viernes, 23 de agosto de 2013

SIETE SUPERARON IA PRUEBA.

El capitán Edward V. Rickenbacker era uno de los hombres más prósperos y estimados de los Estados Unidos. El capitán Eddie, tal como cariñosamente le llamaban, es un símbolo de fe, integridad, entusiasmo por el trabajo y sentido común. Quienes fe conocieron, asistieron a sus conferencias o leyeron su libro Siete superaron la prueba se han sentido inspirados por el símbolo que representa. 
El aparato que transportaba al capitán Eddie y a su tripulación cayó al Pacífico. En el transcurso de la primera semana, no pudo hallarse rastros del accidente. Durante la segunda semana tampoco. Sin embargo, el mundo se emocionó al enterarse de que el capitán Eddie había sido salvado al cumplirse los veintiún días del accidente. Imagínese al capitán Eddie y a su tripulación en tres balsas en el Pacífico sin nada a la vista más que el cielo y el mar. Imagínese a aquellos hombres, sufriendo por el hecho de haber caído al agua al producirse el accidente, sufriendo a causa del calor y el ardiente sol, hambrientos y sedientos. Imagínese después las tres balsas sujetas entre sí y a cada miembro de la tripulación inclinando la cabeza para rezar o bien escuchando con atención la lectura del salmo 23 o de los versículos 31-34 del capítulo 6 de San Mateo: «No os inquietéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "Qué beberemos" o "¿Cómo vestiremos?" Por todas esas cosas se afanan los gentiles. Vuestro padre Celestial sabe que las necesitáis. Buscad primero el Reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. Así qje no os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su inquietud. 
A cada día le basta su afán». Ahora que ya se imagina usted la escena, veamos directamente lo que escribió el capitán Eddie en su libro: Tal como ya he dicho, en ningún momento perdí la fe en nuestro rescate definitivo, pero los demás no parecían compartir plenamente mi estado de ánimo. Mis compañeros empezaban a divagar sobre lo que había más allá de la muerte y a pensar en ello en relación con su propia vida. Afirmo con firmeza que en ningún momento dudé de que nos iban a salvar. Traté de comunicar mi filosofía a aquellos hombres, en la esperanza de estimular su deseo de seguir adelante. 
Mi filosofía se basaba en la simple observación de que, cuanto más había tenido que sufrir en penosas circunstancias, tanto más seguro estaba de que iba a alcanzar la liberación. Ello forma parte de la sabiduría de los más viejos. Si usted nos preguntara de qué manera puede estimularse a sí mismo, nosotros le enumeraríamos los motivos básicos. 
Se los vamos a repetir. Primero, el instinto de conservación; después, la emoción del amor, el temor y la sexualidad. El deseo de vida después de la muerte y libertad de cuerpo y alma. A continuación, la emoción de la ira y del odio. Después, el deseo de reconocimiento y de expresión de la propia personalidad. Y, ocupando el último lugar de la lista de los diez motivos básicos, el deseo de riqueza material. En el siguiente capítulo, verá usted de qué manera cada uno de ellos o bien una combinación de varios puede estimular a los demás.

1 comentario:

  1. Esto es una cita del libro "Actitud Mental Positiva: un camino hacia el éxito", es un libro muy útil, léanlo si quieren.

    Gracias por la publicación!

    ResponderEliminar