Nuestra manera de hablar negativa, generalmente inconsciente nos produce diferentes efectos destructivos en nuestro cuerpo, en nuestra sicología personal y en nuestras relaciones del hogar y de nuestro mundo social.
Cuando nuestro hablar negativo es exagerador va creando conflictos relacionales muy violentos que son como incendios emocionales muy difíciles de apagar.
Cuando nuestro hablar negativo tiende a la hipocresía destroza la dulzura de nuestro ser interno y nos transforma en persona "estiradas" que se olvidan de sus orígenes, humildes en muchos casos y a decir verdad, todos nacemos desnudos pero con mucho amor, ¿verdad que sí?
Cuando nuestro hablar negativo no conoce la positividad y la sinceridad solo vive creando su propio "infierno personal".
Nuestro hablar puede dejar de ser negativo y convertirse en un hablar positivo cuando comenzamos a comunicar perdón, amor, aprecio, acuerdos relacionales sinceros y sobre todo, una real y verdadera admiración del prójimo y de todos los aspectos de la creación de Dios.
Hacernos cargo de nuestro poder de hablar y hacer de este poder una herramienta para admirar, para perdonar, para poder llegar a acuerdos nuevos y sinceros, nos puede producir paz relacional con nuestra pareja, paz con nuestros hijos, paz con nuestro pasado, paz con nuestro futuro y unas hermosas y maravillosas sensaciones de relajación mental y unas agradables sensaciones de soltura corporal.
¿Usted cree que nuestro hablar influye en nuestra vida y en sus diferentes resultados? puede apostar a un "si" con toda seguridad.
Como cada palabra que pronunciamos produce un efecto bioquímico que una vez hecho el estímulo, no podemos detener su reacción bioquímica, podemos comenzar a aumentar palabras u oraciones positivas a nuestro vocabulario personal para sustituir a las palabras negativas que nos causan reacciones desagradables en nuestro cuerpo; en vez de la palabra depresión podríamos utilizar la oración "hablar de forma atenuadora".
Un ejemplo podrá clarificar dicha idea: en vez de decir: "Todo está mal y todo está peor cada día en esta familia" podríamos decir y comentar: "A pesar de todo, estamos aprendiendo, estamos madurando y estamos mejorando".
Aprendiendo a utilizar el lenguaje “atenuador” dejamos de vivir asustados, negativos o deprimidos y podremos darnos lugar a nosotros mismos a realizar otros aprendizajes para conocer otras formas constructivas de hablar como el hablar auto curativo, el hablar reconocedor de las cualidades del otro, el hablar tranquilizador y muchos otros "hablares" que pueden producir diferentes cambios y diferentes mejoras en cualquier ser humano que quiera mejorar; nos vemos en el artículo de mañana.
Para aprender a utilizar un hablar creador: “Creo todos los trabajos muy bien pagados que necesito para vivir en paz, con abundancia y con dignidad” (escribir cien veces)
Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema de su vida, llame a los teléfonos del encabezado (72513317-75807264-2488284), los problemas solo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.
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