Un amigo me decía: Tengo una hija que ha desarrollado mal carácter y a pesar de toda la buena voluntad con la que intento comunicarme con ella, termina siempre por hacerme renegar y lo mismo hace con su madre; por esta razón el ambiente en mi casa no es muy agradable.
Cuando le expliqué a mi amigo la forma en que opera la ley de las afinidades y de la irradiación de pensamientos, su panorama se fue clarificando. Comenzó a darse cuenta de lo que estaba sucediendo realmente en el nivel invisible de los pensamientos.
La ley de las afinidades dice que: Las cualidades iguales se atraen y las cualidades diferentes se repelen y cuando no sabemos utilizar esta ley de la vida, caemos en la misma negatividad del pensamiento que se nos está enviando y por esa razón, a la persona molesta o negativa la volvemos más negativa cuando reaccionamos en la misma forma.
En el libro del maestro Choa Kok Sui, Autodefensa psíquica práctica para el hogar y el trabajo, se enseña diferentes métodos para protegerse de los pensamientos negativos ajenos y para neutralizar o ayudar a las personas molestas de nuestro mundo.
En el caso de mi amigo, comenzaron todos los demás miembros de la familia a bendecir mentalmente y enviarle paz a la jovencita y el cambio se fue produciendo. Fue tan espectacular que comenzó a pedir a otros miembros de su numerosa familia que hicieran lo mismo con la muchacha y toda esa negatividad, todo ese mal carácter y toda esa agresividad fueron disminuyendo y se pudo comprobar que cuando todos nos unimos para bendecir a una persona y decirle mentalmente: Que la paz y la sabiduría sean contigo, podemos ayudar a cualquier persona a que mejore y a que se vuelva sensata y positiva, que elimine su carga de odios y rencores o sus programas negativos y que empiece a vivir una vida ecológica y creativa en la cual, deje de ser una pena y motivo de preocupación para su familia, y se convierta en un motivo de orgullo, de bienestar y de alivio para las demás personas.
La experiencia es tan interesante y tan apasionante que la puse en práctica en mi propio mundo familiar y noté cómo los momentos de roces, de peleas o de conflictos fueron disminuyendo en cada momento en que anticipadamente bendecía a la persona provocadora del rencor o de la contienda.
Por lo tanto, a modo de ensayo, podemos todos bendecir y enviar el pensamiento que mencioné anteriormente: que la paz y la sabiduría sean contigo a cualquier persona de este mundo que necesite de esta ayuda, de este apoyo transformador y podemos hacerlo con todos los personajes de nuestra vida a los que consideremos que podemos ayudar, pues debemos recordar que nuestros pensamientos pueden llegar a cualquier parte del Universo si son pensamientos de ayuda amorosa.
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