jueves, 15 de agosto de 2013

El increíble poder de polarización de una creencia

Estoy frente a un amigo al que veo gris, amargado y me dice que cree que tiene úlceras y no duerme bien últimamente y agrega, “ya no guanto más a mi mujer”, parece que una maldición nos ha envuelto porque por más que intento charlar con ella no consigo que el estado de paz o de reconciliación dure, en cualquier momento y por cualquier asunto sin importancia comienza otra vez la pelea. En el fondo creo que mi mujer es hostil y contenciosa como lo son en su familia de origen.

Luego de escuchar con atención el relato de mi amigo, le pregunté acerca de la duración de su problema y me dice que este problema lo viene arrastrando desde que se casaron hace veintisiete años.

Bueno, le digo, ahora quiero que me ayudes a clarificar con mucha precisión acerca de la verdadera opinión que tienes de tu mujer, sin tapujos, sin adornos, lo que realmente piensas en tu interior y me dice: “es un tanto difícil, no sé cómo decirlo” a lo cual, para ayudarle le digo: ya me anticipaste algo, me dijiste que tu mujer era hostil y contenciosa como lo son en su familia, ¿Qué más puedes agregar? y dice llanamente: “siempre me está contradiciendo, siempre se esfuerza por llegar tarde y sabe que me gusta ser puntual...cuanto odio que me haga esto… no hay fiesta en la que pueda estar en paz, siempre me está corrigiendo y manipulando...”

Ahora que ya tengo un panorama más claro acerca de la creencia que tenía mi amigo, simplemente le alcanzo un bloc de notas mientras observo su rostro ligeramente gris y enrojecido por su rabia interior, a continuación le digo: “Por favor, sólo quiero que escribas este pensamiento sin hacer comentarios y que no te detengas hasta que yo te lo diga” y a continuación escribo en el bloc: “Mi compañera es amistosa, agradable, inteligente, confiable y muy buena persona” y se puso enseguida a escribir y mientras iba escribiendo yo observaba los cambios que experimentaba en su rostro, en su cuerpo y en su patrón respiratorio; en un momento de esos interrumpió su escritura y me dijo: ”Eduardo, ese dolor de mis úlceras está disminuyendo, ¿será por lo que estoy escribiendo? y me limité a decirle: tal vez sí, pero continúa sin detenerte por favor.

Cuando completó la carilla, había recuperado un color más vivo en su rostro, algo había pasado en su interior y se daba cuenta y sin perder más tiempo le pedí que pasara a otra hoja y esta vez que escribiera con letra grande y de imprenta y se puso manos a la obra y sus sentimientos fueron cambiando aún más hasta el punto en que realmente le halló el gusto a esa misteriosa escritura que le estaba relajando y cambiando sus sentimientos negativos.

El siguiente paso que le pedí que diera fue el de pensar esa nueva creencia en presencia de su esposa en todo momento en que la viera o tuviera que charlar con ella. Los resultados fueron notorios y sorprendentes y, por supuesto, que tuvo que venir a varias sesiones más, pero la experiencia fue tan espectacular que no resistí la tentación para contárselo querido amigo o querida amiga con la intención de que usted adquiera esta idea: Puede polarizar cualquier creencia negativa o destructiva con un simple reconocimiento de la misma y luego con la escritura repetitiva de la creencia opuesta y positiva con “letra de imprenta y en tamaño relativamente grande” hasta que su mente subconsciente la haya captando y memorizando y los resultados se los sentirá en cuestión de diez o quince minutos, ...interesante no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario