El sonrojarse es una respuesta normal ante una situación imprevista donde un comportamiento que tuvimos o una situación nos provoca un sentimiento de vergüenza.
La diferencia con otras acciones del cuerpo, es que ésta es involuntaria, y en la mayoría de los casos no deseada.
El sonrojamiento está controlado por el Sistema Nervioso Simpático, el cual es involuntario. Cuando uno se avergüenza, el cuerpo libera adrenalina, que actúa como estimulante natural generando una serie de respuestas. Se acelera la respiración y el ritmo del corazón aumenta, las pupilas se dilatan y la digestión se hace más lenta.
La adrenalina causa que los vasos sanguíneos se dilaten para permitir el flujo sanguíneo y la entrega de oxígeno. Las venas en la cara reciben la señal de un transmisor químico que permite a la adrenalina cumplir con su tarea. De esta manera las venas se dilatan dejando pasar más sangre de lo común.
Generalmente, las venas no responden a la adrenalina, sin embargo, si lo hacen las de nuestra cara cuando nos sonrojamos.
Este proceso puede darse también cuando tomamos mucho alcohol o durante la actividad sexual.
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miércoles, 27 de mayo de 2015
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