jueves, 26 de febrero de 2015

Víctimas del tecnoestrés

La tecnología que llegó para hacer nuestra vida más fácil, puede convertirse en una carga si no se establecen los límites oportunos; el tecnoestrés es un problema que abarca desde la necesidad de estar conectado en todo momento hasta evitar su uso como respuesta al desconocimiento. Ya afecta a uno de cada tres españoles.



Tras pasar todo el día pegado al ordenador, llegas a casa, y ¿enciendes el portatil? ¿Sientes la necesidad imperiosa de mirar el móvil a menudo? ¿te provoca nerviosismo no saber manejar un dispositivo electrónico? Así se manifiesta el tecnoestrés, un trastorno cada vez más frecuente que ya afecta a 1 de cada 3 españoles, según el psicobiólogo José María Martínez Selva.



Los elementos tecnológicos se han instaurado en todos los ámbitos de nuestra vida. Aunque su principal cometido es facilitar nuestro día a día, pueden generar nerviosismo porque "hay que aprender a manejarlos, lo que lleva tiempo, y puede desencadenar más problemas de los que nos resuelve”, afirma Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).



Este nerviosismo da lugar al tecnoestrés, "un tipo de estrés provocado por la exposición continuada al uso de nuevas tecnologías de información y comunicación como Internet, los móviles, la televisión digital o el teletrabajo”, según el Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales de la UGT.



Problemas más frecuentes


La lectura de manuales para usar de forma adecuada la tecnología es una de las claves para que ésta nos sea de ayuda, afirma Antonio Cano, quien explica qué complicaciones suelen acompañar al usuario:

• "La sobrecarga de información y la exigencia del desarrollo de nuevos conocimientos y habilidades para manejar la tecnología.



• La evitación de algunos elementos tecnológicos "por el nerviosismo y la ansiedad por algo que no sabes manejar, equivocarse o fruto de la incertidumbre de si lo van a hacer bien o mal”, sostiene.



• En el extremo opuesto, se encuentran aquellas personas "que se pierden en las nuevas tecnologías”, apunta el especialista, quien explica que estas adicciones fueron propuestas como problema a tratar en la última reunión de Estrategia Nacional de Salud Mental.



El especialista señala como ejemplo el caso de un adolescente que dedica ocho horas a las tecnologías. En un caso así, la adicción "va a tener un peso importante en su vida”, repercutirá en su futuro a nivel económico, laboral y social, e incluso puede esconder "problemas de fobia social por los que el individuo tiene dificultades para relacionarse con los demás y lo hace solo con maquinas”, advierte.



¿Qué edades son vulnerables al tecnoestrés?



Antonio Cano precisa que existen diferencias individuales ante la tecnología. "Hay quien disfruta al aprender por ensayo y error mientras que otros evitan usar un aparato que no conocen, lo que dificulta el aprendizaje”, matiza.



Asimismo, el experto indica que los niños y las personas jóvenes están más capacitados para aprender mientras que a las personas mayores les va a costar más adaptarse a usarla.



• La sobrecarga de información y demanda de conocimientos para su utilización es "algo que podemos padecer todos en cualquier momento y ,sobre todo, si ya estamos estresados”.



• Elusión del uso de la tecnología. Puede afectar a personas con problemas para aprender con las nuevas tecnologías, como "una especie de fobia que puede generar cierta discapacidad laboral y social”.



• Adicción. Los jóvenes son los más inermes a este problema que es "probablemente el peor de todos”, puede vincularse a otros problemas que no están bien detectados, evaluados y tratados. Y advierte, en la sociedad española actual existe un problema de educación caracterizado por la ausencia de normas en muchas familias, que es muy peligroso en general y con las nuevas tecnologías "significaría que todo vale”.



"Las máquinas se usan para activarse”, apunta Antonio Cano, quien expone quelos videojuegos responden a la búsqueda de los jóvenes de sustancias de tipo activador mientras que los adultos prefieren las de tipo relajante. Y añade, "aunque encajan muy bien en los jóvenes y especialmente en los varones,mantener un nivel de activación fisiológica durante muchas horas trae problemas de salud física, mental y de rendimiento”.



¿Por qué son atractivas las tecnologías?



"Algunos investigadores de la emoción explican que el interés es una emoción básica en el ser humano”, afirma Antonio Cano. El facultativo manifiesta que la tecnología puede proporcionar mucha información y nos estimula de forma continua, por tanto, el interés mezclado con la activación fisiológica es un refuerzo, como por ejemplo sucede con "la comunicación humana a través de un chat o cualquier otra actividad”.


"Alguien puede llevar un estilo de vida insano relacionado con las nuevas tecnologías pero no ser consciente de ello”, sostiene el experto. El psicólogo puede ayudar ante los problemas de emoción y conducta que puede surgir a raíz de su uso.

Recupérate de los episodios de angustia traumática

Ciertas situaciones generan traumas en la vida de las personas. Las manifestaciones clínicas asociadas al trastorno

de estrés postraumático perturban su equilibrio físico y psíquico. Por esta razón, se requiere ayuda profesional.

Explicaciones ACERCA DE ESTE SÍNDROME

Este trastorno psiquiátrico de ansiedad impide que la persona afectada lleve una vida normal, ya que corresponde a una patología severa dentro de la salud mental. Es importante entender en qué consiste para diferenciar esta afección de los episodios que conllevan estrés común.

DESCRIPCIÓN

Muchas personas han vivido una situación de ansiedad en su vida. Frente al peligro, es común sentir miedo, estrés y aumento en la secreción de adrenalina, la cual es una hormona que permite al cuerpo escaparse de una amenaza. Son mecanismos de defensa natural que protegen la vida de la víctima. Asimismo, estas reacciones normales desaparecen cuando la persona está a salvo. Sin embargo, en los pacientes que sufren del trastorno de estrés postraumático, los momentos angustiantes y traumáticos los persiguen. Suelen revivir continuamente los instantes que les han afectado. Esto tiene consecuencias importantes sobre sus actividades personales, familiares y sociales.

CAUSAS

El trastorno de estrés postraumático resulta de un evento psicológicamente traumatizante para la persona que es causado por agentes estresantes, los cuales generalmente consisten en violación, atraco, guerra, accidentes diversos (tránsito, trabajo o avión, por ejemplo) y fenómenos naturales (inundaciones, terremotos, entre otros). El paciente puede haber sido la víctima de la situación traumática o testigo de la misma.

AFECCIONES CONCOMItAnTES

Las personas que sufren del trastorno de estrés postraumático suelen tener otras afecciones que aparecen simultáneamente. En la mayoría de los casos, padecen depresión, la cual se manifiesta por una lasitud extrema y desinterés severo. Asimismo, se pueden observar problemas de salud (dolores crónicos, molestias musculares, entre otros), dificultades sexuales, Síndrome de ansiedad e ingesta abusiva de alcohol, medicamentos o drogas. Toma en cuenta que el desarrollo de padecimientos concomitantes y su gravedad varían según los pacientes.

CUÁNDO

CONSULTAR

Los síntomas del trastorno de estrés postraumático (insomnio, palpitaciones, temblores, sudor excesivo, pensamientos negativos, entre otros) suelen incitar a los pacientes o a su entorno a pedir ayuda profesional. Sin embargo, se recomienda consultar antes de ser incapaz de realizar las actividades cotidianas. De esta manera, el médico o psicólogo podrá evaluar si sufres del Síndrome de estrés postraumático e iniciará el tratamiento más adaptado a tu situación.

Opciones de tratamientos

El trastorno de estrés postraumático requiere tratamientos psicológicos. En los casos más severos, el médico puede administrar medicamentos (antidepresivos y ansiolíticos) para calmar la ansiedad y los síntomas relacionados con la depresión. Te brindamos 4 diferentes terapias a las cuales puedes acudir.

CLÍNICA

Se recomienda iniciar una terapia clínica individual para poder establecer los causantes que provocan el trastorno de estrés postraumático. Generalmente, es un proceso que necesita tiempo y es necesario efectuar sesiones regulares, ya que las personas afectadas suelen tener dificultades para hablar de los factores traumatizantes. Asimismo, este tratamiento permite reducir las manifestaciones de las afecciones concomitantes.

Cognitivo

comportamental

Esta terapia tiene el objetivo de modificar los pensamientos y comportamientos problemáticos del paciente para reemplazarlos por reacciones apropiadas a la realidad. Además, contribuye a entender el origen del trauma y encontrar soluciones. Se compone de ejercicios de desensibilización, pero también de técnicas de exposición progresiva a los agentes causantes para analizar las respuestas de la persona afectada y controlar sus emociones.

HIPNOSIS

Es posible recurrir a la hipnosis para anticipar y controlar las emociones relacionadas con el evento traumático. Asimismo, esta técnica ayuda al paciente a sentirse más calmado. Las bases de este método incluyen relajación, sugestiones y focalización de la atención en pensamientos más seguros. Se recomienda realizar varias sesiones. Luego, cuando el profesional determine el momento oportuno, puede enseñar a la persona a efectuar autohipnosis en su domicilio.

EMDR

El método EMDR proviene del inglés (Eye Movement Desentization and Reprocessing) y es conocido en español como la integración neuroemocional mediante movimientos oculares. Esta técnica de desensibilización permite curar los traumas psicológicos debido a que ciertas condiciones de movimientos oculares pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbadores. Se efectúa recordando el evento traumático para controlar los componentes visuales, emocionales, cognitivos y físicos. Luego, se estimula el sistema adaptativo del organismo.

Secuelas mentales, síntomas y psicoterapias del síndrome de estrés postraumático

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Paola Vargas Méndez

Licenciada en Psicología

Magíster en Salud Mental

Es un tipo de trastorno de ansiedad que puede ocurrir después de que uno ha observado o experimentado un hecho traumático que involucra una amenaza de lesión o muerte. No hay una única causa. Sin embargo, pueden influir los genes, las emociones y el ambiente familiar.

Lo que ocurre con el trastorno de estrés postraumático es que cambia la respuesta del cuerpo a un episodio estresante. Normalmente, después del evento, el organismo se recupera, las hormonas y los químicos del estrés que son secretadas debido a dicha angustia regresan a los niveles normales.

Al contrario, en una persona con trastorno de estrés postraumático, el cuerpo sigue secretando las hormonas y los químicos del estrés. Además, es psicológicamente incapaz de procesar la situación ocurrida. Este síndrome se diagnostica cuando la persona ha tenido los síntomas durante al menos 30 días. Toma en cuenta que puede ocurrir a cualquier edad y aparecer luego de eventos o situaciones como:

•Desastres naturales

•Asaltos

•Accidentes automovilísticos

•Violación

•Guerra

•Encarcelamiento

•Terrorismo

Es importante destacar que se pueden presentar cuatro tipos de síntomas:

1. Revivir el hecho: el incidente parece estar sucediendo de nuevo una y otra vez. Los recuerdos del episodio traumático son reiterativos y angustiantes. También pueden aparecer pesadillas, reacciones fuertes y molestias hacia ciertas situaciones que le recuerdan el evento.

2. Hiperexcitación: la víctima se sobresalta fácilmente, se siente irritable y puede tener ataques de ira. Además, examina siempre los alrededores en busca de signos de peligro (hipervigilancia) y presenta dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormida. Asimismo, suele ser incapaz de concentrarse.

3. Pensamientos y estados de ánimo o sentimientos negativos: las personas que padecen el trastorno de estrés postraumático suelen culpar a otros por lo sucedido y pierden el interés por ciertas actividades o hacia su entorno.

4. Evasión: es común observar una conducta evasiva acerca de las personas, lugares o pensamientos que le recuerden el hecho. También puede presentar insensibilidad emocional o sentirse como si no le importara nada. Asimismo, no puede recordar aspectos importantes del evento, muestra menos expresión de estados de ánimo, le falta interés en actividades normales y sufre de inseguridad hacia el futuro.

También se observan síntomas adicionales como ansiedad, estrés, tensión, agitación o excitabilidad, además de mareos, desmayos, sensación de palpitaciones cardíacas en el pecho y dolor de cabeza.

El tratamiento para el trastorno de estrés postraumático implica psicoterapia (orientación), medicamentos o ambos.

Con la psicología, la persona puede conversar de sus emociones en un entorno seguro, tranquilo y acogedor. Se ayuda a manejar los síntomas que incomodan y molestan, también se guía a medida que va elaborando los sentimientos sobre el trauma.

Existen muchos tipos de psicoterapias. Por ejemplo, está la desensibilización que consiste en animar a la víctima a recordar el evento traumático y a expresar los sentimientos respectivos, de forma tal que los recuerdos del evento se vuelven menos aterradores, es decir que a pesar de que el paciente recuerde el hecho, la carga emocional es mínima. Asimismo, durante el proceso de psicoterapia, la persona puede aprender técnicas de relajación, meditación, visualización, especialmente para cuando comience a tener reviviscencias, con el objetivo de que no entre en pánico y aprenda a controlar los síntomas.

Consecuencias de las supersticiones

Las supersticiones consisten en establecer una relación (negativa o positiva) entre un objeto o acción y un evento que se produce en el futuro. Sin embargo, no existe ninguna concordancia real entre los dos elementos. En efecto, nada puede comprobar que caminar debajo de una escalera provoca un accidente, por ejemplo. De esta manera, es una creencia que las personas tienen acerca de esta correlación.

Según ciertos psicólogos, se observa una conexión psicológica entre la superstición y cierto evento a futuro, debido a que la realización de una acción que provoca mala suerte o estar en contacto con un objeto temido incrementa la nerviosidad de la persona. Esto aumenta la probabilidad de sufrir un accidente.

Es importante destacar que la mayoría de los seres humanos son supersticiosos. Estas actitudes mentales son universales y forman parte de la vida de la gente desde tiempos remotos. Consisten en una manera de controlar los eventos que no se pueden predecir y encontrar sentido en los fenómenos no determinados o buscar causantes tangibles. Es también una manera de desviar la angustia existencial ocasionada por la incertidumbre. Sin embargo, algunas personas supersticiosas son incapaces de realizar actividades cotidianas sin establecer relaciones inexistentes entre sus propias acciones y las potenciales repercusiones. Por esta razón, es necesario poder controlar estas creencias para que no perturben tu vida social y personal.

PARA QUE NO SE VUELVAN CONDUCTAS OBSESIVAS

INDULGENCIA

No debes ser demasiado estricto contigo mismo. No existe ningún problema en tener algunas supersticiones. El riesgo para tu bienestar consiste en que se conviertan en un círculo vicioso y que no puedas realizar tus actividades cotidianas de manera normal. Por esta razón, si notas que se vuelven obsesionantes, es fundamental que busques ayuda para que no perjudiquen tu vida personal, social y profesional.

MOMENTOS DIFÍCILES

Es común que luego de haber vivido un momento difícil en tu vida, tus supersticiones incrementen. Debes detenerlas y razonar como un científico. Observa tus acciones e intenta encontrar una relación fiable o existente. Notarás rápidamente que son solamente creencias y podrás vivir de manera normal. Lo importante es no relacionar la situación dolorosa que has experimentado con una superstición.

CONSULTAR

Si notas que experimentas demasiada angustia a diario y estás obsesionado con tus supersticiones, es esencial que acudas a un profesional. Puedes recurrir a la ayuda de un psicólogo o psicoanalista especializado en los trastornos ansiosos. Otra opción interesante consiste en realizar una terapia cognitivo-comportamental para reducir las actitudes supersticiosas progresivamente.

ENTORNO

El entorno de las personas supersticiosas debe respetar sus creencias cuando no son obsesivas. Sin embargo, si notas que se convierten en rituales complejos que impiden la realización de actividades cotidianas, debes actuar. En este caso, demuestra a tu familiar o amigo que las relaciones entre la conducta y el evento son ficticias. También es fundamental ayudarle a darse cuenta de su obsesión. Si a pesar de estos esfuerzos, tu cercano persiste en efectuar estas acciones, incítale a consultar a un profesional.

OCUPACIONES

Las supersticiones permiten disminuir la ansiedad y angustia que experimentas en tu vida. Para reducir el estrés sin recurrir a estas creencias ficticias, debes buscar algunas ocupaciones que te ayudarán a relajarte. No dudes en iniciarte al yoga, meditación, acupuntura, entre otras actividades.

RAZONAR

Otra manera para evitar que las supersticiones se vuelvan obsesivas consiste en razonar. Piensa en todas las ocasiones que efectuaste una acción supersticiosa y no pasó ningún evento negativo como consecuencia. No dudes en conversar con tu entorno para pedirle consejos. En este caso, opta por hablar con personas que son menos supersticiosas que tú. De lo contrario, tus creencias se incrementarán.

domingo, 22 de febrero de 2015

Cuidar la sonrisa en la Menopausia

LA EDAD Y LOS CAMBIOS QUE EXPERIMENTA LA MUJER DURANTE LA MENOPAUSIA INFLUYEN EN LA SALUD BUCODENTAL | DESCUBRA CUÁLES SON LOS PROBLEMAS MÁS FRECUENTES EN ESTA ETAPA Y CÓMO PREVENIRLOS.

Prestar atención a la boca durante la menopausia no es una trivialidad, sobre teniendo en cuenta que la mujer española tiene una esperanza de vida de 85 años, lo que implica que “vivirá como un 40 por ciento de su vida postmenopáusica”, apunta la doctora Beatriz Serrano de Haro médico-odontólogo en la clínica Dra. Serrano de Haro.

Pero no hay que alarmarse, la mujer del siglo XXI tiene las herramientas para conservar sus dientes y tener una sonrisa sana al cumplir los 80 años, afirma la experta, quien señala que esto se puede conseguir con esfuerzo y con los cuidados necesarios.



COMPLICACIONES BUCODENTALES MÁS FRECUENTES

“Antes las pacientes venían a consulta con unos problemas bucodentales muy avanzados”; sin embargo, los progresos tecnológicos han supuesto que la prevención sea una prioridad, sostiene.

“Desde el punto de vista médico, la menopausia se caracteriza por una caída en los niveles de estrógenos y progesterona”, explica Serrano. Como consecuencia de estas alteraciones pueden aparecer problemas que afectan a la mujer durante esta etapa y también en la postmenopausia.

“El cuerpo se monta con mucha precisión y se empieza a desmontar de la misma forma”, apunta la dentista, quien matiza que en cada una de las pacientes, los problemas pueden ser más o menos agudos y, en general, no aparecen todos ni tampoco se dan al mismo tiempo.

A continuación la facultativa enumera los más comunes:

Adelgazamiento de la mucosa bucal. Al igual que sucede con el resto de las mucosas del cuerpo, ésta se vuelve más frágil y su función protectora se debilita, por tanto, debemos de ser más cuidadosos.

Recesión gingival. La encía, encargada de sujetar el diente, está más débil y se retrae. El resultado de este proceso es que la parte del diente que une la corona con la raíz quede expuesta y aparezcan problemas de sensibilidad o caries radicular, que afecta a la raíz del diente.

Sequedad bucal o xerostomía por disminución de la saliva. Aunque no es uno de los problemas más significativos, genera incomodidad a las mujeres. Los cambios hormonales también pueden ocasionar el síndrome de la boca ardiente que provoca picor.

Pérdida de hueso alveolar y reabsorción del reborde alveolar. “Hay estudios que apuntan que tres de cada diez mujeres van a tener una pérdida ósea importante en todo el organismo”.

La merma del hueso alveolar influye en su función de sujetar el diente, y al estar peor fijado aumentan las posibilidades de que se pierda, apiñe o deforme.

Problemas de la articulación temporomandibular (ATM). Usamos esta articulación para abrir y cerrar la boca, en la menopausia se pueden presentar complicaciones como los chasquidos de apertura, dolor a nivel del oído o cefaleas.

Deterioro dental. A consecuencia de los años, los dientes pierden brillo y ganan opacidad a la vez que se amarillean. También se pueden apiñar y derivar en deformación y se puede producir “desgaste por el que los bordes incisales se ven finos y resquebrajados”.

Las técnicas de blanqueamiento permiten recuperar el tono previo del diente o incluso mejorarlo, explica Serrano de Haro. Además, durante la menopausia los dientes se mueven; “hay técnicas como ortodoncia invisible o de ortodoncia lingual para corregirlo o retenciones para evitarlo”, dice.



CONSEJOS Y MEDIDAS PARA LA PREVENCIÓN

Enriquecer nuestra dieta con aquellos alimentos que contienen vitamina A, E y C.

Éstas fortalecen la piel y las mucosas y se pueden obtener a través de la dieta o de suplementos específicos.

Al escoger una pasta de dientes debemos buscar las que tienen un índice de

abrasividad bajo o medio, de lo contrario deterioran “las mucosas más finas y los dientes con mayor desgaste”.

Cuando se trata del cepillo, conviene optar por los que tienen filamentos de nylon y poliamida porque no daña el esmalte en lugar de los que son de poliéster. Asimismo, las puntas deben ser redondeadas y pulidas, de esta forma “perjudican mucho menos a una encía sensible y a un esmalte ya más delicado”. Comparación de los extremos redondeados de un cepillo de dientes con los de otro sin pulir.

Acudir con regularidad a nuestro dentista. La experta aconseja someterse anualmente a una o dos revisiones profundas de los dientes, encías y periodonto, el tejido que sujeta el diente a la encía.

“Éste se debilita mucho con la edad y generalmente su patología es bastante asintomática, por lo menos inicialmente”, matiza Serrano. Como prevención, recomienda los sondajes periodontales, exploraciones en profundidad para detectar la aparición de bolsas, espacios entre el diente y la encía que pueden dar lugar a complicaciones.

Extremar las medidas de higiene bucodental. “En esta etapa es muy importante que cada mujer use la pasta y el colutorio específico para el problema que ella presente”, recalca la dentista. También hace hincapié en el uso de productos de calidad como los que se pueden adquirir en farmacias.

Valorar con nuestro dentista el estado de nuestra ATM. Con el objetivo de saber si necesitamos una férula. Como por ejemplo, cuando los cambios hormonales causan alteraciones psíquicas por las que apretamos los dientes.

En esta etapa, “la encía es una de las partes a las que más atención hay que prestar por la pérdida hormonal”, concluye.

sábado, 21 de febrero de 2015

Emociones que sanan

“La mente, las emociones y el cuerpo están íntimamente relacionados, formando un sistema integrado que cuando se mantiene en equilibrio da como resultado una salud óptima”, señala a Efe, el psicólogo Òscar Asorey, director de dos clínicas de atención multidisciplinar ISEP Clínic en Reus y Tarragona (España).

De acuerdo a Asorey, director del Máster en Psicología Clínica y de la Salud en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, ISEP, en este sistema, las emociones positivas, como la alegría y el amor, ayudan a mantenernos sanos, en tanto que las negativas, como el miedo y la tristeza, fomentan que enfermemos y, por ello, es conveniente potenciar las primeras y reducir las segundas.

Las emociones ante la enfermedad

“Cuando estamos enfermos las emociones influyen en distintos momentos sobre nuestra salud a través de mecanismos psicobiológicos; cuando son intensas y desagradables y están presentes de forma crónica o cuando aparece algún episodio emocional agudo, pueden agravar un cuadro patológico ya existente o desencadenar uno nuevo”, señala este psicólogo.

Aunque las emociones como el miedo-ansiedad y la tristeza-depresión provocan reacciones desagradables en la persona y una alta activación fisiológica, Asorey estima que “no debemos considerar las negativas directamente solo por su naturaleza desagradable, dado que, en su función primaria, ayudan a dar respuesta a una situación determinada y a adaptarse”.

“Cuando la experiencia emocional es de larga duración y alta intensidad o frecuencia, pierde su valor adaptativo y se convierte en una emoción patológica que podría inducir o acompañar a trastornos relacionados con la salud mental (depresión, ira desmedida) o alteraciones médicas (trastornos cardiovasculares, reumatológicos o inmunológicos entre otros)”, asegura Asorey.

Según este experto, las emociones también pueden ayudar a sanarnos, ya que cuando son positivas “experimentarlas es agradable y placentero, además de que ayuda a preparar a la persona para situaciones futuras que puedan ser difíciles”.

Reforzar las defensas emoción a emoción

“Algunos estudios científicos relacionan la presencia de las emociones agradables o positivas con la salud, e incluso con la longevidad, y apuntan a que también tienen un efecto neutralizador de la influencia física de las emociones negativas, mejorando la respuesta vascular, neuroendocrina o inmunológica”, según Òscar Asorey.

“Estas buenas sensaciones van acompañadas de reacciones sobre los sistemas inmunológico y neuroendocrino y optimizan los procesos biológicos de recuperación, generando mayor bienestar, ayudando a que aparezcan cambios sobre la respuesta a la enfermedad y también mejorando los hábitos de autocuidado y la adhesión a las pautas médicas”, señala el experto.

Asimismo, las emociones positivas incrementan las capacidades creativas y de resolución, y “cuando una persona experimenta una emoción agradable aparecen pensamientos constructivos, mejorando su productividad y la solución de los problemas de la vida diaria, de acuerdo a Asorey.

Además “con un humor mejorado y una capacidad positiva para pensar, la persona está más dispuesta a mantener relaciones sociales saludables, compartiendo tiempo, espacio, conversación y afecto”, añade.

Según Asorey “todas las emociones son buenas por su papel esencial para la adaptación, pero cuando estas sobrepasan los límites normales y/o se hacen crónicas, se pueden convertir en perjudiciales”.

Cómo potenciar las emociones positivas

“Las emociones positivas, descritas por la psicóloga estadounidense Barbara Frederickson, aparecen como resultado de eventos que estimulan nuestro cerebro haciéndonos experimentar sensaciones agradables, placenteras y motivadoras”, explica Asorey.

Según este especialista, este tipo de emociones se pueden potenciar mediante acciones que nos resulten beneficiosas como “compartir una conversación agradable con alguien importante en nuestra vida, y también generando pensamientos positivos, por ejemplo enfocados en nuestras capacidades y potenciales para poder hacer frente a aquello que encontramos día a día”.

El psicólogo de ISEP Clínic expone una serie de consejos prácticos para potenciar en nuestra vida cotidiana cada una de las principales emociones positivas:

Alegría. Procura mantenerte en contacto con personas que son importantes y con las que realizas actividades que te permitan sentirte seguro, tranquilo y feliz.

Interés. Acércate al día a día buscando la oportunidad de poner en marcha tus potenciales y habilidades, y así disponer de nuevos retos para disfrutar de esos pequeños o grandes logros que le motivan a aprender y a buscar nuevas experiencias.

Amor. Es la emoción que tiene su esencia en las relaciones personales en las que procuramos un contacto más directo, más íntimo, en las que nos descubrimos experimentando sensaciones gracias a la presencia de la otra persona junto a nosotros.

Serenidad. Es la experiencia que se obtiene si uno es consciente de la acción que está realizando en ese preciso momento (una buena comida, un paseo) y se la alcanza cuando se vive el presente, acompañado de bienestar, de placer.

Inspiración. Está muy asociada a la creatividad y se potencia animando a la mente a que se ponga en contacto con nuevas personas, lugares y experiencias, poniendo a trabajar la imaginación y el ingenio.

Gratitud. Comparte y experimenta la sensación gratificante de ser ayudado y ayudar, ofrecer y recibir. Mantén relaciones personales saludables dándose la oportunidad de satisfacer, recíprocamente, las necesidades, inquietudes e ilusiones mutuas.

Diversión. Forma parte de la habilidad humana de dejarse llevar por el humor, la sonrisa, los recuerdos agradables y los nuevos retos, y surge cuando uno se encuentra con otras personas y se siente capaz de proponer algo inesperado y vitalista, que le haga disfrutar, ilusionarse y vivir el presente de forma más intensa.

jueves, 19 de febrero de 2015

Vacunas contra la insensatez

El reciente brote de Sarampión en Disney, Estados Unidos, vuelve a poner en tela de juicio a los movimientos que se oponen a la vacunación de sus hijos.

La viruela fue una de las enfermedades más temidas en la historia de la humanidad: mató a más de trecientos millones de personas, convirtiéndose en la mayor causa de mortalidad viral. El 35% de los que la contrajeron, fallecieron. Al restante 65% le dejaba de recuerdo terribles pústulas en la piel, ceguera, y problemas óseos de por vida. De hecho, en muchas culturas no se nombraba a los niños hasta que no la padecieran y sobrevivieran. No hubo un tratamiento efectivo para esta enfermedad hasta el año 1796, cuando el médico Edward Jenner desarrolló la primera vacuna.

El tratamiento implementado por Jenner consistía en generar inmunidad en las personas por medio del contagio de otra forma de viruela mucho más leve: la viruela bovina, que atacaba a las reses (de ahí el nombre ‘vacuna’).

Las personas vacunadas sufrían síntomas mucho más leves cuando contraían el virus de la viruela humana, pero la inmunidad que el organismo generaba las protegía del temible virus. Este tratamiento, la vacunación, generó algo jamás imaginado hasta ese momento: la erradicación completa de la peor enfermedad de la humanidad.

Desde el año 1978 no se ha detectado un solo caso de contagio de viruela en una persona en todo el planeta. Posteriormente a esta vacuna, hubo grandes avances científicos en el campo de la medicina y la epidemiología, y enfermedades que otrora generaban terribles mortandades, eran controladas con un simple pinchazo.

Hoy se estima que anualmente tres millones de niños no mueren en el mundo a causa de estar vacunados, mientras que dos millones fallecen de enfermedades que podrían ser prevenidas con vacunas existentes.

Pero, desde el comienzo de la vacunación algunos representantes de diversas religiones mostraron su descontento, ya que la ciencia interfería con “los planes de Dios” e instaron a sus fieles a que no tomen las vacunas.

No faltaron, claro, quienes ante la posibilidad de perder el negocio que realizaban con falsos medicamentos “naturales” o “alternativos”, comenzaron a inventar falacias sobre efectos secundarios de las vacunas. Por ejemplo, en los tiempos de Jenner se difundió la noticia que, como la vacuna antivariólica consistía en la inoculación de un virus vacuno, a los vacunados les crecerían cuernos y pezuñas. Y aún hoy persisten grupos que se oponen ferozmente a la implementación de la vacunación masiva, con argumentos de idéntica veracidad.

El reciente brote de Sarampión en Disney, Estados Unidos, vuelve a poner en tela de juicio a los movimientos que se oponen a la vacunación de sus hijos, sea por creencias infundadas o simplemente por desinformación.

El problema de no vacunar es más complejo de lo que parece a simple vista: en una sociedad que posee la inmensa mayoría de su población vacunada, las probabilidades de que alguien no vacunado se infecte es baja, ya que es muy difícil que la enfermedad se propague.

Esto se denomina inmunidad de grupo. Sin embargo, a medida que aumenta el número de personas no vacunadas, la probabilidad de que comience un brote epidemiológico es mucho mayor.

Al haber un brote, aumenta la probabilidad de que aún quienes estén vacunados contraigan la enfermedad, ya que las vacunas no son 100% efectivas por las mutaciones del virus, y muchas personas poseen deficiencias en su sistema inmune. Y esto sucedió con el Sarampión: si bien la enfermedad se consideraba prácticamente erradicada de Estados Unidos en el año 2000, un brote en niños no vacunados durante el año 2014 se extendió atacando aún a niños que si habían recibido la vacuna triple viral, y hoy los casos han puesto en vilo a dicho país.

Pero esto no sólo sucede en el Norte, ya que en Argentina está en auge la moda de no vacunar a los niños.

¿POR QUÉ UN PADRE NO VACUNARÍA A SUS HIJOS? La primera razón es el total desconocimiento del efecto de las enfermedades. La gran mayoría de los que se oponen a la vacunación no conoce los síntomas de la Poliomielitis, el Sarampión, el Tétanos o la Tos Ferina. Es lógico ya que, por ejemplo, no se han registrado casos de Poliomielitis en Argentina desde el año 1984. Pero, precisamente, esto se debe a la vacunación de gran parte de la población con la famosa Sabín. Sin embargo, que hoy no haya una epidemia, no implica que el virus no pueda ingresar a la población por medio de alguien que provenga del exterior, y que si encuentra una parte de la población no inmunizada, genere un brote epidemiológico como sucedió en Europa el año pasado, donde afectó incluso a niños vacunados.

Una segunda razón es la noticia que se viralizó hace unos años de un estudio que relacionaba la aplicación de la vacuna Tripe Viral con el autismo. Consecuentemente, muchos padres dejaron sin vacunar a sus hijos.

Lo cierto es que dicho estudio fue retractado y desmontado, ya que se descubrió que se trataba de un fraude científico perpetuado por el autor. No sólo eso: a raíz de este estudio, se realizaron otros muchos estudios (uno de los cuales analiza ¡un millón trecientos mil casos clínicos!) analizando la relación entre niños vacunados y autismo.

Absolutamente todos los estudios demuestran que no existe relación alguna entre el autismo y la vacunación. Es importante aclarar que la mayoría de ellos no fueron realizados por grandes laboratorios para defender su lobby, como frecuentemente se los acusa, sino por investigadores de la salud en diversas universidades.

La tercera razón por la que algunos padres optan por no vacunar a sus hijos es el creciente número de personas que por diversas creencias abandonan el uso de la medicina, y utilizan en su lugar productos que son vendidos con la etiqueta de alternativos o naturales.

La llamada falacia natural, que supone que todo lo que proviene de la naturaleza es bueno y lo realizado por el hombre es dañino para éste, es aprovechada por parte de quienes venden terapias “alternativas”: un supuesto remedio natural es más atractivo que una vacuna.

Las buenas intenciones de los padres, a veces, llevan a malas decisiones para la salud de sus hijos. No está de más aclarar que la venta de estas “terapias alternativas”, aún cuando se haya demostrado su total ineficacia, generan un enorme negocio, a veces superando las ganancias de los grandes laboratorios médicos.

Es políticamente incorrecto, en tiempos de posmodernismo, decir que la opinión de un chamán no tiene el mismo valor que los resultados de cientos de estudios científicos. Sin embargo, las vacunas han salvado millones de vidas en la historia de la humanidad, y esto es un hecho innegable. No es de ellas de quien hay que temer, sino de quienes se oponen a su uso, con el miedo y la irracionalidad como argumentos.

Las vacunas no harán que a los niños les crezcan pezuñas ni que desarrollen autismo. El no vacunar supone un enorme acto de irresponsabilidad y egoísmo que pone en riesgo al niño no vacunado, y a toda la sociedad.

Cómo dominar sus reacciones

No he conocido a una sola persona que no haya experimentado en su cuerpo el efecto de las reacciones incontrolables.

Las actitudes negativas de la propia pareja son los elementos desencadenantes de las reacciones más negativas y destructivas que una persona pueda sufrir; las actitudes poco inteligentes de los hijos también producen estos dolorosos y desagradables efectos. Los parientes de segundo orden los producen también, pero con efecto retardado pues sus móviles suelen ser la envidia o sus propios sentimientos de inferioridad.

En resumen: Vengan de donde vengan esas reacciones negativas, destructivas y violentas pueden ser controladas y disminuidas cuando utilizamos nuestros pensamientos de una forma especial que vamos a aprender en este mismo momento.

¿Está listo o lista para empezar? En el momento exacto en que estén queriendo hacerle renegar debe pensar lo siguiente: “fuerzas del amor, comiencen a controlar todas mis reacciones incontrolables y pónganme en estado de paz, sensatez y positividad en el que quiero estar”. Mientras va repitiendo esas palabras en el espacio de su mente, vaya respirando con el vientre profundamente y aprenda a actuar en positivo como si nada hubiera pasado y de esta manera habrá vuelto a su estado relacional pacífico, tranquilo y hasta tal vez

amoroso.

Como toda habilidad que se desea adquirir, debe pre ensayarla en su imaginación y asegurarse de que funcione cada vez mejor hasta que adquiera todo el poder necesario para controlar toda ex-reacción incontrolable que antes le echaba a perder su día de vida y le hacía vivir “un día de infelicidad”. Ahora ya lo sabe y sabe que puede aprender y compartir sus verdades del corazón que a la larga, siempre llegan a tener la razón.

El arte de hablar sin palabras


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A pesar de que las palabras pierden con frecuencia su significado, son un instrumento portentoso de comunicación. Pero se convierten en algo más vulnerable e ineficaz para reflejar el laberinto de nuestros sentimientos. Afirmar que se tiene o enunciar la palabra “amor” puede entenderse de forma diferente en función de quien lo escucha. En esos terrenos hablan con más elocuencia nuestros gestos. De ahí la importancia que atribuimos al lenguaje no verbal, a nuestras actitudes, nuestros silencios y miradas.

Cuando la muerte de un ser querido les reúne en torno a su féretro, no faltan quienes, llevados por su ansiedad, recurren a discursos que para nada sirven y muy poco consuelan. En tales ocasiones, el silencio expresa la tristeza que uno comparte con el familiar más próximo del fallecido, el respeto, el propósito de acompañarlo. Un silencio empático que reconforta sin ruido y trasmite afecto y cercanía.

Hay también silencios que expresan indiferencia. ¡Cuántos silencios espesos entre parejas que, compartiendo un mismo lecho, no alientan sueños comunes, ni propósitos, ni proyectos! Silencios que hacen de la convivencia un verdadero martirio.

Otros expresan incomprensión. El silencio de una persona mayor que, tras haberlo dado todo, percibe que es ya un estorbo. El silencio de la madre que no comprende la insensibilidad de quienes no le perdonan el más mínimo error y se muestran ciegos ante su entrega.

Existen silencios conmovedores que expresan ternura. El silencio de una pareja de ancianos que sentados en el sofá, con las manos entrelazadas, pasan felices sus últimos días sin que se asome el aburrimiento a sus miradas.

Los gestos al igual que los silencios, pueden transmitir un sinfín de sentimientos, es la voz de nuestro cuerpo, de nuestras expresiones. La confusión, el desacuerdo, la solicitud o el servicio son algunas de sus manifestaciones.

El gesto del voluntario que revela a través de su servicio que es posible un mundo más fraterno y más habitable. El maestro que sacrifica su hora de descanso para prestar una especial atención al niño con problemas, huérfano de recursos...

No sólo los silencios y los gestos hablan; también las miradas. La estructura del hombre hace que la mirada sea el canal de comunicación por el que discurren los más variados y contradictorios mensajes.

Hay miradas frías que, según Sartre, cosifican al otro. Lo convierten en simple objeto de análisis o aún de sospecha. Miradas de desapego como la que contempla el mendigo que tiende la mano mientras espera encontrar unos ojos amables. Miradas que trasmiten amor, como la de un padre o de una madre hacia el hijo que goza y triunfa, que sufre o fracasa. Otras trasmiten orgullo por el que supera dificultades que, lejos de instalarlo en la derrota, le han ayudado a madurar como ser humano y a ser mejor persona. También pueden expresar tristeza, como la mirada asustada del niño que busca en la de quienes le rodean una especie de bote salvavidas que le rescate del pequeño océano de inseguridades que no atina a comprender. Por último, miradas que ríen ilusiones. La mirada ilusionada del abuelo que espera tranquilo la visita anunciada del hijo que tarda o del nieto que, desde hace días, no ve.

Además de silencios y miradas, también hablan nuestros gestos. Unos expresan confusión, como el que expresa que hemos desapercibido un hecho que habíamos entendido. Otros manifiestan desacuerdo. Edward Hall explicó el significado de las distancias durante un proceso comunicativo.

La proximidad tiene que ver con la calidez de la relación. Quizá no haya imagen más hermosa que la figura del hijo amamantado por su madre. También pueden reflejar solicitud, como la madre que prepara la comida preferida para el hijo que llega a compartir mesa y mantel. Gestos que expresan, mejor que cualquier discurso, la generosidad que atesora un corazón humano.

No hacen falta grandes discursos, ni especiales dotes de oratoria para trasmitir lo que se piensa, se quiere o se siente. Quienes nos rodean se comunican con nosotros de forma continua. Si se los consigue descifrar, no pasarían desapercibidos los innumerables mensajes que nos llegan por canales distintos de aquellos por los que circulan las palabras.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Sentimiento de culpa y compensación

¿Pueden las matemáticas medir la conciencia?

¿Puede un sentimiento de culpa llevarnos a compensar la misma con un acto de caridad, con un bien social? ¿Qué tienen que ver las matemáticas con la conciencia? A estos cuestionamientos intentaron contestar Uri Gneezy, de la Rady School of Management; Alex Imas, de la Carnegie Mellon y Kristóf Madarász, de la London School of Economics, que acaban de publicar un artículo sobre la medición de la conciencia a partir de modelos matemáticos.

Los autores del artículo han desarrollado un modelo matemático para medir la conciencia, la ecuación demuestra que, posterior a un sentimiento de culpa por violar un principio ético, las personas tenemos la necesidad de compensar dicha culpa realizando un bien social, un acto de caridad.

Dicha relación entre la culpa y la caridad disminuye con el tiempo (si nos saltamos hoy los principios morales es más probable que hagamos una donación mañana que dentro de una semana) y es lineal (a mayor culpa, mayor la cantidad donada).

Lo que los autores no comentan es que una de las ventajas de las matemáticas consiste en dar la vuelta a casi cualquier formulación, y ver así las implicaciones del sentido inverso de una ecuación. Es decir ¿Qué pasaría si en la ecuación vista despejamos la culpa en función de la donación?

domingo, 15 de febrero de 2015

Sin deprimirse tras las fiestas

Desde que despertó, Alberto comenzó a sentir una mezcla de preocupación, decaimiento y nostalgia a la vez, todo un contraste de emociones comparado con la algarabía que experimentó en los días de fiesta de la víspera. Su casa, invadida por el jolgorio minutos antes, se veía ahora desolada a la vista de este joven de 18 años, lo que aumentaba más su languidez.

Hay hombres y mujeres que luego de un periodo de gran júbilo se ven abatidos por lo que algunos llaman depresión ‘pos-party’ (o depresión posfiesta), que se presenta, a menudo entremezclada con la resaca, recuerdos, culpas o remordimientos, según coinciden en afirmar algunos sicólogos.

Ese es un término utilizado en la vorágine del día a día de la sociedad posmoderna, afirma la sicoanalista Arminda Carrasco.
Según su explicación, la depresión ‘pos-party’ toma su nombre como sinónimo de la conocida ‘depresión posparto’, etapa que muchas mujeres atraviesan al dar a luz y que se manifiesta con tristeza, temor, ansiedad y otros sentimientos negativos que parecen no tener sentido en un momento que debería disfrutarse con dicha.

En ambos casos, ese desánimo se presenta con connotaciones físicas, hormonales y emocionales y su impacto varía de persona a persona.

Volviendo a la cotidianidad
“El fin de la fiesta obliga a la persona a retornar a su realidad, es decir a su cotidianidad y eso puede generar diversas reacciones”, afirma Carrasco.

De acuerdo con la opinión de esta profesional, el caer o no en la depresión va a depender exclusivamente de la capacidad de sobrellevar o sobreponerse a las adversidades que le toca enfrentar a cada persona una vez todo vuelve a la normalidad.

Frente a ello recomienda darse un tiempo y discernir con cautela esa sensación buscando hacerse una autoevaluación.

“El saber a qué se debe eso que sentimos, nos será de gran ayuda. En otras palabras hay que vivenciar la depresión, y permitir que nuestro organismo se equilibre nuevamente después de esa excesiva descarga de adrenalina y de los excesos en los que se ha incurrido”, puntualiza Carrasco.

En ese sentido, dice que si a uno se le antoja dormir un poco más hay que hacerlo. Asimismo, se recomienda cuidar la alimentación e ingerir bastante líquido (agua de preferencia).

“Las consecuencias van a depender exclusivamente de la persona, pues si no se resuelve la resaca o depresión ‘pos-party’ en uno o dos días, podríamos estar hablando ya del trastorno tipificado como depresión y en ese caso es necesario buscar ayuda profesional”, alerta esta sicóloga.

Se acostumbra decir, hay que disfrutar las fiestas con moderación y sin excesos”. Carrasco le agrega dos consejos más: “con responsabilidad y conciencia”. “Siguiendo ese camino no tropezaremos con las culpas, remordimientos ni ninguna depresión pues disfrutaremos cualquier festejo en su plenitud, totalmente conscientes”, puntualiza.

El desánimo
“Luego de haber planificado esta gran celebración durante un mes, me sentí triste cuando acabó”, cuenta María, al día siguiente de su fiesta de cumpleaños.

Esa sensación de desánimo que algunas personas experimentan después de que termina la jarana que habían estado anhelando tanto puede tener varios desenlaces.

Mientras algunas personas pueden decir que tienen todavía muchas energías para seguir pasándola ‘bomba’, otros simplemente se dejan absorber por la soledad y la desazón.

“Es similar a lo que sucede cuando estás deseando mucho probar un buen postre, lo disfruta al máximo y luego se acaba”, señala el blog Psicólogos Perú y añade que la depresión ‘pos- party’ puede venir acompañada con remordimiento y dolor como resultado de haberse sobreexcedido la noche anterior.

El riesgo de los excesos
La aflicción del día después de los excesos festivos puede ser mayor si debido al alto consumo de alcohol la persona no recuerda nada de lo que hizo.

Una serie de interrogantes invaden de inmediato la cabeza y emerge un creciente sentimiento de pesadumbre. “Algunas personas que están en esa situación se cuestionan o tratan de averiguar sobre lo sucedido y es ahí donde se desatan más sentimientos negativos”, observa por su parte la sicóloga Liliana Zabala.

En criterio de esta experta, si no se mantiene el equilibrio al momento de disfrutar un momento festivo, puede devenir en culpas, arrepentimientos, depresión, angustia ansiedad, desánimo, hasta llanto.

“Ciertas personas incluso optan por dejar de comer porque creen que los excesos cometidos implican demasiada ingesta de calorías, por lo tanto ingresan en una inanición profunda que la familia muchas veces tiene que intervenir. Otros incluso pueden llegar hasta los hospitales por los excesos”, advierte Zabala.

Esta sicóloga analiza los cambios de comportamiento que se observan generalmente en momentos de larga algarabía.

“Cuando el alcohol llega al cerebro en grandes cantidades, estamos gobernados por el ‘ello’, que es la instancia síquica instintiva. Por eso muchas veces escuchamos decir a la gente que quiere tomarse unos tragos para ‘agarrar valor’. Todo aquello que está reprimido en el inconsciente se libera con el alcohol. Así la timidez, los prejuicios, los tabúes dejan así como la pulsión sexual y hasta la agresividad se liberan de sus ataduras y afloran con fuerza”, reflexiona.

Aclara, sin embargo, que no todas las personas caen en los excesos por lo que logran disfrutar al máximo de la diversión y levantarse con los mejores ánimos al día siguiente.

Responsabilidad individual
La conclusión es clara, y todo se reduce a la responsabilidad individual, indica una publicación del portal Confidencial.com que da consejos para ahuyentar la depresión después de las fiestas y de esa forma no tener que lamentarse a la mañana siguiente.

“Cuanto más responsables de nuestras acciones seamos, menos culpa sentiremos”, resalta.

Según los especialistas en sicología, así como uno se permite comer algo fuera de la dieta algunas veces, beber una copa de más o gastar un poco de dinero extra, se puede dar también rienda suelta a la diversión sin perder todo el control.

En caso de que resulte difícil mantenerse al margen de las tentaciones, aconseja tomar ciertas precauciones. “Cuanto menos podamos hacer para cambiar el curso de los acontecimientos, peor nos sentiremos. Por lo tanto, la solución es tan sencilla como difícil de lograr: simplemente, hay que tomar las decisiones correctas. O, al menos, sentir que hemos hecho lo que hemos podido. Para ello, la claridad mental es un aliado insustituible”, enfatiza.

Si uno ya no puede hacer nada, debe aprender de los errores. “Si vuelves a tropezar con la misma piedra, toda esa culpa no habrá servido.
Por lo menos, que el sufrimiento te lleve a saber dónde están tus límites”, enfatiza Confidencial.com

Señales que envía tu cuerpo, para decirte que eres feliz

Hay quien dice que la felicidad no existe, que es un imposible, hay los hay tienen de todo y son infelices... Por el contrario, hay quien piensa que teniendo poco se siente feliz, que la felicidad en sí misma es un mero instante... Sea como fuere, lo cierto es que el ideal de felicidad es distinto para hombres y mujeres.

Para ellos, la felicidad está asociada directamente al éxito profesional. Sin embargo, las mujeres se sienten felices cuando encuentran en todas las parcelas de su vida -profesional, familiar, de ocio- un equilibrio.

Según Silvia Escribano, socia y directora de Isavia Consultores, asegura que la felicidad es una sensación placentera y silenciosa. “Las personas tienden a asociar la felicidad con la risa, y no es así. Una mera sonrisa, un gesto amable, el brillo de los ojos delatan mayor felicidad que una carcajada”.

Por su experiencia de 14 años como coach en psicología, apunta que indiscutiblemente “somos más felices de lo que creemos”. Explica que en los últimos años, sucesos como la crisis económica han ayudado a más personas a darse cuenta de ello, por muy contradictoria que pueda parecer esta idea.

VALORAR LAS COSAS PEQUEÑAS

“Vivimos en un mundo materialista y, en muchas ocasiones, reina la creencia de que la felicidad es mayor cuanto más se tiene. Sin embargo, la crisis ha ayudado a muchas personas a sentirse felices por tener un trabajo, pagar la hipoteca, poder irse de vacaciones..., algo que antes no valoraban de la misma manera. Igualmente, se ha dado un paso al conceder mayor importancia "a lo pequeño", a valorar el presente: un paseo, una comida, una buena conversación. Es decir, a dejarse llevar por lo que siento hoy y no tanto por el futuro. El cerebro no entiende el futuro, le crea incertidumbre y le aterra, lo que paraliza el cuerpo y no nos deja vivir tranquilos el presente”.

Esta experta apunta que nuestro cuerpo es capaz de transmitirnos señales de que somos felices, aunque no reparemos ni nos demos cuenta de ello. Estas son algunas de ellas:

1. Eres fiel a ti mismo. Cuidas la relación que mantienes contigo. No sientes tensión.

2. Tus músculos faciales están relajados y sus movimientos son fluidos. Sonríes con autenticidad y tu mirada brilla.

3. Pones atención a tu cuerpo. Tu sistema inmunológico está determinado por tu actitud emocional. Confías y te quieres. Tu salud te lo agradece.

4. Tu mente permanece en silencio. Tienes la mente y el corazón en paz. Expresas acciones y pensamientos pacíficos.

5. Te sientes responsable de lo que piensas y sientes en cada momento. Atraes personas y fomentas situaciones positivas.

6. Aceptas las situaciones con serenidad. Eres capaz de pensar con claridad y tomas mejores decisiones.

7. Vives el presente. Disfrutas las cosas al instante. No te empeñas en cambiar el pasado. Ni siquiera el presente.

viernes, 13 de febrero de 2015

Usar el cerebro para ser más felices

Lo que sentimos, nuestros pensamientos, las decisiones de nuestra vida, todo depende del cerebro, por ello los neurocientíficos Mateo Niro y Facundo Manes, quien hace un año dirigió la operación, por un hematoma cerebral, de la presidenta argentina Cristina Kirchner, invitan en su libro “Usar el cerebro” a entender cómo funciona, para poder llegar a sentirse mejor con uno mismo.

“Somos cerebros con patas”, con estas palabras comienza Facundo Manes, en una entrevista sobre el análisis del libro “Usar el cerebro: conocer nuestra mente para vivir mejor” (Ed. Planeta), en el que ahonda en la necesidad de sacar el estudio del cerebro fuera del laboratorio y comprender que la felicidad depende del rol que este órgano cumple en nuestras vidas.

“La literatura sugiere que nos enamoramos con el corazón, pero en realidad nos enamoramos con el cerebro, y el corazón es sólo la víctima”, señala.

La base de esta afirmación se encuentra en que para comprender el cerebro, antes se debe entender que es un elemento social y emocional.

El doctor Manes sugiere que como seres emocionales, no podemos negar que los sentimientos determinan nuestra conducta, de la memoria a la toma de decisiones, y como animales sociales necesitamos de nuestra capacidad de empatía para vivir en comunidad.

Esta base de conocimiento sobre uno mismo, sobre el cerebro, permite al ser humano saber que su manera de pensar está condicionada por su manera de sentir, lo que le posibilita para actuar sobre las ideas tóxicas, y con ello, vivir mejor.

Decisiones, miedos y estrés

El bienestar es un objetivo que depende de comprender que el cerebro ha desarrollado, a lo largo de miles de años, un sistema de toma de decisiones que en ocasiones es racional, pero que la mayoría de las veces es automático.

“Si no fuera por ese modo automático no podríamos sobrevivir, porque tomamos decisiones a diario, y no podemos sopesar pros y contras de todas ellas”, señala.

Ello permite enfocar, de una manera equilibrada, emoción y razón para tomar la mejor decisión posible en cada situación.

Sin embargo, dentro de las emociones básicas del ser humano, el miedo puede condicionar nuestra conducta al detectar peligro donde no lo hay, y crear así, un estado de ansiedad.

“Nuestra conducta también puede estar condicionada por la adicción, que secuestra el cerebro, perdiéndose incluso un poco el libre albedrío”, remarca.

El rapto de la decisión libre reside en la incapacidad para no resistir la recompensa que el cerebro activa con el placer, por ejemplo ante un alimento, y la imposibilidad de cambiar la tentación inmediata por el beneficio a largo plazo.

La memoria de las emociones

Según el doctor Manes, los recuerdos del ser humano no están condicionados por el tiempo sino por las emociones, de tal manera que se olvida casi todo y se recuerda lo que emociona.

“Si pido que cuentes cinco años de tu periodo escolar en 40 minutos, te sobrara tiempo, pero si pregunto dónde estabas cuando cayeron las Torres Gemelas, seguramente sabrás responderme”, explica.

Si bien la emoción permite llegar al recuerdo, el cerebro lo reconstruye a la hora de contarlo, por lo que cada vez que se describe un hecho del pasado, se reelabora, ya que “sabemos que las áreas cerebrales para recordar el pasado son claves para imaginar el futuro”.

“Leer neurociencia lo hago todos los días, por lo que para mí, un desafío intelectual es aprender un idioma nuevo”, aclara.

El proceso de la memoria humana, según el doctor Manes, no se ve afectado por las nuevas tecnologías porque “no necesitamos recordar cuántos habitantes tiene una provincia de China, si lo tenemos en Google, y el buscador jamás va a reemplazar una caricia de nuestro hijo”.

Buenos hábitos

Para combatir la depresión, que puede ser signo de estrés crónico, Facundo Manes recomienda:

• Dormir bien.

• Saber decir que no.

• Fijar metas realizables.

• Realizar ejercicio.

• Tener vida social activa.



Para recordar

Una vez se conoce cómo funciona la memoria es necesario trabajarla para que el deterioro cognitivo, fruto de los años o de enfermedades como el alzhéimer, no borren los recuerdos, mediante:

• El cuidado del sistema cardiovascular.

• La realización de ejercicio físico.

• El contacto social y el desafío intelectual.

Musicoterapia para las personas adultas

La música, al ser un fenómeno que actúa directamente sobre las emociones de los seres humanos, permite potenciarlas y movilizarlas con finalidades terapéuticas. Todas las personas, y por lo tanto también aquellas que ya son más mayores, tienen capacidades para desarrollar habilidades musicales, incluso aquellas que presentan limitaciones de tipo físico o psíquico. Dichas habilidades se pueden reconducir con objetivos terapéuticos, realizando actividades como cantar, moverse con la música, tocar instrumentos, componer letras y melodías, comprender la música que se escucha, incluso aprender música. De esta forma se puede trabajar: Capacidades cognitivas como la memoria, el lenguaje, la imaginación o la atención, capacidades físicas como la coordinación, el control muscular, la activación del flujo sanguíneo, relajar, aspectos emocionales y sociales para incidir positivamente en el estado de ánimo, mejorar la autoestima, fomentar la integración y la vinculación social, entre otros aspectos.

jueves, 12 de febrero de 2015

Visualiza tus deseos


Si te pones a pensar con un poco de sensatez, el que más sabe de su propia vida y de sus necesidades reales eres tú ¿verdad que sí?

Cuando una persona no sabe que tiene una mente subconsciente, la cual funciona con programas o pensamientos que se introducen en la misma, cuando uno no sabe que podemos producir nosotros mismos nuestras propias sugestiones y asegurarnos de que sean positivas y constructivas, cuando uno no tiene esos conocimientos busca a otras personas que puedan decirle cuál es su suerte sin darse cuenta de que cualquier cosa que se le diga, buena o mala, el subconsciente acabará por cumplirla y en general la respuesta es la misma: “Alguien que te odia te ha causado daño y estás mal por eso” siendo que en los hechos, lo que te está causando cualquier efecto negativo es tu propio pensamiento negativo y tu ignorancia respecto al poder de tu mente subconsciente.

Cuando recibimos sugestiones de personas que nos leen la suerte lo que hacemos es poner nuestra poderosa mente subconsciente en manos de personas que realmente no conocemos.

El peligro es real, nuestra mente subconsciente no discierne ni revisa la polaridad de los pensamientos y si se permite que otra persona introduzca un pensamiento negativo, éste se manifestará.

Para que tu poder o destino no caiga en manos de personas desconocidas, puedes tomar la decisión de aprender a leer tu propia suerte a partir de lo que eres, de lo que tienes, de lo que sabes hacer y de lo que decides aprender.

Puedes hacer una lista de todos esos elementos para ti mismo y poner delante de tus ojos el producto de tu suerte y si decides mejorar esa suerte o esas condiciones, haz una lista de todos los deseos con los cuales serías feliz y realizado.

Una vez que tengas tu lista de deseos, visualiza cada uno de ellos como si ya estuvieran realizados y al dormirte con esa sensación y con ese sentimiento, deja ir tus deseos, olvítade de ellos, pues al dejarlos ir, el Universo se encargará de su respectiva realización.

Reflexión: Tu suerte está en el conocimiento que tengas de tu mente subconsciente y de cómo programarla con tus decisiones para solucionar tus problemas, para lograr tus triunfos, para generar tus propias metas y para vivir bien.

jueves, 5 de febrero de 2015

Síntomas físicos de las relaciones tóxicas

Cuando el amor no es buena idea, y la relación no provoca efectos beneficiosos en la salud física y emocional de las personas, hablamos de que se trata de una relación tóxica. Exceso de celos, manipulación, abusos son algunas de las características de este tipo de relaciones. Pero esto no queda solo aquí, pues vivir una relación de este tipo, a la larga, tiene sus consecuencias físicas. El cuerpo reacciona a su manera, y comienza a expresarlo por medio de fallas y enfermedades. Estos son algunos de los peligros que puede causarle a tu salud: La exposición permanente a situaciones de estrés provoca que el cuerpo produzca la hormona cortisol, que combinada con el rápido latido de corazón, condiciona el avance de la presión arterial. El estrés crónico que se vive pone al cuerpo en el borde de la enfermedad constantemente. Esto provoca que el sistema inmunológico se encuentre en estado de alerta todo el tiempo, y cuando se reprime, deja al organismo vulnerable a resfríos, enfermedades y virus.

El rostro espejo de los sentimientos

Realizamos muchas acciones en nuestra vida destinados a mejorar muchos aspectos de nuestro cuerpo, de nuestra mente o de nuestra vida en general, pero no tenemos un método para poder darnos cuenta de las actividades y acciones negativas que vamos realizando día a día que van echando a perder nuestra expresión facial.

Si observamos por las calles la expresión de las personas que van caminando encontraremos una variedad enorme de expresiones faciales y muchas de ellas tienen que ver con el tipo de trabajo interno que van haciendo las personas con sus pensamientos, con sus actitudes y, sobre todo, con sus sentimientos.

Existe un método para leer las actitudes de las personas que consiste en observar simplemente su expresión facial durante unos minutos para descubrir cómo es su actividad mental, su actividad emocional y la actitud predominante de cualquier persona en este mundo. Cuando ensayamos la lectura de la actitud, vamos descubriendo la razón o la causa por la cual algunas personas tienen expresión facial agradable o, por el contrario,tienen una expresión facial totalmente desagradable.

Son muchas las jovencitas que teniendo un hermosura natural van mostrando expresiones de enojo, de molestia, de infelicidad en muchas ocasiones, expresiones de hipocresía que pretenden mostrar falsas sonrisas y pretenden encubrir el dolor y el sufrimiento que sienten en casa por las peleas constantes de los papás o por la soledad y aislamiento en que se viven.

En el libro de Prentice Mulford titulado “Los pensamientos son cosas” expresa este hecho de forma jocosa y lo muestra como “un método” que emplean algunas jovencitas para “afearse” y de manera textual lo dice así: “el método más seguro para que una muchacha se afee es sentirse descontenta, irritable, enojada y envidiosa de otras. A causa de esos estados de ánimo está atrayendo hacia sí la sustancia invisible del pensamiento que actúa y perjudica al cuerpo. Arruina su tez, crea líneas de expresión, arrugas en su cutis, afila la nariz y transforma el rostro de la juventud en el de una arpía en muy poco tiempo”.

Este pasaje nos muestra la posibilidad del contraste; en vez del descontento, podemos aprender a amar y apreciar todo lo que somos y todo lo que tenemos diciendo literalmente: “Amo y aprecio todo lo que soy y todo lo que tengo”; en vez de actuar como personas irritables podemos aprender la conducta “autocontrol cien por ciento responsable” y en vez de

irritarnos por cualquier cosa podremos aprender a vivir en estado de paz y de reconocimiento de todas las cosas y bendiciones que vamos recibiendo de los demás, incluyendo nuestros papás, parientes y demás seres queridos y no queridos.

Podemos tomar la decisión de practicar la conducta deliberada: “abstención de todo tipo de quejas y bendecir mentalmente a todos los seres y a todas las personas de este mundo, sin excepción alguna”.

En vez de envidiar a otras personas realizar la conducta: “alegrarse por los triunfos y logros temporales de esas personas y desear sinceramente que les vaya bien en la vida, pues la vida pone a cada quien en su lugar independientemente de su tamaño o de las situaciones temporales que esté viviendo en sus momentos presentes, por lo tanto, deseemos sólo el bien y el resto vendrá por añadidura, tal como rezan las escrituras.

Si usted ha estado practicando sin darse cuenta el “método para afearse” puede volver a leer con atención el presente artículo o conseguir el libro de Prentice Mulford, quien nació en 1834 y vivió hasta el año 1891.

Palabras del autor: “Todos estamos creando en este mundo lo que queremos o lo que no queremos”.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Día del abrazo paceño busca superar los 30 mil apapachos

En el marco del Día del Abrazo, que se celebra en La Paz desde hace dos años, el municipio busca romper el record de 30.000 abrazos. El evento principal se realizará en el Megacenter de Irpavi desde las 10.00 del sábado y será de libre acceso para todo el público asistente.
El evento, que forma parte del Programa de la Felicidad de la comuna, es una acción específica que tiene por objetivo estimular y promover una "convivencia entre personas conocidas y desconocidas”. Como en años pasados, las cebras serán las principales promotoras de la jornada de abrazos y amistad, informó la comuna paceña.
El grupo musical Octavia, también, estará presente para alegrar el evento desde el Megacenter. La banda interpretará su música a tiempo de promover los abrazos en el centro comercial de la zona Sur, que hace una semanas fue el centro de polémica por comentarios de racismo.
En el espacio se instalarán puestos para que la población pueda realizar meditaciones guiadas, musicoterapia y una limpieza de energías negativas. Un conteo dará inicio a la mañana de abrazos entre los visitantes del lugar. Esta acción, explican los encargados de la Alcaldía, ocasiona que nuestro cerebro genere oxitocina, que es la hormona de la felicidad.
El Día del Abrazo en pasadas versiones contó con el apoyo de conjuntos musicales, las cebras y agrupaciones juveniles. Este año, la comuna planteó incrementar el número de asistentes con un concierto en Irpavi. Este evento fue creado en 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS


lunes, 2 de febrero de 2015

¿Debo abandonar mis metas por haberme caído de la bicicleta?

Un ojo morado no es la mejor manera de comenzar mi entrevista para director no-ejecutivo El miércoles pasado iba rumbo al trabajo en bicicleta con una bolsa colgada sobre el manubrio. Había alcanzado una buena velocidad, cuando la bolsa giró hacia la rueda, se trabó, y yo salí volando sobre la bicicleta para caer de cabeza en la calle.
Por lo menos eso es lo que el hombre de la ambulancia me dijo que había pasado; mi casco no me salvó de perder el conocimiento, así que no recuerdo nada. A mitad de la tarde salí del hospital con un impresionante ojo morado, una cara arañada y una muñeca rota que no dolía mucho.
El único daño permanente lo recibió mi camisa, que tuvieron que cortar para quitármela. Por supuesto fue una estupidez andar en bicicleta con algo en el manubrio. Quizás, por primera vez en la vida, aprenderé algo de mis errores y comenzaré a usar un serón.
Moraleja
Pero ésa no es la moraleja del cuento. El martes por la mañana tengo una entrevista para un cargo de directora no-ejecutiva. Me debo presentar en una elegante oficina en el centro de Londres y convencer al director de una empresa que yo soy el tipo de persona que él quisiera ver sentada en la mesa de su junta directiva –aguda para desarrollar estrategias, prudente cuando se trata de tomar riesgos y estupenda para hacer preguntas pertinentes-.
Me acabo de examinar en el espejo y he estudiado mi ojo cerrado, los bultos morados, los lacrimosos arañazos rojos, el brazo encogido en un cabestrillo, y pensé: ¿contrataría yo a esta mujer? La respuesta se me presentó enseguida: no.
Una breve búsqueda Google me aseguró que cuando se trata de hacer una mala impresión en una entrevista de empleo un ojo morado es peor que llegar tarde, sudar profusamente y llevar un anillo en la nariz. Igualmente, según un estudio de la Universidad de Iowa, lo más importante en una entrevista – especialmente para una mujer – es un apretón de manos firme.
Mi mano derecha, con sus dedos amoratados sobresaliendo de un yeso igualmente mugriento, no va a apretar ninguna mano. Entonces ésta es la pregunta: ¿debo posponer la entrevista?
Mi instinto me dice que debo seguir adelante. Puedo mantener una conversación igual que antes. Puedo transcender mi apariencia de horripilante bruja vieja –hacer esto es una prueba de carácter-. Y yo no cancelo mis citas. La primera señal de profesionalismo es la puntualidad y no hacer perder el tiempo a otras personas cancelando y reprogramando.
Pero, 24 horas después del accidente dejé de estar tan convencida. Los pasajeros en el tren evitaban la mirada. Al llegar a la oficina debo haber lucido tan frágil que el guardia de seguridad me abrazó y me besó. El editor de modas del Financial Times me aconsejó que considere no ir.
Las apariencias influyen
Nadie puede parecer una mujer poderosa cuando luce como víctima de abuso doméstico. Pudiera ser sexista, ella me explicó, pero es la realidad: un hombre con la cara machacada luce duro, mientras que una mujer luce como una esposa golpeada.
No importa que cuento yo hiciera sobre una bicicleta y una bolsa, un extraño siempre sospecharía de un compañero abusivo, no de un pavimento abusivo. La única forma de salvar la situación, me dijo, era un gallardo parche en el ojo y un traje de poder. Cuando le señalé que uno no puede llevar tal traje de poder con un brazo enyesado, me sugirió que llevara una capa en vez.
No creo que entienda: me están entrevistando para un puesto en la junta corporativa no un papel en una pantomima de Lord Nelson. Y, a pesar de sus advertencias, voy a ir de cualquier manera. Si no fuera por la entrevista no-ejecutiva y el ojo morado, yo me estaría sintiendo orgullosa de mi misma.
Cuando tenía alrededor de 10 años, tenía un deseo mórbido por tener un hueso roto enyesado, ya que esto lo eximía a uno del gimnasio y parecía incitar una desmesurada cantidad de simpatía. Varias décadas después, he logrado lo que deseaba, y es aún mejor de lo que yo pensaba. Hay flores, ofrecimientos de salir a comprarme comida, hasta me han dado las gracias por cumplir con mi trabajo.
Pienso en todas las veces que he estado en un estado mucho peor en el trabajo: por insomnio, ansiedad, inseguridad o aun depresión. Nadie podía ver la herida; sólo querían que yo no fuera de humor tan cambiante. El único inconveniente del enyesado es que le piden a uno que se explique interminablemente.
Hasta ahora he aprendido tres cosas. Primero, que los ciclistas me ven como un héroe y los no ciclistas como una tonta. Segundo, decir "accidente de bicicleta” es mucho mejor que explicar (como han tenido que hacer últimamente dos colegas) que una se ha caído por llevar tacones altos o se ha dañado saltando en un trampolín para niños.
Finalmente, es mejor mantener breve la explicación y no admitir que uno tuvo la culpa. Yo pienso mantenerme firme en este punto el martes. Aun si el director reprime sus sospechas de que soy una mujer maltratada, es posible que no quiera contratar a un consejero de riesgos corporativos que haya manejado tan mal su propio riesgo corporal.




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Pienso en todas las veces que he estado en un estado mucho peor en el trabajo: por insomnio, ansiedad, inseguridad o aun depresión. Nadie podía ver la herida; sólo querían que yo no fuera de humor tan cambiante.