El capitán Edward V. Rickenbacker era uno de los hombres más
prósperos y estimados de los Estados Unidos.
El capitán Eddie, tal como cariñosamente le llamaban, es un símbolo de fe, integridad, entusiasmo por el
trabajo y sentido común.
Quienes fe conocieron, asistieron a sus conferencias o leyeron su libro Siete superaron la prueba se han
sentido inspirados por el símbolo que representa.
El aparato que transportaba al capitán Eddie y a su tripulación cayó al Pacífico. En el transcurso de la
primera semana, no pudo hallarse rastros del accidente. Durante la segunda semana tampoco. Sin embargo, el
mundo se emocionó al enterarse de que el capitán Eddie había sido salvado al cumplirse los veintiún días del
accidente.
Imagínese al capitán Eddie y a su tripulación en tres balsas en el Pacífico sin nada a la vista más que el cielo
y el mar. Imagínese a aquellos hombres, sufriendo por el hecho de haber caído al agua al producirse el
accidente, sufriendo a causa del calor y el ardiente sol, hambrientos y sedientos. Imagínese después las tres
balsas sujetas entre sí y a cada miembro de la tripulación inclinando la cabeza para rezar o bien escuchando
con atención la lectura del salmo 23 o de los versículos 31-34 del capítulo 6 de San Mateo: «No os inquietéis,
pues, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "Qué beberemos" o "¿Cómo vestiremos?" Por todas esas cosas se
afanan los gentiles. Vuestro padre Celestial sabe que las necesitáis. Buscad primero el Reino y su justicia, y
todo eso se os dará por añadidura. Así qje no os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su
inquietud.
A cada día le basta su afán».
Ahora que ya se imagina usted la escena, veamos directamente lo que escribió el capitán Eddie en su libro:
Tal como ya he dicho, en ningún momento perdí la fe en nuestro rescate definitivo, pero los demás no
parecían compartir plenamente mi estado de ánimo. Mis compañeros empezaban a divagar sobre lo que había
más allá de la muerte y a pensar en ello en relación con su propia vida.
Afirmo con firmeza que en ningún momento dudé de que nos iban a salvar.
Traté de comunicar mi filosofía a aquellos hombres, en la esperanza de estimular su deseo de seguir
adelante.
Mi filosofía se basaba en la simple observación de que, cuanto más había tenido que sufrir en
penosas circunstancias, tanto más seguro estaba de que iba a alcanzar la liberación. Ello forma parte de la
sabiduría de los más viejos.
Si usted nos preguntara de qué manera puede estimularse a sí mismo, nosotros le enumeraríamos los
motivos básicos.
Se los vamos a repetir.
Primero, el instinto de conservación; después, la emoción del amor, el temor y la sexualidad. El deseo de
vida después de la muerte y libertad de cuerpo y alma. A continuación, la emoción de la ira y del odio.
Después, el deseo de reconocimiento y de expresión de la propia personalidad. Y, ocupando el último lugar de
la lista de los diez motivos básicos, el deseo de riqueza material.
En el siguiente capítulo, verá usted de qué manera cada uno de ellos o bien una combinación de varios
puede estimular a los demás.
Esto es una cita del libro "Actitud Mental Positiva: un camino hacia el éxito", es un libro muy útil, léanlo si quieren.
ResponderEliminarGracias por la publicación!