sábado, 2 de enero de 2016

Cómo encarar el 2016 en CLAVE de ÉXITO

Al comenzar un año tenemos la sensación de que ocurre un punto y aparte en nuestras vidas. Es un momento en el que tenemos tiempo para replantearnos lo que estamos haciendo y a dónde se dirigen nuestros pasos. Un año nuevo se plantea como una oportunidad de comenzar a vivir una vida diferente, mejor.

Para el psicólogo Jesús Alcoba, director de la escuela de negocios ‘International Graduate School of Business’ de La Salle, (http://www.lasalleigsmadrid.es) en Madrid (España), el éxito no es la posesión de lo que es valorado socialmente, sino que cada persona tiene una idea diferente de lo que le gustaría conseguir.

“Por lo tanto, el éxito tiene distintos significados y representa distintos objetivos para cada persona, y son esas metas las que nos planteamos con el Año Nuevo”, explica Alcoba (www.jesusalcoba.com) a Efe.

“Aunque acostumbramos a identificar la palabra éxito con el dinero, el poder o la fama, significa fundamentalmente un resultado feliz. Es algo que persigue cualquier persona, porque a cualquiera le gusta que sus planes tengan un final exitoso”, precisa.

Para Alcoba, en la mayoría de los casos, el triunfo no depende fundamentalmente de la genética, la suerte o los recursos a nuestro alcance, sino de una serie de habilidades que nos hacen avanzar constantemente hacia nuestros objetivos, hasta conseguir lo que nos proponemos y que se pueden aprender.

He aquí las ocho claves que propone Alcoba para hacer realidad nuestros propósitos en 2016, inspiradas en las enseñanzas de ‘La brújula de Shackleton’, un libro práctico sobre el éxito basado en la expedición Endurance a la Antártida, del que es autor:

RUMBO:

“Hay que tomar un rumbo, buscar una meta y tener clara la misión que cumplir. A menudo nos conducimos por la vida reactivamente, respondiendo a las demandas que el entorno nos plantea o seguimos un guión preestablecido que la sociedad ha fijado”, señala Alcoba.

Según este experto, “la ciencia ha demostrado que una de las claves de la felicidad es tener un propósito en la vida, elegirlo cuidadosamente, meditar sobre él, dedicarle tiempo y recursos, evaluar a qué distancia nos encontramos y, tal vez, modificarlo de cuando en cuando. Así conseguiremos dotar a nuestra existencia de verdadero significado”.

REGENERACIÓN:

Para Alcoba, la vida que vivimos es una sucesión de altibajos y, a pesar de toda la energía que pongamos en esquivar los golpes, “al final llegarán, por lo que lo mejor es estar preparados desarrollando nuestra capacidad de regeneración”.

“Tanto la capacidad de encajar golpes como la de aprender de ellos son facultades que se aprenden. Las personas pueden elegir la manera en que quieren interactuar con lo que les pasa y, por eso, tras una situación difícil pueden tender o bien barreras, o bien puentes hacia un futuro mejor”, destaca.

“Es una cuestión de actitud, de voluntad y, afortunadamente, de práctica, por lo que cuanto más obstáculos se han superado es más fácil recuperarse de los que vayan surgiendo”, enfatiza.

ENFOQUE:

El enfoque consiste en controlar voluntariamente el contenido de la conciencia, objetivo que han pretendido todos los movimientos espirituales desde el principio de los tiempos, según este experto.

“Proyectar voluntariamente en el lienzo de nuestra conciencia aquello que está alineado con nuestros objetivos en la vida, con nuestra misión personal, dejando a un lado distracciones, pensamientos negativos, ideas menores y razonamientos estériles o contraproducentes, es una clave irrenunciable del éxito”, explica Alcoba. “Debemos dedicarnos a pensar en lo que tenemos que pensar. Así de simple”, indica.

DUREZA:

Según Alcoba, son innumerables las situaciones en nuestra vida profesional en las que tenemos que recurrir a nuestra fuerza de voluntad.

“En nuestra vida personal, el ejercicio físico y la alimentación sana requieren grandes dosis de voluntad, al igual que la capacidad de ahorrar o los hábitos de higiene o de orden y limpieza domésticos”, señala.

“La capacidad de tolerar situaciones incómodas se alimenta del optimismo y la reflexión sobre nuestros valores clave, y también contribuyen a ella una nutrición adecuada y una buena forma física”, asegura.

CONSTANCIA:

“No incomoda imaginarnos acumulando miles de horas de estudio, entrenamiento o concentración para lograr perder peso, escribir un libro, dominar un deporte o gestionar un proyecto de envergadura, y se nos acaban escapando y nunca llegamos a completarlos, pero otras personas sí que alcanzan la meta”, advierte Alcoba.

Para este experto, la constancia es lo que nos facilita conseguir nuestros objetivos a largo plazo. “Es el poco a poco de cada día el que al final logra que consigamos lo que buscamos. Nunca nada grande se hizo de la noche a la mañana: ni los edificios más significativos, ni los grandes descubrimientos, ni las obras de arte más importantes”, pone de relieve.

ENERGÍA:

“A menudo experimentamos cansancio, falta de concentración, somnolencia, decaimiento y una larga serie de síntomas parecidos, pero ningún movimiento puede darse sin energía y, mucho menos, el que nos conduce al éxito”, de acuerdo a Alcoba.

“Si dormimos mal y a destiempo, no practicamos ninguna actividad física, no controlamos lo que comemos y somos dependientes del tabaco o del café, es injusto seguir culpando de nuestro mal estado al exceso de trabajo, al estrés o a los plazos”, reconoce. “Además es poco práctico, porque podemos cambiarlo y actuar sobre el descanso, la alimentación o el ejercicio físico está enteramente en nuestras manos”, recomienda.

MENTALIDAD:

“El ser humano vive en la realidad que le proyecta su mente con la certeza equívoca de que lo que experimenta es el mundo real, y de ahí la importancia de concentrarse en una visión del mundo que esté alineada con lo que en él pretendemos”, señala Alcoba.

“Las personas optimistas que consideran que las causas de los acontecimientos favorables son permanentes y las de los sucesos desfavorables son pasajeras, tienen más éxito. También aquellas que se alimentan del esfuerzo y la dificultad, porque lo consideran un síntoma de crecimiento y piensan que sus cualidades se pueden entrenar y se puede progresar en ellas, ya sea la inteligencia, la capacidad musical o el baile”, apunta.

CONEXIÓN:

“Estar presentes en las redes sociales nos entretiene, aumenta nuestra autoestima, y es un recurso imprescindible del marketing, pero estar de verdad conectados con otras personas contribuye a nuestra felicidad e incrementa nuestra esperanza de vida, constituyendo una de las claves más significativas del éxito”, según Alcoba.

Según los estudios científicos, una persona tiene en torno a un quince por ciento más de probabilidades de ser feliz si está conectada directamente con una persona que lo es, y quienes poseen una red social sólida, muestran un aumento del cincuenta por ciento en la probabilidad de supervivencia respecto a las personas con conexiones sociales más débiles”, concluye en la entrevista con Efe.

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