jueves, 19 de septiembre de 2013

Autoestima, medicamento antiedad

La autoestima es una verdadera medicina ‘antiaging’ (antiedad), especialmente útil para las personas mayores, ya que estas se ven frecuentemente afectadas por depresiones o situaciones de baja autoconfianza, provocadas por la soledad, el aislamiento o los estereotipos asociados a su edad avanzada.

Esta “vitamina psicológica”, consistente en valorarse a uno mismo de forma positiva, también es una gran ayuda sobre todo para las mujeres mayores, en contextos de recesión y crisis como el actual, porque ellas padecen la angustia por la incertidumbre que deben atravesar sus hijos y nietos y tienen “sensores más potentes en cuanto a la conflictividad familiar”.

Esto explica José Antonio Flórez, catedrático de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Oviedo (España) que impulsa el programa ‘Autoestima, felicidad y salud’, consistente en una serie de talleres psicológicos centrados en reforzar la autoestima y potenciar su uso como “medicamento” eficaz para prevenir las enfermedades.

De acuerdo a la experiencia de Flórez, “la baja autoestima supone un caldo de cultivo adecuado para que se potencie el envejecimiento patológico, mientras que una autoestima elevada puede servir como protector contra enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, y puede contribuir a la longevidad”.

La psicóloga clínica Margarita Marqués está de acuerdo con Flórez, ya que “teniendo en cuenta que la autoestima es considerada “el sistema inmunológico de la consciencia”, y dada la estrecha relación entre el cuerpo y la mente (psique y soma) de las personas, no resulta extraño que también potencie las defensas orgánicas”.

Según Marqués, la autoestima “puede subir o bajar dependiendo de los elogios o críticas que recibamos.

Hay una parte que fomentan los demás y los logros que vamos alcanzando y otra que es innata o aprendida. Siempre se puede aprender a fomentar, fortalecer y potenciar la autoestima, lo cual nos da más fuerza y constancia para alcanzar nuestros objetivos y prosperar”.

Sistema inmunológico de la mente

En todo caso, según esta psicóloga, conviene “sentirnos a gusto en nuestra propia piel”, porque de ello depende “sabernos y sentirnos capaces de conseguir las metas que nos proponemos, descubrir lo que queremos y luchar por ello, funcionar bien en la pareja, el trabajo y otras parcelas de nuestra vida y ser fieles a nosotros mismos, en vez de seguir los designios ajenos”.

Estos son sólo algunos de los beneficios y aspectos poco conocidos de la autoestima, según demuestra un breve repaso de las últimas investigaciones psicológicas y revelaciones de los expertos.

A bailar!

El Centro de Psicología del Baile de la Universidad de Hertfordshire (UH por sus siglas en inglés), situada en Londres ha descubierto que el baile, no sólo mejora el ánimo y preserva la salud de nuestro corazón y arterias, sino que también ayuda a mejorar nuestra autoestima.

“Bailar es fundamentalmente instintivo”, ha explicado Peter Lovatt, un psicólogo de la UH y bailarín profesional, que ha decidido combinar “las dos pasiones de su vida” para investigar los efectos de la danza en el cerebro humano.

Para averiguar qué relación existe entre la autoestima y la actividad del bailarín, Lovatt realizó una encuesta a casi 14.000 personas, descubriendo que las mujeres se sienten más seguras al bailar que los hombres, aunque ambos tienen altibajos de confianza en sí mismos, según pasan por distintas etapas de su vida.

El psicólogo encontró que ellas bailan sin temor desde la preadolescencia hasta los 16 años de edad, momento en el que aparece el temor al ridículo, aunque al entrar en la veintena recobran su autoconfianza. En cambio, los varones van cobrando confianza de forma lenta y sostenida hasta que llegan a los 30 años de edad, momento en que la pista de baile los vuelve a intimidar.

Postura erecta, autoconfianza elevada

Por otra parte, sentarse con la espalda recta además de beneficiar a nuestra columna vertebral, puede ayudarnos a ser psicológicamente más fuertes y felices, debido a factores mentales y hormonales.

De acuerdo a una investigación de la Universidad Marshall (MU, por sus siglas inglesas), en California, EE.UU., mantener una buena postura corporal no sólo reduce la sensibilidad al dolor lumbar, sino que además aumenta nuestra autoestima y asertividad, concepto que viene a significar equilibrio emocional, frente a los otros y nuestro bienestar psicológico.

El estudio constó de dos experimentos en los que participaron varios voluntarios. En uno de ellos tuvieron que mantener una postura dominante (mirada alta, hombros rectos y trasero y columna pegados a la silla), tras lo cual se midió su nivel de dolor ante un estímulo.

En el otro se valoró cómo la postura corporal incidía en la relación que mantenían con un interlocutor.

Los participantes que asumieron una posición recta y dominante evidenciaron una capacidad más elevada de soportar el dolor y tuvieron un mayor grado de tolerancia ante una situación de estrés eventual, gracias a esta posición dominante que, además, induce a que el cuerpo libere más testosterona.

Los voluntarios con una postura erecta señalaron que creían tener un mayor control de la situación y sentirse más fuertes frente a los demás, comparados con los que tenían una postura relajada.

“El interlocutor de una persona que mantiene una postura dominante puede reaccionar sublevándose o asumiendo una posición sumisa.

Para aumentar el sentimiento de poder y control, lo mejor es sentarse con el pecho hacia adelante y buscando alargar el tórax”, ha explicado Scott Wiltermuth, autor del estudio de la MU.

¿Cuestión de peso?

Asimismo los estudios contribuyen a poner en la picota algunas creencias sobre la relación entre autoestima y aspecto corporal.
La obesidad o el sobrepeso son factores que suelen vincularse al origen de una baja autoestima, pero puede ocurrir a la inversa: que la gente con baja autoestima tenga más probabilidades de engordar o volverse obesa, según han descubierto investigadores del King’s College de Londres.

Según otro estudio, del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla (España) hay gente obesa que se ve mejor a sí misma que la percepción que sobre ella tienen aquellos con un peso normal acorde a su edad, sexo y estatura, y utiliza con frecuencia adjetivos positivos para definir o describir su propia personalidad.

Además, según otro trabajo que incluyó a 712 estudiantes de sexto grado de primaria en EEUU a los niños bajitos no les falta autoestima, y pese a la preocupación de algunos padres, la estatura baja no es un problema para sus hijos.

El trabajo, de la doctora Joyce Lee, profesora de endocrinología pediátrica de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (EE.UU.), halló que los niños bajitos recibían sólo algunas bromas más que sus compañeros, pero ello no parecía afectar su popularidad ni producir victimización en sus relaciones con otros niños.

QUICKIE

Muchas personas que se realizan cirugía plástica esperan verse mas atractivas. Pero la cirugía cosmética no siempre incrementa el atractivo general de la persona: sí lucen 3.1 años más jóvenes, pero no hay diferencia en el atractivo.\

viernes, 13 de septiembre de 2013

Combatiendo el suicidio

La medicina preventiva intenta abrirse camino en todos los ámbitos de la salud y en el tema que nos ocupa, los especialistas insisten en remarcar su carácter crucial. Aquí, más que nunca, la prevención salva vidas. El 10 de septiembre fue el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y pretende fomentar, en los cinco continentes, compromisos y medidas que ayuden eficazmente a acabar con esta práctica. Cada día 3000 personas ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.

En los últimos 50 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.

Redes sociales: un nuevo altavoz de auxilio

“Existe un mito con respecto a que el paciente que se quiere suicidar no lo dice y se mata”, según el psiquiatra Carlos Mirapeix, aclara que los datos apuntan a que los que tienen ideación suicida, el 80 %, han ido al médico la semana anterior o han dado indicios y noticias de ideas de suicidio con familiares o amigos.

Estas comunicaciones se realizan por las vías naturales al individuo y hoy en día ese escenario, especialmente para los jóvenes, lo conforman las redes sociales. Se ha detectado, explica Mirapeix, con vistas a la intervención precoz en adolescentes que el lugar donde expresan por primera vez pensamientos suicidas y de muerte, sensaciones de hartazgo y desesperación y búsqueda de ayuda es en las redes sociales.

La revista Crisis: the journal of Crisis Intervention and Suicide Prevention 2011; Vol. 32(5): 280–282, publicó un estudio, llevado a cabo por médicos suizos, sobre Facebook y casos de suicidio. En sus conclusiones señala cómo la presencia de notas de suicidio en redes sociales como Facebook es un fenómeno reciente y alerta sobre la necesidad de ser conscientes de este nuevo tipo de anuncio de suicidio y sus consecuencias posibles.

Hasta el momento, según explica el estudio, es confuso si el efecto de tales apuntes conducirá a un estímulo mayor de suicidio o en cambio a mayores oportunidades para su prevención.

En España, los voluntarios de los centros del Teléfono de la Esperanza atendieron el año pasado 1.567 llamadas en las que los afectados manifestaron de manera explícita su intención de suicidarse, un 30% más que en 2001.

Prevención del suicidio y redes sociales

En ese caso, los afectados buscan una voz, alguien que les atiende personalmente. “Hoy en día antes de llamar a teléfonos de ayuda, los jóvenes, expresan gritos de auxilio en las redes sociales”, afirma el psiquiatra quien es consciente de que esa circunstancia les va a obligar a investigar de qué forma deben intervenir para que la información que se vierte en las redes pueda ser utilizada por los facultativos.

“Nuestro equipo trabaja con grupos de adolescentes y jóvenes con problemas de conducta grave y trastorno límite de personalidad graves; siempre les pedimos autorización para que nos dejen visitar su perfil de Facebook. Dentro del protocolo de evaluación también estudiamos el contenido de su perfil porque a veces allí aparecen cosas tremendamente importantes desde el punto de vista clínico”, afirma el doctor.

“Tenemos pocas conclusiones pero empezamos a tener alguna idea de cómo van las cosas. Está empezando a haber auténticas plataformas online de prevención del suicidio, plataformas con acceso a chats, a las propias redes sociales de esas plataformas, en definitiva, facilitar la comunicación directa con profesionales”, asegura Mirapeix.

“Incluso, hoy en día se está empezando a utilizar como herramienta y método de intervención de situación de crisis el WhatsApp. Los profesionales nos estamos planteando qué podemos hacer con las nuevas tecnologías y ayudar a estos chavales con un alto índice de suicidio pues donde mejor expresan lo que les pasa es en las redes sociales”, insiste el psiquiatra.

Problema global

Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva.

El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales, tal y como predica la OMS.

El doctor Mirapeix insiste en que la prevención del suicidio es un problema sanitario, social, político que nos compete a todos.

“Hay que quitar el estigma del suicidio y del paciente con ideación suicida para favorecer su identificación, darles un espacio para hablar, entrenar a los profesionales y poner programas terapeúticos que prevengan esta situación”.

También existen medidas de prevención más allá de las sanitarias. “Algunas requieren medidas políticas como la posibilidad de disponer de armas de fuego muy relacionada con el riesgo de que se cometan suicidios; que los sitios peligrosos estén vallados, protegidos u otras medidas como la adquisición de sustancias tóxicas peligrosas o medicamentos con alto índice de letalidad, en definitiva, dificultar el acceso a prácticas suicidas”, asegura Mirapeix.

“Es necesario entrenar a los maestros y profesores de instituto para que sepan detectar cuando un niño, y sobre todo un adolescente, muestra signos con una ideación suicida potencial, y poder remitirlo al equipo psicológico o al médico”, insiste el psiquiatra.

OTRAS SEÑALES DE ADVERTENCIA

El suicidio en adolescentes con frecuencia ocurre después de un evento estresante en la vida, como problemas en la escuela, la rotura con un novio o novia, la muerte de un ser querido, un divorcio o un fuerte conflicto familiar.

Además de manifestarse en las redes sociales como se mencionó anteriormente. Los adolescentes que piensan en suicidarse podrían:

• Mencionar el suicidio o la muerte en general
• Insinuar que ya no estarán más
• Mencionar los sentimientos de desesperanza o de culpa
• Retraerse de amigos o de la familia
• Escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte, la separación y pérdida
• Empezar a regalar objetos valiosos a hermanos o amigos
• Perder el deseo de participar en cosas o actividades predilectas
• Tener dificultades para concentrarse o pensar con claridad
• Mostrar cambios en hábitos de alimentación o de dormir
• Participar en actividades riesgosas
• Perder interés en la escuela o en los deportes



RECUERDA:

El sentido de la vida no es algo común para todas las personas, es personal, porque lo que me lo da a mí no lo dará a otros. Lo primero que debemos hacer para dar sentido a nuestras vidas, es preguntarnos cuál es nuestro mejor atributo, mejor cualidad y en qué aspecto somos realmente buenos. Una vez que lo descubramos, hay que dedicarle una mayor parte del tiempo para mejorarlo.

Otras veces no hay que descubrir atributo alguno, simplemente mirar alrededor y encontrar la persona que más nos necesita.

Dedicarnos a mejorar la calidad de vida de ellos para enriquecer también la nuestra.

Si algún problema te agobia, pregúntate qué puedes hacer para solucionarlo o superarlo. Siempre tienes una de estas dos opciones, no lo olvides. La vida está llena de pruebas que al pasarlas nos hacen más fuertes.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Depresión y color de la luz

Un nuevo estudio sugiere que el color de la luz en la noche puede marcar una gran diferencia para la salud.

En un experimento efectuadocon hámsteres, los investigadores encontraron que la luz azul tiene los peores efectos sobre el estado de ánimo, seguidos de cerca por la luz blanca, mientras que los roedores expuestos a la luz roja en la noche tuvieron significativamente menos evidencia de síntomas de tipo depresivo y cambios en el cerebro vinculados a la depresión.

A los únicos hámsteres que les fue mejor que a los expuestos a la luz roja fue a los que tuvieron oscuridad total de la noche.

Los hallazgos, que publicó 'Journal of Neuroscience', podrían tener implicaciones importantes para los seres humanos, en particular para los que trabajan en turnos de noche que los hacen susceptibles a trastornos en el estado de ánimo, dijo Randy Nelson, coautor del estudio y profesor de Neurociencia y Psicología en la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos.

"Nuestros hallazgos sugieren que si podemos utilizar la luz roja en el caso de los trabajadores del turno de noche, puede tener menos efectos negativos sobre su salud que la luz blanca", afirmó Nelson.

La investigación examinó el papel de las células fotosensibles especializadas en la retina, llamadas ipRGCs, que no tienen un papel importante en la visión, pero detectan la luz y envían mensajes a una parte del cerebro que ayuda a regular el reloj circadiano del cuerpo, es decir, el reloj maestro del cuerpo que ayuda a determinar cuándo las personas tienen que dormir y estar despiertas.

Otras investigaciones sugieren que estas células sensibles a la luz también envían mensajes a las partes del cerebro que desempeñan un papel en el estado de ánimo y las emociones.

"Luz en la noche puede afectar a partes del cerebro que regulan el estado de ánimo al recibir señales durante las horas del día cuando no deberían hacerlo", dijo el coautor Tracy Bedrosian, estudiante graduado en la Universidad Estatal de Ohio, que ahora es investigador postdoctoral en el Instituto Salk. "Ésta puede ser la razón por la que la luz de la noche parece estar relacionada con la depresión en algunas personas", afirmó.

Lo que la gente experimenta como diferentes colores de la luz son en realidad las luces de diferentes longitudes de onda y los ipRGCs no parecen reaccionar a la luz de diferentes longitudes de onda de la misma manera. "Estas células son más sensibles a las longitudes de onda azules y menos sensibles a las longitudes de onda rojas --concretó Nelson--. Queríamos ver cómo la exposición a estas longitudes de onda de diferentes colores afectó a los hámsteres".

En un experimento, los científicos expusieron a hámsteres adultos siberianos hembras durante cuatro semanas a cada una de las condiciones nocturnas sin luz, con luz tenue roja, luz blanca tenue (similar a la de las bombillas normales) o luz azul tenue.

A continuación, hicieron varias pruebas con los roedores que se utilizan para detectar los síntomas de tipo depresivo.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Beneficios que tiene el saber perdonar

Dejar de lado los rencores, las amarguras y permitir que en su vida entre la compasión y la paz puede llevarlo por un camino donde encontrará un gran bienestar en su psiquis al disminuir la posibilidad de sufrir ansiedad, estrés y depresión. La parte física de su ser se beneficiará, pues disminuirá su presión arterial, por lo que tendrá menos posibilidades de sufrir algún tipo de enfermedad cardíaca. Además, sufrirá menos problemas con el abuso de drogas y alcohol, pues si su mente se encuentra perturbada con estos problemas, es muy probable que recurra a estos narcóticos. El perdón traerá aparejada a su vida beneficios y para saber cómo proceder, reflexione primero sobre los hechos y la situación que lo han llevado a estar en conflicto con la persona que lo ha lastimado y ponga en la balanza el daño que le ha causado esta situación. Seguramente elegirá disculpar a esa persona que le ha hecho daño.

Yo no tengo envidia

Marina Valero y Gregorio del Rosario

Desde niños, experimentamos episodios en los que la envidia flota en el aire. El tráfico de dardos envenenados es una constante en el colegio, en las redes sociales, en el grupo de amigos y en la propia familia. Este sentimiento se suele manifestar en forma de críticas, calumnias, manipulación, venganza, callarse halagos, victimización, insultos o incluso agresiones físicas. El deseo de hacer daño al otro es una de las peores formas.

“La envidia decapitadora al estilo de Caín se basa en un odio competitivo. La principal motivación es conseguir algo que el otro tiene y yo no”, explica el psicólogo José Álvarez, presidente de la asociación Mentes Abiertas. Las personas envidiosas idealizan aquello que les falta –desde bienes materiales hasta cualidades muy valoradas: ser sociable, espontáneo, inteligente, atractivo, etc–. “Hay una frustración, porque nunca llegan a conseguir de la forma esperada aquello que valoran como fascinante”, afirma.

¿Existe la envidia sana?

Hay hipótesis para todos los gustos. Según Álvarez, podemos convertir esta faceta humana en el motor para el avance y la mejora personal. Es el caso de la envidia admirativa: “algunos transforman la sensación de falta en una autoexigencia muy fuerte, para estar a la altura de los valores y modelos que creen lejos de su alcance”. La clave está en saber manejar y gestionar el sentimiento para que no nos dañe.

Cristina Corbella, psicóloga de la clínica Euskalduna, considera que la ‘envidia sana’ no tiene razón de ser: “en todo caso es admiración, algo que produce placer y nos impulsa a querer conseguir aquello que admiramos. La envidia estropea cualquier disfrute, es fuente de odio y sufrimiento”.

Envidiosos en potencia

Todos los seres humanos caen en este pecado capital en algún momento de su vida. Corbella explica que los estímulos sociales llaman nuestra atención desde que venimos al mundo y constituyen la base del aprendizaje: “Tendemos a incorporar lo que nos gusta de otros, y esto nos impulsa a crecer y desarrollarnos. Cuando ese deseo nos lleva a querer dañar a la otra persona, hablamos de envidia”.

Álvarez asegura que nuestro grado de envidia depende de las experiencias propias. Por ejemplo, que un hermano haya sido favorecido frente a otro en la infancia puede repercutir en la intensidad y frecuencia de este sentimiento.

Autoestima en peligro

Carencia y complejo de inferioridad son los ingredientes de un cóctel explosivo con sabor a envidia. Uno de los argumentos del afectado que desea el mal de otra persona podría ser: ‘el vecino siempre me está recordando lo que no tengo, lo que no soy‘. Es decir, el envidioso puede interpretar como un ataque que otra persona destaque en algún aspecto, por pequeño que sea. Esta percepción es inconsciente.

“Cualquier persona con baja autoestima está en riesgo de manifestar alguna forma de envidia. ¿Y a quién no le falta autoestima en algún momento de su vida?”, señala la psicóloga Corbella.

Tenemos envidia en la medida en la que no nos consideramos tan buenos como el resto. “De esa vivencia de ‘los demás son mejores que yo’, está servido el plato para este sentimiento”, apunta José Álvarez.

Efectos negativos

Sentir una envidia muy fuerte refleja que algo no funciona bien en nuestro interior. Estas son algunas de las consecuencias:

• Sufrimiento y malestar → Se crea un clima interno y externo muy desagradable. Puede aparecer odio entre amigos, novios, familiares o compañeros de trabajo.

• Sentimiento constante de insatisfacción → La envidia puede construir personalidades masoquistas, propensas a buscar situaciones que generen dolor, “el camino para encontrar la redención”, apunta el psicólogo.

• Depresión → Sentir que los demás tienen algo que yo nunca voy a tener puede conducir a esta enfermedad. El afectado piensa que nunca será tan bueno como el otro, se instala en la queja y se resigna. “Tiene la creencia de que haga lo que haga, nada va a cambiar, ninguna acción tendrá efectos positivos”, explica Álvarez.

• Trastornos psicológicos graves → El envidioso puede sufrir desde problemas obsesivos o de ansiedad hasta trastornos de personalidad narcicista, como el que nos cuenta Corbella: Necesidad de sobresalir: el afectado no desea destacar, lo necesita.

Es su medicina para sentirse bien. Este trastorno denota un complejo de inferioridad. “Intento mostrar que soy más que los demás porque tengo la vivencia de que soy menos”, añade Álvarez.

Envidia a raya

El paso más importante para controlar el malestar es aceptar que somos envidiosos. Así lo afirma la psicóloga: “Nadie es perfecto, todos tenemos carencias y algunas cosas que deseamos nunca las vamos a tener”, por ejemplo, ser mucho más alto o tener una mansión en Hawai. El proceso culmina cuando ya no sentimos dolor y estamos en paz con nosotros mismos: “la vía abierta hacia el bienestar y la felicidad”.

José Álvarez comparte el argumento de Corbella y aconseja ser consciente de que existe una o varias carencias. Hay que intentar satisfacer las propias necesidades con los medios que tengamos al alcance, sin pisar a los demás. No obstante, advierte que los sentimientos y emociones no se pueden controlar. Al menos, no del todo.

Según Corbella, “la envidia puede ser una pista de lo que me está faltando en mi vida”. Para combatirla, debemos poner atención en las propias fortalezas, potenciar nuestras virtudes y valorar lo que tenemos antes de que se nos escape.

¿Reconocer mi envidia en público? ¡Jamás!

“La envidia no se acepta en la sociedad. Es vista como algo indigno, muy negativo”, señala Álvarez. Por eso se oculta. Lo mismo ocurre con otras emociones como la tristeza o el miedo. “Social y culturalmente está muy extendido que hay que sonreír a la vida, ser alegre y valiente”, concluye el psicólogo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El Poder de la gratitud

Los seres humanos somos receptores de bendiciones maravillosas e ilimitadas y nuestro deber, frente a la mente universal, es simplemente aprender a reconocer y agradecer, independientemente de las apariencias que configuren nuestra vida.

Cada ser humano tiene muchos poderes para hacer frente al desafío de vivir, uno de esos maravillosos y misteriosos poderes es el poder de la palabra. Cuando aprendemos a agradecer al Universo, a la mente universal por todos los dones y bendiciones, reconocidos y no reconocidos, en voz alta, cosas maravillosas comienzan a suceder en nuestra vida.

Las personas verdaderamente (verdad-mente) agradecidas, que practican el agradecimiento verbal, mental y emocional, consiguen un apoyo notorio y deliberado de la mente universal, la mente, percibe todos nuestros pensamientos y cuando emitimos los mismos o pronunciamos palabras de gratitud, la respuesta no se deja esperar.

Quien agradece de forma continua y perseverante obtiene respuesta y sabiduría. Gracias por mi existencia, gracias por mi vida, gracias por la vida de los demás, gracias por todas las experiencias, gracias por todos los dones, gracias por mi salud estable, gracias por los poderes, gracias por el don del entendimiento, gracias por el amor, gracias por todo lo que soy, gracias por todo lo que llegaré a ser, gracias porque siempre puedo llegar a sentirme bien, gracias porque existes mente universal.

Practicar a diario, en todo momento, la expresión de la gratitud permite reconocer una visión del Universo, un camino de visión ampliada en el que nuestro andar se convierte en un andar creativo, constructivo y triunfador que produce paz y positividad.

Quien sabe agradecer de corazón llega a obtenerlo todo en la vida, y lo más importante, aprende a vivir en estados de ánimo perfectos de poder personal y de goce.

Gracias por este perfecto estado de ánimo en el cual puedo trabajar en paz, Gracias por este perfecto estado de ánimo en el cual puedo estudiar en paz, Gracias por este perfecto estado de ánimo que experimento en presencia de mi familia.

Como podemos apreciar, el proceso de poner la mente en estado de gratitud nos permite recuperar la paz interior y cambiar de actitud frente a los enemigos, a las personas que no nos quieren y extraer las preciosas lecciones que la vida nos ofrece. Todo cuanto nos llega, desde la perspectiva del agradecimiento, es para nuestro crecimiento, desarrollo y comprensión.

Cuando agradecemos comenzamos a entender los beneficios que nos ofrecen todas las situaciones en nuestra vida y podemos decir, en nuestro fuero interno: gracias por la lección de sabiduría que me estás ofreciendo y seguir nuestro camino de vida en paz.

Afirmación del día: Nada dura mucho tiempo (Mauricio Pilleux de su mini libro Todo pasa ).

martes, 3 de septiembre de 2013

El enojo y sus efectos

No todo es color de rosas, reza un viejo dicho. No enojarse en algún momento de nuestras vidas es imposible. De vez en cuando nuestros días están cargados con una pizca de problemas que pueden llevarnos al disgusto.

Sentimiento natural. "El enojo es un sentimiento natural del ser humano que debe ser expresado", dice el psicólogo Jhonny Ledezma. Ante esto, indica que se debe buscar la forma de canalizar toda la ira que lo compone, porque sino se sufren consecuencias tanto físicas como emocionales.

Dolor de cabeza. "Después de una disputa, lo más común es enojarse", señala Ledezma. Esto puede ocurrir tanto al descargarse como al no hacerlo. Asimismo, esto provoca que esté malhumorado todo el día.

Ansiedad. "Las consecuencias que produce el enojo dependerán del grado de alteración que se haya manifestado", indicó la psicóloga Martha Farell, a tiempo de señalar que este puede llevar a la ansiedad de tanto pensar en la situación y peor aún si este no se ha solucionado.

Tensión muscular. Es otra de las consecuencias, que puede generar malestar en distintos puntos del cuerpo, además de producir insoportables dolores de cabeza, que si no se tratan pueden generar mayores problemas a nivel interno.

Depresión. Algunas personas en vez de descargar su ira encuentran la solución en la depresión, al no recibir la orientación correcta. "Esto puede llevar hasta el suicidio", advirtió Farell.

Taquicardia. Al existir una exacerbación de hormonas, lo cual provoca que la sangre deje de fluir correctamente, puede llevar a una hipertensión, lo que podría desembocar una taquicardia, que en ocasiones puede terminar con la vida del individuo.

Cómo controlarse. Para evitar estos episodios, Ledezma recomendó tener empatía con la persona con la que tuvo el disgusto. Siempre en momentos de ira hay que buscar cómo relajarse, lo ideal son las técnicas de relajación muscular, como respirar profundo o lo más típico como contar hasta 10. "La ira se debe saberse expresar, porque si no se hace, en un momento revienta, ocasionando así los problemas mencionados", dijo el profesional.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Desechan que la depresión sea de género femenino

Hasta ahora se pensaba que las mujeres son más dadas a sufrir episodios de depresión que los hombres, llegando incluso a doblar la población de riesgo, sin embargo un nuevo estudio desecha esta teoría y muestra que el porcentaje de hombres deprimidos es similar al de las mujeres.

El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Dearborn (EEUU) demuestra que la proporción de hombres que experimentan síntomas de depresión puede ser similar a la proporción de mujeres con depresión cuando los médicos analizan los síntomas no comunes.

Así, descubrieron que un tercio de los hombres y las mujeres cumplieron con criterios de diagnóstico de depresión teniendo en cuenta no solo los síntomas tradicionales, sino también los menos estandarizados como son la agresión y los problemas de sueño.

Utilizando la escala más completa de síntomas descubrieron que alrededor del 33 por ciento de las mujeres cumplía los criterios para la depresión, en comparación con alrededor del 31 por ciento de los hombres.

"En este momento estamos en un lugar interesante, ya que los médicos y algunas investigaciones dicen que realmente tenemos que prestar atención a síntomas alternativos de depresión", ha señalado Lisa Martin, autora principal de la investigación.