domingo, 14 de diciembre de 2014

Cómo evaluarse sin deprimirse

El último mes del año es un momento de júbilo para muchas personas, pero para otras es una etapa que llega cargada de estrés, angustias y depresión.

Por ese camino tormentoso transita ahora Julia, una joven profesional que ya ha comenzado a sentirse frustrada por no haber conseguido todos los cambios que anhelaba en su vida personal y laboral durante la presente gestión.

Sus deseos de concluir la construcción y equipamiento de su casa propia, de terminar sus estudios de idiomas y de destacarse como ‘la mejor empleada del mes’ por las ventas generadas en su empresa no pudieron hacerse realidad.

Lamenta no haber dedicado el tiempo y el esfuerzo necesarios para lograr esos propósitos que tiene pendientes desde hace tiempo.
A la hora de evaluar sus logros y fracasos, algunas personas se dejan atrapar por sentimientos pesimistas. Profesionales en sicología y asesores familiares recomiendan evitar caer en esa situación.

Siempre se puede rescatar algo positivo, y esa es la mentalidad que hay que mantener en todo momento, coinciden en afirmar los especialistas consultados.

Hay quienes dicen que siempre se debe ver el vaso medio lleno y no la parte medio vacía. Es decir, se deben priorizar los logros sobre los fracasos, lo que se tiene sobre lo que falta.

Fijarse metas alcanzables
Dolly Medina, máster en Sicoterapia Positiva, considera que para hacerse una autoevaluación sin caer en la depresión año a año es mejor fijarse metas que sean alcanzables, no importa que sean pocas.

“Puede ser uno o dos objetivos pero que se puedan alcanzar a corto plazo y obtener resultados concretos.

Eso nos dará un estímulo para seguir adelante y para no caer en la culpa o frustración”, puntualiza.

“Fin de año invita a hacerse una evaluación personal que involucra aspectos tanto personales como laborales y sociales, y vale la pena hacer un esfuerzo para realizarlos. Lo importante es plantearse un balance desde una manera emocionalmente placentera y constructiva”, enfatiza esta profesional.

Por su parte, la orientadora familiar Dalia Muñoz asegura que a la hora de hacerse una autoevaluación, uno debe mantener una actitud crítica constructiva.

“Cada persona debe ser capaz de guardar cierta tolerancia frente a sus fracasos”, indica, tras recordar que es de los errores que uno aprende a mejorar.

En ese sentido, resalta que hay que ser conscientes de que la vida trae siempre nuevas oportunidades para hacer mejor las cosas.

Muñoz cree que es importante hacerse una autoevaluación a fin de año debido a que es un periodo adecuado para cerrar un ciclo y para poder abrir otro con mayores expectativas. Asimismo puede representar un periodo de transición en la vida.

Impacto positivo
La sicóloga Dolly Medina está convencida de que contar con una meta, un sueño o un proyecto para cada año genera un impacto favorable en las emociones.

“El solo hecho de tener un nuevo reto ya provoca entusiasmo y abre una oportunidad de futuro porque los proyectos dan vida. Intente este fin de año buscar un encuentro con sus emociones y fijarse algo por el cual luchar en 2015. Eso agregará intensidad emocional a su vida”, aconseja.
La sicóloga clínica Tusnelda Flores coincide también en que es importante tener una ‘brújula’ que guíe las acciones en el año.
“Muchas personas prefieren vivir el día a día y no se preocupan por fijarse metas. Yo creo que es importante plantearse objetivos, ya sea a escala personal, familiar o laboral.

Eso nos permite contar con una motivación extra, un incentivo interno para seguir avanzando en la vida y así no andar a la deriva”, reflexiona.

Hay personas que se plantean retos específicos, como por ejemplo: “este año quiero tener mi casa o vehículo propio”, pero también hay quienes buscan otras cosas no materiales, como formar su propio hogar, lograr la estabilidad de su familia, mejorar la relación con sus hijos, desarrollarse como profesional, conseguir un mejor trabajo, etc.

“Siempre es bueno tener un interés equilibrado y plantearse retos en diversos ámbitos de la vida. Si nos planteamos solo metas laborales y descuidamos por completo el tema familiar, eso a la larga nos puede pasar facturas con alto costo”, enfatiza Flores.

A la hora de realizar dicha autoevaluación, la sicóloga clínica recomienda buscar un lugar privado y hacerlo con profunda sinceridad debido a que uno corre el riesgo de caer en la subjetividad de su análisis, frenando sus posibilidades de mejorar. En ese sentido, cree que puede ser útil buscar la ayuda de un sicólogo que lo guíe en su diagnóstico con una visión más neutral.

Paso a paso
Entre los aspectos que debe incluir ese balance personal anual algunas publicaciones que analizan este tema aconsejan seguir los siguientes pasos:
Por un lado hay que decidir lo que uno realmente quiere lograr y ser muy específico y realista a la hora de trazar metas.

“Quiero vivir en una linda casa es un sueño genérico comparado con quiero tener una casa con tres dormitorios y dos baños. Mientras más detallado sea cada reto, mucho mejor”, indica la web www.helios3000.net
Por otro lado, se deben establecer plazos para hacer realidad los objetivos trazados. Dichos plazos no tienen que tener una fecha exacta, pero deben ser los más realistas posibles.

Cuando ya se hayan identificado las metas y los plazos (en el mejor de los casos), corresponde pasarlos por escrito. Luego se recomienda hacer un plan de acción. “Si tu objetivo es comprar esa casa de tres dormitorios, abre una cuenta para la cuota inicial, calcula cuánto dinero necesitarás y empieza a ahorrar. Visita agencias inmobiliarias para ver las mejores”, ejemplifica.

A continuación resta poner el plan en marcha y hacerle un seguimiento permamente sobre cómo va evolucionando. “Siempre debes estar enfocado. Nunca te rindas. Nadie más lo hará por ti. Tú tienes que tomar las riendas. Si no lo haces, ninguno de tus sueños se hará realidad”, reflexiona dicho sitio web

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