miércoles, 24 de junio de 2015

EL POTENCIAL, LA FELICIDAD Y EL DESTINO DE CADA PERSONA ESTÁN EN LOS DEDOS

El método fue ideado por científicos rusos y desecha la creencia anterior que señalaba que era en las palmas de las manos en donde residía la felicidad y el destino del ser humano.

"No se puede ir contra la naturaleza. Si te guías por tu naturaleza serás feliz. Si vas en contra, tropezarás una y otra vez con dificultades, y te acabarás arrepintiendo", aseguró Ígor Spiridónov, director del Centro de Tecnología Biométrica de la Universidad Técnica Báumanskaya de Moscú.

El sistema biométrico, llamado 'Malajit' (Malaquita), se basa en la dactiloscopia, la ciencia que estudia las yemas de los dedos del ser humano, que presentan pliegues y dibujos epidérmicos que son intransferibles e irrepetibles.

Los investigadores soviéticos utilizaron a finales del siglo pasado las características individuales de las crestas papilares de las yemas de los dedos para determinar las singularidades de cada persona.

"Desde que la persona nace hasta que muere, esas características no cambian. Aparecen en torno a la 12, 14 y puede ser que hasta 16 semanas de desarrollo uterino del feto, junto al sistema nervioso", explica el profesor, de 66 años.

El sistema parte del principio de que "el hombre es un animal con reflejos" y bebe del trabajo del legendario fisiólogo ruso Iván Pavlov, galardonado con el Nobel en 1904 por su estudio sobre el estímulo y la reacción en perros.

"Nuestro primer axioma fue que las crestas papilares son el indicador de la singularidad del sistema nervioso de la persona", dijo.

El siguiente paso fue sistematizar en un algoritmo el análisis del número de crestas entre puntos especiales y medir las singularidades de la estructura y forma que caracterizan el relieve epidérmico de cada persona.

Spiridónov insiste en que "cuando aparecen las cifras, aparece la ciencia" y entonces "pudimos encontrar la norma que vincula la persona con la forma de comportarse".

"En la yema de los dedos tenemos el código de la programación de nuestros reflejos y el funcionamiento de los órganos vitales, elementos de nuestra capacidad de adaptación, los conocimientos que recibimos del exterior y la capacidad de ser complementario", indicó.

Bastan cinco minutos para digitalizar las huellas de los 10 dedos de las manos de una persona, analizar su forma y característica y emitir un veredicto sobre sus capacidades y predisposiciones naturales.

"El dibujo es muy nítido. El tiempo depende de la calidad de las yemas. Hay gente que trabaja con las manos y no se aprecia. A los niños se les ve muy bien y a los ancianos se les deteriora con los años", asegura Natalia Gogúlina, asistenta del catedrático.

La pregunta que hay que responder cuando un niño llega a la escuela es: "¿Qué enseñar? y ¿cómo enseñar? para que una persona sea un maestro, ya que entre maestros no hay conflictos".

"Para educar a un maestro hay que conocer su predisposición. Bajo nuestro punto de vista, el 80 por ciento del potencial de la persona está determinado por la herencia recibida al nacer, es decir, está relacionado con las singularidades de su dactilograma", insiste.

El científico recalca que "no hay personas inútiles" y que "si a los niños se les hace sentir como ganadores desde que nacen, llegarán muy lejos".

La condición

El sistema parte del principio de que "el hombre es un animal con reflejos" y bebe del trabajo del legendario fisiólogo ruso Iván Pavlov, nobel en 1904 .

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