miércoles, 28 de diciembre de 2016

Claves para afrontar la Navidad con fuerza



Para la mayoría de las personas, la Navidad es una fiesta que se celebra con la familia y en la que predomina la alegría y el deseo de pasarlo bien, disfrutando de comidas y reuniones familiares. Sin embargo, la pérdida de un ser querido, la ruptura con tu pareja o estar hospitalizado afecta notablemente nuestras ganas de celebrar como lo hacíamos cada año, por eso es importante tratar de construir una Navidad diferente incorporando actividades y rituales que nos permitan adaptarnos a esta nueva situación.



Pérdida de un familiar

En Navidad el ambiente de celebración, regalos, alegría… choca con los sentimientos de tristeza y añoranza que una persona en duelo siente. Por eso, la reacción más común es huir, suprimir las Navidades o fingir que no ha pasado nada. Aunque esa sea una reacción normal e incluso necesaria en ocasiones, sabemos que no es la más recomendable. Las sugerencias que proponemos son:



SUGERENCIA 1: Reúne a la familia que se junta en estas fechas unos días antes para poder exponer cada uno lo que necesita y lo que no necesita hacer. Intenta llegar a acuerdos entre todos, respetando sobre todo a los miembros de la familia que más vinculación tienen con la persona fallecida.



SUGERENCIA 2: Ten en cuenta a los niños, y es que nos ayudan mucho a normalizar el duelo. Ellos pueden contribuir a crear un ambiente más distendido estos días, proponiéndoles que hagan dibujos dedicados, poesías, etc.



SUGERENCIA 3: Afronta estas primeras Navidades de forma progresiva según nuestro margen de tolerancia. Por ejemplo, tal vez aceptamos cenar todos juntos en Nochebuena, pero decidimos que no se haga en casa de mamá porque ella era la que siempre cocinaba y este año es ella la que ya no está.



SUGERENCIA 4: Comparte con las personas de tu familia el sentimiento de añoranza. Crea un espacio breve mejor al inicio de la comida o la cena donde todos podáis conectar con su ausencia, así nos será un poco más fácil el resto de la noche. Tal vez al inicio de la cena con un pequeño brindis en su honor, o contando una anécdota que todos recuerden, o poniendo una rosa en la silla que siempre ocupa… Se trata de que todos estemos por un momento en conexión con el dolor que llevamos dentro.



Sin familia

Casi todo el mundo se reúne con los suyos para pasar estos días. Por esta razón, la gente que está sola, que no puede estar con su familia o carece de ella experimenta un gran vacío.

El sentimiento de soledad se acrecienta en el caso de algunos inmigrantes que tienen a su familia fuera del lugar donde viven, ancianos que viven solos, o niños en centros de acogida.

En todos estos casos es muy importante no mirar las Navidades desde fuera como algo ajeno a nosotros, sino juntarse con otras personas, que en muchos casos están en la misma situación y celebrar y participar con ellos de las fiestas navideñas.

Navidades en el hospital

Tener que pasar las navidades en un hospital, ya sea como paciente, acompañante o profesional, implica tener que renunciar a participar en toda una serie de ritos cargados de significación junto a nuestros seres queridos, al menos de la forma en que siempre lo hemos hecho.

Tanto los profesionales sanitarios, como los acompañantes tenemos a nuestro alcance el poder realizar pequeños actos de “magia”, con la finalidad de incrementar la sensación de confort y bienestar de las personas ingresadas. Como muestra enumeramos los siguientes:



1 Ayudar a los pacientes a estructurar su tiempo de ingreso implicándolos en la decoración de la planta o de la habitación, bien sea ayudando de forma activa o pidiendo su opinión.



2 Averiguar si habrá un menú especial de Navidad y en caso de que no, tratar de hacer la comida de esos días más especial añadiendo algún elemento típicamente navideño.



3 Coordinar con la dirección del centro la participación de asociaciones o grupos de personas que puedan hacer algo especial en fechas tan señaladas: los villancicos en el hospital, la visita de un Papá Noel o de los Reyes Magos siempre arrancan una sonrisa a las personas que los reciben y es de capital importancia, sobre todo, en las plantas donde hay niños ingresados.



4 Hay que poner especial atención en las personas que están solas o a los cuidadores primarios que no han tenido posibilidad de ser relevados en ningún momento por otros familiares. Aquí el apoyo del voluntariado es muchas veces un recurso de fácil acceso y que con frecuencia olvidamos que tenemos al alcance de la mano.



5 El profesional que tiene que trabajar en estas fechas debe ser consciente de que el trabajo tampoco tiene que estar reñido con la celebración y que tener que estar de guardia puede ser vivido como una oportunidad de compartir nuestra parte más humana con lo meramente profesional. Unas fiestas distintas precisamente en compañía de las personas más vulnerables que van a necesitar de su atención debería ser motivo más que suficiente para amar el trabajo que realizamos y cargarlo de significado.



Tras una ruptura

Una ruptura de pareja es un proceso complejo en el que la persona tiene que pasar por un proceso de duelo, en el que sus emociones y sentimientos se van transformando a medida que pasa el tiempo.

Es aconsejable rodearse de amigos y familia, donde puedas expresar tus sentimientos y pensamientos a las personas oportunas y tener contacto con la ex-pareja solo en los casos necesarios. Deja apartadas aquellas cosas que te recuerden a quien has perdido y enfoca este proceso de duelo como una oportunidad para crecer, transformarte y aumentar tu desarrollo emocional.

En el caso de que tengas hijos, es importante que sepan qué está sucediendo en su familia y cómo será su situación a partir de la ruptura de sus padres. Esto contribuirá a la disminución de la incertidumbre y el sentido de culpabilidad que puedan experimentar y así reducir toda la carga emocional que supone este cambio.



Resta importancia a las discusiones

La Navidad es un tiempo de armonía, paz y amor. Sin embargo, algunas veces las tensiones pueden aparecer y la familia se separa o las peleas se convierten en el centro del escenario. En lugar de estropear tu experiencia navideña, resta importancia a las discusiones, no te lo tomes todo tan a pecho e intenta disfrutar al máximo posible de estas fiestas. Lo ideal es vivir la Navidad con tranquilidad y sin sobresaltos, y es que a fin de cuentas es una época para disfrutar de la gente que queremos.


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