lunes, 26 de diciembre de 2011

Depresión navideña Señales, cuidados y ayuda...

Fin de año llega con casos de depresión

¡La Navidad se respira en el aire! La gran mayoría celebra esta temporada con mucha alegría y regocijo; sin embargo, tras el esplendor de las lucecitas, los regalos y las fiestas, algunas personas experimentan una gran tristeza durante las fiestas navideñas.

Son muchas las razones por las que tantos se deprimen en este tiempo. Algunos porque están lejos de su patria y no pueden celebrar con la familia. Otros se deprimen porque extrañan a un ser querido que falleció. También hay quienes les llega la tristeza porque añoran las navidades con sus hijos cuando eran niños. Y por supuesto, están los que dicen: “esta época me trae una soledad abrumante, porque no tengo un amor con quien compartir”.

El fenómeno Grinch o depresión navideña o trastorno afectivo estacional, no es un invento de este tiempo y es más común de lo que creemos.

La palabra Grinch, viene de la película donde un duende verde malhumorado trata de acabar con la Navidad así como del espíritu navideño de quienes le rodeaban.

La Navidad es un período asociado a finalización del año, a realización de metas o proyectos, evaluando directamente éxitos alcanzados contra fracasos obtenidos. No siempre habrá un balance positivo.

Aunado a esto, el pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor y la nostalgia asociada, aumentan más la depresión . En otros casos, la baja autoestima puede jugar un papel importante.

El común denominador para todos los que experimentan esta sensación es la ausencia o la pérdida.

La Navidad es para celebrar con nuestros seres queridos, y cuando nos falta alguien importante con quien compartirla irremediablemente nos sentimos abatidos.

Hay quienes, se entregan al alcohol, las drogas y esto agrava los síntomas depresivos y pueden hacer que la persona presente episodios de ideación suicida e intentos, en el peor de los casos. En ningún libro relacionado con las psicopatologías del ser humano, aparece el trastorno “Depresión Navideña” como tal, sin embargo, “depresión”, sí, y en libros como el DSM-IV, es catalogado como un trastorno del estado de ánimo, el cual tiene diferentes clasificaciones, donde ninguna se relaciona con la Navidad.

Con este término no queremos inventar un nuevo trastorno que aparezca en los manuales psiquiátricos, pero sí queremos llamar la atención sobre un estado de ánimo que se desarrolla en esta época del año y que guarda mucha similitud con la depresión que todos conocemos.

Colocarle el término navideña, es para identificar fácilmente a las personas que llegan a sentir un fuerte sentimiento de melancolía relacionado con esta temporada, pero a diferencia de las personas que padecen una verdadera depresión, no es tan latente y se incrementa por diferentes factores que acompañan a las fiestas decembrinas.

Es importante saber diferenciar lo que acompaña a esta tristeza navideña, y lo que envuelve una verdadera depresión, ya que se llega a ver envuelta en situaciones como pérdida de sueño o dormir en exceso, falta de apetito, insomnio, sentimiento de culpa, y tener presente que es un estado de ánimo constante en la mayor parte del año, y no sólo en época navideña, si se llegaran a presentar síntomas relacionados con este problema, deberá tratarse a tiempo con un especialista para evitar consecuencias lamentables.

Factores principales

Los factores principales que llevan a estas personas a sentirse así, pueden ser los siguientes:

* Recuerdos de seres queridos, personas que han muerto o que se encuentran lejos con los cuales no se puede compartir estas vivencias. Se echa de menos a esta persona y se recuerda con nostalgia los momentos navideños vividos con ella, puesto que no pueden repetirse, el pensamiento será negativo hacia esa situación y la persona afectada no tendrá ganas de fiesta.

* Paralelo a lo anterior aparecen recuerdos de acontecimientos pasados vividos en estas fiestas o a lo largo del año que fueron negativos y que ahora salen a relucir para demostrar lo mal que lo hemos pasado o lo desdichados que hemos sido.

* Las personas que se encuentran lejos de casa, viviendo o trabajando en otras ciudades y que no tienen la posibilidad de volver a casa en estas fechas pueden desarrollar este trastorno, sobre todo porque pensarán en lo solos o lejos que están y no aprovecharán lo que les brinda su nueva ciudad para pasar las fiestas.

* A menudo también puede suceder que nos dejemos llevar por la publicidad y por el espíritu navideño que tratan de vendernos por todas partes.

* La falta de recursos económicos es una gran traba en estas fechas. El hecho de no poder comprar regalos a los niños o de no poder hacer una buena cena ayudará a la persona negativa a refugiarse en sus pensamientos y a autocriticarse por su mal hacer.

Estos sucesos son los causantes para desencadenar lo que ahora vendría a denominarse como depresión navideña.

Consejos Para combatir

la depresión Navideña

Haga que los recuerdos de los fallecidos se conviertan en algo agradable. Rememore las cosas positivas de esa persona, recuerde los chistes del abuelo o la rosca tan rica de la abuela. ¿Qué cosas aportaba esta persona a estas fiestas? Piense en ello e incúlqueselo a los demás, sobre todo si son niños, hágales ver con alegría el recuerdo de esta persona y no trate de ocultárselos.

Eche una mano de los suyos para superar los malos momentos, hablar y expresar sus sentimientos le ayudarán a sentirse mejor, además muchos de sus pensamientos serán extremadamente negativos, si los comparte tiene la posibilidad de que alguien le ayude a ver la parte positiva.

Recuerde que la Navidad es sólo una fecha en el calendario y que cada persona le da el significado que ella quiere. No le dé tanta importancia,

es una fiesta más.

Aproveche los momentos bajos para estar consigo mismo y relajarse, si lo consigue saldrá con energías renovadas. Busque la serenidad en los pequeños detalles, un baño caliente, un té a media tarde, una película tristona por la noche.

Plantéese toda su situación como si la estuviera viendo desde fuera, como si fuera un espectador que está mirando una obra de teatro. Analice toda la situación y valore cuánto de negativo hay en ella y cuánto de positivo, intente no caer en la trampa de focalizar toda su atención en los puntos negativos, busque más allá e intente localizar algo bueno, seguro que lo encuentra.

No se deje llevar por la publicidad. Busque su propia felicidad, no tiene porqué ser igual que la de los anuncios. Disfrute estando con los suyos y teniendo vivencias positivas, no se compare, porque en la mayoría de los casos saldrá perdiendo, no olvide que la publicidad está exagerada para incitar al consumo, sería muy difícil estar a la altura.

Aproveche sus recursos y sea creativa; una buena cena de Navidad. Busque alternativas y decore su mesa con cosas apetecibles, los demás se lo agradecerán y lo disfrutarán.

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