sábado, 29 de julio de 2017

¿Sabías que amor y odio no son emociones diferentes?

Amor y odio no son dos cosas diferentes, el odio es según muchos expertos en emociones, ni más ni menos que otro aspecto del amor. Así, la ira es el otro aspecto de la compasión, y la violencia lo es de la no violencia. Hay que aceptar ambos aspectos puesto que no son dos y, a través de esa aceptación viene inmediatamente la trascendencia.

La mente tiene que amar y odiar, y debe luchar constantemente entre estas dos cosas. Pero lo que ocurre si no odias ni amas, es que vas más allá de la mente.

Como afirma Sosan (Maestro Zen, año 606): "Ni amor ni odio. Simplemente hay que saber ver la realidad del otro". Esto quiere decir, ver al otro tal como es, ver sólo la realidad del otro; no soñar, no intentar encajar al otro de acuerdo a la imagen de uno.

Esto lo sabemos todos, pero somos tan inconscientes como para no reconocer los hechos. El amor se transforma en odio en unos pocos segundos: en un momento amas y en el siguiente odias a la misma persona. Es un juego continuo de amor y odio.

El Tantra afirma que esta división ficticia es introducida por la mente, uno crea primero la división, surge el conflicto, y entonces la persona empieza a luchar provocando que aparezca el problema.

Freud afirmaba desde el psicoanálisis que amor y odio no son simétricos. El yo persigue con fines destructivos aquellos objetos y sujetos que suponen el origen de su insatisfacción porque, constituyen la privación de su satisfacción sexual o una amenaza a su instinto de conservación.

Incluso podría afirmarse que la auténtica relación de odio no procede de la vida sexual del individuo, sino de la lucha del yo por su afirmación y reconocimiento.

El que se ama a sí mismo, ama a los demás porque al relacionarse con los demás, es uno mismo el que se refleja. El otro es solo un espejo. Por lo tanto, lo que sucede en una relación, ha sucedido previamente en el interior de cada persona. No se puede crear, solo es posible revelarlo y manifestarlo.

"Si te amas a ti mismo, amas a los demás. Si tienes miedo de ti mismo, tienes miedo de los demás, porque al entrar en contacto con los demás empezarás a manifestar tu ser… En este mundo el odio nunca ha disipado al odio. Solo el amor disipa al odio. Esta es la ley ancestral e inagotable".

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