jueves, 4 de mayo de 2017

Cierra ciclos, mil puertas se abrirán



Te despidieron del trabajo?, ¿se acabó tu relación de años?, ¿tu amigo del alma te traicionó?, ¿debes dejar esa casa que tanto te costó? Esas son pérdidas que marcan tu vida, unas calan más y otras menos hondo, pero igual dejan heridas y, si no cierras esas etapas y haces el duelo que ello implica, no cicatrizará y será difícil tu avance por la vida.

No se trata de ser negativo, sino de asumir lo que pasó y dejarlo donde pertenece, al pasado, allá donde —como dice Louise Hay, escritora y oradora, considerada una de las figuras más representativas del movimiento del Nuevo Pensamiento y una precursora de los libros de autoayuda— no tienes poder.

Pero, cómo haces si solo sientes rabia, dolor, resentimientos y miedo, estás literalmente paralizada en esa etapa aunque la vida avance. “Puedes pasar mucho tiempo de tu presente ‘revolcándote’ en los porqués, en devolver el disco y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque tarde o temprano a todos toca cerrar ciclos, acabar historias, poner punto final a un capítulo, dar vuelta la hoja y seguir adelante”, dice Paulo Coelho, novelista, dramaturgo y letrista brasileño.

Para cerrar un ciclo se debe pasar por el duelo. El modelo de la psiquiatra Elizabeth Kubler Ross (1969), usado en Psicología hasta la actualidad, enlista los pasos que el duelo conlleva; este proceso requiere de tiempo y de experimentar sus cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Ahora, estás lista para seguir.

Desde la mirada de las Constelaciones Familiares Sistémicas, “el duelo es un proceso natural que posibilita la elaboración de los sentimientos y las emociones que se activan frente a una pérdida, ya sea de índole vincular, relacional, real, simbólica, de estatus, etc.”, describe la facilitadora en la técnica, María de la Luz Krebes.

En los ciclos de la vida se atraviesa situaciones de encuentros y desencuentros, de ilusiones y desilusiones, de apegos y pérdidas, de cambios y transformaciones. “Por ello es de vital importancia concluir los ciclos de esas experiencias, dándole lugar a las despedidas y a los cierres, lo que posibilita un proceso evolutivo de inclusión e integración”, dice el psicólogo y facilitador Patricio Asenjo.

La mente queda atrapada en momentos pasados que conforman etapas a las que ya no se pertenece, frenando el avance y truncando el presente. “Esto se llama apego, que es el vínculo afectivo que ata a la persona a cosas o a otras personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno”, explica la psicóloga Olimpya Villagrán en el portal Culturacolectiva.

Ese sentimiento no solo puede ser de afecto, sino también de odio. “Igual estás vinculado a una persona si tienes esas emociones, lo cual también genera dolor y esto no ayuda a cerrar ciclos”, dice Krebes.

Cerrar una etapa no es olvidar ni evadir, es descubrir la evolución dentro de uno mismo para avanzar pese a la pérdida sufrida, explica Villagrán. “Reconocer esa circunstancia o a esa persona, con lo bueno y lo difícil, permitirá el duelo, paso previo al cierre”, describe Asenjo.

“Cuando se da vuelta a la página se comienza a recordar sin dolor y en algunos casos hasta con cariño. Entonces se puede agradecer por lo que fue y no sufrir por lo que ya no es”, recalca Villagra. Cuando se cierra algo en paz, uno queda disponible, completo, para seguir adelante. No en vano el pedagogo y filósofo Bert Hellinger, creador de la técnica sistémica, dice: Cuando algo llega a su fin, hace lugar a lo siguiente. El fin es tan solo un último paso antes del próximo comienzo…

Psicoterapias

Se centran en ‘dejar ir’ para vivir el presente. Usan formas de despedidas y renuncias, y ayudan a ser realista.

Paso

Reconocer el evento o a la persona sin juicios. Solo como parte de la historia.

Clave

No más cargas emocionales en referencia al pasado, que es inmodificable; solo reconocible.

Clave

Cerrar ciclos de una manera amorosa y de reconciliación ayuda a ver a dónde quieres ir, a proyectar el futuro.

Responsabilidad

No culpes a alguien más de lo que sea que hayas vivido. Lo que viviste fue así y no se puede cambiar. No aceptar eso es negar y para avanzar se necesita asentir.

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