y de control. El obeso por la limpieza se lava las manos, las ropas, el pelo, una y otra vez. Exige a su familia cambiarse ropa limpia al entrar en casa y a desinfectarse permanentemente. Raspan el piso con cepillo de dientes y lavan la lechuga diez veces bajo el agua corriente.

Bajo las obsesiones no pocas veces se esconde hoy en día el miedo a in-fectarse de sida. El paciente presa de obsesión de control, por su par-te, constata reiteradamente si echó efectivamente llave a la puerta de casa, si en la cocina el gas está cerrado o si la luz está apagada.

A veces este ritual adquiere caracteres extraños: una habitación completamente a oscuras no es prueba para el obeso de que la luz esté apagada. “Apaga y enciende repetidamente la luz y sólo después de operar diez veces se convence de que está apagada de verdad”, dice la psicóloga.

Las causas de las obsesiones son desconocidas. Aunque se ha establecido ya una relación genética. “Con gran probabilidad, hijos de padres obesos manifiestan también este trastorno”, dice Becker.

Los obesos están a veces conscientes de que sus acciones no tienen sentido. Incluso tienen miedo de estar locos. Y, como se avergüenzan de su comportamiento, raramente se lo confían a su médico.

El 60 por ciento de estos pacientes pueden superar sus obsesiones, mediante una terapia conductual o con ayuda de medicamentos. Con la terapia conductual, se impide al paciente llevar a cabo su ritual. En la consulta de los psicoterapeutas de Dresde, por ejemplo, los posesos de obsesión por la limpieza son obligados a “ensuciarse”.

Deben acariciar un perro, dar la mano a desconocidos, tomar en sus manos objetos sucios, mientras, al mismo tiempo, se les impide lavarse permanentemente.

Objeto de tales manipulaciones es convencer al paciente de que no será una catástrofe el abandonar su ritual obsesivo. Si coopera, es posible que con seis meses de terapia conductual desaparezca completamente la obsesión. Por el contrario, un tratamiento medicamentoso puede durar varios años.

martes, 29 de agosto de 2017

El poder curativo del apoyo emocional

El apoyo emocional es un gran alivio cuando nos sentimos solos o desbordados por las emociones. Este sostén nos puede proporcionar consuelo, seguridad y tranquilidad. ¿Qué aspectos hemos de tener en cuenta si queremos dar este apoyo emocional a otras personas? ¿Y si queremos recibir el apoyo de un hombro amigo?

Para dar apoyo a otras personas vamos a necesitar practicar la escucha y la empatía hacia los demás. En cambio, para recibir apoyo emocional, vamos a tener que asumir que no siempre somos capaces de gestionar todo lo que nos pasa solos. Por eso, en ocasiones vamos a necesitar ayuda de otras personas.

LA IMPORTANCIA

DE LA ESCUCHA ACTIVA

La habilidad para escuchar de forma activa es la base para generar un espacio de entendimiento. Escuchar no es lo mismo que oír, al escuchar, se percibe con todo el cuerpo, con los oídos, los ojos, los gestos, etc. Todo el cuerpo se involucra en la escucha, para que la persona que está hablando pueda sentir que le estamos comprendiendo de verdad.

Una buena forma de demostrar

la escucha activa es resumiendo

y parafrasear lo que la persona va

diciendo a medida que avanza en

su discurso. Así nos aseguramos de que estamos escuchando con plena consciencia y atención y no caemos en distracciones. Es muy fácil que sin darnos cuenta, hablemos antes de tiempo, u opinemos sin tener toda la información completa… o lo que es peor, saquemos el teléfono del bolsillo.

Sentir que estamos conectados con los demás nos puede proporcionar también ese apoyo emocional que nos va tan bien cuando nos sentimos desbordados por nuestras emociones.

Necesitamos “a nuestras personas”, sentir que tenemos alguien interesado en conocer nuestras penas y alegrías porque le importan, alguien que entiende que somos seres

complejos, con un pensamiento complejo y asume el coste, no

siempre agradecido, de intentar comprendernos.

A veces, uno necesita que le digan que todo está bien

APOYO INCONDICIONAL

PALABRAS SINCERAS

Soy una persona fuerte, de esas a la que la vida ha mordido más de una vez. Sin embargo, me gusta que alguien me coja de la mano de vez en cuando y me diga que todo va a salir bien. Que me prometan que hay mucho que hacer y poco de lo que preocuparse. Sentir esta necesidad no es debilidad, sino la valentía de alguien que agradece el buen apoyo y el consuelo cuando así lo necesita.

Decía Antoine de Saint-Exupery con gran acierto que el fracaso fortifica a los fuertes. Esto es así por una razón muy sencilla: para que uno adquiera una adecuada fortaleza de corazón y erija los cimientos del coraje, primero debe haber caído. Primero debe probar en piel propia la herida de la decepción, el vacío de la pérdida o y la marca del error.

Así, y puesto que ese tipo de perfil es un gran entendedor de la secreta artesanía de reparar esas grietas internas, solo ellas, las personas fuertes, entienden lo que supone recibir de vez en cuando una palabra esperanzadora y una mano amiga que se ofrece a levantarlas. En un mundo de espaldas todo apoyo es bueno. En un momento de adversidad, hasta el mejor de los héroes y la más reluciente de las heroínas agradece que alguien le diga que todo va a salir bien, porque si de algo se vive es de fe.

UNA SECRETA NECESIDAD:

EL HAMBRE EMOCIONAL

Ya en 1920, Edward Throndike entendía la Inteligencia Emocional como una “habilidad para comprender a las personas ayudándolas a actuar sabiamente en sus relaciones”.

Aún más, también decía que si hay una dimensión que suele caracterizar al ser humano es el “hambre emocional”. Todos nosotros necesitamos en ocasiones más apoyo del que recibimos, más consideración de la que nos conceden, más reconocimiento e incluso, por qué no, un afecto más presente, más tangible.

Sin embargo, si hay algo que nos

recomiendan la mayoría de libros

de autoayuda es que aprendamos

a “auto-abastecernos”. Es decir, debemos poner en práctica adecuadas estrategias para disponer de un buen amor propio, una autoestima resistente y una personalidad fuerte con la que salir airosos de cualquier adversidad. Si bien es cierto que todo ello es positivo y hasta recomendable, hay un matiz que conviene tener muy claro.

La persona que invierte en su crecimiento personal y en sus fortalezas psicológicas no debe caer en el extremo de practicar un “auto-abastecimiento” tan agresivo, donde dejar de necesitar nada de nadie. Porque a veces, quien no necesita nada, tampoco ofrece nada y casi sin darse cuenta acaba practicando un auténtico materialismo emocional.

La clave está en el equilibrio y en entender que una persona fuerte no es alguien inmune al sufrimiento, ni insensible ni carente de sentimientos. Los fuertes son quienes un día se permitieron ser débiles y quienes en su interior, siguen sufriendo la huella de la adversidad, por tanto ellos más que nadie deberían no solo dar apoyo, sino permitirse también recibir esas caricias emocionales con las que saciar su hambre, con las que seguir curando sus silenciosas heridas.

TODO VA A SALIR BIEN,

CONFÍA EN MI

Todos necesitamos que en algún momento de nuestra vida alguien nos coja de la mano y nos diga que todo va a salir bien. Hay instantes así, esos donde la confianza en uno mismo no llega, esos donde una buena autoestima no garantiza el éxito, la resolución o el buen desenlace. Hay momentos puntuales en que nada es tan catártico compartir cargas, aligerar el peso de los miedos y la carcoma de las preocupaciones.

Se sabe, por ejemplo, que aquellos médicos que toman la mano de sus pacientes y les ofrecen mensajes positivos, cálidos y esperanzadores, logran reducir el miedo y la ansiedad en los enfermos.

Asimismo, pocos calmantes son tan reconfortantes como ese padre o esa madre capaz de apagar las inquietudes de sus hijos, invitándolos a confiar, diciéndoles que todo va a salir bien.

Hay veces, y esto nos pasa a todos, en que el cerebro se nubla y aparecen las tinieblas mentales. Porque los pensamientos negativos tienen la mala costumbre de ser resistentes, de ser como el estaño que ensambla el negativismo con la pesadumbre, la incertidumbre con el caos.

Cuando esto ocurre, cuando los jinetes del miedo cabalgan libres, no siempre logramos por nosotros mismos aplicar ese enfoque racional donde entender que una derrota no es una catástrofe o que un desengaño el fin del mundo.

En esos momentos una mano amiga, una mente clara y un corazón dispuesto pueden hacer milagros. Porque no todos los caminos hacia la sanación los podemos hacer en soledad, porque aunque hayamos aprendido a auto-abastecernos nadie está libre de experimentar estos instantes de ofuscación, de falibilidad y debilidad.



Objetivos realistas para sobrevivir en el laberinto de las expectativas



Este es solo un ejemplo de cómo unas expectativas iniciales pueden acabar tornándose en otro destino. Sin embargo, no habría mayor problema de no ser porque este “cambio de planes” trae consigo la infelicidad de las personas.

Las expectativas tienen que ver con cómo “nos pensamos” en el futuro. Dependiendo de cómo tracemos las mismas y de cómo las usemos, podrán ser positivas o negativas.

Sergio García nos trae las claves para vivir con expectativas acordes a la realidad y que sean beneficiosas para nuestra salud emocional.

Según el psicólogo, “cuando hay una sobreexpectativa ya no se está viviendo en el mundo, sino en una ilusión” y si las expectativas nos afectan, “lo que estamos haciendo de alguna manera es tener un prejuicio”. Es decir, expectativa y prejuicio pueden llegar a ser lo mismo.

Las expectativas pueden llegar a frustrarnos gravemente. Para que no resulten perjudiciales, es necesario detenerse a pensar primero en hacer aquello que de manera natural se tenga más predisposición a realizar.

La clave es “dejarse llevar por el aquí y ahora y ser conscientes de cuáles son nuestras posibilidades”. De este modo, se eliminarán del camino aquellas expectativas que sean negativas.

Cuenta el experto que las personas no pueden saber a dónde van a llegar “si no lo hacen caminando”. Lo interesante es que en ese camino que cada uno emprende, éste sea capaz de darse cuenta de lo que “se tiene a mano” y, a partir de ahí, tomar decisiones, comenta.

Además, apunta que es interesante “realizar ciertos parones que nos permitan coger fuerza y así generar otro tipo de vías que deriven del camino inicial”.

Como si de un árbol se tratase, “vamos creciendo con diferentes ramas y diferentes direcciones”. Por lo tanto, el crecimiento no se puede medir de una manera automática en base a una previsión de antemano, sino que hay que saber que “uno crece de manera inusual”.

“No se puede saber el lugar donde se quiere llegar porque este va a ir cambiando en función de los pasos que demos, el camino que tengamos y las circunstancias que nos vayamos encontrando”.

¿Y si nos influencian las expectativas de los demás?

Más allá de la autoexigencia y de las expectativas frustradas a título personal, cabe el desengaño producido por las sobreexpectativas generadas por las personas que nos rodean.

“Esto puede generar que no nos veamos a nosotros mismos, pues para poder saber quiénes somos tenemos el espejo de los demás”, afirma.

Dependiendo de con quién nos relacionemos, dicha persona “colocará” una expectativa sobre nosotros. Asumir de manera automática tales expectativas de los demás sobre nosotros mismos “conducirá al engaño, ya que veremos que no somos la persona que nos están diciendo”.

Esas expectativas tienen que ser filtradas por cada persona pues, “cuando uno se deja llevar por las expectativas de los demás, está viviendo una vida impostada”.

Cuando esos anhelos o aspiraciones no son de la persona en concreto, sino que son importados de la familia u otras personas a las que aprecian, la frustración llega al “no darse cuenta de que se trata de una expectativa falsa frente a lo que yo quería”, asegura.

¡La respuesta a todo!



¿Eres de las personas que cuando tienen que tomar una decisión importante lo consultas con tu mejor amiga, tu mamá, un sicólogo, o hasta alguien que te lea la mano? ¿Todo para que te ayuden a decidir qué debes hacer? Y aún así, no encuentras un: “¡Ajá, esta es la solución!”.

Si no consigues una respuesta es porque quien sabe lo que te conviene, mejor que nadie, es tu instinto, conocido como tu sexto sentido que te murmura lo que debes hacer y qué decisión tomar. Pero no escuchas y buscas respuestas en otros lados.

El ser humano tiene seis sentidos, no obstante, únicamente cinco están científicamente reconocidos: vista, audición, olfato, tacto y gusto. El sexto, la intuición, es un mecanismo de defensa que Dios te dio para cuidarte. Los animales también lo poseen. Cuando ocurre un maremoto, muchos se salvan porque antes de llegar la ola, escapan hacia terrenos elevados. Así como los animales escuchan su instinto, nosotros debemos oírlo.

Por cada decisión que vayas a tomar, existe solo una opción correcta. Por ejemplo, si contemplas la decisión de quedarte o no en una relación, mudarte o no a otra ciudad o aceptar o no una oferta de empleo, para cada una de estas situaciones solo hay una decisión que te conviene. Entonces, ¿qué hacer?



1. No busques respuestas en otros. Toma tiempo a solas para meditar: relájate, respira profundamente, cierra los ojos y pregúntate qué sucedería al escoger cada una de tus opciones.



2. Presta atención a las sensaciones de tu cuerpo. Aquella opción que te de inquietud e incomodidad, significa que tu instinto te está indicando otro camino. Por el contrario, la decisión que te haga sentir relajada y en paz, es la correcta.



3. Antes de seguir los pasos 1 y 2, recomiendo que dejes a un lado tus miedos. Imagina que eres fuerte y valiente; de esta forma tus temores no podrán confundirte.

De ahora en adelante, para buscar la solución, ¡presta atención a tu intuición!



Visita a María Marín en su casa todos los miércoles en su nuevo reality show “María Marín Live” transmitido por Facebook Live, enciende tus notificaciones de “video en vivo”.

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martes, 22 de agosto de 2017

Sobre el carácter

• El mejor agricultor es aquel que se cultiva a sí mismo.

• No existe fruto que no haya sido ácido antes de madurar.

• Nada revela tan fiablemente el carácter de una persona como su voz (Benjamín Disraeli).

• Las personas que tienen buen carácter son las más dignas de ser queridas (Antístenes).

• Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre (Proverbio chino).

• Las pequeñas acciones de cada día son las que hacen o deshacen el carácter (O. Wilde).

• El que domina su cólera, domina su carácter (Confucio).

• El carácter no está cortado en mármol, no es algo sólido e inalterable. Es algo vivo y cambiante (G. Eliot).

• Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrarse del éxito de un amigo sin sentir en lo más profundo de su corazón una cierta envidia (Esquilo).

• El hombre de carácter podrá ser derrotado pero jamás destruido (E. Hemingway).

jueves, 17 de agosto de 2017

Cómo hacer lo que realmente quiere

Las fuerzas del dolor y del placer configuran nuestras conductas, nuestras acciones y nuestras actitudes; cuando quiera hacer algo que le resulte difícil, incómodo o desagradable y necesite hacer ese algo, debe vincular placer a esa conducta, a esa acción.

Una vez que consiga esa vinculación entre su conducta que quiere hacer y que no puede por alguna razón, con la fuerza del placer la conducta se realizará.

En muchas ocasiones me resulta un tanto difícil escribir estos artículos y la razón es implemente la vinculación a la fuerza del dolor, como que tengo en alguna parte de mi inconsciente la creencia de que es doloroso o difícil hacer estos artículos y para cambiar esa situación tuve que escribir veinte veces el siguiente pensamiento vinculador: “escribir cada artículo es placentero, fácil y muy estimulante para perseverar”.

Cuando una conducta está vinculada al placer, la conducta funciona y se produce con mucha naturalidad, puede perseverar y puede mantenerse en el estado de conexión constante con el tema que necesite desarrollar, como ya lo ha visto con mi propio ejemplo, puede crear su propia conexión. Vamos a la fórmula con la cual logrará que esas acciones y conductas se concreten: “la conducta x significa placer, mucho placer”.

Para que su vinculación funcione debe escribirla entre treinta y cincuenta veces y luego ponerse en acción hasta donde le sea posible y después, seguir escribiendo en series de diez su pensamiento vinculador. De esa manera, conseguirá lo que parecía imposible: hacer las acciones de conductas que usted quiere y necesita, vinculando placer a dicha conducta y lo más sorprendente, saber que puede aplicar esa fórmula y esa estrategia a otras actividades que le parecían antes difíciles y hasta imposibles de hacer.

Nota: Aprender a vincular es una habilidad que se puede aprender mejor en un encuentro personal y si lo necesita, solo hágamelo saber.

jueves, 10 de agosto de 2017

El poder curativo de la música

Una de las leyendas que se han escrito acerca de Albert Einstein es que cada vez que llegaba a un punto en que su razonamiento matemático se estancaba y no podía atar ni desatar en el desarrollo de alguna de sus fórmulas, dejaba todo, agarraba su violín y se ponía a tocarlo por varias horas. Cuenta la leyenda, que Einstein decía que la música le permitía siempre encontrar la respuesta al problema matemático que lo agobiaba. Sin pretender igualarnos al genio, estamos seguros que, además de las emociones que la música nos despierta, muchos usamos la música para relajarnos, encontrarnos con nosotros mismos y ayudarnos a tomar decisiones importantes.

¿Qué tiene la música que logra llegar tan profundamente a nuestro cerebro? ¿Puede la música considerarse un tipo de lenguaje universal? ¿Qué zonas cerebrales se activan o desactivan al escuchar música? ¿Puede la música usarse como una medicina? Esas son algunas de las preguntas que una interesante iniciativa llamada Sound Health: Music and the Mind (Sonido Saludable: Música y la Mente) trata de responder en una rara colaboración entre los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. y el John F. Kennedy Centro de las Artes en Washington DC.

LA MÚSICA COMO LENGUAJE UNIVERSAL

Un lenguaje tiene dos componentes fundamentales: 1. un conjunto de símbolos que tienen significado (palabras) y 2. Un conjunto de reglas para combinar esos símbolos en combinaciones largas (frases y oraciones) que tienen un cierto significado (sintaxis). Es importante sin embargo, distinguir entre lo que es un verdadero lenguaje de lo que es un sistema de comunicación como el que tienen muchos animales. Ciertos animales emiten sonidos que denotan un significado de hambre o alarma o por ejemplo, pero carecen de las reglas para combinar esos sonidos. Por otro lado, cuando un pájaro macho emite trinos (símbolos) destinados a cortejar a una hembra, cada trino por separado no tiene significado, mientras que la combinación de ellos si lo tiene.

Del mismo modo, la música tiene también reglas muy definidas para combinar sus elementos (sintaxis), pero cada elemento por sí mismo (notas, acordes, intervalos) no tienen un significado definido. Es la composición en su integridad (melodía) la que tiene significado, la que origina fuertes emociones en la persona que escucha la música. Las emociones que despiertan las melodías son parecidas a las que despiertan las melodiosas palabras de un orador o de una persona enamorada y que los lingüistas denominan la prosodia del lenguaje.

LA MÚSICA EN EL CEREBRO

Interesantes experimentos hechos por el médico Charles Limb en la Universidad de Johns Hopkins han revelado que la música utiliza los mismos circuitos cerebrales que se activan al usar el lenguaje verbal. Durante el lenguaje verbal (una conversación), estudios hechos con la resonancia magnética funcional (FMRI) han revelado que el cerebro no solo usa las clásicas zonas cerebrales atribuidas al lenguaje, las cuales van descifrando las palabras y el orden de estas (sintaxis), sino que activa muy fuertemente las zonas cerebrales que tienen que ver con el significado de lo que se dice (semántica).

Pero en su ya clásico experimento en el que un músico tocaba un piano electrónico en una máquina de fMRI, Limb descubrió que el cerebro del músico funciona de manera diferente cuando toca una melodía memorizada de una partitura o cuando improvisa melodías de jazz, que al igual que cuando conversamos con alguien, improvisa notas, acordes y melodías. El médico Limb descubrió que al tocar una melodía memorizada, al igual que al hablar, el cerebro activaba las zonas del lenguaje y del significado (sintaxis y semántica), pero al improvisar música, se inactivaban las zonas cerebrales del significado, lo cual significaría que el improvisar música es más una actividad sintáctica que semántica.

LA MÚSICA COMO UN GATILLO EMOCIONAL

Pero además de las investigaciones neurocientíficas, el proyecto Sound Health estimula las investigaciones para encontrar cómo esos hallazgos pueden ser usados en la música para el tratamiento de algunas enfermedades que afectan al ser humano. Los primeros intentos de usar la música como terapia surgieron en el tratamiento del síndrome de estrés post traumático (PTSD por sus siglas en inglés) después de la segunda guerra mundial. En la actualidad, después de más de 100 revisiones del efecto de la música en la salud, incluyendo 10 análisis de Cochrane (consideradas la forma de análisis de mayor evidencia), puede decirse que la música es un excelente coadyuvante en el tratamiento de algunos síntomas del cáncer infantil, autismo, enfermedad de Alzheimer, dolor crónico y enfermedad de Parkinson.

En ese contexto, dos hallazgos científicos apoyan el uso terapéutico de la música en el ser humano.

El primero es que la música no solo es capaz de aumentar significativamente la concentración de dopamina (el neurotransmisor de las emociones) por el sistema estriado cerebral – por lo que decimos que ciertas melodías “nos llegan al alma”-, sino que el cerebro es capaz de producir dopamina en anticipación al estímulo musical –lo que explicaría el éxito de los conciertos musicales en los que los musicófilos ya están motivados desde antes del concierto-.

El segundo es que ciertas áreas del cerebro (localizadas en la corteza auditiva cerebral) solo responden al sonido de la música pero no a sonidos aislados, por lo que los científicos se preguntan: si la música no fuera tan importante para el ser humano ¿por qué tendría que tener una zona especial en el cerebro, una especie de cuarto de música cerebral solo para recibirla e interpretarla?

Franz Schubert pidió morir escuchando el cuarteto de cuerdas No 14 de Beethoven. ¡Qué manera de llenar su cuarto de música cerebral en su último viaje!

miércoles, 9 de agosto de 2017

El miedo a envejecer: hay que caminar agradecido con el paso de los años



¿Por qué cada vez hay menos velas en las tortas de cumpleaños? ¿Por qué es de mala educación preguntar la edad a una mujer? o ¿por qué se considera un cumplido que nos digan (a hombres y mujeres) que no aparentamos la edad que tenemos?

Para Pilar Sordo, la sicóloga chilena que va a estar en Santa Cruz el 10 de agosto, es una constante en la cultura latina que la gente se rehúse a envejecer. “No se valora la vejez como algo positivo. Creo que en quitar las velas del pastel hay algo depresivo de fondo, que es la poca capacidad que tenemos de celebrar la vida”.

Sordo hizo una investigación por todo el mundo hispano, que le demandó cuatro años, la cual condensó en el libro No quiero envejecer. Ahí se destaca el concepto que da a esa etapa de la vida. “Envejecer es cuando los recuerdos superan a los proyectos”. Para ella, mientras uno está generando proyectos y no está anclado en los recuerdos, el proceso de envejecimiento es mucho más grato”.

Miedo a envejecer
Cuando Sordo preguntó a la gente por qué tenía miedo a esa etapa de la vida todo giraba en torno a tres aspectos: asociaban envejecer a la pobreza, a la soledad y a depender físicamente de alguien. Y ella le agrega un cuarto motivo, “le tenemos miedo porque cada año que cumplimos nos hace dar cuenta de que tenemos menos tiempo para arreglar las ‘metidas de pata’ que hemos cometido. Por lo tanto, el miedo tiene más que ver con cómo estoy viviendo hoy y enfrentarme a la sensación de que no he logrado lo que quería”.

Idealizar la juventud
“Hay una idealización de la juventud asociada a la belleza y al éxito. La gente se empeña en rejuvenecer porque no se quiere morir y detener el tiempo es algo que parece atractivo y recurre a todo, al gimnasio, a la cirugía, a lo que sea”.
La sicóloga hace notar que en realidad envejecemos desde el minuto en que nacemos y lo coherente es decir yo quiero envejecer (vivir) lo más que pueda, pero de la mejor forma posible.

Tomar medidas
En lugar de asociar la vejez a aspectos negativos, es mejor cambiar la idea que tenemos y pensar que aumentar de dígito es sinónimo de tiempo libre, sabiduría y posibilidad de establecer nuevos proyectos.
Otra medida empieza por preguntarse ¿cuánto estamos invirtiendo para tener la seguridad de que habrá alguien que se va a hacer cargo de nosotros? Con esta interrogante Sordo sugiere preocuparse más por depositar amor que dinero en una cuenta, porque las personas a las que les entreguemos amor, después se van a hacer cargo de nosotros. A esto Pilar le llama ser previsores sentimentalmente.

Y, por último, subraya que hay que prepararse, planificar y decidir cómo, con quién y dónde se quiere envejecer y esta decisión debe tomarse en la juventud. Por ejemplo, cambiar la tina del baño por una ducha, pues ya entrado en años no se podrá levantar las piernas para ingresar y salir de la bañera con facilidad. También sugiere trasladarse a vivir a un lugar en el que se necesite poco, es decir, que no haga sentir carencias que suelen percibirse más en las ciudades grandes. En los sitios pequeños y sencillos no se requiere mucho para vivir y no se va a sufrir estrés por conseguir las cosas materiales.

Resignificar la vejez
Sordo invita a resignificar el concepto de vejez y tomar consciencia de que con los años “se va agarrando templanza, cierta desfachatez, se siente menos verguenza y el temor al ridículo disminuye porque se es más consciente de que hay que disfrutar el tiempo”.
La premisa es que la vejez se está viviendo pésimamente, cuando en realidad hay que caminar agradecido con el paso de los años sin desear retroceder porque como somos hoy es una versión mejorada de cuando teníamos 10 o 20 años menos.



jueves, 3 de agosto de 2017

Video La neuroconciencia nos puede llevar al éxito



¿Tiene un proyecto en mente? ¿Está atravesando una difícil situación sentimental, laboral o financiera en su vida? Si su respuesta es sí a alguna de estas interrogantes, el taller Neuroconciencia del Éxito, que presentará Marc Monroy, un investigador y científico reconocido, y que se desarrollará el 5 y 12 de agosto en la UTEPSA, es para usted.

“No quiero que crean todo lo que les digo, quiero que lo comprueben”, dice Marc Monroy, el boliviano encargado de dar el taller cien por ciento vivencial que buscará hacer cambiar el rumbo de las vidas de los participantes.

“Yo siempre digo que somos robots programados…. Lo que tenemos que hacer es reprogramarnos para alcanzar el éxito en todas las áreas de nuestras vidas…“, afirma Monroy, quien lleva 15 años investigando la conciencia a nivel cuántico.

Monroy es un líder en proyectos con más de 30 años de experiencia como consultor para empresas líderes a nivel mundial, como la petrolera Shell Oil Internacional y Disney Corporation.

Participó activamente en entornos de primer orden, como gerente de proyectos vanguardistas en Asia, Europa, Medio Oriente y las Américas. Es consultor en el área de “enfoque” para empresas y coach personal en áreas de finanza, liderazgo y Neuroconciencia. Está por publicar su primer libro sobre investigación del éxito y probados métodos de ‘Creación Consciente’.

“La neuroconciencia – explica - es la ciencia que estudia la interacción entre el individuo y la realidad, el cómo creamos la realidad. Todo lo que recibe el cerebro son frecuencias electromagnéticas que convierte en imágenes y les da sentido. Pero también está comprobado a través de la física cuántica que el observador, a través de la sinapsis neuronal está mandando información a los átomos de la materia y esos átomos se comportan según lo que tu esperas”, asevera. El taller tiene un costo de $us 150 para el sector Vip y $us 100 para general.

Para convertirse en un triunfador emocional

Cuando las persona se ven como derrotadas emocionalmente, se les acaban las ganas de vivir, es por esa razón que debemos aprender a ser y mantenernos siendo “triunfadores emocionales permanentes”.

Alguna vez leí estas palabras: “Tal como están tus sentimientos está tu salud y tu vida” y creo que la persona que las escribió sabía lo que decía.

Usted y yo aprenderemos a escribir una lista de emociones o sentimientos verdaderos, no fingidos, que querramos sentir hoy día.

A modo de ensayo sugeriré algunas emociones no tradicionales para pensarlas, para vivirlas y para actuarlas por un día en nuestra vida; la decisión de mantenerse en paz todo este día; la decisión de hacer una sola cosa bien hecha; la decisión de enviar energías de amor y perdón a las personas desagradables de nuestro mundo personal; la decisión de repetir en estado de trance o concentración mental la siguiente sugestión: “mi salud continúa mejorando, mi salud continúa mejorando” tres veces al día hasta que se vean resultados.

Como podrá darse cuenta nuestro querido lector o nuestra apreciada lectora, las emociones o sentimientos pueden tomar la forma de decisiones de acción y cuando las escribimos y las ponemos en práctica, todas las costumbres y creencias que nos mantenían en la mediocridad o en la negatividad, van quedando en la parte trasera de nuestra vida.

Ahora ya sabemos que, lo que leemos influye en nuestra vida, en nuestra calidad personal y en la manera en que pasamos por la misma.

Las personas que no quieren leer, que solo quieren divertirse y pasarla bien sin hacer aporte alguno a este mundo que les ha dado todo, suelen vivir tal como la han pensado y diseñado, la calidad y los valores no forman parte de su vida ni de sus resultados y las personas que eligieron optar por su mejoramiento personal, por el cultivo de su inteligencia íntima obtienen y logran el premio que es una vida bien vivida, un aprendizaje hecho a conciencia y una persona de calidad, de alta calidad lograda por méritos y decisiones propias.

Yo lo felicito con todo mi corazón querido lector, apreciada lectora por el esfuerzo que hace de leer estos artículos y de coleccionarlos.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Las a-dicciones o las over-dicciones, ¿las que más debemos temer?

La medicina psicosomática actual, cada día adiciona a su lista de enfermedades más y más manifestaciones patológicas ligadas al estrés o simplemente no saben el origen o causa que las provocan. Médicos, psicólogos, consejeros están en búsqueda no solo del origen sino de las consecuencias, pues se ha hecho cada vez más difícil realizar un diagnóstico certero para poder empezar un tratamiento y llegar a la cura. Estas enfermedades llamadas silenciosas no miden raza, economía, ni posición social

Se les da varios nombres: depresión, ansiedad, alergias, diabetes, asma; son resultado de eso “de no saber hablar”, o “de no saber escuchar”. Hemos perdido toda posibilidad de una “puesta en palabra saludable”, de un “hacerme entender de manera adecuada”, de “enojarme sin necesidad de maltratar al otro” y tampoco “de maltratarme a mí mismo”, de “enojarme si sentir culpa”, de no saber “decir las cosas en su momento y con las palabras correctas”, de decir “qué nos molesta” o “qué nos gusta de verdad”

Sin embargo, por mucha ciencia y tecnología avanzada que tenemos, no hemos avanzado en el tema de hacerme escuchar o entender lo que sientes o lo que te pasa. Hemos retrocedido en la manera de comunicarse, y no estamos encontrando maneras de comunicarnos: no tenemos charlas en la familia, cada uno dialoga de manera virtual y lo hace de manera efectiva, cierto. Hasta el punto de esforzarnos los más de los adultos, en aprender usar el whatsapp entre muchos otros. Eso se evidencia cuando escuchamos sonar nuestro celular, el timbre multiplicador anuncia abrazos, buenos deseos, besos, cariños, bendiciones, etc. Cadenas de mensajes que se vuelven incontrolables e insaciables, no terminan contentando a nadie, se producen más penas que alegrías. Lo importante es que no se haga incontrolable lo controlable y alcanzar con racionalidad un equilibrio en el uso de estos medios. ¿Están de acuerdo?
¿Cómo no preocuparse al respecto? Cuando nos encontramos con más imposibilidades que posibilidades ¿cómo le digo?... ¿cómo le reprendo? ¿Cómo le reprocho? ¿Cómo le digo que no? Y…como no puedo hablar, el resultado es depresión, violencia, somatizaciones, hipertensión, diabetes, anorexia y uno de los peores padecimientos: las adicciones (a- dicción = no – dicho) o las over-dicciones (a mi entender lo demasiado hablado)

Por tanto, que nos queda hablar, pero… hablar de verdad si interferencias, sin celular en medio…con un lenguaje hablado, tibio, sereno, puro, ligero
y suave; esta… estoy segura es la mejor receta para prevenir las temidas enfermedades silenciosas.
Los psicoanalistas nos sugieren “transitar del silencio a la palabra”.

* Mgr. en Educación Superior, Diplomado en Didáctica de Educación
Superior, Diplomado en Educación Superior Basado en Comportamiento,
Especialidad en Clínica Prenatal, Docente en Psicología y Medicina
NOTA: Para cualquier consulta o comentario, contactarse con Claudia
Méndez Del Carpio, responsable de la columna, al correo electrónico
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