viernes, 22 de abril de 2011

PARA AFRONTAR EL PASADO.

Las visualizaciones, de las que ya hemos hablado anteriormente, pueden ayudarnos a ganar en autoestima tanto si hemos sido víctimas de maltratos intencionados, como si nuestro malestar es producto de una serie de circunstancias. En realidad ni siquiera el hecho de que desconozcamos el origen del problema es determinante, ya que las razones están "grabadas" en el subconsciente y es una de las partes en que trabajan las visualizaciones.
Este tipo de prácticas puede ayudar a realizar cambios en la propia persona, pero no sirven para modificar el comportamiento de otros. De igual modo, aceptar que algún aspecto ha destruido un sentimiento de confianza y de respeto es un gran paso hacia la superación personal. Quizas sepamos exactamente cuál es el origen del problema o quizás no, pero en la visualización no es necesario mirar hacia atrás a ninguna persona ni hecho concretos, no pueden aparecer recuerdos dolorosos.
Con el objeto de abordar el pasado, podemos realizar el siguiente ejercicio de visualización:
A medida que mi cuerpo se va haciendo más pesado con la relajación, me visualizo a mi mismo de pie en el extremo de un largo corredor. Se trata de un corredor iluminado, agradable y me siento feliz de estar allí. Al final de este corredor, cierta distancia de mi, puedo ver una puerta de cristal que lleva al exterior. No veo con claridad, a través de la puerta de cristal, en parte debido a la distancia y en parte por que está hecha de un material que distorsiona las imágenes. Sin embargo, sé que al otro lado de la puerta brilla el sol.
En todo el pasillo, a lado y lado hay otras puertas que probablemente conducen a las habitaciones. Cada puerta está entre abierta, aunque no lo suficiente para que pueda ver lo que hay dentro. Se que cada una de las habitaciones guarda algo (alguna persona o sentimiento) relacionado con mi pasado y que ha tenido que ver en la mala imagen que tengo de mi mismo. No sé qué es lo que hay en cada habitación y nunca necesitaré en saberlo, pero me basta con saber que hay algo importante en ellas.
Recorro ese pasillo y, tal como me voy acercando a cada puerta, me detengo, cojo el pomo con suavidad pero con firmeza y cierro la puerta.
Lo que acabo de hacer, al cerrar todas las puertas, no es fingir que el pasado no existió y no tuvo ningún efecto sobre mí, sino ponerlo donde corresponde: firmemente en el pasado. No estoy intentando olvidar ni convencerme a mi mismo de que fue distinto a como fue en la realidad. Lo único que estoy haciendo es demostrar que ya no tiene que afectarme en el presente o en el futuro.
Cuando ya se ha empezado a experimentar diferencias en cuanto el sentimiento que se tiene hacia uno mismo, se puede reducir la visualización a una, dos o tres veces por semana. En momentos de dificultad, puede aumentarse el número de "sesiones"
Estas visualizaciones pueden reforzarse también con las siguientes afirmaciones:
* EL PASADO FORMA PARTE DEL PASADO.
* SOY CAPAZ DE COLOCAR EL PASADO EN EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE.
* TENGO UN GRAN FUTURO POR DELANTE.

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